Darth plagueis

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Star Wars: Darth Plagueis

—Entonces —dijo Maa Kaap, poniéndose en pie. Los miembros escucharon intensamente mientras la capitán Lah resumía el pequeño intercambio que había tenido con el polizón muun, que se había negado a proporcionar a ningún detalle personal, ni siquiera su nombre. Ni había ofrecido explicación alguna por su presencia en Bal’demnic, ni había divulgado la razón por la que quería marcharse deprisa. Lo que era más importante, no había revelado nada sobre la causa o naturaleza de su herida. En su lugar había determinado organizar un trato para un pasaje a Muunilinst, un planeta en la parte más lejana del Corredeor Braxtan y el cuartel general corporativo del Clan Bancario InterGaláctico. —¿Qué te dicen tus entrañas, capitán? —preguntó PePe, con sus orejas puntiagudas agitándose con curiosidad. La capitán Lah miró hacia atrás al corredor que llevaba a la bahía de carga 4. —Es tan escurridizo como se puede ser y está acostumbrado a salirse con la suya. Pero o le llevamos de vuelta a Bal’demnic, y ponemos en riesgo nuestra carga, o le dejamos en nuestra primera parada y le convertimos en el problema de otro. —O simplemente le tiramos fuera ahora —dijo Wandau. Lah negó con la cabeza. —No sabemos que no le dijera a alguien en Bal’demnic que se estaba escondiendo. Y si lo hizo, su desaparición podría meternos en una mierda seria. —¿Entonces qué va a ser? —presionó Maa Kaap. Lah puso los labios en una línea fina. —Creo que deberíamos quitárnoslo de encima tan pronto como sea posible. Wandau y Zuto intercambiaron miradas. —¿No queréis ni siquiera discutir ponerle precio al pasaje? —Nunca he estado en el Corredor Braxtan —dijo Lah—. ¿Habéis estado alguno de vosotros? Las cabezas negaron. —¿Está dispuesto a cubrir los costes de la carga estropeada? —preguntó PePe. —Dijo que sí. —Entonces quizás le llevemos a Ithor —continuó el kaleesh—. Si demuestra ser un pasajero cooperador, podríamos considerar llevarle todo el camino hasta Muunilinst. Con certeza no haría daño familiarizarse con ese rincón del espacio. —No sé… —Lah tomó su labio inferior entre sus dientes. —Yo iré un paso más allá —dijo Zuto, inclinándose con su morro bigotudo—. Quiero decir, este muun podría ser un premio gordo que nos ha caído justo en el regazo. ¿No acababas de decir que ningún banco nos concedería jamás un préstamo por el Desolado? Bueno, Muunilinst es el banco y este muun puede proporcionar todos los avales que necesitemos jamás. —Nuestra recompensa por años de llevar vidas limpias —añadió PePe. Lah les miró a los dos. —¿Qué significa eso? ¿Le retenemos para pedir un rescate?

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