Proyecto de Investigación: La nueva normalidad en el teatro guanajuatense.

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IN S TIT U T O

C U LT U R A L

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L E Ó N

Proyecto

de Investigación Escénica

La nueva normalidad en el teatro guanajuatense El análisis de los procedimientos de creación de espectáculos teatrales durante la pandemia del Covid-19 en León Gto. Respons8ble del Proyecto: Daniel Pérez Vázquez Asesorí8: Ariadna Aragón García Diana Graciela Pérez Vázquez León, Gu8n8ju8to, enero 2022


[…] por eso es bueno que se produzcan cataclismos periódicos que nos obliguen a retornar a la naturaleza para reencontrarnos. El estancamiento del Teatro en un lenguaje: escritura, música, luces, ruidos, señal que se encamina hacia la ruina en un corto tiempo, desde que la selección de un lenguaje denota un regusto por la pirotécnica de ese lenguaje, y esa momificación del lenguaje conduce a su esterilización. Antonin Artaud El Teatro y su Doble

Presentación El arte tiene la capacidad de poder entrelazar caminos entre los diversos individuos y culturas que han habitado a lo largo de los años este mundo. Ese legado humano que dejan nuestros antepasados permite conocer un poco más a detalle su historia, desarrollo y costumbres, la forma y el estilo de vida que prevalecía en cada época; una riqueza cultural que se nos presenta de forma material o espiritual, que va siendo heredada por las generaciones y es parte de nuestro patrimonio, lo que nos identifica y distingue a cada una de las comunidades que compartimos el planeta. Sin embargo, no todas las expresiones artísticas prevalecen con forme pasa el tiempo, y en ocasiones es casi imposible la perdurabilidad de su memoria. Artes como la arquitectura, pintura, escultura, la literatura y en los últimos años la cinematografía, quedan enmarcadas en una materia que es tangible al ser humano, perceptible, y que en ciertos casos es gracias a un enorme trabajo de preservación junto a los esfuerzos intelectuales y recursos económicos necesarios lo que hacen posible el resguardo de las piezas artísticas. Pero existen otras artes que por su naturaleza efímera carecen de esta facilidad, las escénicas. Se pueden tener libretos, partituras o planos acerca de cómo es la estructura de la obra o composición, testimonios de espectadores, incluso críticas, fotografías y recientemente, videos, elementos que nos encaminan a una idea fugaz del cómo pudo haberse visto presentada en un escenario y bajo que pensamiento social del momento era expuesta; todo esto no carece de un valor especial, pero lo maravilloso de esta ramificación cultural se encuentra inmerso en el rito de lo presencial. 2


Asistir a un centro ceremonial como lo es el Teatro o cualquier otro foro de representación, dota de una energía y sensaciones a cada espectador presente, que los conduce a una cita con algo fuera de lo rutinario, donde ponen a disposición del actor, músico o bailarín, toda su atención, todo su ser y se preparan para el enfrentamiento que se dará sobre el escenario; alertando a cada uno de los sentidos de lo que ocurrirá al ser partícipes de una nueva y exclusiva presentación, ya que ese es el único momento exacto en que realmente vive en si el arte escénico. Con la llegada de una enfermedad caótica y mundial como lo es el Covid-19, hubo que modificar las reglas de lo que conocíamos como “normalidad” al asistir al teatro, bajo la premisa de salvaguardar el bienestar de todos los ciudadanos. Provocando el cierre masivo de foros, teatros, museos, galerías y plazas públicas, espacios físicos más que idóneos para poder realizar presentaciones artísticas, y evitando así la propagación de la enfermedad. Esto detonó que se exploraran opciones para continuar con la vida cultural del mundo. Se hicieron experimentos, se construyeron nuevos procesos creativos, ideas que permitieran al teatro seguir existiendo en la vida humana, se necesitaba de un espacio donde fuera posible hacer presentaciones, pero sin poner el riesgo la salud de los participantes, que los limites fueran propuestos por el propio equipo creativo de la obra y no por una enfermedad, y si existía un sitio, poco explorado pero que tomaba mayor fuerza con los acontecimientos recientes, la virtualidad. El desarrollo artístico en el campo de lo digital dio paso a que disciplinas como el teatro puedan innovar en sus espectáculos, aportando ideas novedosas o poco utilizadas y que pueden ser visualizadas desde un dispositivo con acceso a internet, llegando al público de una manera más segura y sana, puesto que el contacto cuerpo a cuerpo es nulo entre espectador y actor, respetando una de las principales normas de salud, la sana distancia. La virtualidad ofrece al teatro situaciones y herramientas particulares que modifican la pieza dramática con otro ritmo, lenguajes y códigos al momento de concebir y presentar una nueva obra, y si el equipo creativo tiene conocimiento en esta área, sabrá potenciar las cualidades del espectáculo. Pero, por el contrario, no tiene la particularidad que el teatro necesita para ser vivido en su máximo esplendor, carece de la cercanía física que es para muchas obras y estudiosos de este noble arte lo que le caracteriza de otras disciplinas artísticas. Incitando a 3


que varios de los creadores teatrales se cuestionen acerca del rumbo de las artes a través de las pantallas, y en algunos casos, rechacen esta modalidad de presentación ya que pierde lo efímero y mágico de ese contacto próximo con el público en la momentaneidad de la escena. Partiendo de un ámbito general hacia el particular, se empezará por abordar la vida cultural teatral de los últimos años en México para después centrarnos en el estado de Guanajuato con énfasis especial en la ciudad de León. La opinión del espectador será una guía para entender sí el trabajo escénico visto en las pantallas continuará siendo un camino apto para indagar y mostrar actividades culturales teatrales, aún a pesar de que acabe la pandemia. La lucha por subsistir y o resistir del arte dramático continua para mantenerse con vida en el periodo actual que nos atañe; La pandemia del Covid-19 arribo a nuestra sociedad dictando nuevas normas de convivencia y estableciendo un redescubrimiento de por donde es posible habitar el escenario, compartir la mesa lista con el espectador enclaustrado y que se ve inmerso a sí mismo en un cosmos virtual y tecnológico, pero que está ávido de una convivencia natural, de un contacto humano que no sea a través del ordenador. Un posible medio para lograr este desfogue de necesidades que tenemos como seres pensantes y libres puede ser el arte teatral. Pero, la realidad hace imposible el contacto dentro del foro, por lo que nos deja la vereda que brinda el internet, con la cual se puede cruzar esa brecha de separación y que será zurcida entre todos los que decidan abordar sus trabajos desde esta interfaz, haciendo lo mejor posible inmersos en un escenario, una común-unión entre actor y espectador. Este trabajo es un intento por recuperar la memoria de los creadores y acontecimientos suscitados en el periodo de confinamiento y sentar las bases para el surgimiento de nuevas generaciones de seres conscientes de su pasado y su responsabilidad ante el futuro.

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Panorama social de la pandemia por el Covid-19 y su impacto en al arte dramático mexicano El teatro es el peor enemigo de sí mismo. Es un arte del pasado (que a nadie interesa) […] La única opción que tiene [El teatro] para sobrevivir, es transformarlo de acuerdo a la época en que se vive. Héctor Mendoza

El desarrollo del quehacer teatral en México en medio de la crisis El año 2020 y 2021 hasta el momento, ha quedado marcado en la historia de la humanidad por tener una de las pandemias que ha afectado a casi todo el mundo. La pandemia conocida mundialmente y propagada como Sars-Cov2 o mejor aún como Covid-19, es una de las enfermedades más perjudiciales, que ha provocada un sinfín de cambios y alteraciones a nuestra vida cotidiana y que la ha transformado de manera radical, haciendo que las personas estén alertas y al cuidado máximo para evitar contagiarse. La nueva normalidad no es otra cosa que tener hábitos de salud más precavidos, como el uso del cubre bocas, lavado de manos, sanitización de áreas comunes entre otras, de ahí que, una de las reglas para evitar el contagio fue el distanciamiento. Esta última norma de salud, hizo que varios sectores tuvieran que cambiar sus estrategias para llevar a cabo su labor, afectando principalmente a aquellas actividades que fuese esencial tener un contacto directo con otras personas, tales como el sector turístico, deportivo, educativo y está claro que el sector cultural no se iba a salvar de estos cambios. En México, la cultura y las artes se encuentran inmersas en una precariedad económica constante, donde los apoyos gubernamentales y becas, sustentan de manera temporal el quehacer cultural de los que se dedican a este oficio. La iniciativa privada, por otro lado, palidece para la difusión y ejecución de las artes debido a la poca demanda de espectáculos por parte de las personas y donde es complicado el hacer llegar una obra teatral bajo las condiciones en las que México se encuentra, y aunado a esto, la Pandemia del Covid-19 dificulta aún más esta situación.

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Los recursos existentes por parte del país, se enfocaron principalmente en este tiempo a atender los estragos de salud que la Pandemia dejo a su paso; y sumado a esto, los problemas que ya moran en el país como la falta de educación, la violencia de género, pobreza, etc, mermo y en algunos casos, cancelo el recurso económico a otras áreas, en estas la cultural. Con esto, el rumbo del quehacer artístico, se enfrentó a la enorme cuestión de cómo distribuir el gasto público, para poder solventar los insumos que se requieren para mantener las instituciones culturales y artísticas, y así continuar con su labor de investigación, educación y difusión. Bien podríamos definir a la cultura como un conjunto de los rasgos, distintivos, espirituales, materiales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo en específico. Engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, y los sistemas de valores, creencias y tradiciones (UNESCO, 2009) por lo que queda claro su importancia y relevancia al querer continuar la propagación de este eje. En un estudio realizado por INEGI, el MODECULT realizado en mayo del 2021, nos enseña gráficamente como se llevó a cabo el desarrollo cultural en México y las principales razones o causas que existen en la asistencia del público a eventos culturales. El estudio se centra principalmente en: un sector poblacional a partir de 18 años, los estímulos existentes durante la infancia, las condiciones que motivan el asistir a eventos culturales y las principales actividades culturales que se acostumbran realizar.

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El primer dato que resulta alarmante, aunque ya esperado, es la reducción de asistencia a eventos culturales, debido al cierre de espacios, foros y cancelación de espectáculos. La grafica nos muestra un descenso en comparación con las estadísticas de años anteriores, incluso al año precedente (2020) se observa que bajo de un 43.2% a 17.3%. (Esto engloba a espectáculos de danza, teatro, música, exposiciones, y proyecciones de cine) Dentro de la misma estadística nos podemos encontrar con la escolaridad de los espectadores y que muestra que hay una relación con la educación ya que la población con al menos un grado de educación superior (26.7%) tiende a ir a eventos culturales más que parte de la

población

que

no

cuenta

con

una

educación

básica

terminada

(5.7%).

Desafortunadamente, no se sabe si las razones en esta relación cultura-educación se deba situaciones de precariedad económica, alcance a sititos de representación o simplemente gusto por asistir. En concreto con el teatro y la danza, parece ser una de las actividades culturales con menor preferencia por parte de los mexicanos y que frente a la pandemia, redujo aún más el número de asistentes en comparación con otras prácticas, específicamente el cine o conciertos de música.

Como se puede observar, los espectáculos en general sufrieron enormes pérdidas económicas frente a los desafíos de la pandemia y comparando con el año 2019 se puede ver un cierto declive que corresponde a la misma problemática y que no se ha sabido manejar

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correctamente ya que el porcentaje llega a bajar más. En específico el teatro bajo un 76.5% entre el año 2020 al 2021. Las razones pueden extenderse que van desde mejores políticas públicas que ayuden a promover y producir espectáculos escénicos, una correcta difusión, planes de desarrollo cultural, programas de capacitación y vinculación entre sectores culturales, hasta el cierre de foros y recintos de presentación que pone en una circunstancia muy difícil su ejecución ya que en su mayoría todos estos eventos requieren la presencialidad del espectador. Otras características que influyen en el individuo a la hora de asistir a cualquier acontecimiento artístico obedece a entradas con bajo costo (59.9%), que se presente cerca del lugar de vivienda o trabajo (31.45%), presentaciones los fines de semana (30.05%) y el enterarse de la presentación de los eventos (15.5%). La difusión de los eventos artísticos es una parte fundamental de la gestión cultural y que tiene cabida en los proyectos de una manera persistente, donde se tienen que mejorar y actualizar los planes de administración que permitan alcanzar al mayor público objetivo que se desea. A partir de la pandemia, los planes de marketing se han vuelto en su mayoría digitales, ya que el confinamiento así lo requería, por esto y por las nuevas tendencias artísticas que surgen con la adaptación al internet.

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Se observa en la gráfica precedente, en todos los casos el internet y las redes sociales fueron el primer medio de difusión por la cual el público se entera de los eventos culturales. Este dato pone en claro la importancia que tienen las nuevas tecnologías en el ser humano actual y que a partir de la pandemia se estimula a las disciplinas artísticas a crear nuevos lenguajes capaces de ser transmitidos y entendidos por este medio. Donde también es importante destacar la creación y desarrollo correcto de un plan en marketing digital, atrayendo a nuevos espectadores a partir de esta tecnología. Otra instancia educativa como la coordinación de difusión cultural de la universidad autónoma de México, realizo la investigación sobre los hábitos de consumo cultural en toda la república mexicana en el año 2020. Haciendo frente a la duda e incertidumbre de lo que la Pandemia del Covid-19 había hecho con el mercado cultural y artístico Realizada el pasado octubre del 2020, el estudio nos permite dar lectura y análisis a los diferentes puntos y opiniones de los consumidores de cultura en México. Lo que da pie a realizar estrategias y planes de trabajo más aptos a sus necesidades y desarrollar una mejor oferta cultural a la sociedad. Fueron alrededor de 8,780 personas encuestadas de las cuales el 48.7% son de la Ciudad de México y el otro 51.3% del interior de la república, y donde los estados con mayor participación fueron, Estado de México, Guanajuato, Veracruz, Jalisco, entre otros Se trata de una encuesta nacional en la que participaron mujeres y hombres, principalmente interesados en la cultura, con al menos 9 años escolares y donde se cuenta con internet, ya que fueron los que tuvieron acceso a la plataforma donde se realizó dicho sondeo, lo que da como resultado un sesgo poblacional predispuesto y sensible a las prácticas culturales. Dicho estudio nos remarca con un 86.3% la importancia de las actividades culturales para la población mexicana. Entonces teniendo en cuenta este dato, se podría suponer que, a pesar de las normas sociales de salud para evitar el contagio, el consumo de prácticas culturales tendría que mantenerse, pero la realidad es otra, debido a las reglas de normalidad,

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expresiones artísticas como el teatro, no tuvieron opción de sitio en el cual presentar su trabajo, lo que condujo a trasladarse a otros territorios para continuar con la difusión artística, el cual uno de los caminos fue la virtualidad entre otras vías. Una de las primeras preguntas dentro de la encuesta fue para conocer las actividades culturales que se realizaban en tiempos libres, previo a la llegada de la pandemia, arrojando que la principal actividad cultural era Ir al cine (67.9%), nuevamente.

Como observamos en la imagen precedente, la asistencia al cine ya tenía desde antes una predilección por parte del espectador, seguido de ir a museos y conciertos. Asimismo, en la siguiente pregunta se menciona ahora la frecuencia con la que se realizan ciertas prácticas culturales antes de comenzar el confinamiento y donde se destaca la lectura (49%), tomar videos y fotografías (24.1%) y escribir (22.2%) entre otras; y donde desafortunadamente el hacer teatro tiene un porcentaje muy bajo (4.9%). En relación con la pregunta anterior, que está enfocada a las actividades con previo a la llegada de la pandemia, se modificaron los cuestionamientos, pero ahora con énfasis en las realizadas después de la pandemia y uno de los primeros resultados fue el tiempo dedicado a ver teatro en línea donde destaca como en la que menos se invierte tiempo (67.7%) seguido de visitar museos en línea (64.9%) y ver presentaciones de danza en línea (61.6%). Es posible 10


que las cifras tan bajas correspondan a: la falta de costumbre de los espectadores con estas disciplinas artísticas, el acceso a internet y/o al poco conocimiento que se tiene por parte de artistas al momento de crear un producto destinado de primera forma a ser visto de manera presencial y que por cuestiones de salud tuvo que ser trasladado a canales digitales. Con motivo del desconocimiento de artistas en el mundo de lo virtual, la Secretaría de Cultura lanzo una plataforma llamada Contigo en la Distancia, Cultura desde casa, la cual contiene recorridos virtuales, obras de teatro, podcast, libros para continuar con la difusión de las artes y la cultura en los tiempos del Covid-19. Como parte de este programa se incluyeron talleres y tutoriales para conformar piezas y contenido artístico-digital, dando como tal una guía directa que facilitara su creación. (Cultura, 2020) Además de otras instituciones públicas como la UNESCO, el Fondo nacional de la cultura y las artes, el Instituto nacional de bellas artes, el Instituto nacional de antropología e historia del estado de Guanajuato, el Instituto estatal de la cultura de Guanajuato y el Instituto cultural de León ayudaron y aportaron con clases en línea, salas de prensa, espacios de presentación virtual, exposiciones, material que ayudase a los artistas a continuar trabajando del y para el arte y la cultura mexicana, así como instituciones privadas que velan por los mismos objetivos e intereses. Ahora bien, en el estado de Guanajuato, según la Secretaría de Cultura, se cuentan registrados hasta el año 2020 con 192 Bibliotecas, 58 Centros Culturales, 88 Galerías, 61 Museos de diversa categoría y 23 Teatros distribuidos por todo el territorio, faltaría agregar los que aún no están reconocidas o que, de manera improvisada desempeñan ahora las funciones propias de alguno de los recintos culturales previos y que fueron creados con motivo en la pandemia. A comparación con años anteriores, el crecimiento de sitios de acceso a prácticas culturales demuestra que el estado cuenta con cierto interés por parte del público y que se espera por parte de las instancias gubernamentales, políticas y legislaciones que garanticen un correcto acercamiento para todos los habitantes. Concretamente el hábito de las prácticas culturales debiera existir en todos los ciudadanos y que cada quien pueda expresarse de la manera más adecuada con su forma de ser. Por lo que se refiere a que los espacios destinados a estas tareas, deben estar al alcance de todos y contar con el equipamiento e infraestructura necesarias para su correcto ejercicio, atendiendo a los 11


residentes de cualquier zona geográfica en la que se ubiquen, contemplando intereses, economías, costumbres y cultura que ahí residan. Por otro lado, existen alrededor de la materia artística una serie de concepciones positivas y negativas que pueden llegar a interrumpir esa relación entre el arte y la cultura y sus espectadores, que bien son ideas provenientes de distintos rubros de aprendizaje, la escuela, la familia y la sociedad (López, 2020). Crear y fomentar la práctica de una experiencia como lo es hacer teatro o ver teatro en línea resulta muy complicada, puesto que confluyen diversos aspectos por los que se tienen que trabajar, una de las cuales es que simplemente se vea como una opción más en el repertorio que tiene el arte escénico por ofrecer. Es necesario una correcta alfabetización de la tecnología en el artista y aún más una curaduría de los eventos que se presentan, para encaminar al público en este nuevo ambiente de lo virtual, y que juntamente se va descubriendo, tratando de explicar que lo visto en el escenario será diferente a lo visto en lo pantalla. Basta con ver que los índices de uso de plataformas digitales para mirar contenidos (Netflix, Amazon Prime, Blim…) se han disparado llegando a ser utilizadas en un 38.4% diariamente por los mexicanos y donde el principal dispositivo de consumo es el teléfono celular (79.4%)

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seguido de la computadora (68.9%) y una televisión con acceso a internet (43.5%). El teatro, dependiendo del tipo de público al que vaya dirigido, está dotado de ciertas características que atraigan y envuelvan al personal que desea asistir al evento, por lo que se debe de ser consciente que cuando se traslade a lo digital deberán ocurrir inminentes cambios, entre esos esta la duración de nuestro espectáculo.

Visto en la imagen previa, la duración ideal para el espectador promedio de un espectáculo escénico o actividad artística en línea es de 40 a 60 minutos, probablemente a la intrínseca relación que se tienen al verse de manera presencial y que al ser en pantalla se vuelva complicado de observar. De esta manera se exigen ciertos detalles que son parte del contenido virtual como es la inmediatez, rapidez, ligereza, características que en el teatro convencional son manejadas a otro ritmo y estilo pero que deben adaptarse a las nuevas reglas de lo digital. Para comunicar con eficacia es preciso conocer la utilización de los códigos expresivos propios del medio, en este caso el internet, las convenciones narrativas y de lenguaje que se aplica en la realización de todos los productos. Es necesario una alfabetización en medios audiovisuales para crear filmes, (video-teatro), para facilitar el análisis crítico y objetivo de los productos resultantes, los audiovisuales. (Díez & Abadía, s.f.) 13


En particular, las convenciones que se dan, la asignación de unos significados normalizados y aceptados de forma consciente o inconsciente por los espectadores, hacen posible la modernización y globalización de los nuevos lenguajes propuestos a partir de descubrimientos en el interior del mundo cibernético, dentro del cual, las posibilidades perceptivas de los sentidos humanos y las limitaciones impuestas por la cámara han alcanzado un grado de complementariedad y desarrollo en la evolución del lenguaje audiovisual que hoy permite expresar cualquier acción o cualquier sentimiento con la seguridad de que, si hemos utilizado los códigos adecuados, será perfectamente comprendidos por el espectador.

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Para reflexionar el fenómeno de distanciamiento del público con el teatro planteo varias sospechas, […] incapacidad de los profesionales de transmitir ideas creadoras […] saturación de centros formativos y de cartelera de dudosa calidad. Germán Castillo Bianuario de Teatro 1994-1995

El Internet como canal de resurgimiento cultural y artístico El avance de las tecnologías ha permitido un mayor acceso a la información a través de distintos dispositivos y con distintos objetivos: educativos, informativos, laborales, recreativos, etcétera. Esto a nivel mundial presento un fenómeno único en el cual, la llegada de la red inalámbrica, mejor conocida como el internet, permitiera acotar distancias y realidades con tan solo un click. Desde la llegada del internet, en 1950, la sociedad fue revolucionada a partir de ese momento, y millones de personas implementaron esta innovación científica y técnica a su vida diaria, llegando a crear un mundo alterno y que, en la modernidad, no es ajeno a nosotros. Mundo que contiene sus propias normas, y donde ya podemos llamar inclusive una ciudadanía digital a todos los que habitamos ese universo. Derechos y obligaciones como: el acceso a internet, libertad de expresión, privacidad, cancelación de información, protección al menor y derechos de autor son algunas leyes que dan estabilidad y que múltiples organizaciones a nivel global, defienden su correcto funcionamiento. No obstante, existen brechas digitales de diversa índole, desde el tener acceso a la tecnología o el saber cómo usarlas, hasta la limitación en los recursos digitales, que también son necesarias atender. Comenzando con el correo electrónico, luego el internet como tal, los buscadores, las redes sociales y por último los teléfonos inteligentes, indican la evolución de la comunicación y vinculo que existe en el ser humano; llegando a segmentar la población entre nativos digitales, que son quienes han desarrollado una cultural global, de la mano de la tecnología y conocen los avances que existen, pudiendo manejarlas con mayor sencillez, y que es caso diferente a los inmigrantes digitales a quienes la tecnología les llego ya con una visión del mundo establecida y con patrones ya arraigados, que requieren analizar detalladamente cada pieza del adelanto tecnológico antes de usarse. Tal vez la diferencia más notable entre estos 15


dos seres, es que un nativo digital se adapta más fácilmente a estas mejoras y en la que los inmigrantes digitales, buscan que los avances se adapten a ellos. De acuerdo con la Secretaria de Comunicaciones, se estimó que en México en 2020 existen un total de 84.1 millones de usuarios de internet que representa un 72% de población con edad de 6 años o más. Esto revela un aumento porcentual de 1.9 puntos en relación al registrado en 2019 (70.1%). Con esta cifra, se divide la población urbana que tiene un 78.3% acceso a internet mientras que la rural contiene un 50.4%. (Comunicaciones, 2020) Asimismo, el principal medio para la conexión a internet fueron los teléfonos inteligentes teniendo un 96%, computadora portátil con 33.7% y televisión con acceso a internet 22.2%. destacando su principal uso que es para comunicarse, buscar información y acceder a redes sociales. Estas estimaciones permiten observar el auge tan importante que tiene esta tecnología dentro de los hogares mexicanos, destacar sus principales herramientas y funciones que se dan, y a partir de la llegada de la Pandemia, se vuelven necesarias para desarrollar ciertas tareas. Lo que también obliga a instituciones públicas y privadas la aseguración de estos servicios en toda la población.

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La gráfica muestra en grupos de edad, la cantidad de usuarios de internet que existen en México y donde destacan los conjuntos de 12 a 17 años y de 18 a 24 años como los que tienen mayor acceso a plataformas digitales y que el rango de edad con menor número de usuarios se encuentran de los 55 años en adelante. Una teoría en este dato es lo que se mencionó anteriormente, las diferencias que existen entre los nativos e inmigrantes digitales. Esto también se puede traducir en una relevancia importante en el territorio nacional y que, a comparación de otros países como Corea del Sur, Reino Unido, Suecia y Japón, son nueve de cada 10 personas los usuarios de internet, mientras que en México son siete de cada diez. A nivel estatal, se pueden ver una distribución de usuarios que puede corresponder a la ubicación geográfica, económicas y poblacional que residan ahí, destacando a Nuevo León, Ciudad de México, Baja California y Sonora, que cuentan con más del 80% de consumidores.

El mapa nos muestra con detalle el porcentaje de cada estado hasta el 2020 de los usuarios y que en Guanajuato podemos observar que se encuentra con un 67.3%, debajo de la media nacional. Por otra parte, los lugares de acceso al servicio de internet varían en el estado, ya que solo el 55.3% de la población presenta internet en el hogar, dejando al otro porcentaje restante a lugares como escuela (26.1%) cafetería (26.7%) o uso de datos móviles (73.3%). En promedio general, un 5.92% de la población guanajuatense declaro que no cuenta con

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acceso a internet, sin embargo, a nivel estatal el porcentaje no es heterogéneo, ya que el servicio llega a ser deficiente y en algunos casos nulo.

Los porcentajes corresponden a la población de cada municipio que declaro no tener acceso a internet. En algunos casos donde el porcentaje es “0%” no significa que todos los habitantes logran de diversas maneras acceder a internet, sino que la muestra no alcanzo a recoger a quienes no cuentan con dicho servicio. 18


El mapa fue parte de una investigación que realizo el Instituto Estatal de la Cultura de Guanajuato (IECG) en colaboración con la Universidad de Guanajuato, y que nos sirve para perfilar la situación de accesibilidad que vive cada municipio del estado, con relación a las tareas y labores necesarias a realizar bajo la norma del distanciamiento, como lo es educación, comercio y cultura. La consulta constante de información en medios digitales, no necesariamente va en contra de las actividades presenciales, en concreto la cultural y artística, simplemente es una opción de complemento para observar y formar hábitos de asistencia y visualización de los espectáculos. Relacionado con prácticas como la lectura o la escritura que son más comunes de realizar en un ordenador con internet, el acercamiento a obras de teatro por estos canales, potencializa las posibilidades de formar un buen espectador, crear costumbres que permitan y/o atraigan a presenciar y consumir un espectáculo en el foro o en la pantalla. Destacando el aspecto más importante que es la formación y existencia de un público que se encuentre ávido de consumir representaciones culturales, asistencia a galerías, consumidores de arte. El uso de medios digitales como vía de salvación artística en la época actual genera una opinión encontrada en los círculos de creadores escénicos ya que también es cierto que genera un cuestionamiento legal sobre el copyright, copyleft, afectaciones a la industria editorial, entre otros, que es importante tomar en cuenta cuando se desea hacer una representación y reproducción bajo la virtualidad. Se les percibe a las plataformas digitales como un enemigo del teatro, ya que no requiere que el espectador se encuentre en el recinto donde se presentara la obra, sino que lo puede hacer desde una pantalla. Si analizamos nuestro pasado, nos daremos cuenta que esta ideología de que cualquier medio le restaba virtuosismo al teatro tradicional no es nueva. En los años 80´s el teatro mexicano se encontraba en decadencia frente a los escenarios maravillosos que presentaban la radio, el cine y recientemente la televisión. […] la transformación del teatro no es ni mucho menos un asunto que puedan determinar los dramaturgos […] Por el contrario, el devenir del teatro lo decide el arte de la actuación y la participación de los espectadores (Franco, 2004)

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Quiero recordar aquí, que ni la peste negra del Medievo, ni catástrofes naturales de diferente tipo, ni la aparición del cine, luego la televisión y luego los video-juegos, ni la “gripe española” de comienzos del XX, ni las políticas administrativas de diferentes gobiernos neoliberales o populistas, ni algún que otro crítico de nuestra propia tribu….han podido acabar hasta el año 2020 con el teatro, la danza, la ópera, el circo, la performance o cualquier ceremonia de la representación en vivo. ¿Podrá hacerlo el COVID 19? Pues me encuentro entre los que piensan que NO. Guillermo Heras En el estado de alarma decretado por el Covid-19

Pautas en el teatro mexicano; de lo presencial a lo virtual. La velocidad con la que el mundo evoluciona es acelerada, esto lo podemos comprobar con los grandes avances que hemos ido presenciando a lo largo de nuestra historia. Con la llegada del internet a nuestra vida, da comienzo a lo que se conoce a la cuarta revolución industrial. (OEI, 2020) Esta digitalización nos demuestra que hemos avanzado en gran manera y que hasta el día de hoy es casi inconcebible, en nuestra visión contemporánea, un mundo sin interconectividad, una puerta al alcance de la mirada de todos los que se encuentren en la red. El acceso a la comprobación de la información, la conectividad entre largas distancias, la manera de adquirir y compartir bienes y servicios, etc. Son algunas ventajas y opciones que ofrece una herramienta tecnológica como es el mundo digital, era inminente que sería una vía de salvación para el arte y la cultura que ve amenazada su estructura como economía tradicional y que por consecuencias adversas propuestas por el Covid-19, evolucionara y transformara la esencia de consumir y producir cualquier expresión artística. El distanciamiento social, fue pieza clave entre lo presencial y lo virtual, puesto que fue esta norma la que dictamino el cierre de diversos foros de representación de espectáculos, para evitar la propagación de la enfermedad. Por lo que muchos creadores optaron por trasladarse a los medios digitales como camino para desarrollar puesta en escena y exponer el trabajo mediante nuevas reglas de juego.

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Sería absurdo tratar de explicar en estas líneas si lo que se llega a representar en lo virtual es o no teatro. Múltiples dramaturgos, creadores y artistas lo aceptan y existen otros que no, es libre la decisión de hacer y ver teatro en cada ser. Sin embargo, queda claro que los medios digitales ayudaron a la difusión de experiencias artísticas muy diversas y cargadas de una semiótica escénica bien desarrollada que no deja de expandir el abanico de posibilidades creativas para este arte. Partiendo de este punto, muchos creadores no decidieron laborar de otra forma que no fuera si no presencial, lo cual significo una disminución del 68.5% en la productividad (Torre & Melía, 2020), atribuido también a la ansiedad, depresión, estrés y en varios casos, falta de recurso económico que van de la mano de los problemas consecuentes de la pandemia. Similar a esta problemática se encuentra la incertidumbre de los mismos creadores por el devenir del arte y la cultura, así como las acciones que quedaran marcadas en el quehacer teatral y las reglas bajos las cuales se continuara ejerciendo. La otra parte de los creadores escénicos, decidió abordar la problemática, habitando el espacio digital, a manera de exploración o porque ya conocían este medio. Pues recordemos que desde la llegada del video y la multimedia, creadores teatrales vieron en este terreno una oportunidad de desarrollo escénico y que les permitieran plantear sus obras desde diversas perspectivas y nuevos horizontes. La posibilidad de proyectar imágenes y videos en el escenario en tiempo real, el mapping, realidad virtual, son algunos elementos que tienen lugar a partir del multimedia en el teatro. Una obra de teatro puede ser bien, una grabación y esto ayuda a salvaguardar una parte de lo que se presenta de manera efímera y poder visualizar detalles que de otra manera no se pueden percatar. Rescatando la memoria de lo que se llega a ver en el escenario. Caso diferente a lo que es el Streaming (en vivo) una representación que trata de aportar la magia que tiene una obra al estar corriendo al mismo tiempo en que se visualiza, y que con estos tiempos que corren, ha alcanzado gran popularidad y se ha vuelto una forma común de consumir teatro. Los detalles más importantes que requiere este desarrollo escénico en lo virtual combinan lo necesario para producir cine y para producir teatro, entre otros factores. Recordemos que esta estrecha relación entre el teatro y el cine ya había combinado sus características, creando 21


nuevos espectáculos artísticos a partir de las convenciones y simbolismos de ambos géneros, un claro ejemplo sería el mar, en el teatro es representado de manera simbólica, puesto que solo se cuenta con unos escasos metros cuadrados para desarrollarlo, mientras en el cine se cuenta con todo el espacio del mundo, ya que el escenario es la realidad. Al igual que desarrollan en el espectador un gusto por asistir a salas de cine o teatro, ya que es dentro de estos lugares donde el individuo lograr transportarse de un modo más fiel al mundo en paralelo propuesto por la función. Se podría decir que las principales claves diferenciadoras que distinguen al teatro con respecto al cine son: su procedencia mística a manera de ritual, la concepción del espacio, el valor de los diálogos donde prevalece la importancia de la palabra frente a las imágenes en el cine, los tratamientos y relaciones de personajes que van de la mano de los actores que exponen una presencia más directa entre actor-espectador, los contenidos filosóficos que requiere mayor preparación y participación existente en el teatro, los planos en que se desarrollan las acciones que abarca el escenario completo a pesar de la estructura del espacio e iluminación delimitadoras, y la particular forma de comunicación que en el teatro debe ser audible para todo espectador a pesar de ser con volumen bajo y que a diferencia del cine donde se ayuda de la cámara y permite realizar la misma intimidad pero realista.(Santos, 2012). Un ejemplo de la ligera línea divisora existente entre el teatro y el cine lo realiza la gran expositora de este medio, Katie Mitchell, inglesa que rediseña el cine y lo combina con el teatro, Cine dentro de teatro, haciendo simultáneamente una proyección cinematográfica y una representación teatral, donde podemos observar la pantalla que refleja lo grabado en ese momento o ver la interpretación sobre el escenario. (Rodríguez, 2019) Es cierto que quien se especialice en lo teatral conozca de alguna manera la ruta para llegar al cine, pero no todos tienen esa aptitud, por lo que se decidió continuar haciendo teatro, pero ahora en lo virtual. La mayoría de los mexicanos que realizan el ejercicio de presentar obras online, lo hacían antes de la crisis y mencionan que los ingresos por actividad son relativamente bajos, que van desde el 0 al 20% de ganancias en relación a una obra presentada en un foro tradicional. Y donde la principal problemática fue la de adaptación a esta tecnología y que significo una apropiación del terreno, que van desde cual plataforma es la ideal para presentar su trabajo hasta la más accesible económicamente hablando y que sea 22


redituable. Ahora bien, en la actualidad contamos con gran variedad de soportes tecnológicos que nos ayudan con variadas funciones y herramientas, a realizar una expresión artística y poder llevarla al público digital; las principales que cuentan con preferencia son YouTube (26.5%), Instagram (23.5%), Facebook, Zoom y Streamyard (21.5%) (Cultura, 2020) entre algunas otras. Otro elemento de gran importancia que resulta imprescindible al momento de realizar una obra en línea y tal vez sea el que mayor peso tenga, es la cámara, sin la cual no permitiría grabar el proyecto escénico para posteriormente reproducirlo en otros espacios. Este “actor” ha existido desde su llegada con el cine, y desde entonces ha permitido la reinterpretación de los escenarios existentes y poder abordarlos desde la transversalidad que ofrece este elemento, donde se combinan luces y sonidos que ayudan a crear un ecosistema más profundo y que ayudado de la edición, aporta una gama más amplia de herramientas para focalizar lo que se desea mostrar. La relación entre cámara-actor, forma parte de los fundamentos necesarios para que se evite confundir y no se deslice hacia el arte de la cinematografía, pues bien, el actor interpreta ante la cámara, es decir, la narrativa del actor depende de él mismo y no viene impuesta por los planos o movimientos de la cámara, así como la composición gestual y corporal del actor frente a la misma (Artuñano, 2014). El tiempo-ritmo es igual, un componente diferenciador entre teatro y cine, que viene encaminado por el director, quien gobierna la grabación con criterios de la teatralidad. La imagen impone un encuadre y rapidez, pero el director se encarga de marcarlos y evita que el actor se vea minúsculo frente a todo el entramado audiovisual que le rodea. La cercanía que propone la cámara, aporta una pieza clave que con la nueva normalidad se había perdido, se busca rescatar el volver a encontrarnos juntos al momento de presenciar una pieza teatral. Se auxilia de encuadres, acercamientos, planos, ingredientes propios que se usan para hacer video, ahora forman parte del repertorio de lo teatral y que van aportando lozas para reconstruir esa separación social que se pide. Pero, ¿Quién puede estar cercano de una pieza teatral, transmitida por internet, frente al hecho mismo de tener acceso a esta tecnología? Como se mencionó en el tema anterior, en México existen problemáticas como es la pobreza, desnutrición, educación, salud pública, 23


homicidios, desigualdad social, que requieren que los planes políticos y económicos, tornen a atender también estas áreas. Es posible que estemos frente a la fisura más desigual e injusta, puesto que los espectáculos artísticos solo son posibles ser visualizadas por quien tenga acceso a internet, dejando en parte de la población sin esta posibilidad de seguir construyendo caminos con el arte. Recordemos que la norma de salud del distanciamiento social provoco cierre de negocios y pérdida de empleo en varias personas, por lo que el ingreso económico mermo y lo poco que se recibe resulta fundamental para adquirir lo más elemental para vivir. En específico, en el estado de Guanajuato somos cerca de 6,166 934 millones de habitantes (INEGI, 2020) donde hay 52 personas dependientes por cada 100, lo que dicta que casi la mitad de la población (47.72%) se encuentra económicamente activa. Las personas que no hacen alguna actividad económica pertenecen al estudiantado, labores domésticas, jubilados entre otros. En la Ciudad de León, la más habitada de todo el estado, con 1,721 215 personas, cuenta con un 66.3% de personas económicamente activas, lo que se ve reflejado en la disposición de bienes con un índice elevado sobre el acceso a refrigeradores, lavadora y automóvil. El 59.7% de la población tiene acceso a internet, ahora bien, para poder observar los espectáculos en línea cuentan con la computadora (44%) y teléfono celular (92%) entre otros medios propuestos por instituciones públicas y privadas, sin embargo, el público de lo digital apela a ciertas particularidades y necesidades que el teatro en tradición no ofrecía con regularidad y que al verse trasladado al internet sufre de modificaciones y adaptaciones que ponen en jaque al espectador regular del teatro, pensando que lo que se ve en pantallas, carece de valor escénico y/o artístico. Una de las iniciativas propuesta por la comunidad cultural-artística hacia los organismos públicos, fue el desarrollar planes de ayudas económicas extraordinarias a industrias culturales/creativas, al igual que ofrecer un plan de ayudas directa a los creadores y profesionales de la cultura más desprotegidos a corto plazo. Ambas iniciativas representan un 50.6% y 40.3% de elección (Cultura, 2020) fueron las más destacadas entre algunas otras como el aumentar presupuestos de cultura para impulsar la recuperación del sector. Una característica principal necesaria para crear contenido virtual es el desarrollo de una nueva dramaturgia que permita abrazar a todo él hecho escénico y a su vez ser expuesto dentro del mundo digital. Entender a los espectadores vía internet se convierte en una doble 24


tarea para algunos artistas que están acostumbrados a lo presencial y donde es necesario más que nunca hacer un correcto uso de cada instrumento. (Bashkar, 2017) En un vórtice como es el internet, llegamos a la saturación de productos y servicios en poco tiempo, poniendo a disposición del espectador un sinfín de imágenes que llegan a desorientar y aturdir sobre los espectáculos y expresiones artísticas que hay, por lo que resulta necesario aleccionar a nuestro espectador más activo que nunca sobre como discernir entre las múltiples opciones que existen, para a su vez poder filtrar y delimitar lo que se ofrece dentro de lo escénico-virtual.

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Ejercicios de un teatro para-pandémico Al inicio de la cuarentena, periodo de aislamiento público, se suscitó la pregunta de ¿Cuándo volveremos a estar en conjunto con el escenario? El director Enrique Singer escribió “ El teatro es el arte de la presencia y como ahora la presencia esta anulada es cuando más nos vamos a necesitar” así como Boris Shoenman menciona “Si es teatro o no es teatro no interesa, lo que importa es comunicarnos, crear y lo haremos de cualquier manera posible” (Miranda, 2020) Muchas personas del medio artístico-cultural no veían esclarecido su futuro respecto a los escenarios y el cómo podrían ejercer su profesión, al verse decretado el cierre y en algunos casos el punto final a los espacios de representación. Esto obligo a muchos creadores a dejar de lado este oficio y emplearse en otras áreas laborales que les permitiera subsistir, pero otros, los que decidieron hacer frente a esta situación y con algunas expectativas sobre como resultaría el experimento, probaron diversos medios, estrategias, espacios y canales para desarrollar el arte escénico. Cabe mencionar que algunos ejercicios ya se hacían con anterioridad, pero en muchos casos, fue la cuarentena un parteaguas que propicio la exploración y así obtener un legado de caminos por desarrollar a futuro.

Teatro Telefónico No hay futuro posible / México Una primera alternativa diferente y a la que muchos de nosotros no estamos o estábamos acostumbrados es al teatro vía telefónica, se podría considerar una variante del radio-teatro, al ser el sonido el único medio expresivo por el cual podemos comunicarnos, sin embargo, en este caso, se realiza una llamada por teléfono, en donde se tiene una relación más directa entre el público y actor. Teatro UNAM en compañía de grupos artísticos como Pentimento, Las Desconocidas y la Empresa, presentaron en este tiempo de innovación y redescubrimiento, el proyecto de “No hay futuro posible” donde 4 actrices de México, Argentina, Chile y Puerto Rico realizan una llamada telefónica uno a uno con el espectador. Una organización distinta al teatro tradicional que conocemos, con requisitos específicos, limitantes como la incapacidad visual y libertades como la disposición e improvisación entre público y actor, se van dando al irse relatando la obra. 26


Estableciendo el día de la “función” se marcó al número dado por el participante y se realizó la llamada, dando pie a la conversación y de ahí a un texto donde la ficción y la realidad van uniéndose y formando un interlocutor en ambas partes. El asistente, espera pacientemente, hasta que recibe la llamada de alguien, un ser que de primera mano concreta las reglas de juego y de cómo funcionara el espectáculo, una vez entendido todo, se pasa la obra, donde con forme avanzan los minutos de la llamada, actriz y publico dan pie a una relación única y donde ambas personas fungen como actores, pero a su vez como espectadores. Dependiendo de la temática del evento, la conversación puede tomar un camino u otro, aunado estrechamente de las respuestas que proporcionen y susciten en la charla por ambas partes

(UNAM, 2017) Vitrinas teatrales Seven Deadly Sins (Siete Pecados Capitales) / Estados Unidos A causa de los cierres de foros y teatros, las alternativas para presentar espectáculos teatrales en físico obligo a trasladar el teatro a donde la gente pudiera consumirlo, cumpliendo con los lineamientos del distanciamiento, provocando en EU que siete tiendas de la vía peatonal “Lincoln Road” transformaran sus vitrinas y escaparates en lugares para presentar teatro, y

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cumpliendo así con la medida de sanidad. La idea nace de la imposibilidad de llevar gente al teatro, y cambiar el modelo, llevando el teatro al público. El espectador se mantiene al margen del espectáculo con el vidrio que los divide, protegiéndose de esta manera ambas partes. El audio de la obra se rescata con unos audífonos que se encuentran en el asiento del espectador. La obra que se presenta es “Seven deadly sins” de Michel Haussman, son pequeños textos de 10 minutos cada uno en los que se actuan los pecados capitales y se exponen su situación política y sanitaria actual. Elementos teatrales como la escenografía, música, iluminación y el drama son expuestos en cada representación

(Efe, 2021)

Teatro por la mirilla de una puerta Tsuki Akarino Ido Gekijyo (Teatro Móvil a la Luz de la Luna) / Japón Otra opción que lucha por la permanencia de la presencialidad física se da en Japón, en este caso una compañía escénica de danza, pero que de igual forma su concepto es adaptable al teatro, creo una plataforma movible circular en la que los espectadores se encuentran divididos por puertas y que pueden observar el espectáculo a través de una rendija de la misma.

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Cada uno de los 30 cubículos de 1.99metros por 90centimetros es personal y es orientado al centro del escenario, a manera de anfiteatro, el intérprete tiene un espacio que se delimita con las puertas de los espectadores. El objetivo clave que los incito a esta forma de representar fue la pandemia, buscando el mínimo contacto con el actor y con los demás espectadores. Una estructura en madera y con algunas limitantes como lo es la visión general del evento, ya que limite visual es reducido a una rendija conforma esta idea. Su creador el coreógrafo Nobuyshi Asai, puntualiza que, limitando la visión del espectador, permite que el público se centre en la actuación. El aforo es apenas de 30 personas como se menciona, un número muy reducido de asistentes, tomando en cuenta los gastos y necesidades que se ocupan para continuar con las normas de sanidad, se buscaron apoyos gubernamentales y con esto a penas se ayuda a la manutención y pago de los actores. Un riesgo de inversión poco seguro, pero el director insiste en el proyecto, donde cree que, si no se hace, los artistas perderán su oportunidad de actuar o bailar.

(NIUS, 2021)

Teatro por las Azoteas Sueños de Azotea / México

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Una apropiación y resignificación de los espacios, fue uno de los pensamientos más destacados en el periodo de confinamiento, buscar un lugar en donde fuera posible presentar algún evento cultural, manteniendo las medidas de seguridad. Es así como una compañía de la Ciudad de México decidió llevar su escena a la azotea de una casa, creando una puesta en escena donde los tinacos, antenas parabólicas, casas y tendederos forman parte del nuevo escenario adaptado. Sonidos de los demás vecinos, ruidos de carros o ladridos de perros, se suman al momento de presentar la obra, que acepta y adapta esa sonorización a la escena. La obra se centra en 4 azoteas y gira entorno a los vínculos emocionales que tiene cada persona con sus pertenencias, así también trata de darle un uso escénico al espacio en el que se encuentra. El espectador en este caso, está presente desde su propia casa, pero haciendo uso de su tejado. Balcones, escaleras o plazas cercanas, fungen como butacas, permitiendo salvaguardar el bienestar con los actores. Se realizó en colaboración de la plataforma Contigo a la Distancia, un apoyo gubernamental que emergió a partir de la cuarentena, por lo cual la obra es grabada igualmente y puede ser vista por plataformas digitales.

(Curiel, 2020) 30


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