10 Espectáculos
Miércoles 29
Mayo de 2013
Cd. Reynosa, Tam.
VIDA
el SOL
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Xc gXjX[f DXk\i`Xc [\ <C LE@M<IJ8C" DyO@:F# ;%=%# dXpf )/ <C LE@M<IJ8C %$ Un niño que pasea con sus padres por el Centro Histórico de la ciudad se esfuerza por alcanzar a ver lo que yace en el fondo de esa cavidad cubierta con un cristal que tanto llama la atención de la gente que entra y sale de la Catedral Metropolitana. El polvo, la humedad y las filtraciones de lluvia que empañan el vidrio de las cuatro ventanas arqueológicas que se encuentran en el atrio impiden apreciar con claridad los basamentos prehispánicos, las escalinatas de una pequeña capilla de la primera catedral y fragmentos de azulejos de los siglos XVII o XVIII. Algunos turistas o transeúntes, como aquel pequeño, deben arrodillarse y pegar la cara al vidrio para visualizar lo que hay detrás. Otros, a falta de cédulas informativas resuelven sus dudas preguntando a quienes se asoman a ver, o escuchan lo que los guías de turistas explican. "Pero no se ve nada", dicen dos señoras que quieren comprender qué son esos restos de muros y pisos sobre los que han crecido algunas plantas. "Lo que hace falta es colocar unos deshumificadores (que eliminan el exceso de humedad), inyectar un químico que evita el crecimiento de la vegetación y poner lámparas especiales para que se vea bien", explica a unos metros el arqueólogo José Álvaro Barrera Rivera al grupo de personas que lo acompañan en un Paseo Cultural que organiza Turismo Cultural del INAH, recorrido que incluye la visita a vestigios arqueológicos y testimonios arquitectónicos de la presencia novohispana
en mediaciones del antiguo recinto ceremonial de Tenochtitlán, que han quedado a la vista del público a través de pequeños espacios excavados en el subsuelo. "El mantenimiento no es suficiente, es tan amplio el espacio y las condiciones especiales, que difícilmente se puede abatir la humedad. El problema siempre es el dinero", comenta el arqueólogo, quien ha estado al frente del Programa de Arqueología Urbana del Museo del Templo Mayor, área que interviene arqueológicamente en los predios que en la época prehispánica formaban parte del recinto sagrado de Tenochtitlán. Estas ventanas, destaca el arqueólogo, representan la oportunidad de difundir los hallazgos arqueológicos y mostrar el proceso cultural que ha sufrido el Centro Histórico. "En una sola ventana se puede conocer todo el proceso cultural de la ciudad". Como las que se encuentran en el atrio de la Catedral, la mayoría de las 36 ventanas arqueológicas que existen en el Centro carecen de cédulas informativas, otras padecen las inclemencias del ambiente por permanecer en espacios abiertos y requieren mantenimiento. En algunas, como una pequeña ventana abierta al pie de una de las columnas del corredor del Antiguo Palacio del Arzobispado, hoy Museo de la Secretaría de Hacienda, y en una de las que se encuentran en el antiguo Colegio de Cristo, actualmente Museo de la Caricatura, además de los basamentos prehispánicos y coloniales saltan a la vista basuras: plumas, tapas de refresco y residuos de plástico o papel.
Miércoles 29
Mayo de 2013
Cd. Reynosa, Tam.
el SOL
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Descubren 8 sitios arqueológicos
en el desierto de Colorado Policía de NY no golpeó vagina de la polemica Amanda Bynes DyO@:F# ;%=%# dXpf )/ <C LE@M<IJ8C %$ El fin de semana Amanda Bynes aseguró que durante su arresto del pasado jueves un policía le había pegado en la vagina, pero el Departamento de Policía de Nueva York asegura que no hay evidencia para corroborarlo. La página web de la revista
"People" reproduce un comunicado del departamento en el que se habla sobre el incidente con la actriz de 27 años. "Investigadores de Asuntos Internos no encontraron evidencia para corroborar los alegatos de la señorita Bynes. Al contrario, un testigo civil con credibilidad que estuvo con los oficiales dijo a los investigadores que
ninguno tocó a la señorita Bynes de manera inadecuada o tuvo alguna conducta incorrecta". El jueves por la noche Bynes fue arrestada por consumo de mariguana y pasó la noche bajo arresto. Días después aseguró en su cuenta de Twitter que uno de los policías había tocado su vagina, lo que consideraba acoso sexual.
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L
uego de tres años de exploraciones con la colaboración de indígenas cucapá, arqueólogos del INAH descubren ocho sitios de “gran riqueza arqueológica”, cuya antigüedad va de los 400 a 7,000 años y rastro de los primeros cazadores-recolectores-pescadores que poblaron dicha sierra enclavada en el desierto de Colorado. En un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se añade que los arqueólogos descubrieron esos ocho campamentos temporales de la cultura cucapá en los abrigos rocosos de la Sierra
del Mayor, ubicada al sur de Mexicali, en Baja California. En ese sitio encontraron cientos de huesos de animales –algunos extintos-, además de cerámica, lítica y lugares donde se extraía óxido de hierro que servía de pigmento para pintura corporal y mural, así lo señaló el arqueólogo Antonio Porcayo Michelini, responsable del proyecto de investigación “Registro y rescate de sitios arqueológicos de Baja CaliforniaFase Municipio de Mexicali”. Porcayo Michelini desde 2008 comenzó a internarse en la sierra en busca de vestigios para integrarlos en el registro y catálogo del INAH, señaló que “Los cucapá, son una de las cuatro etnias yumanas,
originarias de Baja California, región en la que han habitado desde hace por lo menos 2,000 años, según indican sus raíces lingüísticas”. Porcayo explicó que existen más yacimientos en otros puntos de la península de Baja California, pero este es el primero que se descubre en la Sierra del Mayor cucapá. Detalló que en el interior de la sierra se localizaron ocho campamentos, uno de ellos en un abrigo rocoso. Algunos de éstos fueron ocupados por quienes los investigadores denominan “indígenas cucapá arqueológicos”, cuya antigüedad va de 400 a 2,000 años, en tanto que en los otros habitaron grupos nómadas anteriores a dicha cultura,
hace 7,000 años aproximadamente; tales lugares se conforman de estructuras circulares de piedra colocadas a una hilada conocidas como “corralitos”, que servían de cimiento para tejer enramadas, donde se habitaba. En cada campamento se encontraron cinco y hasta siete corralitos, lo que indica que hubo varias familias viviendo de manera temporal, explicó Porcayo tras destacar que al momento de excavar los sitios, en dos corralitos se descubrieron cientos de huesos de animales consumidos como alimento; algunos tienen huellas de cortes de desarticulación, una minoría están trabajados y otros más fueron utilizados como materia prima
para elaborar herramientas. Puntualizó que antes se pensaba que estos corrales eran utilizados por los indígenas únicamente para pernoctar, ahora con esta evidencia se muestra que también eran grandes hornos para cocinar los alimentos, mismos que después cubrían con tierra en época invernal para aprovechar el calor del suelo y tener un reposo nocturno más confortable. Entre la fauna identificada por la arqueozoóloga Andrea Guía Ramírez destacan las aves, recurso que no se sabía era explotado por los cucapá prehistóricos; detalló que 90 por ciento de los restos de aves analizados corresponde a la especie zambullidor pico amarillo.