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Estado inversionista sí, empresario no
from 25-04-2023
by El Pinguino
Durante los últimos días hemos visto nuevamente las intenciones de construir un Estado con ansias de ser empresario, algo nada más antiguo y del siglo pasado como ser el planificador de la producción y ser dueño, comprador, regulador y todo lo demás, ya sabemos cómo termina la historia.
El Estado y los chilenos son dueños de los recursos naturales, eso no está en duda; el mar, el cobre, el litio, el agua, incluso tierras, son entregadas a particulares para que produzcan, para que generen trabajo y por su puesto para que pague tributos, patente e impuestos.
Ejemplos sobre un Estado ineficiente hay muchos, tanto fue la ineficiencia que se vendieron variadas empresas estatales a privados, para que las salvaran, con una clara visión de que a largo plazo seria infinitamente más rentable, generando empleo y pagando impuestos, las dos grandes preocupaciones de un Estado.
A los vecinos, no les interesa el proceso burocrático e ineficiente, si le interesa el resultado, el servicio y la calidad, si esto lo da un privado o un este estatal, da lo mismo, cuando a usted lo van a operar, no creo que piense, quiero que el cirujano sea de A o B, a usted le interesa recibir el máximo de beneficios y regalías por el dinero que va a pagar, porque todo tiene un valor económico, la salud, la educación y los servicios sociales lo tienen, no hay que tener miedo a decir que todo tiene un valor, que usted no lo pague, no significa que no se lo cobren, hay otro que lo paga por usted, nada es “gratis”.
Al mismo tiempo que la clase media ve con nerviosismo el futuro de las Isapre, que han dado beneficios al descongestionar el sistema de salud y ha aportado con camas y tecnología para enfrentar la última pandemia que sufrimos como sociedad, el sistema de salud se compone de el mundo público y privado, la libertad de elegir es lo que genera competencia, y cuando hay competencias hay eficiencia.
La situación es que, la trampa de los estatal es que se politiza, se aceptan las perdidas y no hay un directorio o accionistas a quien satisfacer, en realidad esos accionistas somos nosotros, pero no se nos ve con esos ojos. Lo importante es definir que el Estado puede ser inversionista, tener participación, pero bajo ese rol, debe ser un cliente, pero no debe pretender ser empresario, ya que no es su rol y además lo hace mal. Hay que ser proactivo con el tema del Litio, se debe pensar en dar una carretera para el desarrollo e innovación en este tema, en donde también hay otros competidores. Es verdad que en Noruega y en China hay empresas con participación Estatal, pero son empresas privadas con participación estatal, empresas que pueden estar en Bolsa, en donde hay mayor transparencia y control, dando menos espacio a irregularidades, ahí no se pierde un solo peso y no se acepta, un llamado telefónico para que el “Papá Estado” nos deposite a la cuenta, cuando algo no salió bien.
El real valor de una empresa no es quien es el dueño, sino que lo que aporta al país, de esta forma los políticos no aprietan a la clase media, con esto dan soluciones para superar la pobreza y tienen dinero fresco para administrar.
rOsa martínez, sICóLogA