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Editorial Hilos de esperanza

ES POSIBLE que estemos pasando un momento crítico y nos identifiquemos con Victoria Camps cuando dice que "se abre paso de nuevo una mentalidad reaccionaria, literalmente: volver al pasado para eludir los problemas que tenemos hoy" pero no por ello deja de ser interesante este momento para seguir soñando y buscando la felicidad. Hoy vivimos en una sociedad donde el consumismo desmedido nos ciega y, aún peor, nos esconde los mejores valores y el auténtico disfrute de la vida. Seguimos intentando dominar a los demás, tratando de servirnos de ellos, olvidando la inigualable satisfacción de sentirnos útiles y regalar felicidad. Con unas elecciones próximas es posible que los diversos partidos nos presenten una política sin principios, un progreso sin compasión, una riqueza sin esfuerzo, el derecho sin justicia, la verdad sin diálogo, la razón sin dudas, los medios de comunicación social sin ética y la vida sin responsabilidad. Existen fanatismos religiosos y también políticos como creer que la independencia puede traer la felicidad. Querríamos superar nuestras propias debilidades y dedicarnos a luchar contra las injusticias que desgraciadamente padece la mayor parte de la humanidad. Es verdad que hay cosas que dependen de nosotros, casi todas, y cosas que no podemos cambiar porque nos superan y están por encima de nuestras posibilidades. Pero necesitamos mantener vivos nuestros deseos de seguir viviendo y mantener las expectativas altas. Hay personas, noticias, que nos ayudan a mantener un hilo de esperanza. Quiero referirme a la joven de 16 años, Greta Thunberg, que lleva su valioso discurso a Bruselas: "La gente nos dice que tienen la esperanza de que la gente joven salve el mundo, pero no lo vamos a hacer. Simplemente no hay suficiente tiempo". Esta joven decidió sentarse cada viernes desde el inicio del curso escolar a las puertas del Parlamento de Estocolmo, en huelga por el cambio climático y su voz se escuchó en el Foro de Davos (Suiza), a donde acudió como invitada el pasado 25 de enero. Greta se ha convertido en una de las voces más importantes en la lucha por el clima en Europa. La joven sueca ha advertido a la Unión Europea que el objetivo de reducción de emisiones de 2030 no es suficiente para parar el cambio climático. Durante una conferencia organizada por el Comité Económico y Social Europeo en Bruselas, Thunberg pronunció un discurso sobre la movilización de los jóvenes contra del cambio climático en el continente. Ellos llevan varias semanas manifestándose, y España se ha sumado en este mes de marzo. En un mensaje directo a los políticos detractores de sus ideas, la activista instó: a "los que creen que debemos estar en el colegio" a que falten a sus puestos de trabajo y se manifiesten por el clima en la calle. "Si aún decís que estamos malgastando valioso tiempo de clase, os recuerdo que nuestros líderes políticos han malgastado décadas de inacción y negacionismo", criticó la joven. Otro hilo de esperanza es el movimiento feminista que con el lema de este año "pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio" es un motor de esperanza y de búsqueda de la felicidad. ¿Cómo es posible que en este siglo XXI las mujeres no gocen de los mismos derechos que los hombres? Esperanzador es y así lo quiero reseñar que este año puedan votar más de 100.000 personas con discapacidades intelectuales después de haber sido advertido nuestro país de esta anomalía por parte del Consejo Europeo. Se ha dado un paso importante para hacer posible las tres palabras que Jesús Vidal (premio Goya como mejor actor revelación en la película Campeones) pronunció: "inclusión, diversidad y visibilidad". Hay muchos brotes de esperanza aunque no los veamos porque nos ciegan las noticias interesadas que llenan los medios de comunicación. Es nuestra obligación buscar la felicidad no sólo para satisfacer los deseos o las condiciones de vida mejor sino también, y esto es lo prioritario, como realización personal. Aunque somos conscientes que vivimos unos momentos muy agitados no por ello dejan de ser interesantes para desechar el miedo y mantener vivas las expectativas de un mundo en búsqueda de la felicidad. Hilos de esperanza

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