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Párrafos torcidos
from EL PERIODICU 34
by periodicu
Aunque provoque sombras, ¡Luz... Luz a raudales!
Desde las umbelas del saúco Y de los racimos sanjuaneros, Ya se desprende el olor del verano.
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Se cierra el cielo y atruenan las nubes, Que se rasgan con fulgores y lampos. Los pájaros desaparecen por el estruendo. ¡Y qué gozo oír el gorjeo del agua! ¡Dichosos días de tormenta!
Y qué alegría oír al cuco tras ella. Y llueve y vuelve a llover... Y truena otra vez y vuelve a tronar. Mientras los cejos de algodón, Se cuelgan de los álamos del río.
Poderoso caballero, don Dinero. Medio mundo en vilo, Pendientes de las extravagancias De excéntricos multimillonarios.
Y mientras tanto, El Mediterráneo es una fosa común. Para miles de desheredados. Que se arruinan para morir en sus olas.
Conocido es el punto de su partida. Y se sabe el sueño de su destino. Al que jamás arribarán. Nadie lo impide. Nada los detiene. Ni los dioses los salvarán.
Nadie reclamará sus despojos. Ni funerales, ni cirios, ni flores. Habrá sobre sus tumbas anónimas.
Sus pecados: Su piel oscura y su pobreza. Mientras en sus ojos sin luz. Todo el asombro de la indiferencia.
Vientos de La Habana
Y tal vez a la noche, Bajo esa cruel pasividad del cielo, En algún lugar de África, Alguien maldecirá a dioses y hombres. Por tanta devastación y dolor.
Quisiera morirme por junio. Cuando la luz se estira y se prolonga. Cuando huele a verano. Y breves son las sombras. Que se contraen y no llegan.
Que no me lleven al camposanto Cuando me muera. Que me dejen aquí, a flor de tierra. Bajo un árbol, sobre la hierba. Y ver brotar las amapolas en primavera.
Es junio. Está en flor el aligustre. Y demasiados muertos.