Psicoanalisis y malestares

Page 25

volumen 8, número especial

rechaza retorna desde lo real en «la forma de delirios y alucinaciones». La propuesta de Lacan para el campo de la psicosis, se aprecia en el esquema R:

Figura 7. Esquema R.

El triángulo simbólico queda por i como ideal del Yo, M como el significante del objeto primordial y la P como posición en a del nombre del Padre; los otros vértices, i y m, representan los dos términos imaginarios de la relación narcisista, es decir, el Yo y la imagen especular (Lacan, 1956, p. 58). En este esquema, se puede comprender la unión que tiene el plano de lo Imaginario y Simbólico por lo Real, la dinámica edípica pone de manifiesto con particular claridad esta unidad, donde la muerte del padre otorga acceso al deseo de la madre. Al verlo como rival se lleva a cabo aquella en el plano de lo simbólico. En el plano de lo imaginario se encuentran las distintas relaciones: en un inicio, la alienante madre–hijo, posteriormente la de la madre con su falo y el niño en búsqueda de su objeto perdido; además muestra cómo se efectúa la estructuración del sujeto por medio del corte amoroso entre madre–hijo. Se empieza por la triangulación madre–hijo–falo, entra después el nombre del padre, lo que separa a ambos de esta unión alienante primaria, para la buena estructuración del sujeto, para no dejar que la madre absorba por completo al hijo y lo deje alienado, como en el caso de la psicosis. Lacan discurrió que la estructura de la psicosis se desencadena a partir de la falta del significante primordial, el Nombre–del–Padre. Por tanto, existe un desanudamiento de los registros, porque el nivel simbólico de la palabra no se establece como en

diciembre 2014,

issn 1870 –8196

25

el caso de la neurosis, mismo que impide que se logre anudar con lo real y lo imaginario. En lo imaginario hay una alienación invertida, donde no se logra una separación para que se produzca la identificación con el Otro. En la lógica de Lacan se entiende que la relación psicótica en su grado último de desarrollo, implica la introducción de «la dialéctica fundamental del engaño en una dimensión transversal con respecto a la relación auténtica. El sujeto puede hablarle al Otro en tanto se trata con él de fe o de fingimiento, pero aquí es en la dimensión de un imaginario padecido» —característica fundamental de lo imaginario— donde se produce como un fenómeno pasivo, como una experiencia vivida del sujeto, ese ejercicio permanente del engaño que llega a subvertir cualquier orden, mítico o no, en el pensamiento mismo. Que el mundo, tal como lo verán desarrollarse en el discurso del sujeto, se transforma en lo que llamamos una fantasmagoría, pero que pasa él es lo más cierto de su vivencia, se debe a ese juego de engaño que mantiene, no con otro que sería su semejante, sino con ese ser primero, garante mismo de lo real (Lacan, 1956, pp. 102–103).

¿Qué es el comienzo de una psicosis? Lo primero que debemos comprender es que en la psicosis no existe una prehistoria, como en el caso de las neurosis, lo que encontramos es que algo del mundo exterior que no fue primitivamente simbolizado, el sujeto se encuentra en absoluto inerme, incapaz de hacer funcionar la Verneinung con respecto al acontecimiento. Se produce entonces algo cuya característica es estar absolutamente excluido del compromiso simbolizante de la neurosis, y que se traduce en otro registro, por una verdadera reacción en cadena a nivel de lo imaginario, o sea en la contradiagonal de nuestro pequeño cuadrado mágico (Lacan, 1956, pp. 126–127).


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Psicoanalisis y malestares by Israel Piña - Issuu