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Presentación
La época del caucho fue una etapa compleja y fundacional que tuvo lugar en la Amazonía a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, y que instauró un imaginario e imágenes que todavía perduran en la mente de muchos. De esta manera, se elaboraron estereotipos del indígena como un ser primitivo, al margen de la historia occidental y opuesto al progreso, entendido éste solo como acumulación y concentración de riquezas. Estos conceptos de “salvaje” y “civilizado”, fueron creados por una sociedad, que necesitaba esta antinomia, para justificar los excesos de su accionar en el mundo indígena.
Durante dicha época, la Amazonía tuvo una presencia significativa, pero distorsionante, en la prensa y la literatura. Mediante reportajes, artículos y fotografías se presentó una imagen anacrónica del indígena, contraria al “porvenir de la patria”; de lo que fue fácil inferir que, la vida de los indígenas no tenía ninguna valía y que se podía cometer cualquier abuso contra ellos.
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Basta revisar la historia para observar que, desde los primeros años, la relación entre los pueblos nativos y la sociedad colonial, se manejó engañosamente. La incorporación de herramientas de hierro, como por ejemplo, el machete y el hacha, no habrían constituido un requisito para el logro de los intereses foráneos, sino una innovación tecnológica anhelada por los propios indígenas. Se decía que una de las mayores demandas de las sociedades oriundas a los agentes de la corona española, la constituyó el acceso a bienes y herramientas que facilitaban su trabajo y lo hacían más efectivo.
Como afirman los autores de este libro, los indígenas de entonces eran seres modernos como los de hoy, que no aspiran a quedarse en el pasado.
No rehúyen la innovación ni las mejoras de sus condiciones de vida, pero sí recusan el despojo de sus recursos y el modelo de desarrollo neoliberal y centralista que busca enajenar sus territorios y su capacidad de gestionar libremente su sociedad.
Es conocido por todos que el impacto ambiental de las industrias extractivas y la destrucción de bosques debido a la tala ilegal, son procesos negativos para los pueblos indígenas y provocan violaciones de sus derechos humanos, sin una adecuada voluntad política del Estado para revertir estas condiciones. A pesar de contar con instrumentos como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, esto no ha significado en la praxis un reconocimiento real en los derechos individuales y colectivos.
A pesar de la continuidad histórica de la incomprensión y desatención de los pueblos indígenas, en los últimos años, éstos se han constituido en actores sociales con mayor ámbito de decisión en los niveles locales, regionales y nacionales. Mediante su mayor participación en la vida activa de la sociedad peruana, hemos podido observar cómo la diversidad cultural y el derecho a la diferencia constituye un elemento fundamental en la visión de “modelos de desarrollo” y la construcción de un país más plural y democrático. Para ello, será importante que el Estado abandone los monólogos centralistas y autoritarios, y establezca un diálogo fructífero con las organizaciones indígenas.
El objetivo de este trabajo académico es contribuir a tal propósito, mediante el esclarecimiento de la realidad sociocultural de los pueblos nativos. Si lo logramos, en eso radicará la importancia de este libro que transita entre la historia, la antropología, el arte y la literatura, para proponer finalmente que la voz del indígena –esa voz acallada durante la época del caucho y en décadas posteriores–, por fin, sea escuchada y contribuya al desarrollo armónico de nuestro país.
Adda Chuecas Alejandro Parellada Íbico Rojas Directora del CAAAP IWGIA Rector UCP
Principales secciones caucheras de la Casa Arana. (N. Thomson, El libro rojo del Putumayo. Bogotá, 1913).