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La crisis de la Casa de Moneda en el contexto de la independencia

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en sus 450 años

en sus 450 años

LA CASA DE MONEDA EN EL VIRREINATO DEL PERÚ ENTRE LOS SIGLOS XVI Y XVIII | 57

parte de su salario para la mantención de las tropas realistas. El aumento de los encuentros militares llevó a que los mismos empleados fuesen alistados como parte de la milicia. La Casa de Moneda asumió una actitud protectora de sus operarios y trabajadores para que no fuesen alistados en el ejército, protestando su director ante el virrey por la incorporación forzosa de su personal. Finalmente, se determinó hacer una lista de aquellos que permanecerían exentos del servicio en armas.

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La guerra de independencia trajo severas pérdidas a la Casa de Moneda, tanto en materia de personal (entre los 61 empleados había 14 españoles, casi todos los cuales abandonaron Lima tras los acontecimientos de julio de 1821) cuanto de máquinas y equipos. El virrey La Serna, en su marcha hacia el Cuzco, llevó consigo instrumental y maquinaria del establecimiento, y el general Canterac, que retomó Lima en 1823, hizo lo propio cuando se retiró de la capital hacia Jauja.49 En 1825, el nuevo gobierno independiente entregó en concesión la institución a una firma inglesa, aunque manteniendo la supervisión y el derecho de dirigir la fabricación monetaria. Cinco años después, la Casa fue dotada de un nuevo reglamento, que sustituyó al anterior, de 1755. En este documento, se estipuló la dependencia de la Casa del Poder Ejecutivo de la República, a través de la oficina del Ministerio de Hacienda. Una junta directiva, presidida por un director, regiría los destinos de la institución. La práctica, sin embargo, fue ceder en remate la fabricación de las monedas a un particular, que realizaría el trabajo bajo la supervisión de dicha junta. El cargo de director vino a reemplazar al de superintendente que contemplaba el reglamento de 1755, y que dependía directamente del virrey.50

La representación del Conde del Valle Hermoso en julio de 1821 es un fiel testimonio de la crisis. En su representación a la Casa de Moneda el día 4 de julio, el conde se lamenta de los descuentos a sus haberes por los cupos de guerra que había que pagar por el préstamo forzoso dispuesto por el virrey La Serna para sostener los gastos de la guerra contra los insurgentes. Entre otras tragedias personales, el conde lamenta los robos de plata que se le han hecho y las penurias de su esposa, que se encuentra en la ciudad del Cuzco. Para no quedar en la indigencia tuvo que solicitar a su tenedor Alberto Camino que enviara a la Casa de Moneda la plata labrada de su propio uso personal para obtener moneda acuñada y satisfacer su subsistencia familiar. El virrey, haciendo eco de sus reclamos, dispuso por decreto que la Casa de Moneda le entregase la suma de 1300 pesos y luego registrar el acto en las “cajas nacionales” (AGNP/ CMR/033/1).

49. Camprubí 1965: 19-23. 50. Ibíd., pp. 18, 24.

58 | CARLOS MORALES

Conclusiones

Primero, las actividades monetarias en la historia del Perú tienen raíces prehispánicas, lo que permitió la incorporación de la población aborigen al régimen mercantilista monetario que trajo la Corona española durante la Conquista. Este hecho habría permitido que la asimilación de la población nativa al régimen colonial no fuera traumática.

Segundo, la única forma de consolidar la relación comercial entre la Península y el virreinato peruano fue a través del establecimiento de la Casa de Moneda. A pesar de que la Casa de Moneda de Lima funcionó pocos años durante el siglo XVI, tuvo un buen reemplazo con la Casa de Moneda de Potosí para satisfacer la demanda de circulante.

Tercero, en el siglo XVII, la Casa de Moneda fue reabierta por la presión del comercio limeño y la crisis de recaudación que la Corona experimentó al ver disminuir las remesas. En esta segunda etapa, al no poder asumir el costo de la manufactura monetaria, la Corona permitió que la confección de las monedas recayera en manos privadas, los mercaderes de la plata.

Cuarto, en el siglo XVIII, las reformas borbónicas influyeron en el desarrollo de la Casa de Moneda; de todas ellas, la más importante fue el sistema de fielatura. A diferencia de la Casa de Potosí, donde el fiel fue asalariado, en el caso de la Casa de Moneda de Lima fue de régimen privado. Comparando ambas gestiones, la gestión privada de la fielatura de Lima fue mucho más eficiente y productiva en términos monetarios. Es decir, su rendimiento fue mayor.

Los sucesos ocurridos en la época de independencia produjeron cambios dramáticos en la Casa de Moneda. Así, su personal fue objeto de vigilancia y presión para alistarlo en el ejército realista. La escasez de circulante fue alarmante, al punto que diversos particulares comenzaron a vender sus joyas personales, aretes, alfileres y canutos de oro, etc.

Finalmente, en este pequeño estudio hemos querido sintetizar la historia de la Casa de Moneda de Lima. Escribir su historia completa requiere la combinación de otras variables, como los régimenes laboral, técnico y productivo. Además, comprender su devenir requiere una historia comparada con la Casa de Moneda de México, ya que ambas instituciones guardaron muchas similitudes en la época colonial.

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