La historia quiso que Piérola tomara la primera iniciativa para las nuevas campañas, por más defectuosa que ella parezca y que, al margen de él pero obedeciéndole en principio a él durante algún tiempo, al Perú le naciese una gran figura que encarnó la resistencia: Cáceres.
cHINoS, NEGRoS E INDIoS.- Un historiador peruano ha llegado a decir que lo fundamental en la guerra del Pacífico fue la lucha entre indios que peleaban contra negros, negros que peleaban contra chinos, y chinos que peleaban contra blancos. Es decir, no hubo país. Y, sin embargo, esa guerra fue una de las más prolongadas del siglo XIX. Se inició en abril de 1879 y terminó en octubre de 1883. El Estado peruano desapareció como aparato unificador dentro del territorio en enero de 1881. ¿Cómo fue posible que los chilenos no consiguieran una rápida paz? ¿Se puede negar, así tan alegremente, los sacrificios hechos para la resistencia efectuada dentro de las circunstancias más desfavorables? Virtualmente todo el territorio del Perú quedó empapado en sangre y quedó lacerado no solo porque sirvió como escenario para encuentros tan notorios como los de Pisagua o Tarapacá en el sur, y los de San Pablo y Huamachuco en el norte. Dentro de una amplitud mucho mayor, llegó a ser el escenario de frecuentes correrías de tropas organizadas y de montoneras y conoció el horror de los cupos, los incendios, los asesinatos, las violaciones y muchas otras atrocidades, a veces terribles; y de sacudimientos que incluyeron no solo a hombres, mujeres y niños, sino a los más diversos recursos y materiales. Muchas zonas de la República sufrieron las consecuencias de la invasión y de la lucha. Entre las más afectadas estuvo el valle de Cañete. Allí en las haciendas habían trabajado antes esclavos negros de los que vivían muchos descendientes, a veces mezclados con los aborígenes. La importación de los chinos en gran escala creó en esta población odios profundos en parte (dice Middendorf en su libro Perú) "por motivos raciales pero además, porque los colies eran mejores trabajadores y de mejor voluntad". Durante la guerra (agrega este autor) el valle de Cañete no estuvo siempre ocupado por los chilenos y en ciertos momentos cayó en poder de hordas de negros armados. Como resultado de esta situación, los chinos de las propiedades de los Swayne fueron hostilizados y perseguidos implacablemente. Una parte de ellos trató de salvarse refugiándose en el puerto; pero fueron alcanzados por los negros y murieron ahogados o lapidados. Llevados a la desesperación, los chinos se atrincheraron en los patios, forjaron armas de toda clase e impidieron que los negros se apoderasen de la casa. Todos los chinos que encontraron la oportunidad para hacerlo, abandonaron el valle. Por este motivo, los Swayne se vieron privados de sus trabajadores contratados y además, se encontraron con la mayor parte de los cañaverales reducida a cenizas; y cuando finalmente llegó la paz, sufrió una baja tan grande el azúcar que apenas era posible cubrir los gastos de producción". Nunca se hicieron esfuerzos para ocultar o disimular estas cosas. A ellas se refirió en detalle Juan de Arona en su libro La inmigración en el Perú. Los chilenos complacientes al principio, ante las sublevaciones de los negros, que no asolaron tan solo Cañete sino también Chincha, mandaron tropas de pacificación después de recibir una fuerte suma de dinero entregada por los propietarios. Los chilenos se enfrentaron, pues, a los negros de Cañete, es decir, no se produjo aquí un fenómeno de alianza o contubernio entre ambos sectores. Los negros no fueron aliados de los invasores. Los "furores" que estallan en las capas más bajas y desantendidas no deben ser ignorados; es preciso, sin embargo, enfocarlos dentro de las perspectivas generales y complejas de su época y de la respectiva sociedad. No es negada, por lo general, la existencia de una identidad nacional chilena. Y sin embargo, casi simultáneamente con los "furores" de los negros en los valles de Cañete y de Chincha, aparecieron los araucanos, para tratar de cumplir sus propios objetivos bélicos. En setiembre de 1880, admirablemente informados los aborígenes del sur de Chile acerca de las movilizaciones de tropas con motivo de la guerra en el Perú, supieron organizar e incitar un
UN hISTORIADOR PERUANO hA LLEGADO A DECIR QUE LO fUNDAMENTAL EN LA GUERRA DEL PACífICO fUE LA LUChA ENTRE INDIOS QUE PELEABAN CONTRA NEGROS, NEGROS QUE PELEABAN CONTRA ChINOS, y ChINOS QUE PELEABAN CONTRA BLANCOS. ES DECIR, NO hUBO PAíS.
[ CAPÍTULO 13 ] PERÍODO 4
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