El escenario
composición de los miembros de la elite nativa, la misma que traía aparejada la transformación de las relaciones de poder y subordinación en los tres repartimientos del valle de Jauja. Las acusaciones de brujería fueron la expresión del enfrentamiento que se venía produciendo entre los hatuncuracas y otros indios que gozaban del poder suficiente para cuestionar su autoridad. Dicha lucha se libró al menos en dos frentes. En el frente interno, los curacas batallaron contra aquellos indios denominados caciques o principales en los documentos de época. Casi siempre se trataba de curacas de menor jerarquía, originarios de las distintas doctrinas del valle, que por distintas razones cuestionaban la legitimidad de los primeros y les disputaban el gobierno de un curacazgo determinado. En el frente externo, algunas viejas familias de curacas del Mantaro se vieron amenazadas por las pretensiones de indios de la elite —muchos de ellos curacas— provenientes de zonas aledañas a la provincia de Jauja, como Tarma, Huamanga, Huancavelica o Huarochirí. El ingreso de estos foráneos, a quienes les seguirían criollos y peninsulares décadas más tarde, sería determinante en el proceso de renovación y recomposición de la elite del valle. En el largo plazo, su presencia implicaría que, a través de sucesivas alianzas matrimoniales y otros mecanismos, llegaran a controlar los curacazgos de la zona durante el siglo XVIII. A partir de estas afirmaciones, construidas partiendo de los expedientes de idolatrías pero sobre todo de un significativo material documental correspondiente al valle de Jauja, se puede retomar aquí la idea de que algunos ataques mágicos y las acusaciones de brujería que de ellos se desprendían cumplían la función de unir linajes poco cohesionados o, a la inversa, de socavar relaciones familiares que se habían tornado insostenibles, como se vio en el segundo capítulo. Después de todo, la recomposición de la elite nativa en Jauja solo fue posible a partir del desarrollo de ambos procesos. En suma, pues, y a pesar de las tensiones internas, los indios del valle de Jauja se hallaban bajo la autoridad máxima de tres caciques principales, gobernadores de los tres repartimientos o curacazgos de la provincia. Aunque esta investigación se concentra específicamente en las pugnas por el poder de estas familias de indios nobles y caciques principales de repartimiento, se verá desfilar en ellas también a otros indios principales, caciques de menor jerarquía, afirmando o cuestionando la autoridad y el poder de estos hatuncuracas coloniales. Estos personajes completaban el complejo y fragmentado universo de curacas que ejercían su autoridad sobre los ricos curacazgos del valle del Mantaro. Es a la naturaleza de esa riqueza hacia donde tornamos ahora la mirada. 3. Curacas y riqueza material El análisis de la riqueza de que los distintos caciques disponían constituye una vía alternativa para graficar las diferentes jerarquías de la autoridad nativa en el valle 123