especial VSD!
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D Por Gustavo Navarrete Fotos: Arturo Ochoa
esde su debut en Querétaro, el 25 de enero de 2015, Tiago Volpi marcó un antes y un después en la historia de los porteros de Gallos Blancos. Se convirtió inmediatamente en una sensación. Su indudable talento defendiendo el arco hizo que inmediatamente los ojos de todos los aficionados voltearan hacia él, para ver al hombre que rápidamente se ha convertido en el guardián más sobresaliente del Estadio Corregidora, regalándole así a la afición grandes tardes victoriosas. Siempre alerta, sin permitir que ningún balón cruce su portería, el brasileño se ha ganado su lugar como una de las máximas figuras del futbol queretano. Algo que destaca al conocer a Tiago Volpi es su sencillez y su gran personalidad. Transmite fuerza, la fuerza que lo ha llevado a convertirse en una figura y en un líder por seguir. El secreto, dice, es amar lo que haces, asegura que esa es la clave del éxito, “dedicarte al máximo a lo que haces”, y es que cuando el talento, el trabajo y el amor por la profesión se conjugan, nace la magia.
Así empezó todo
Al preguntarle sobre sus inicios en el futbol, de inmediato apareció una sonrisa en su rostro, aquellos años de infancia regresaron y nos compartió que el futbol desde siempre ha sido su vida. “Desde que me conozco, siempre me ha gustado muchísimo el futbol. Desde los cinco o seis años, ya iba a escuelas de futbol y lo empecé a tomar de una forma más enserio cuando tenía 12, comencé a jugar en el equipo de mi ciudad y las cosas se fueron dando, hasta que a los 14 salí de casa. Fue la primera vez que fui a vivir solo y desde entonces estoy en este mundo que me trajo hoy a Querétaro”. Su llegada a la portería es otra gran historia. Cuenta que la portería siempre le gustó. “Siempre me gustó mucho aventarme, pero yo comencé como jugador en cancha. Fue por el año 2002 cuando mis papás cambiaron de ciudad por una propuesta de trabajo, y en el primer día de clases en la nueva escuela, los compañeros me invitaron a jugar y no tenían portero. Como ya me gustaba la portería y por hacer nuevos amigos les dije que iba a ‘porteriar’. La verdad (es que) lo hice muy bien y me dijeron que tenía que ir a hacer una prueba al equipo de la ciudad; ellos me llevaron a hacer la prueba y a la gente del equipo también les gustó; desde entonces soy portero y creo que tomé la decisión correcta”. Por otra parte, y hablando del tema de los guardametas, también es justamente, en el ámbito futbolístico, a un portero a quien Tiago admira. Se trata de Júlio César Soares Espíndola, y aunque reconoce que hay muchos jugadores que le llaman la atención, “la gente que me conoce sabe que yo soy ‘fan’ de Julio César, un portero brasileño que, cuando estuvo en el Milán, hizo cosas increíbles. Como jugador, él es el tipo que más admiro como portero”.
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