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Dollfus
Fin del Cuaternario y del Holoceno en los Andes intertropicales En la escala de los últimos milenios se establece un corte entre el fin de la última gran fase fría y probablemente seca del Cuaternarío (que tiene su máximo entre 18,000 y 16,000 antes del presente) y el rápido recalentamiento de comienzos del Holoceno, a partir de 10,000 años atrás, que pudo ser precedido por un breve recrudecimiento del frío en el XI milenio (Glacial Tardío). Aunque por el momento no puede ofrecerse una datación general y precisa para la última gran ola fría (tal vez hacia 16,500 antes del presente), marcada en los depósitos del lago Junín por cambios en la sedimentación, por un avance de los glaciares de la Cordillera Oriental (Carabaya y Cordillera Real), cuyas morrenas recubren turberas un poco más antiguas, la última gran fase fría del Cuatemario permanece como un acontecimiento mundial: aumento del casquete glaciar en el hemisferio norte (Wisconsin en Norteamérica) y en Patagonia, y enfriamiento de las temperaturas oceánicas, por lo que, a escala mundial, hubo una evaporación menor y, en consecuencia, una disminución en las precipitaciones. Los grandes anticiclones subtropicales se desplazaron hacia el Ecuador, lo que produjo un acercamiento del cinturón desértico hacia el mismo. En el desierto peruano hubo disminución de las brumas costeñas con aminoramiento de la corriente fría y probablemente algunas raras y copiosas lluvias, relacionadas con el acrecentamiento de los fenómenos de convexión entre las altas sierras frías y las llanuras cálidas. La baja del nivel marino contribuyó al ensanchamiento de los istmos de América Central. Por otra parte, es posible que la disminución de las lluvias y temperaturas favoreciera en las regiones cubiertas de espesa vegetación (Panamá y los llanos amazónicos), el aumento de sabanas y selvas ralas, en detrimento de la selva tupida. Es así como se señalan (Meggers 1971) posibilidades de circulación más fácil para pequeñas hordas de cazadores, que podían perseguir una fauna particularmente abundante de grandes mamíferos, muchos de ellos desaparecidos (hiparión, milodonte, mastódonte), aunque no es seguro que la sabana sea un medio más fácil (como lo es a nuestros ojos) que la selva para pequeños grupos acostumbrados al ecosistema boscoso.