hasta hacerles comer el polvo. Por cada jefe que derrotas te darán una bolsa con dinero además de subir la reputación. La única forma de acceder a esta facción es por 3 formas: Poner el culo y gastarte una gran cantidad de pasta en la subasta negra para conseguir un pase (en mi caso fueron 36000 oros), que tengas ultra potra y que te caiga en el drop paupérrimo de los 3 jefes rares que hay en la Espesura de Krasarang o que tengas un buen amigo ya dentro y que te invite, el cual puedes hacerlo al alcanzar el rango máximo. Aunque no estés dentro del club, los combates los puede ver todo el mundo en la arena de Orgrimmar o Ventormenta, y pasar un buen rato de ver a la gente de alto rango wipear sin piedad. Y con esto y un bizcocho, hemos terminado otra entrega de Mist of Pandaria. ¡A la próxima más! las ya existentes, además de otros extras, como la capacidad de mejorar tu equipo actual por puntos de honor o de justicia (según el color que gaste el objeto), nuevas gestas o para los amantes de los duelos pokemon de mascotas (en las que me incluyo) mejoras en el inventario, en la interfaz y más criaturas a las que capturar. En cuanto a las reputaciones, tendremos que subir reputación con Operación: Muro de escudos si somos de la Alianza o con la Ofensiva de Dominancia en el caso de la horda), en donde nos iremos enterando conforme vayamos ganando repu las oscuras intenciones de Garrosh, el intento de asesinato del líder los Lanza Negra, Vol´jin (cuya novela contando precisamente esto y el futuro que le deparará saldrá ala venta a principios del 2013) o como Thrall (antiguo jefe de guerra) se entera de cómo a Garrosh y su ira se le está yendo de las manos y de que tendrá que volver para poder arreglar las cosas… La otra reputación es la de los Camorristas, una especie de club en la cual muy poca gente tiene acceso. Consiste en subir de rango (hasta 7) mediante batallas con varios jefes en una arena (4 bosses por rango, 28 bosses en total) con dificultad creciente, siendo los primeros rangos bastante fáciles hasta que de verdad tengas que sudar y hacer decenas de intentos
Lucrecia Souviron Priego