Espíritus Libres 1, Egresados UdeA

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las grandes publicaciones provenían de Buenos Aires; solo por eso decidió que quería estudiar en Argentina, sin saber que su padre tenía otros planes para él: la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Llegó a estudiar Economía en la Universidad de Antioquia como un acto de rebeldía contra su familia. Se graduó como el mejor estudiante de su promoción y en adelante comenzó a desempeñarse como funcionario público. “A la política llegué por accidente. Mi jefe participaba en ciertas reuniones político-económicas con figuras como Carlos Lleras Restrepo, y empezó a pedirme que lo acompañara. Yo no quería ir pero al final tenía que hacerlo”, explica Jorge Valencia. Como consecuencia de ese accidente, llegó a desempeñarse como alcalde de Medellín, Senador de la República, Ministro de Desarrollo y otros cargos públicos. Siendo un hombre apasionado por las letras, supo encauzar su espíritu en la política. Desde el Senado impulsó la Ley de Democratización del Libro y el Fomento de la Lectura. Según él, lo que se pretendía era “impulsar el libro por medio de apoyos a los editores para que fueran lo más económicos posibles y de fácil acceso. Era nuestro pensar filosófico plasmado en una causa muy significativa: democratizar la cultura”. Presidió la Cámara Colombiana del Libro, de la cual hoy es miembro honorario, y hace 23 años le regaló a nuestro país uno de los más importantes y reconocidos eventos culturales: la Feria Internacional del Libro de Bogotá.

En la adolescencia leyó autores como Kierkegaard y JeanPaul Sartre, principales autores del existencialismo, cuyos postulados giraban en torno al ser humano y su esencia misma. Combinó su inquietud por el olvido y la muerte con la poesía y las mujeres, a quienes odia y ama al mismo tiempo, y a las cuales les escribe versos que reflejan su rebelión contra ellas. “Las mujeres son seres insaciables, de las cuales siempre terminamos como esclavos, y entre más grande y bello sea el amor, más fuerte y terrible la esclavitud”, explica Jorge Valencia, quien mantiene la intimidad de sus musas bajo el eterno secreto de la poesía. Este es un hombre ilustrado que llegó por accidente a la política y pertenece a la logia masónica. La masonería nació a finales del siglo XVII, en Europa, como una fraternidad cuyo principio era buscar la verdad a través de la razón y no de Dios. “En la actualidad la masonería es una escuela de moral cuyo objetivo es crear conciencia y reflexión para ser mejores seres humanos”, explica Jorge Valencia, quien mide una a una el alcance de sus palabras cada vez que habla. Es un hombre discreto y de contradicciones, no cree en Dios, pero respeta la religión y le gusta la Teología; “odia” a las mujeres, pero no concibe la vida sin amarlas; llegó a ser político sin querer, y es hoy el Gran Maestro de la Logia Masónica Colombiana, grado máximo de esta fraternidad.

Fotografía: Julián Roldán / Perfil: Laura Marcela Pedroza

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