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de nuevo la región de Zaporiyia

KIEV AGENCIA / EFE

El Ejército ruso ataco de nuevo en la noche del jueves la región ucraniana de Zaporiyia y su capital homónima, en el sur del país y donde se encuentra la mayor central nuclear de Europa, dejando a miles de personas sin energía eléctrica.

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La ofensiva se produjo a última hora del día, horas después de que Rusia hubiera lanzado decenas de misiles contra hasta diez regiones del país que causaron una decena de muertos y dejaron a la central nuclear desconectada de la red eléctrica de Ucrania durante horas. “La abominación racista (rusa) atacó cínicamente nuestra ciudad nuevamente. Como resultado de los vuelos, se dañaron instalaciones de infraestructura crítica”, dijo Anatoliy Kurtev, secretario del ayuntamiento de Zapori- yia, en declaraciones recogidas por la agencia local Unian. Tras el ataque “se produjo un incendio.

Según informaciones preliminares, dos instituciones educativas resultaron dañadas y unos 20.000 abonados se quedaron sin electricidad. La calefacción y el suministro de agua también faltaban en algunas zonas de la ciudad.

“Actualmente, el suministro de electricidad, calor y agua en Zaporiyia se ha restablecido parcialmente. El trabajo está en curso”, aseguró el funcionario municipal.

Preocupaci N En El Oiea

La planta nuclear ucraniana de Zaporiyia (ZNPP) ya quedó el jueves completamente aislada de la red eléctrica tras los ataques masivos rusos que se produjeron durante la madrugada del jueves.

El Organismo In- ternacional de Energía Atómica (OIEA) informó que la central había sido reconectada a una línea externa de suministro eléctrico tras once horas en modo de emergencia, dependiendo de generadores diésel.

“La pérdida hoy de toda la energía externa ha demostrado una vez más lo frágil y peligrosa que es la situación de la central nuclear de Zaporiyia”, advirtió al respecto Rafael Grossi, director general del OIEA.

Grossi recordó que esta es la sexta vez que Zaporiyia queda sin suministro eléctrico desde el comienzo de la invasión rusa y la ocupación de la instalación.

Además, indicó que los inspectores del OIEA destinados en la central volvieron a escuchar “fuertes bombardeos”, un indicio del aumento de la actividad militar en esa región.

Según un boletín preliminar del Servicio Geológico Colombiano (SGC), el movimiento telúrico ocurrió a las 4.18 hora local (9.18 GMT) a una profundidad de 151 kilómetros y tuvo como epicentro la región de Los Santos, en el departamento de Santander, en el centro-oriente del país, donde está una de las principales fallas geológicas del país.

La violencia del movimiento sacudió buena parte de las infraestructuras y fue particularmente fuerte en Bogotá y Medellín, así como otras ciudades como Bucaramanga, capital de Santander, la urbe más cercana al epicentro, y

El director de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava, pidió en la cuenta de Twitter de la entidad “a la ciudadanía y comunidad un informe de afectaciones y daños” para que los organismos de respuesta puedan “tener un balance rápido de la magnitud del evento”.

“Después del movimiento telúrico que se sintió en Bogotá, estamos haciendo monitoreo de posibles emergencias. A esta hora se informa de normalidad en las 20 localidades” de la capital, informó por su parte el Cuerpo de Bomberos de Bogotá.

Los representantes de la Fiscalía y de la Oficina de Investigación Criminal de la policía señalaron por su parte que el atacante, que ha sido identificado como Philipp F., de nacionalidad alemana, no contaba con antecedentes penales de ningún tipo y poseía un permiso de armas como tirador deportivo.

LA MOTIVACIÓN DEL ATAQUE, AUN POR ESCLARECER

Para el crimen empleó la pistola que estaba registrada a su nombre y en su vivienda han sido halladas múltiples cajas con municiones.

Además la policía ha confiscado dispositivos electrónicos que todavía están siendo investigados.

Aunque la motivación del ataque todavía está por esclarecer, no hay indicios de que haya un trasfondo político, sino que las autoridades apuntaron más bien a una posible disputa personal, a pesar de que no entraron en detalles.

Philipp P. había sido testigo de Jehová pero abandonó la comunidad religiosa hace aproximadamente un año y medio, “de forma voluntaria pero no de buenas maneras”, según el portavoz de la Oficina de Investigación Criminal, Thomas Radzuweit, aunque sobre las circunstancias de su partida las informaciones por el momento son contradictorias.

Las siete víctimas mortales del ataque son cuatro hombres y dos mujeres, de entre 33 y 60 años y todos ellos de nacionalidad alemana, así como una criatura nonata de siete meses de gestación. Ninguno de ellos eran parientes del atacante.

Ocho personas resultaron heridas y cuatro de ellas permanecen de momento en estado grave. Seis poseen nacionalidad alemana, ptra es una mujer ugandesa y una ucraniana.

Los hechos ocurrieron sobre las 21:00 horas de la noche del jueves cuando una cincuentena de testigos de Jehová se hallaban reunidos celebrando un oficio religioso.

El edificio de tres plantas se encuentra en la calle Deelböge y medios locales informaron de que en el Salón del Reino los miembros de los Testigos de Jehová se reúnen dos veces a la semana.

Comunicado FGR DPE/0764/2023

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