Polifónica Atatau!

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Po l i f贸 nica de In tr o-Mi si贸n Cu lt ural

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[PRÓLOGO]

ATATAU

Cuentan los curanderos amazónicos que en sus prácticas rituales de sanación para poder hallar nuestra verdad primero hay que hallar nuestra mentira. Y así como existe el autoengaño a nivel individual, también es innegable a nivel colectivo. Las sociedades construyen discursos en los que las verdades se ocultan y las mentiras prevalecen.

¡Qué fea la indiferencia de los ciudadanos para no tomar las riendas de su propio destino! ¡Qué asquerosa la corrupción de alcaldes, policías, empresarios, profesores y todos! ¡Y todas! ¡Qué repugnante en lo que nos hemos convertido! ¡Que espantoso no ver la salida del túnel al que ha entrado este tren de decadencia social!

La realidad es compleja, eso hay que entenderlo bien. Decir que “Huaraz es la Suiza peruana” es tan cierto como que “Huaraz es la sucia peruana”. Apropiarse de una frase y desechar la otra es ya caer en lo fraudulento. Nos da flojera reconocer la complejidad de la realidad. Es más fácil decir que las cosas son de una manera bonita y no de otra. Negar nuestra inmersión en lo putrefacto de la condición humana. Y esto es lo feo, lo horrible ante lo cual la exclamación ATATAU! se vuelve un imperativo primordial para la salud de nuestra sociedad. Es por donde debemos empezar si queremos sanar, y esto solo si queremos.

Huaraz Presunción. ¿Huaraz Presunción? ¿De qué presumen —las huaracinas y huaracinos, los jóvenes y viejos, los netos y nuevos, los migrantes e inmigrantes— en esta ciudad? Huaraz avanza, cambia, pero no sabemos si es hacia delante o hacia atrás. Huaraz crece, se amplía, pero no sabemos si es desarrollo o metástasis. Antes que plantear una solución, primero hay que diagnosticar. Y hacerlo bien para que no se escape nada. Identificar lo asqueroso. Reconozcamos el ATATAU! en nuestras palabras, en nuestras acciones, en nuestros pensamientos y en nuestras emociones.


Que te parezca bonita una ciudad con las calles sucias de basura y de corrupci贸n, y que no sientas el ATATAU!, ya indica que el ATATAU! esta dentro de ti. Siente el hedor tangible e intangible de la putrefacci贸n, aspira y di ATATAU! Esta publicaci贸n se trata de eso y m谩s, se trata de sanar, de comenzar. Se trata de que comiences, de que comiencen y de que comencemos. No por el pasado sino por el principio que en realidad es el presente.

Carlo Brescia


[PRÓLOGO]

ALGUNAS PALABRAS

De 1970 al 2012 hay un lapso de 42 años. En este tiempo que tiende a redondear un medio siglo se superponen en la conciencia huarasina varias memorias: la memoria de un tiempo fenecido, la memoria del tiempo del sismo, y la del postsismo. La memoria es la representación que el presente hace del pasado para darle sentido, para luego con el lenguaje convertirlo en historia. Producido el cataclismo, Huarás se convirtió en una ciudad destruida y abierta a donde arribaron brigadas de auxilio y oleadas de inmigrantes de todas partes del país. Las primeras, cumplidas sus metas se fueron; los segundos se quedaron en una ciudad que de abierta se convirtió en la tierra de nadie. En Huarás, el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado experimentó la reforma urbana que pretendió imponer al país; los terrenos de los que fueron propietarios de sus casas fueron expropiados; y los migrantes, haciéndose pasar por damnificados, obtuvieron según su cercanía al poder, uno, dos o más lotes para construir. Los huarasinos tuvieron que recomprar sus tierras o se quedaron sin casas. Con el tiempo, Huarás se babilonizó. La gente que vino de todas partes llegó con sus costumbres, su lengua, sus grandezas y sus vicios. Muchos de los que vinieron portaron la idea de que Huarás fue un ámbito casi incivil, y otros tuvieron la creencia de que venían a llenar el vacío dejado por los muertos y que la hora de su historia había llegado. Unos y otros alimentaban el deseo de enriquecerse, a corto plazo, en una tierra donde todo partiría de cero. El pueblo huarasino al día siguiente del terremoto se organizó y nació el Frente de Defensa, que agrupó a todas las instituciones para velar la sobrevivencia y la reconstrucción. Ante la escalada de las fuerzas que tendían a disolver el imaginario y la cultura, alertó que Huarás se había convertido en una ciudad sin rostro. Pero el poder político apoyado por los logreros y aventureros barrió toda organización y amordazó al pueblo y su inteligencia. Cerrada la etapa del postsismo, en la que campearon autoridades y funcionarios improvisados


e ineptos, que además padecían un grave proceso traumático, la babilonización se acrecentó y Huarás empezó a perder su identidad. Más adelante llegarían las inversiones mineras, un caótico turismo y una informalidad que fue más allá del desborde popular. En suma, en Huarás sucedió una brutal agresión contra el conjunto de pensamientos, ideas, instituciones, saberes, costumbres, creadas por la imaginación de sus hombres. Hoy, Huarás, en la visión de visitantes con nivel cultural, es la ciudad más horrible del mundo. O sea, la expresión de la crisis. Crisis del gobierno y de la administración locales, fruto de la incultura y perversión de valores, producto de la ignorancia, del ocio, de la indecencia, del vicio, de la indiferencia, de la suciedad sobre un fondo de riqueza y una vanidad que piensa que Huarás vale no por su calidad humana, sino por su paisaje. Huarás ha sido cosificada, o en todo caso devuelta a la etapa primitiva. Hay parámetros para entender y enfrentar las crisis. Siempre la humanidad despliega el esfuerzo de dotarle de significado a todo apocalipsis. Todo pueblo en colapso retiene las imágenes evanescentes del tiempo que se fue o se va y con las nuevas que llegan construye un nuevo imaginario para vencer a la destrucción, a la muerte y restaurar o recrear su identidad. De este modo le encuentra un significado a la tragedia, para seguir viviendo. Por esta ruta, Huarás le devolvió a la naturaleza, al espacio físico, que hoy sigue ocupando como ayer, su calidad de hogar para seguir habitándolo. Hoy, los espíritus que emergen con la bandera de ATATAU!, enarbolan la idea de conjurar la crisis, el descreimiento, el trauma y la inercia. La espera de tal advenimiento ha sido larga; pero lo esperado al fin ha llegado. El grito de ATATAU! deberá cambiarse por el de ACHALLAU! Para que esto suceda es menester la participación del pueblo huarasino con sus intelectuales, sus artistas, sus escritores y poetas, sus cuentistas y novelistas, sus catedráticos y maestros de la llanura, su masa de trabajadores, sus campesinos, sus funcionarios y empleados, sus hombres de negocio, sus padres de familia, su juventud y estudiantes. Miraflores, en el invierno del 2012. Marcos Yauri Montero


“El Perú...

ndo desin embargo está aún busca que tiene una rica historia,ción en el mundo, su propio bienestar. finitiva identidad, su ubicatiran del saco para que no se avance, Es por eso que a quienes rú como un inmovilismo cercano a la a quienes entienden el Peo recordarles que no actúa el que no paz del sepulcro, es buen plica incursionar conscientemente en arriesga y que la acción im rgen de incertidumbre es cierto. En un campo en el cual el ma e no debe confundirse con qu or, tem el tro es nu el un país como consejero”. la prudencia, no es el mejor

En Homenaje mensaje de Raúl Porras”. 166. Carlos García Bedoya. “El . Lima, UNMSM, 1984, p. a Raúl Porras Barrenechea




No altirisis el descorso El ser humano y su naturaleza, contra la naturaleza...


AA! ! !A!

...Imagina esta ciudad sin su hermoso paisaje. ¡Oh Hermoso Huascarán, mi pobre rataquenua ni con su cruz te alcanza! Te adentras. Encuentras ladrillos sobre ladrillos, huecos tras huecos. Ríos subterráneos sucios malolientes, brotando en el más diáfano de los verdes. Montañas de basura. Corruptos y traficantes adornados con dádivas y contratos asquerosos, ¡como debe ser! Soy un huaracino deforme, tenemos cuatro cabezas-corazones, cada uno más enfermo y carcomido que el otro, y somos conscientes de mi inconsciencia. Ando asqueado de tal condición y tengo la necesidad de poliformarme. El vómito y la náusea vienen conmigo. Me resisto a morir así. No me importa si esto te interesa. ¡Quiero expresarme precariamente! y conversar como pueda con mis pares, con mis impares. Este grito no me une a mi país: me divide, me aísla. Yo digo atatau ! y arrojo mi asco. Digo añañau! y llueve y hay pan en la mesa, pero mi todo/mis escombros no me responde(n). Si al menos el calor. Aire, aire! Hielo! (¡Temblor!)...



[PRESENTACIÓN]

¿Para qué luchamos tanto, mariscal? No altirisis el descorso, paisa, es nuestro santo Atusparia, ¿y tu revolución? ¡Por qué y seña: te saludamos oh lector. te abandonamos, Pumacayán! Nuestros pro-loguistas nos interpelan con su Nuestros veshis nos dan su opinión juventud, nos alientan con su sabiduría. en “Diálogos”. En el Facebook se refuerza el pesimismo y la indiferen“El laberinto de La Soledad” es búsqueda para no cia, se acentúa el dolor y la visión hallarnos nunca. En esta polifónica, 4 versiones a veces muy oscura del futuro, y el nostálgicas, críticas, vacías, nebulosas, coheVentrílocuo se enreda en un tejido rentes, realistas, no ancladas en el paisaje, el maltrecho, este diálogo a trancas y folklore andino o el pasado. ¿O sí? barrancas,tanto mejor si es imperfecto, pues así son nuestros diálogos “Yo no soy de Huaraz” es abrir la sutura. La desde 1532. periferia huaracina que no ha sido invitada al centro y el centro que no se ha aventurado Al final, descansamos en una apacia sus bordes: ¿indiferencia o contagio? Mírate ble plaza que nunca existe. la cara! paisano racista! cholo de mierda! cholo soy! cholo is beautiful y chola is wonderful! ¡Oh Hermoso Huascarán, mi pobre rataquenua ni con su cruz te alcan“Ayer te vi”: la historia para recordar de dónde za! Corred la voz o guardad celosavinimos y cómo a veces quedamos tan, pero tan mente el secreto, pero no altirisis el maltrechos, irracionales, sin juicio. Penicilina descorso. en cuádruple dosis: ¿Dónde estás Inés Huaylas?



PRÓ/LOGO: CARLO BRESCIA/ MARCOS YAURI MONTERO MANIFIESTO: NO ALTIRISIS EL DESCORSO 1EL LABERINTO DE LA SOLEDAD: CUATRO VERSIONES DE LA DENTIDAD HUARACINA 2YO NO SOY DE HUARAZ: LA PERIFERICENTRO 3AYER TE VI: LA HISTORIA RECORTADA 4DIÁLOGOS: LA POETA, EL MÚSICO Y EL ACUARELISTA AL LADITO NOMAS: EL VENTRÍLOCUO FIN: LA PILETA


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EL LABERINTO DE LA SOLEDAD CUATRO VERSIONES DE LA IDENTIDAD HUARACINA


INDAGACIONES, TROPIEZOS Y CLAROSCUROS Bajo los efectos de una buena y dulce chacchada de hoja de coca Llevo cumplidos 30 años de vida. De ellos, 22 y poco más los he vivido en ese lugar llamado Huaraz. 30 años digo, de los cuales algunos han sido teñidos por la terrible incógnita de no saber qué significa ser huaracino. Son, entonces, estas líneas el producto de esta incertidumbre a la que he decidido dar lucha y solución. ¿Qué me empuja a esta tarea? Pues mi natural deseo por entender el propio lugar, mi presente y mi porvenir, ya que, quiera o no, esa tierra llamada Huaraz determina mi identidad cultural, que aún desconozco del todo, pero que, como ya dije, voy a aclarar. Por nacer se obtiene automáticamente el derecho legal de pertenecer al lugar en el que se nació, sea cual sea. Pero nacer es un accidente; por tanto, ese derecho legal y esa pertenencia legal al lugar en el que se nació, solo es eso: una cuestión legal. No por nacer en tal o cual


lugar hemos de estar identificados con ese espacio. Una cosa es el hecho de nacer —porque en algún lado se ha de nacer— y otra cosa es pertenecer al lugar en el que se nació, pues esto implica más que la pura casualidad, esto es, la interiorización de ese algo que bien se puede denominar terruño y cultura. Aquí no me pregunto sobre el antiguo Huaraz; hablo, más bien, acerca del contemporáneo, que es el que me interesa. Pero no puedo llegar a este presente si antes no repaso algo del pasado. Voy a coger solo dos hechos. El año 41, desde la quebrada de Cojup, producto del aluvión, Huaraz se vio desgarrado de una parte suya. El año 70, desde la misma Pachamama, Huaraz fue remecida hasta el colapso, desgarro que terminó de darse al oírse la orden de echar por tierra todas las casas sobrevivientes para construir una nueva ciudad. ¿Cuántas casas fueron derrumbadas entonces? ¿Cuántas memorias? ¿Cuánta cultura plasmada en

su arquitectura? ¿Cuánta gente que cayó silenciada antes de poder contarme sobre esa cultura, cultura que hoy quiero conocer porque la mía no sabe de ese importante pasado? Dos fueron entonces los hechos tangibles que han fracturado a muerte la cultura huaracina. El terremoto del 70 es el entierro y el epitafio de la pena e incógnita que hoy llevo. Con el sismo, mucha gente falleció, otros decidieron migrar a otras tierras más calmas, y otros tantos apostaron por quedarse, pero también hubo


quien vino (¿de dónde?) a plantar bandera y a defender con piedras el terreno nuevo, la nueva adquisición. Tal vez estos últimos olvidaron empacar su propia cultura y traerla para este Huaraz adolorido y así colaborar con la reconstrucción; pero también fueron los sobrevivientes los que olvidaron acoger al extraño e integrarlo a lo que quedó, para luego reconfigurar los escombros en un modelo de sociedad hermanada, solidaria, progresista y culta. Más de una década después, nací yo. Mis ojos se abrieron, seguramente renegué del sol que se me plantaba en las pupilas, pero pronto aprendí a tenerlo. Luego seguramente empecé a conocer mi Huaraz. Pero cuidado: hagamos una diferenciación entre Huaraz como ciudad y Huaraz como paisaje. Ello es importante ya que se suele confundir lo que por derecho legal nos pertenece (que es la tierra en la que hemos nacido), pero otra cosa es la tierra que hemos construido. Yo estoy hablando de esta última tierra, este Huaraz sin rostro y sin sombra. Porque paisajes hay, aquí o allá, y eso no determina un espíritu, menos la posesión de una identidad, pues el paisaje está fuera del propio cuerpo. El

paisaje huaracino es un algo que debe solamente alimentar esa identidad intrínseca, más no determinarla. No han sido las manos huaracinas las que han construido ese paisaje por demás hermoso. Sería entonces impropio sentirse huaracino por lo que la naturaleza, en su eterna bondad, nos ha brindado. Si hay que sentirse huaracino, pues que sea por lo que el propio huaracino ha construido, o por lo que ha reivindicado, o por lo que ha omitido. Conocí entonces la que vendría a ser “mi ciudad” de Huaraz. Aún hoy sigo caminando entre sus calles, preguntándome qué es Huaraz si la aíslo de su paisaje. Mentalmente, he trasladado sectores de la ciudad a otras ciudades y, con pena en mano, confieso que “mi ciudad” bien podría ser una parte de cualquier otra ciudad, de aquellas que tampoco tienen identidad o de aquellas que se declaran a sí mismas en la modernidad, y esto porque este Huaraz no tiene rostro propio, tal vez solo maquillaje.


¿Qué hay de todos aquellos que no se han preguntado sobre este Huaraz sin rostro? ¿Será que por nacer aquí nos hemos adormecido y hoy este Huaraz nos parece un Huaraz? ¿Quién me podría dar razón de esa identidad que yo no veo, no siento, y que hasta creo que no tengo? Si bien dije que aquí no hablo del antiguo Huaraz, considero que es necesario volver a él para reenganchar con lo que se quedó perdido por el año 70, seguramente bajo algún escombro que aún hoy no hemos levantado. ¿Y por qué hacerlo? Pues porque una cultura no nace de la nada, una cultura se da a partir de elementos que en su sumatoria producen un algo mayor. Huaraz ya tiene muchos de esos elementos, pero hay que recuperarlos. No hablo tampoco de un afán romántico que busca revivir al cadáver del 70. Hablo de continuar con la maduración natural de cualquier cultura, de cualquier identidad que necesita sus años pasados para surgir hoy como ente contemporáneo que no vive ni del pasado, ni por su futuro, sino para su propio presente, que se puede hacer tan eterno como esa identidad que hoy reclamo y que, de surgir, será, como grita el himno huaracino, tan fuerte y valioso como esos “fuertes muslos” y aquel “fino pedernal”.

Torres Ramis


ยกCร MO YA! ยกUN PAISAJE TAN BELLO Y UNA CIUDAD TAN FEA...!


¿ALGÚN DÍA TERMINAREMOS CON ESTA MIERDA?


Ídem

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La identidad es un alimento, los huaracinos no asimilan esa sustancia, por eso se confunden —como un desvarío interminable— en sus versiones de progreso: se adelantan sin saberlo, se atrasan por inercia. Cuando no hay un devenir social conjunto y con visión de futuro que dibuje o haya dibujado los linderos de nuestra identidad, lo que solo queda son garabatos que se borran en los murales del silencio como pájaros que no extendieron sus alas, por no saber que las tenían.


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Yo mismo soy consecuencia-parte-destino de esa falta de asimilación de identidad, de esa falta de retransmisión oral, escrita, visual e incluso olfativa: ¿Alguien sabe de algún plato originario de Huaraz que solo se coma solo aquí en Huaraz y en ningún otro lado? ¿Alguien sabe de algún personaje (político, militar, artista, científico, religioso) que sea paradigmático dentro y fuera de Huaraz? Pensando un poco en el origen: ¿Alguien sabe qué hechos nos condujeron a ser la ciudad que hoy somos? Y claro, hablando de nuestro clásico tema traumático-histórico: ¿El terremoto del 70 nos borró alguna memoria cultural? Sin olvidarme de los que hoy caminan por las calles de Huaraz: ¿Alguien puede decirme qué significado tiene ser un huaracino ahora?


Siempre hacia una escala mayor: ¿Alguien puede decirme qué significa Huaraz para el Perú? Finalmente: ¿Qué mierda es Huaraz ahora? ¿Qué?

No lo sé. (Quiero saberlo).

¿Qué pienso de Huaraz? Cuando pienso en Huaraz, pienso en todo lo que viví y sigo viviendo con la familia y los amigos(as), pero no pienso en nada más, para mí, Huaraz es una isla de recuerdos precisos y preciosos, pero nada más. Cuando viajo a Huaraz, lo hago para renovar los lazos con todo mi entorno cercano, pero nada más. Para mí, Huaraz no es un ideal de pueblo o tierra natal, no siento el pálpito de su cultura, no me agradan sus calles (me parecen totalmente insípidas), no me inspira su posibilidad (me parece destinada a la total inercia). En Huaraz, cunden los silencios sobre este tema de vital importancia para su devenir cultural: la Identidad Huaracina. No sabemos por dónde comenzar, a qué nos enfrentamos, aunque... me parece que no hay a qué enfrentarse, todo es tan más o menos igual: las calles, el pensamiento, las ambiciones. Es un terreno francamente difícil de cultivar.

Idem

No sé cuál es la mayor plaga: la indiferencia o la vorágine por sobrevivir en el día a día.


Finalmente y a manera de cantaleta: me jode no tener clara, ni remotamente , una identidad huaracina, me jode que no se hable de la identidad. No sé qué significa ser un huaracino en la segunda década del siglo XXI. ¡¿Quiénes somos los huaracinos?! Qué fea sensación. Atatau!

Valverde Robles


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IDENTIDAD EN EL RECUERDO


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Sรกnchez Giraldo


el peque単o

MOUNSTRUO



Si las palabras de la Naturaleza no permanecen ÂżPor quĂŠ habrĂ­an de hacerlo las del Hombre? (Del Tao Te Ching )


La musa se muere de hambre y no solo de pan vive el hombre Partamos de la siguiente situación inicial: a algún gobernante se le ocurre la idea de construir un teatro modernísimo. No importa que sean dos o tres los grupos de teatro, cien los espectadores, uno el director. El teatro termina siendo utilizado para sesiones de consejo y otras puestas en escena improvisadas, o buen motivo para una serie de “comisiones”. Pero allí está, bellísimo: la misma impostura de siempre, la misma violencia simbólica: la cultura en su apariencia, no en su esencia. La cultura sigue en el mercado, en la calle, aunque no tenga las galas de la alta cultura. Se mantiene porque es indispensable para el ser humano. El reproche clásico que propios y extraños le hacen a Huaraz es su fealdad urbana y su desorden, resaltados brutalmente sobre un fondo de belleza natural incomparable. Creo que este parecer acusa una mirada conservadora, añorante y superficial. En primer lugar, porque Huaraz como ciudad ha de trabajar mucho aún para estar a la altura de su entorno natural (París no se tomó solamente un decenio para dejar de ser el pequeño villorio fundado hacia 250 a. C.), y en segundo lugar, porque sigue y ha de seguir su propio rumbo histórico. Quienes desde el hoy juzgamos (y juzgan), no tenemos (ni tienen) la perspectiva adecuada para hacerlo. Una de las escrituras de la cultura de una sociedad es su constitución urbana; pero lo son también la costumbre, el trato de sus habitantes, su manera de interactuar y responder a los cuestionamientos y acontecimientos externos. En uno y otro caso, no se trata solo de que una ciudad sea “culta” porque así debe ser, sino de que entre en armonía con su


entorno: se haga digna de su entorno natural. Es decir, que la cultura se ponga a la altura de la naturaleza. Se haga consciente. Para ello es primordial, sobre todo, que una cultura no sea una máscara, sino un rostro alimentado por una sangre sana, por relaciones socio-económicas saludables. La ciudad, pues, no depende solo del buen gusto de sus habitantes o de su buena voluntad, sino principalmente de su economía y de su sociedad. No solo se trata de tener una ciudad bella, sino de que esa belleza sea conservada por gente que ha decidido habitarla y no tenerla como mera ciudad de alquiler. Se trata, en primer lugar, de decidir un destino económico y de ser consecuentes con él. Pedido difícil, dado que nuestra autonomía en todo orden está larvada. ¿Cómo construir si tenemos el temor constante de que nuestros esfuerzos serán destrozados por cualquier capricho de la naturaleza o la historia? ¿Para qué ya? No queremos decir que el destino de nuestra ciudad se deje en manos de la Providencia, ni que nos demos al abandono y miremos con lenidad las estupideces o la pasividad de nuestras autoridades. Por el contrario, aun ante la Incertidumbre tendremos que comprender que estos procesos humanos dependen de nosotros y que no tienen que basarse, necesaria ni finalmente, en los reflejos externos que pretenden definirnos (y que pretendemos que nos definan). La identidad (y su sombra) está en nosotros, en nuestras condiciones y nuestras posibilidades, y no en las múltiples imágenes que proyectan y proyectamos sobre nosotros mismos. En ese marco, creemos que Huaraz es y será por mucho tiempo, por su condición dentro de la economía del país, un lugar de paso, cuando no de mero saqueo. Por su historia, puede llegar a ser una especie de oroya o un espacio en que confluyan diversas naciones y culturas y puedan dialogar ampliamente, sanamente. Pero Huaraz hoy solo es un relave minero.


Disiento, pues, de las posiciones conservadoras que pretenden perseverar en una ciudad y sociedad pasadas, para bien o para mal destruidas y reconfiguradas por el sismo y por procesos históricos igualmente drásticos. Ha cambiado el enfermo: que cambie el diagnóstico y el remedio. Los destinos son nuevos, no dependen muchas veces de la añoranza sino de los múltiples factores a que se sujetan las sociedades y una sociedad existe primeramente como asociación para la supervivencia, es decir, como una economía. Conservar tozudamente un recuerdo puede significar perder nuestro futuro. Y avanzar no significa, necesariamente, abandonarse a las fuerzas negativas, sino avanzar de la mejor manera. Construir cultura, es decir, definir una identidad, no siempre es un ejercicio controlable, pero es un acto en el que se puede participar. Esta participación empieza (no sé si principalmente) por meditar sobre nuestro destino económico. Huaraz no es otra cosa que una pieza (no sé hasta qué punto importante) del mosaico tenso y heterogéneo (aludo a las reflexiones de Antonio Cornejo Polar) de naciones que es el Perú. Es una de las miles de ciudades que configuran este desconcierto y es una ciudad que muestra su mecanismo, como un reloj, resentida de su destrucción, pero abierta a nuevas sociedades, a la migración, al movimiento (en este sentido, es una ciudad moderna). Cuando ese desconcierto al que aludimos empiece a tener armonía, sabremos qué rumbo le hemos dado a nuestra ciudad y a la región de la que ella es responsable políticamente. Mientras tanto, queda construir, casi como cuando reconstruían nuestros padres sus casas destrozadas por el sismo del 70. Diría que, por lo avanzado en el declive, la minería está siendo peor que dicho sismo. Ciertamente, no estamos para piscina olímpica ni para un teatro o centro cultural, mientras no tengamos un claro destino económico. No hablemos de belleza urbana si esta no está orgánicamente articulada con nuestra sociedad y nuestra economía. Arredondo Palacios


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YO NO SOY DE HUARAZ LA PERIFERICENTRO





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Huaraz: presunción y migración

Es una ciudad, como ya es sabido, fracturada por el terremoto del año 70, que originó una serie de consecuencias, las mismas que resumo en cinco. Primero, un gran número de huaracinos falleció. Segundo, otro tanto de huaracinos emigró. Tercero, gente no huaracina inmigró y se instaló en Huaraz. Cuarto, se perdió la arquitectura tradicional. Quinto, muchas de las dinámicas culturales se perdieron o disminuyeron en intensidad. Entre otras cosas y para efectos de este artículo, observamos que el Huaraz de hoy tiene una visión inadecuada y en parte inconsciente sobre sí mismo, la que consiste en un enfoque unificado de una ciudad que se reconstruyó luego del terremoto y que se quiere tomar como si hubiera quedado tal cual desde ese entonces hasta


ahora. Una ciudad estática que no se desarrolla, que no crece o que no quiere ver su crecimiento, que no se extiende y que no demanda atención en cuanto a planificación urbana, visión de futuro y desarrollo en los diferentes campos que implica el progreso. Lo cierto es que el actual Huaraz está conformado por dos partes o zonas: por un lado, el Huaraz posterior al terremoto y que es el que la mayoría conoce, camina y domina; y, por otro lado, el nuevo Huaraz que


crece en los alrededores e incluso dentro del primer Huaraz, y que es, básicamente, un Huaraz ignorado, no tomado en cuenta.

¡yo tampoco carajo!

No es erróneo considerar que Huaraz está replicando la experiencia limeña en cuanto al crecimiento descontrolado, no supervisado y no planificado producto de las migraciones. Claro que en proporciones distintas, pero lo cierto es que el fenómeno es muy parecido. El resultado observado hasta ahora es una ciudad que se extiende por demanda de vivienda mientras que normas municipales o gubernamentales en general aún no logran desarrollar herramientas para dar a estos fenómenos de crecimiento —absolutamente previsibles— orden y legalidad. Mientras tanto, la ciudad ya ha crecido y está creciendo, pero de manera desordenada, siempre creándose de manera invertida, es decir, primero habitando el lugar, luego construyendo una pared y un techo, más tarde los servicios básicos, hasta que al final se logra el título de propiedad, cuando en realidad el proceso debería ser el contrario: primero la compra legal de la propiedad, luego los planos de manos de un arquitecto, después la construcción, a la par que se realizan las instalaciones de los servicios




básicos para que cuando la casa ya esté terminada y lista, la familia recién comience a habitarla. Este patrón de crecimiento genera sectores sociales marginados, una ciudad que pierde cada vez más un rostro que ya por sí es bastante precario desde que se dio el terremoto y con diversos problemas que nadie parece querer afrontar: pandillaje, delincuencia, resentimiento social, diferenciaciones sociales, marginalidad, subdesarrollo de una identidad huaracina basada en una sociedad unificada, problemas de desarrollo económico, informalidad en los negocios y el transporte público… El punto es que el huaracino de las zonas centrales de la ciudad no se vincula con lo que sucede en los alrededores de su ciudad y ni siquiera parece estar consciente de ello. Por su lado, la gente que está protagonizando el crecimiento de la ciudad parece estar tan ocupada en superar su propia problemática, que no busca vincularse activamente con el centro de la ciudad, no tiene patrones de arquitectura, conciencia de planificación urbana y, probablemente, se sienta excluida de la dinámica de la ciudad y sus barrios tradicionales.


Es claro, entonces, que no solo se trata de urbanismo, sino que también está en juego un aspecto psicológico. Ambos puntos son importantes, tanto para estos nuevos huaracinos de los alrededores, como para los habitantes del Huaraz tradicional. En cuanto al urbanismo, es necesario comprender que las ciudades, como es natural, crecen y es labor de las autoridades y del pueblo exigir orden, determinar las zonas por donde la ciudad puede crecer, propiciar las condiciones necesarias para la construcción de casas, tomando en cuenta criterios como la arquitectura, vías de acceso para el transporte público y privado, alcantarillado, espacios destinados a parques, teatros, centros culturales, colegios, institutos, iglesias y demás. De esta manera, las nuevas zonas nacerían integradas a la ciudad, volviéndose así áreas transitadas no solo por los habitantes de la zona, sino por el resto de huaracinos y turistas. En cuanto a lo psicológico, si se desea tener una sociedad con verdadero sentido de identidad, de pertenencia y de unidad ciudadana —tan necesario todo esto para que se produzca el auténtico progreso—, es necesario que los nuevos habitantes, sean quienes fueren, estén integrados a las dinámicas culturales, sin sentir la sensación de marginalidad, de menosprecio, de no importancia y subvaloración por parte de los huaracinos tradicionales. Es necesa-


rio, pues, desarrollar —he aquí la labor fundamental de las propuestas culturales— un sentido de pertenencia, promover la participación e integración de los nuevos huaracinos, e invitarlos a enriquecer las expresiones culturales con propuestas propias. Esto contribuiría a lograr la integración de una sociedad ya bastante fracturada, pero con muchas posibilidades de desarrollo, todo en bien de sus propios habitantes y para mejora de la calidad de vida de los mismos. Huaraz puede convertirse así en una sociedad que se perfile a ser un espacio saludable y enriquecedor para todos sus integrantes, a la vez que un ejemplo para otras sociedades, tantas que hay en el Perú ansiosas de despertar y mejorar. Es importante hacer hincapié en el potencial que todo grupo social tiene y lo importante que es aprovecharlo para el desarrollo de una sociedad. Cuando las condiciones son adversas, la primera respuesta es sobrevivir a tal situación. Esto es lo que de alguna manera hacen todos los grupos sociales que se están desarrollando en los alrededores de la ciudad, es decir, enfrentar la adversidad y buscar satisfacer las condiciones que ellos consideran básicas para vivir dignamente. Lo cierto es que el potencial de estos grupos sociales, de iniciativa, valentía y proactividad abundantes, está siendo desperdiciado. No se trata de dejar que un grupo social sobreviva en condiciones adversas. Lo que se puede hacer es brindarle facilidades y promover su potencial para, por ejemplo, crear micro y medianas empresas legales, prestar diferentes servicios profesionales y técnicos, colaborar con los municipios en la construcción y mejora de sus calles y parques, brindarle espacios de participación activa en el desarrollo de la sociedad, etc. De esta manera, lo que


podría lograrse en el transcurso de muchos años, se obtendría a corto plazo y se generaría un beneficio inmediato para el toda la sociedad. Para esto, es necesario entender que el crecimiento de las ciudades siempre ha existido y que antes de negarlo y promover pasivamente la marginalidad y la informalidad, es mejor integrar activamente a los nuevos vecinos, reconociendo su valor e incentivando en ellos un sentido de pertenencia y de participación activa en la sociedad y la cultura: enriquecernos con lo que estos grupos puedan enseñarnos. No se trata, pues, de realzar las diferencias en ánimo de distinguirse socialmente, resaltando las ventajas de los unos frente a las precariedades de los otros, sino de integrar las diferencias con ánimo de enaltecer la cultura y la sociedad, promoviendo una integración de individualidades y peculiaridades que en suma puedan estimular la gestación de una sociedad con un verdadero sentido de pertenencia, de identidad, de integridad, con valor cultural y con visión de futuro. Vargas V.


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AYERTE VI LA HISTORIA RECORTADA


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QUISPE SISA -HIJA DEL INCA HUAYNA CAPAC Y LA PODEROSA CURACA DE LOS HUAYLAS, CONTARHUACO- FUE ENTREGADA POR ATAHUALPA , SU MEDIO HERMANO , A FRANCISCO PIZARRO . BAUTIZADA COMO IN É S HAUYLAS YUPANQUI , HABIT Ó EN LIMA Y TUVO DOS HIJOS DEL CONQUISTADOR : FRANCISCA Y GONZALO PIZARRO Y YUPANQUI . CUATRO MIL HUAYLINOS FUERON ENVIADOS POR SU MADRE PARA DEFENDERLA CUANDO MANCO INCA SITI Ó LA CAPITAL . (¿HAB Í A AYUDADO LA Ñ USTA , CUANDO ESTUVO EN CUZCO , AL INCA REBELDE?) . CAS Ó LUEGO CON FRANCISCO DE AMPUERO , CONQUISTADOR Y ALCALDE MAYOR DE LIMA , CON QUIEN TUVO A MART Í N ALONSO , MAR Í A ANA ISABEL JOSEFA Y FRANCISCO AMPUERO . ES CONOCIDA COMO “LA MADRE DE LOS AMPUERO” , RANCIA ESTIRPE DE CRIOLLOS QUE HEREDARON SU SANGRE , PERO NO SU APELLIDO , OF COURSE .


¿PARA QUÉ LUCHAMOS TANTO, MARISCAL? TORIBIO DE LUZURIAGA Y MEJÍA NACIÓ EN HUARAZ EL 16 DE ABRIL DE 1782. PARTICIPÓ EN LA EXPEDICIÓN LIBERTADORA DEL PERÚ Y EN LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA DE CHILE Y ARGENTINA. FUE EL PRIMERO EN RECIBIR LA ORDEN DEL SOL Y EN OBTENER EL GRADO DE GRAN MARISCAL. SE SUICIDÓ EN SUS TIERRAS DE PERGAMINO, BUENOS AIRES, EL 1 DE MAYO DE 1842. LA POBREZA Y LA DESESPERANZA HABÍAN ACORRALADO AL GRAN MARISCAL.


I.S S OQ Y O LA P LUUE Y L N A A L R CA A R SSrY E IR O S V E R rR N . , V O E A A O V L T T U L O U U U L Y S P L P -L A A A r L R . Y R A I A I A E A L T R V A , C U E O I R S O V YY L P E N O U LCA A V S L S C R O U r R O . . I R S A A A N E r T C I T , . S U O V Q I A C S U E O N U PU IA T S A N O C L E C U P R S U N O IA A C O S rYR -E M O ,O N C .S R P L Y L A N O E A LIIU Q A T ? R N A Q U ! R R U Q A E S C E E r , V I P V . O E C A O A Y N I R L T O L C L U N A I A O S , C N N P O A E S Q C CICOIN N V R E O U I Q N E C Y L R U O E U Q L E V M C Y A O O L E S L U N R ? A S E C !- U E IÓ Q E S C V R N U E C O EE O Y ¿ C E O M C V C L IY L O OO M O O E A N N M N L ? E R ! U ? E C C ! E ? O O V ! N N S L O C E A Q L Q S I U C U R U E O E N S E C M V O O E C M L ? O N ! E U? SE M ? Q C ! E I U QIIU CC O C E O N É M O S C E N E O C ? O C N M ! O E Q N ? O SSE U S N Q E U C C C E O O C M N M I O EN Q EU ??C ?Q !C!O !EU E CSOEM O N E S E C M OCM M SESCEO E ??E !!E??!! OE M PEDRO PABLO ATUSPARIA, ALCALDE DE MARIÁN, PROMOVIÓ EN 1885 UNA PROTESTA CONTRA LOS ABUSOS DEL PREFECTO DE ÁNCASH, FRANCISCO NORIEGA, QUIEN LO APRESÓ, AZOTÓ Y —TERRIBLE AFRENTA— LE HIZO CORTAR LA TRENZA QUE LO DISTINGUÍA COMO AUTORIDAD. DESPUÉS DE 4 MESES DE REBELIÓN, ACEPTÓ CONCILIAR CON EL PRESIDENTE CÁCERES, MAS FUE ENVENENADO POR LOS LÍDERES INDÍGENAS QUE LO CONSIDERARON TRAIDOR. UCHCU PEDRO SIGUIÓ PELEANDO.


SAN TÍS IMO PUM ACAYÁN , ¡¿P OR QU É TE HEM OS ABA ND ON AD O?!


desde ente: Lugar . m a ic g ló o m a Eti voca al pum el cual se in torio de los Fue el adora eblos que se primeros pu formar culasentaron a z. Allí se ra tura en Hua ios Guari, d l adoraba a y una capih allí reina o cruz sobre llita con su uaraz. A H el ocaso de macayán u P e d los pies basura y s o m encontra ue prohíbe un letrero q Guari fue s tirarla. El dio el altar jo a b o enterrad d e La Soleda del Señor d a ir n e v ha de y desde allí s lo a vivos y juzgar a los en ti, Señor. o muertos. Cre



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DIÁLOGOS

LA POETA, EL MÚSICO Y EL ACUARELISTA AL LADITO NOMÁS: EL VENTRÍLOCUO


¿Cómo ven y cómo ves a Huaraz? Atatau She

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Huaraz no está en la foto y tiene plata “como michi”. La gente ve a Huaraz como un lugar turístico, por el paisaje, la naturaleza. Cuando estoy con un limeño, hablo palabras quechuizadas a propósito para joder a los limeñitos. Añoro el Huaraz antes del 70. Me agrada el cielo limpio, el paisaje. Me siento orgullosa de tener mi dejo, me siento muy orgullosa de ser huaracina, me gusta el paisaje, la gente, soy parte de la tierra y la tierra es parte mía.

Yo veo a Huaraz en pleno desarrollo por la minería, que ha traído cosas positivas como el desarrollo de diversos comercios, etc.; pero también ha traído los night clubs y bares. Huaraz se ha modernizado. Soy un tipo muy regionalista, me gusta mi tierra, mis paisajes, sus canciones, su literatura. Estoy orgulloso de ser huaracino.

¿Qué te desagrada de Huaraz? Atatau She

no me gusta, tiene mucho cemento, su arquitectura no es uniforme. No imagino el futuro de Huaraz. Me molesta la pérdida de identidad. Todo por falta de amor propio. Me desagrada la “gente civilizada” que vive en la ciudad. Añoro el Huaraz de antes del 70, a pesar de haber sido muy pequeño cuando esto pasó.

Me desagrada que Huaraz se esté reconstruyendo desde hace 40 años. La ciudad es fea, no me gusta, excepto la plaza y algunas calles antiguas.

Atatau She De Huaraz me desagrada el pesimismo, la apatía, que sean tan criticones y rajones, me aburre la rutina. La ciudad

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Huaraz no ha internalizado que somos una ciudad de mestizos. Hay que luchar por conseguir un equilibrio entre lo antiguo y lo moderno. Huaraz no ha

¿Cuál es al identidad de Huaraz?

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Atatau She evolucionado por un falso tradicionalismo. La identidad es una actitud: Huaraz no tiene esa actitud. No existe, la ciudad no existe, no es nada. Los huaracinos somos muy poco ambiciosos, mezquinos, muy locales, pensamos muy locales, actuamos muy locales. La clase intelectual es antigua, se resiste a los cambios. Los intelectuales nunca se pronunciaron para opinar sobre los destinos de la nueva ciudad de Huaraz. El aspecto geográfico determina la identidad. Huaraz no podría estar, vivir sin el paisaje, la población está vinculada con los Andes. Huaraz es una ciudad construida sobre un cementerio. Añoro el Huaraz antes del 70, me siento

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¿Cómo es el arte en Huaraz,cómo es tu arte?

Atatau She El arte en Huaraz tiene cierta tendencia, pero sin definición. Me considero uno de los pioneros de la música fusión, a nivel nacional.

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huérfana de un pasado. La identidad huaracina solo la tienen las personas ancianas. Se han perdido las tradiciones, su música, el grupo Atusparia, el Jilguero del Huascarán, sus cuentos, su arte. Huaraz después del 70 ha crecido con mucha gente foránea. Me molesta que esta gen-

Atatau She

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te, que hace todo el comercio en Huaraz, no sepa querer a Huaraz. Veo el futuro de Huaraz como una ciudad muy fría. Aquí en Huaraz hay mucho egoísmo, una ciudad llena de egoísmo. Huaraz sin paisaje no existiría.

El estado del arte (escuelas de arte, instituciones, etc.) es pobre, totalmente pobre. Los talentos se pierden o se van. Creo que se está gestando el arte huaracino: el pintor huaracino se influencia un poco de lo andino. Mi arte tiene identidad huaracina porque pinto paisajes y rostros campesinos. Soy autodidacta y versátil. Los literatos de aquí son muy conservadores y muy exigentes consigo mismos. No sé si mi arte

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¿Cómo ves el futuro de Huaraz?

se identifica con Huaraz, mi identidad es más femenina, más íntima.

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Huaraz es mi casa, mi hogar, eso me obliga a aceptarlo, tengo un compromiso de amor. Si no me queda otra, lo tendré que aceptar. No siento nada por el Huaraz nuevo. La ciudad es horrible.

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El futuro de Huaraz lo imagino sombrío, antes lo imaginaba bonito, pero no ha avanzado como yo lo imaginaba.

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Huaraz, de todos y de nadie

Huaraz sin Huaraz

eh Huaraz, Recuerdo una época, Lo recuerdo bien, la calle era un reto a disfrutar: ¿Cómo andar por tus calles y pretender el amor? veredas rotas, pistas huecas, algunas calles ¿Cómo andar por tus calles si tu víscera anda sin alumbrado, callejones urinarios y más, pero expuesta y mi sangre empozada en tus charcos? siempre lasesonrisas... h Pero algo pasó, crecí y se perdieron esa visión y ese Yo quise ayer estar en ti. Negligente, quise disfrute, se fue esa natural espontaneidad de ver volverte a ver. Masoquista, quise volverte a sentir. las cosas: aunque fueran pistas rotas, desmontes. Tonto, quise encontrar en ti esperanza, flores, orugas, Desperté, y no dejo de ver la realidad dolorosa crisálidas y amaneceres, retoños de ramas de aquellos árboles que un día en tu Luzuriaga verde, de esta ciudad, insalvablemente fea. respiraron, respiramos. Pero... eh Huaraz ya no es Huaraz, dejó de serlo. Hoy ando por una ciudad ajena, y tus calles me resultan extrañas, Resaca de tus días, se acumula eh en tus paredes mal vagas, idas, impropias, mi espíritu no sabe pintadas, en tus techos incompletos, en tus en ellas consolarse, no sabe besar sus balcones pistas destruidas, en las mentes de tus gentes y contemplar la noche, sus estrellas... aturden adormecidas por tu pueril nombre y significado. sus casas incompletas, su desorden y su ruidos, su La belleza te la has quitado tú misma. suciedad… eh Y es que ando por un Huaraz sin Huaraz, sin ese Huaraz, yo quise ayer estar en ti, pero tu escupitajo ideal de risas que alimentó mi corazón de niño en mi alma de joven me ha dolido, y fui vencido, adolescente terco soñador e inocente contenedor vomitado. de anhelos y alegrías.

Óskar S.

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Y me fui...

Esta ciudad me es lejana y extraña.

Harry M.



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El primer número de La Polifónica de Intro-misión Cultural Atatau! se terminó de imprimir en los talleres gráficos de Forma & Imagen cuatro años después de haber creído que la íbamos a sacar en un mes y que su publicación iba a ser oral (¡ilusos!). El año 42 después del Sismo, siendo Virrey del Perú Ollanta Humala Tasso, en Lima la Horrible, Carlos Alberto Sánchez Giraldo escogió el papel cuché de 115 gramos y Miguel Eduardo Valverde Robles estuvo a cargo del diseño gráfico. El formato lo decidió el impresor, harto de que los editores le regatearan el precio. El trabajo editorial de los textos debe achacarse a Luis Alfonso Torres Ramis y Jorge Martín Arredondo Palacios. Los cuatro susodichos conforman el consejo editorial de este número. Colaboraron además Guerrero, Onccoy y Colonia. Agradecemos a todos los que caminaron y caminarán su Atatau! y se sentarán al final a contemplar la caída de esta agua, agotados, renovados o aún más perdidos, en un parquecito del terruño, que acaso nunca existirá. Dedicamos este número a todos los que no tienen identidad y a la pequeña Aranza, para quien esperamos un mejor Huaraz. Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N.o 2012-12378. Es una publicación del Proyecto Atatau! (Y no vayan a creer que es la última).

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AUSPICIOS PERSONALES ly Bil de gen es ma aflor e I r Mi ma 8 Fo r en 455 355 so uipa 705 pre Im . Areq 0082 Av C : 1 RU

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Alba Roja

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Fr a nco

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