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Nos dejó para siempre Don Carlos Crovetto

Nos dejó para siempre Don Carlos Crovetto “EL PADRE DE LA SIEMBRA DIRECTA”

ING. AGR.CARLOS LLAMOSAS

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Asesor privado Carlos.llamosas@gmail.com

Tuve oportunidad de conocerlo en los Congresos de Aapresid, a fines de los 90, compartir con él muchas jornadas técnicas, lo invité a participar en un Seminario de capacitación técnica en Universidad de Belgrano en el año 2000; y tuvo la enorme generosidad de invitarme compartir 2 días en su querido Fundo Chequen en Chile, en Concepción, en latitud similar a Bahía Blanca. Muy amigo y “compinche” del Ing. Jorge Molina. Hablaban el mismo idioma.

Nos ha dejado, pero nos ha legado con su ejemplo un recuerdo imborrable.

Una de sus frases era: “Hay que alimentar al suelo, ya que de allí se alimentan luego las plantas” . Y lo fundamentaba: “El agricultor mira la parte superior de la planta, las espigas, pero no debe olvidarse de lo que hay debajo, en el suelo” .

Don Carlos sabía muy bien que allí, en el suelo, se producen una serie importante de procesos microbiológicos, físicos y químicos que facilitan la capacidad de penetración de las raíces para la absorción de agua y nutrientes. También aumenta la porosidad permitiendo una buena aireación, favorece la acción de enzimas que marcan la bioactividad del suelo y de los compuestos mucilaginosos, ricos en proteínas y muy estables que mejoran la estructura del suelo. Todo esto gracias a la lenta descomposición de los rastrojos que quedan en cobertura, evitando la erosión y mejorando la infiltración y retención del agua.

El 17 de junio falleció a los 88 años Don Carlos Crovetto Lamarca, “EL PADRE DE LA SIEMBRA DIRECTA” , con mayúsculas. Lo conocí, compartí mucho con él y así lo recuerdo.

Una de sus frases destacadas era: “El

Grano es para el Hombre, el Rastrojo es para el Suelo” .

Mediante técnicas conservacionistas, tan solo entre 1988 y 1995, don Carlos Crovetto transformó los suelos de su predio Chequén, aumentando el nivel de fósforo y potasio disponible, la capacidad de intercambio catiónico pasó de 11 a 26 meq/100 gr. suelo, la materia orgánica se triplicó en los primeros 5 cm. y el pH se elevó más de 1 punto, acercándose a la neutralidad. Todo esto por acción de la cero labranza y el manejo de los rastrojos que enriquecen los procesos microbiológicos del suelo. Sus cultivos eran el maíz, el triticale y el lupino, este último como “cultivo verde” cuyo objetivo es mantener el suelo activo durante el invierno, captando energía mediante la fotosíntesis, e incorporando carbono al suelo, además de la fijación de Nitrogeno libre y por simbiosis.

Pero no se quedó en su predio. Recorrió el mundo dando charlas, exponiendo en Congresos y generando intercambios con productores y asesores de muchísimos países. Siempre sus aportes enriquecían y motivaban a todos.

Realmente fue siempre muy cierta esta frase sobre él: “Don Carlos supera el lí-

mite de lo posible” .

Hasta siempre Don Carlos, con nuestra admiración, respeto y agradecimiento.

Carlos Llamosas, autor de esta nota, con Don Carlos Crovetto.

Don Carlos con el Ing. argentino Fabián Tomassone, gran admirador y discípulo del pionero.

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