Red6 revista issuu

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#ASO CIACIO NISMO


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CONTENIDOS 05

CONTENTS

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#01.PROYECTOS

Sala Carolina.

Rosa Molero

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#02. MIRADAS

Dónde voy cuando digo que voy al teatro.

Rafa Casañ

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#03. TEXTO CENTRAL

No me jugaría mi vida en un bombo de lotería.

Maribel Bayona

El ruído de las neveras vacías.

Jacobo Pallarés

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#04. INESTABLES POR LA EDUCACIÓN

II Jornades de teatre en l’educació

Coordina: Rafa Palomares y Tomás Motos


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#06. MIRADAS DESDE LA GESTIÓN CULTURAL

De que se trata...

Coordina y escribe Jacobo Pallarés

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#07. AQUÍ Y AHORA

Me acuerdo del Festival BAD 2013. Una crónica de memoria.

Santos Antonios

Cabanyal Íntim. Teatro Contra Excavadoras.

Francachela Teatro y Festival Cabanyal Íntim

¿Qué es eso del miniteatro?

Inma Expósito

El FIM. Reflexiones sobre un Festival no realizado.

Jéssica Martínez


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EDITORIAL En este año aciago de acoso y derribo a la cultura de nuestro país. En este 2013 que está a punto de acabar en el que se ha aplicado una subida al IVA cultural hasta el 21%, en el que las ayudas a la exhibición, producción, creación, edición han sufrido recortes, en el que la bajada de los espectadores que acuden a los teatros se ha hecho notar, en el que cientos de empresas culturales se han rendido y han tenido que cerrar. En este oscuro 2013 en el que la Comunidad de quienes editan esta publicación ha cerrado una televisión pública autonómica, decreto ley inventado mediante, abocando a todo un sector al ostracismo y a la desesperación. En este maldito año en el que los golpes, las amenazas, las bancas rotas, los ahogos, los nervios, los enfados, los llantos, la humillación ha sido el pan de cada día. En este 2013, hemos encontrado efervescencia creativa y calidad artística. Hemos encontrado gente joven que empuja con fuerza. Trabajos comprometidos, políticos, solidarios, potentes, emocionantes. Textos incisivos, punzantes. Reflexiones brillantes y duras. Inteligencia y rigor. Hemos descubiertos los mejores trabajos de viejos resistentes, de compañías consolidadas que han vuelto a una esencia antigua o han sacado sus mejores jugos, sus mejores materiales. La vida es una eterna paradoja. También lo es el arte. El ser humano saca lo mejor de sí en situaciones límite. El sufrimiento, a veces, es un grado. Contra las cuerdas. Pero creando. Inventando. Reinventando. Feliz y NUEVO 2014.


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PROYECTOS SALA CAROLINA Sala Carolina

Procedemos a presentar la entrevista que realiz贸 Rosa Molero, miembro del consejo de redacci贸n, a Javier Torres, como Director del Centro Cultural Carolina.


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ENTREVISTA A LA SALA CAROLINA POR ROSA MOLERO Rosa Molero. El Centro Cultural Carolina abre sus puertas en 2008, unos años después de crear la Fundación. ¿Cómo surge la idea de crear el Centro y a qué objetivos responde? Javier Torres. El Centro Cultural nace de la necesidad de tener un espacio propio que albergue las distintas motivaciones que inspiró la creación de la Fundación, como son la escena, la literatura y el audiovisual, dando oportunidad a los creadores de exhibir su arte. Es así como en el 2008 abre sus puertas el CENTRO CULTURAL CAROLINA, un amplio espacio cultural compuesto por tres salas donde se puede realizar teatro, cine, talleres, conferencias, presentaciones de libros, y cualquier evento que se adapte a las necesidades de nuestros espacios, con todos los requerimientos técnicos adecuados para tal fin. El Centro dispone a su vez de camerinos, aula, cafetería y sala de exposiciones donde los artistas plásticos puedan exponer también su arte. Rosa Molero. Originariamente el Centro se crea sin ningún tipo de ayuda institucional. ¿Seguís en la misma situación? Javier Torres. Efectivamente, el Centro se crea sin ninguna ayuda institucional, aun siendo conscientes de haber traído a la ciudad de Valencia un espacio cultural único. El proyecto corre a cargo de la familia de Carolina, habiendo convertido un almacén de material de construcción en un espacioso Centro de Cultura con todas las comodidades y tecnología propias de cualquier teatro. A pesar de la crisis, y al seguir sin ayudas, en el año 2010 convertimos el Centro Cultural Carolina en sociedad limitada, pues nos aconsejan que siendo empresa de teatro es más fácil poder acceder a las ayudas que para tal fin conceden las Administraciones, pero como uno de los requisitos es tener una antigüedad de al menos tres años, esperamos poder pedir ayudas el próximo año y que la suerte nos acompañe. Rosa Molero. ¿Es posible mantener un centro de estas características sin subvenciones? Javier Torres. Como cualquier empresa que empieza, un centro de nuestras características necesita de unos años para consolidarse y dejar las pérdidas que conlleva la puesta en marcha de un negocio. El pasado año, quinto del centro, comenzamos a ver un poco de luz al final del

túnel; todo ello gracias a trabajar mucho, de lunes a domingo, sin descanso durante once meses, y con el espíritu de sentir y creer en lo que hacemos. De ahí que seamos, posiblemente, la sala de Valencia que más programa, pues de otra forma no podríamos sostener los costos que un proyecto así conlleva. Rosa Molero. ¿Cuántas personas trabajan en el Centro? Javier Torres. A pesar de todo el trabajo que tenemos, somos un equipo reducido de tan sólo dos personas, sin ánimo de lucro, es decir, sin cobrar sueldo alguno. Rosa Molero. ¿Quién es el responsable de la programación? Javier Torres. La dirección y programación la llevo personalmente. Rosa Molero. ¿En base a qué criterios artísticos se confecciona la misma? Javier Torres. Lo principal de un Centro Cultural es difundir, precisamente, la Cultura; y cuanto más atractiva y variada sea, mucho mejor. Intentamos, no obstante, dar un empuje a las nuevas creaciones y jóvenes creadores. Rosa Molero. Hace unas semanas acudí a ver el espectáculo Una de piratas, de la compañía La cullereta Teatre. El montaje, inicialmente previsto en la sala, se trasladó a un espacio habilitado junto a la cafetería sin que la obra quedara desmerecida o el público se quejara. ¿Es habitual esa improvisación? Javier Torres. Al disponer de distintas salas tenemos la posibilidad de cambiar en un momento determinado, si el montaje de la obra lo requiere y como cosa extraordinaria, pero no es lo habitual. Aún así, pensamos siempre en que no influya en la comodidad de los espectadores y que el espectáculo no desmerezca. Rosa Molero. El teatro infantil ocupa un espacio importante en vuestra programación. ¿Crees que este tipo de teatro tiene suficiente difusión en la ciudad?


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Sala Carolina el Tricicle

Javier Torres. Creo que los niños son el futuro de un país, y ya que en los centros de enseñanza no se suele dar asignatura de teatro ni las administraciones se preocupan lo suficiente, somos nosotros, los que tenemos un espacio para ello, los que debemos acarrear con esa responsabilidad. Responsabilidad que llevamos con orgullo y son los padres los primeros que nos lo agradecen y nosotros se lo agradecemos recíprocamente a ellos por su confianza. En cuanto a la difusión, nosotros intentamos por todos los medios que la programación llegue a todas partes, aunque siempre hay espectadores nuevos que no conocían la sala. Rosa Molero. Al margen del teatro infantil, ¿qué tipo de espectáculos se programan en la Sala Carolina? Javier Torres. Naturalmente, para que a final de mes hayamos podido cubrir costos, necesitamos programar tanto infantiles como obras para adultos; así como café teatro, talleres, ensayos, etc. La variedad de los espectáculos va desde la comedia a obras clásicas, improvisación, danza, música, etc., y nuestros bajos precios contribuyen a que tengamos espectadores fieles y funcione el boca a boca. Rosa Molero. Los espectáculos suelen estar poco tiempo en cartel. Esto es algo que sucede en todas las salas independientes. ¿A qué es debido? ¿Cómo crees que beneficia o perjudica este hecho? Javier Torres. Variamos continuamente la programación de cada semana, y el espectador agradece esa variedad. Al no tener subvenciones, nuestra sala no se puede permitir tener en cartel de forma continuada un

solo espectáculo, aunque si ha tenido bastante respuesta de público, solemos volver a traer la obra más adelante. Desconozco la política de otras salas, y aunque sé que la mayoría de ellas ha tenido alguna que otra subvención, soy consciente de la dificultad actual de sacar adelante un espacio teatral. Rosa Molero. En 2011 creasteis el grupo de teatro CATOPA. ¿Qué tipo de montajes realiza? Javier Torres. El grupo estable CATOPA se crea en la necesidad de agrupar a una serie de gente que ama el teatro por encima de todo y está interesada en aprender y representar obras, principalmente de espectáculos propios. También estamos abiertos a propuestas de otros autores que el grupo decida. Rosa Molero. ¿Estos espectáculos se representan únicamente en vuestra sala o se hacen bolos? Javier Torres. Aunque no estamos cerrados a representar fuera de nuestra ciudad, principalmente lo hacemos aquí al disponer de todos los medios necesarios y la difusión pertinente. Rosa Molero. El Centro Cultural Carolina abarca un amplio abanico de actividades además de la programación de la sala. ¿Hay alguna nueva iniciativa sobre la que estéis trabajando? Javier Torres. Tenemos muchas ideas que llevar a cabo en el futuro, entre otras la de crear una orquesta de música clásica estable. En estos momentos lo principal es el montaje de cuatro nuevos espectáculos para el año 2014, que ya estamos ensayando.


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MIRADAS DÓNDE VOY CUANDO DIGO QUE VOY A AL TEATRO We all fall dawn. Hyuro_GRIS

Tras asistir a numerosas representaciones de teatro me hago la pregunta de si esos mismos espectáculos podrían haberse producido en cualquier otro momento. La respuesta oscila entre trece años arriba y trece años abajo.


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BALANCE GENERAL DE LO VISTO ENTRE 2000 Y 2026 También asisto a alguna reunión y charlas con gentes del “sector” y me parece que esa misma reunión y esa misma charla se podrían haber producido hace trece años y que por lo tanto dentro de trece años tendré la misma sensación así que ni por lo que se hace ni por el cómo se hace creo que algo haya cambiado o vaya a cambiar sustancialmente en este año que se nos viene… basta con echar un ojo a los estatutos de las más recientes y las más antiguas asociaciones teatrales para poder disfrutar de la misma constelación a la que pertenecen… las maneras de constituirse, las maneras de reunirse, las maneras son las mismas, los resultados son los mismos incluso yo me atrevería a decir que los objetivos son los mismos… sólo que ahora tenemos menos entusiasmo que hace quince años… y digo menos entusiasmo no porque ahora no haya jóvenes de espíritu sino porque no hay estructuras, ni prácticas, ni modelos, ni contextos y ni mucho menos instituciones: jóvenes, renovadas y críticas en sus discursos y que además mantengan el entusiasmo. Quizá exagero y todo esto que digo no es tan absolutamente así, eso espero. Siempre hay algún oasis pero ¿los hay en Valencia? Es cierto que este año de mega crisis se han demostrado a mi parecer dos cosas: la excesiva dependencia de las instituciones por parte de nuestros teatros y compañías; y por otro lado que ante la caída de los modelos de sustento. los profesionales de la escena han comenzado a agitarse creando eventos efímeros descoordinados unos de otros hasta el punto de resultar imposible asistir a tan frenética oferta teatral. ¿Qué está pasando? En mi opinión lo que está pasando es que no nos queremos morir… y como ahora hay más gente con tiempo, hay menos televisión que hacer que nunca y el teatro tiene unos costes de producción tan asequibles (por lo visto)… que todos queremos hacer teatro y eso es lo que hay: mucha producción sin apenas coordinación entre sí. No digo excesiva producción digo sorprendentemente abultada. Por otra parte señalaba el detalle de la excesiva dependencia de nuestros teatros y compañías de las instituciones y sus ayudas. Creo que no sólo ha sido así sino que lo sigue siendo. Buena muestra de ello es que las instituciones siguen siendo el interlocutor “ideal” para nuestros reclamos sectoriales, dicho de otra forma, se crean asociaciones a porrillo para defender o reclamar ante Culturarts y otras, nuestros derecho a una porción del rancio pastel que aún queda. Actores, dramaturgos, compañías independientes, asociaciones, empresas… todas quieren

hacer lobby ante la administración… y la administración admirada de tanto bullicio a su alrededor sigue pensando que aunque su cresta se haya gangrenado es el único gallo del corral…. Y se cuela sin apenas esfuerzo en cualquiera de nuestros corrales. ¿Por qué con tan poco esfuerzo por su parte las instituciones se cuelan y se siguen pavoneando de esta manera? ¿Por qué dejamos que se sigan riendo en nuestra cara de artistas? ¿Por qué sus desmanes, sus corruptelas no han cesado a pesar de tanto escándalo? ¿Por qué siguen apalabrando ayudas? ¿Por qué siguen ampliando sus despachos mientras despiden gente? ¿Por qué? Porque no les diremos nada mientras sigamos pensando que tenemos algo que ganar o algo importante que perder… por ambición y por miedo al mismo tiempo… no hay nada más y en eso se ha convertido la política que domina este lugar abominable, un lugar con el que sólo me puedo reconciliar con una nueva campaña de Campofrío. Así que nada va a mejorar, al menos no lo va a hacer en general, las mejoras- cada vez más cochambrosas- como siempre, seguirán siendo para algunos… y los dioses seguirán siendo justos –así lo creo – y premiarán a los más trabajadores y a los más aplicados en las artes de los contactos y los furtivos encuentros en los despachos… en los que sin quererlo, sin saberlo y sin reconocerlo nos convierten en agentes dobles consiguiendo instalar en Valencia redes de altísima desconfianza que son la envidia del estado. Voy al cine y veo en la cartelera una retahíla de películas que poco o nada tienen que ver que este tiempo que nos está tocando vivir, escucho canciones que hablan de amor y sentimientos que nunca pasarán de moda, escucho a gente decir como consejo para la escritura que uno no es lo que escribe, asisto al teatro y pienso que esa representación la podría haber visto hace trece años o lo que es lo mismo podría haberla visto dentro de trece años, que termina y no sé nada de lo que actores, dramaturgos o directores piensan o sienten del mundo, no sé ni siquiera su posición, alucino con el proceso de disolución entre nuestras declaraciones en facebook y nuestras producciones artísticas, guiones y obras de teatro escritas hace dos días pero que podrían haber sido redactadas hace miles de días, alucino con esa distancia… todo parece indicar que los tiempos van por un lugar y el teatro, la


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música, el cine, el arte va a su bola, siguiendo sus derivas personalísimas, sus singulares investigaciones, pero creo que esta distancia también se produce (hay excepciones, claro) no por una decisión personal de seguir tu camino, no sólo se produce por el lógico hartazgo de la avalancha mediática, no sólo se produce esta distancia entre el tiempo de la actualidad y nuestras producciones porque decidimos apalancarnos en oasis atemporales, universales y más vendibles como hace el cine con mayúsculas y como hace el teatro con mayúsculas… no es sólo una decisión de seguir haciendo lo que uno cree que debe hacer a pesar de que los tiempos le señalen con absoluta rotundidad que debería estar haciendo o al menos pensando en hacer alguna otra cosa… creo que lo queramos o no, hay algo de impotencia, de miedo, de secreto tabú, de no saber cómo abordar la cuestión del ahora, de ignorancia, de esperar a que pase la tormenta, de ver en la opción de los realismos la peor de las posibilidades, en ver en el teatro político la más rancia de las posibilidades y no saber cómo salir de este embrollo sin tematizar nuestras producciones que solo servirían así de correlato de los telediarios o como mucho funcionarían como sus artificiosos e ingeniosos antagonistas… siempre nos quedará el refugio del humor piensan algunos. Qué hacer entonces… huérfanas de contextos nuestras representaciones pasean su negación del tiempo por los escenarios, ni arte del tiempo, ni arte del espacio, ni nada que se le parezca, nuestro fantasmal teatro solo cuenta con relativas presencias que se niegan constantemente, hay más crispación en las casas que en los teatros así que vaya por delante un desmentido más: en el teatro no se exagera ni una mierda, a lo sumo se hacen gestos más amplios o se habla más fuerte… pero de exagerar nada… más bien nada de nada… las escénicas no son una lupa de aumentos y si lo son no entiendo qué están mirando por estas tierras. Más allá de que nuestras películas, obras de teatro o canciones se sumen a causas y movimientos sociales de mayor calado y que den a nuestras producciones algo de sentido y vínculo con nuestro tiempo, creo que algo debería cambiar en nuestro panorama. De entrada habría que parar un poquito y aclarar por qué hacemos lo que hacemos y por qué no hacemos otra cosa… qué cosas nos impiden hacer otra cosa… ¿o es que acaso nadie siente rabia ante más de lo mismo? Ira. Acaso la violencia no es un punto de vista válido, acaso el malestar, el sufrimiento, la injusticia, el amor radical, la necesidad de dejar de sentirte una víctima de este bastardo sistema de corruptos, acaso la ansiedad, la necesidad de huir esta vez sin dinero, acaso la sospecha de que esto es un sálvese quien pueda encubierto de falsos pase usted primero and be

happy…. Acaso todo esto no es lo suficientemente fuerte como para hacer de esta energía algo que nos potencie hacia, al menos, otro paisaje social, emocional, artístico… a qué estamos temiendo, ante qué estamos dudando… ni siquiera se escuchan por la calle preguntas que no supieras esquivar desde que acabaste el instituto… Tal vez la decepción de no poder responder estas preguntas de compromiso con el tiempo que (¿)nos está tocando(?) vivir nos lleva a energías distorsionadas, raras, en ocasiones incomprensibles, y es así como nuestros personajes dentro y fuera de los escenarios se retuercen de pura imposibilidad de alcanzar el presente y estiran los brazos, levantan las voces y hacen cosas verdaderamente extrañas, como cuando intentas alcanzar el bote de azúcar que no sabes quién ha podido colocar en el estante de arriba, y te pones de puntillas, y maldices y a pesar de todo no llegas. Pero ¿Por qué no coges una silla? ¿De qué va toda esta representación de impotencia? Todavía y con sobrados motivos nuestros personajes desconfían de su necesidad de presente y más aún de sus incomprensibles deseos de agentes dobles. Rafa Casañ Valencia 2013


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