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¿QuiéngobiernaenelPerú?

sea este gobierno. sumisión y sin opción de reclamar ni protestar.
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Existe una harta dosis de rechazo a este gobierno y se plasma en protestas generalizados en todo el país, donde los excesos están siendo destapadosporlaprensaalternativa donde se ve que, los mismosmiembrospolicialesestarían actuando como miembros infiltrados que provocan los desmanes, en desmedro de los reclamos de la población,razón por las que son reprimidos de manera excesiva, provocandolamuerteenalgunoscasosporelejércitoyenla mayoríadeloscasosporlaPolicía Nacional,las mismas que se difunden en las redes sociales.
Estos excesos y contradicciones nos están dando una lectura que el país está bajo el mando de un gobierno militar, donde la presidente Dina Boluarte solo es una figura legal, montada sobre un mandato constitucional que también sería írrita, por la ilegalidad con que habría sido vacado Pedro Castillo, - cuya decisiónestáenmanosdeunjuez supremo - reconocido por varios constitucionalistas, que noseríalegítima.
De ser así, el congreso podríahabercometidoesegrave error, por hacerla juramentar a Dina Boluarte como presidente Constitucional por Sucesión, como manda la constitución,sinembargo,ellacon- tinúa en el cargo,con el apoyo del Congreso, del Comando Conjunto y de su propio Gabinete que no la dejarían renunciar.
Yenesteescenario,nadiesabeacienciacierta quiennosgobierna,siesDinaBoluarte,el ComandoConjuntodelasFuerzasArmadas,o AlbertoOtárola.Lógicamenteseaquiensea,es conlacomplicidaddeunCongresocuyos integrantestraicionaronyactúandeespadasal puebloqueloeligió.

Para muchos es un gobiernocívicomilitar,dondenohay cabida para cálculos políticos que no estén dentro de los interesesdelCongresoydelmismo Comando Conjunto, pese a las represalias, el pueblo de diferentes puntos del país sobre todo de los sectores uni- versitarios,estudiantes,profesionales de casas de estudios superiores están sumando a la protesta y se dirigen a Lima capital. Las consecuencias ahora se tornan más difíciles para los que en este momentonosgobiernan.
A nadie en el Congreso, en el Gabinete y menos en el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, le convendría la renunciadeDinaBoluarteala presidenciadelaRepúblicaco- mo lo exige el pueblo, y una delasrazoneses,queesteaño se cumple el plazo de la firma de varios contratos ley que son constitucionalmente irrevisables, y la única que puede firmar estos contratos ley sería la presidente de la Nación, en mandato legal del cargo. Poderosa razón por la que no ladejenrenunciar.
En este panorama, la población ha salido de sus regiones para trasladarse a Lima a protestar, pero fueron reprimidos por las fuerzas del orden,registrándosemásdemedio centenar de muertos, sobre todo en regiones de Ayacucho, Apurímac, Cusco, Arequipa y en mayor cantidad en Puno y Juliaca, por lo que la presidente Dina Boluarte y el premier,Otárolayafuerondenunciados a instancias internacionales,porgenocidio.
Sevienentiemposmásdifíciles, no hay signos que esto pasepronto,porunladoelEjecutivo no da muestras de darle solución inmediata, Dina Boluarte debe estar presta a renunciar, pero las consecuencias que se vienen puede ser fatales para ella, se halla en una encrucijada de querer soltarse ya, por ella salir corriendo sería fácil pero no, no podrásalirdeestadifícilsituación que seguramente jamás pensó atravesar, pero no está sola en este problema, quizá, nadie calculó que esto se les iría de las manos, tanto del Congreso y de las FFAA, me- nos del premier Otárola, con la revuelta que hay en el país, no saben cómo solucionarlo, nadie sabe qué va a pasar más adelante, empero mientras encuentren la solución,el país está sin rumbo, con un gobiernoaparentementelegítimo,democrático,dondeelestado de derecho ha sido mellado por los excesos policiales.
Mientras tanto la empresa privada camina a paso lento, con menos inversiones, menos producción, con atentadosasuscampamentosycon bloqueosasuscarreteras,menos posibilidades de enfrentar a la pobreza y la pandemia como sí lo hizo en momentos máscríticos,dondenosolohabía cincuenta muertos, sino miles de muertos, precisamente cuando se necesitan el inicio de muchos de los proyectos que deberían empezar este año, para sostener esta crisis económica que se agravacadadíamás,porestacrisis política.
Y en este escenario, nadie sabe a ciencia cierta quien nos gobierna, si es Dina Boluarte, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, o Alberto Otárola. Lógicamente sea quien sea, es con la complicidad de un Congreso cuyos integrantes traicionaron y actúan de espadas al pueblo queloeligió.