Revista número 170

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ERASE UNA VEZ EL PROYECTO CRECE

Erase una vez: El Proyecto CRECE Roberto Ortiz Lora

Las vacaciones socioeducativas para niños y jóvenes con enfermedad renal que actualmente conocemos como Proyecto CRECE es el proyecto estrella de la Federación Nacional ALCER. Este proyecto lleva realizándose desde hace más de treinta años. Desde la primera edición hasta nuestros días ha sufrido una evolución. Dos de sus participantes de ediciones anteriores nos cuentan su experiencia en primera persona: Oscar Franco Soy vendedor en una empresa multinacional de distribución de bricolaje, decoración y jardinería. Llevo 6 años en el puesto y he participado en el montaje y apertura de tres tiendas nuevas en la región sur. Aunque la función renal ha disminuido bastante, aún me encuentro trasplantado desde Mayo de 1998, 16 añitos ya. Si tuviera que definirlo en una sola palabra el Proyecto CRECE diría que es “Imprescindible”.Tuve la suerte de asistir desde los 12 años que fui a Jaca hasta los 17 en el País Vasco. Pasando por Matalascañas, el Puerto de Santamaría. En esas experiencias conoces y entablas amistad con personas con la misma patología que tú, compartiendo vivencias y aprendiendo mucho sobre la enfermedad, los cuidados y las precauciones. Además de conocer personal de enfermería, las personas de ALCER te aportan su experiencia Los últimos años, aunque fui como un participante, por la diferencia de edad de algunos de los más pequeños, pude ayudar al equipo de monitores con la medicación y los tratamientos, como la diálisis, de los más pequeños. Fue algo muy reconfortante.

Nº 170- 2014

Pablo Vargas: Estudio 5º medicina en la universidad de valencia. Estoy trasplantado de riñón desde hace 12 años. Fui a las vacaciones ALCER desde los 10 años hasta los 17, durante 8 veranos consecutivos, recorriendo multitud de lugares de la geografía nacional, desde Huesca los primeros años, hasta Castellón en mi último verano, pasando por Marbella, Bilbao, Asturias, Cáceres y Ciudad Real. En todos estos años conocí un gran número de lugares pero sin dudo más que los lugares, lo que me quedo es con las personas maravillosas que conocí, tanto otros enfermos como yo con los cuales me llevo una amistad para toda, así como los monitores y personal sanitario de ALCER de los cuales guardo un gran recuerdo debido a su gran dedicación para que nosotros lo pasáramos lo mejor posible y aprenderíamos sobre nuestra enfermedad. Como he dicho sin duda tengo muchos recuerdos positivos de esos veranos que pasaba en ALCER. Pero sin duda el mejor era el primer día de todos los campamentos, ese momento en el que te reencuentras con tus amigos, tanto enfermos como trabajadores de ALCER y era como si no te hubieras separado nunca, todo era como siempre, como si el resto del año no hubiera existido y no hubiéramos dejado de estar juntos un año entero. Sin duda esa complicidad es el recuerdo más especial que guardo.


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