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<< divulgativo >>

El Síndrome de Piernas Inquietas, se da en ambos sexos, si bien es algo más frecuente en el sexo femenino. El comienzo puede ser a cualquier edad, incluso en la infancia (muchos niños, etiquetados de hiperactivos, padecen este síndrome); no obstante, los casos mas frecuentes y mas importantes, aparecen en la edad adulta; aumentando la severidad del mismo con la edad.

En casos muy extremos, el paciente no descansa nunca, llegándose a quedar dormido durante los paseos que tiene que realizar; pues el ver la televisión, leer, estudiar o escribir, no solucionan nada su problema, ya que el paciente no se puede concentrar y se agrava aun mas su estado de nerviosismo.. Prevalencia: Se estima que un 8 % de la población mundial sufre este síndrome; aunque no sería descabellado pensar que esta cifra sea bastante más elevada, debido a que es una entidad nosológica que no se diagnostica con la frecuencia que requiere (y muchas veces, sencillamente por que no se piensa en ella), o no se hace un diagnóstico correcto de la misma e incluso, muchas personas afectas por estas molestias, no acuden al médico, porque piensan que no se lo van a tomar en serio; minimizando o poniendo el pretexto que son síntomas tan leves que no requieren tratamiento. Algunos médicos, equivocadamente atribuyen estos síntomas, a estados de “nerviosismo”; de “insomnio” o de “stres”, habiendo llegado a etiquetarlos de “artritis”, consecuencia de los calambres o al envejecimiento. Es un síndrome poco conocido, poco valorado y en consecuencia deficientemente tratado. 22 < ALCER

Fisiopatología: Partiendo del supuesto, que se trata de un problema periférico y ante la falta de anomalías neurológicas ostensibles; hizo pensar y afirmar como mas probable que la causa fuera también periférica; basándose, en que el efecto beneficioso del movimiento, la vaso dilatación y la fiebre, apoyaban la teoría de que el trastorno estuviera provocado por una excesiva acumulación de metabolitos en el tejido, y por eso empezaron a emplear sustancias vaso-activas, en algunos casos con buenos resultados aparentemente. Para otros observadores; el origen de la enfermedad hay que buscarle en el cerebro o médula espinal; en su comportamiento con el transporte, almacenamiento y utilización del hierro como elemento interviniente en la acción de neurotransmisores químicos de los impulsos nerviosos en relación con la dopamina. Es decir, el origen, parece estar en un trastorno del sistema dopaminérgico a nivel del sistema nervioso central; ya que la dopamina es un “neurotransmisor químico” de los impulsos nerviosos, para coordinar los movimientos; por tanto, se trata de un déficit de dopamina como responsable del síndrome; pero la causa de este déficit, no se conoce; aunque se cita también una cierta dificultad de almacenamiento del hierro en el cerebro y consiguientemente su dificultad para reutilizarlo. La falta de hierro provoca una disminución de la actividad del sistema dopaminérgico, con la consiguiente reducción de los niveles de dopamina. Todos los procesos que cursan con anemia, como: La insuficiencia renal, uremia, el embarazo, artritis reumatoide, etc, pueden desencadenar el Síndrome de Piernas Inquietas; de ahí, que el 50 % de los enfermos renales, sobre todo si están sometidos a diálisis, sufran el Síndrome de Piernas Inquietas.


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