Los curacas hechiceros de Jauja
o rtodoxia de los indios. En muchos casos, la extirpación era solo el ropaje formal que recubría mecanismos de poder, consenso o confrontación en el ámbito rural andino. En algunas ocasiones, la dinámica local resulta crucial al momento de ensayar una explicación histórica de los acontecimientos y personajes relacionados con el fenómeno de la extirpación, entendido este en un sentido amplio. Es preciso avanzar en el estudio de las motivaciones subyacentes a aquellos procesos surgidos fuera de las campañas oficiales, tal como se ha hecho ya parcialmente para algunos de los móviles de doctrineros y visitadores —su «universo intelectual» o sus intereses económicos y de ascenso social, por ejemplo—. Pero se debe tomar también en consideración el caso de otros protagonistas de las acusaciones. Muchos expedientes revelan la participación activa de curacas e indios principales de distinta jerarquía. Esto se debe, claramente, a que ellos aprendieron rápidamente a valerse del aparato represivo eclesiástico para la solución de las disputas locales, como se verá para el caso del valle del Mantaro. 2. Religión andina, entre la historia y la antropología Gracias al empeño de algunos de sus principales protagonistas, los procesos de idolatrías contienen abundantes datos acerca de las divinidades, los mitos, la organización sacerdotal, los rituales comunitarios y las prácticas mágico-religiosas de las poblaciones visitadas por los extirpadores. El «descubrimiento» de la riqueza de información contenida en los expedientes fue un potente estímulo para el desarrollo de estudios acerca de la magia y de la religión andinas antes y después de la Conquista. La pregunta fundamental que guió esta línea de investigación fue la de qué era precisamente aquello que los visitadores buscaban extirpar. Paralelamente a los estudios presentados en la sección anterior —estudios de corte institucional aunque, como vimos, terminaron desbordando la historia «interna» del aparato extirpador, así como invirtiendo el esquema inicial de la relación acusador-acusado— se fue desarrollando y consolidando una línea de trabajos de inspiración antropológica. Su principal afán era describir y analizar las prácticas mágico-religiosas indígenas que los visitadores de la idolatría habían intentado erradicar. Dichas prácticas constituían el núcleo de lo que pasó a entenderse como religión andina prehispánica y colonial. Así, fueron entrando en el escenario de la discusión múltiples aspectos del universo mágico-religioso de los indígenas de los siglos XVI, XVII y XVIII, tales como las hazañas míticas y los sofisticados cultos de las divinidades locales y regionales, la vigencia de la devoción a los ancestros momificados y los mitos, ritos y festividades religiosas de los habitantes nativos del Arzobispado de Lima.18 18 Para una muestra de las prácticas mágico-religiosas indígenas que pueden obtenerse en los expedientes, véase Lastres 1951: vol. I y II; Basto Jirón 1977[1957]; Huertas Vallejos 1981; Mills 1997; y, Polia Meconi 1999. Sobre el culto a los ancestros, véase Doyle 1988.
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