Nº 651, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, marzo de 2016
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Xibelly, la primera astrónoma del país Después de siete años de creado, el pregrado de Astronomía graduó a la primera mujer en esa disciplina del conocimiento
Por JAIME ZAPATA VILLARREAL
Astrónoma número uno Si bien para Xibelly Mosquera Escobar, primera astrónoma del
Foto: Luis Javier Londoño Balbín
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orge Iván Zuluaga sabe, ahora más que nunca, que una idea suelta puede llegar a convertirse en una realidad. Lo sabe porque en 2006 el entonces vicerrector General le propuso crear un pregrado de Astronomía en la universidad, que sería único en Colombia. La idea, arriesgada y fascinante, pensó Zuluaga, había surgido de unos cursos básicos de astronomía y astrofísica dictados por él y otros físicos los sábados en la universidad, en 2004; uno de los alumnos más motivados, precisamente, era el médico Martiniano Jaime Contreras. “Él nos dijo: esos cursos que ustedes tienen son un pregrado. Son muy buenos y tienen gran nivel. ¿Por qué no forman uno?”, recuerda Zuluaga, ahora director del pregrado de Astronomía. Todos los trámites empezaron en 2007 y solo en 2009, después de varias evaluaciones y recomendaciones, se aprobó y acogió la primera cohorte 2009-2 de este programa en el país; un hecho histórico. “Ya era necesario crear un pregrado de astronomía en Colombia. Un país en desarrollo no puede pasar por alto su potencial científico en materias que ofrecen tantas respuestas claves para la sociedad como la astronomía y la astrofísica”, comenta Juan Carlos Muñoz, docente del pregrado desde 2012. “Es un nicho que no se había explotado con la seriedad que requiere y qué bueno que la Universidad de Antioquia haya dado el primer paso”, agrega. Con cuatro egresados desde su constitución, hace siete años, el pregrado de Astronomía mantiene una perspectiva de crecimiento continuo. Zuluaga aspira a mantener el ritmo de producción investigativa y formativa que han forjado. “Estamos pendientes de qué se viene para los recién egresados —dice—; al ser este un pregrado tan joven es muy complicado hacer una evaluación plena del trabajo hecho, pero el desempeño de estos primeros profesionales nos ayudará a crear un panorama de lo que se puede ajustar y de lo que ha hecho bien hasta ahora”.
En su hogar Xibelly aprendió la trascendencia del estudio y la disciplina como herramientas para lograr sus objetivos. “Y aunque mi papá fuera mecánico y mi mamá ama de casa, para ellos era fundamental que sus hijos estudiaran, que se vieran a sí mismo con otras perspectivas de futuro, con otra realidad en la cabeza”, recuerda. Siempre fue una estudiante destacada. Aunque algunas veces el matoneo era tal que tuvo que pasar por varios colegios por la incomodidad que suscitaba, en algunos compañeros, su desempeño escolar. “Para mí lo más importante fue desarrollar una armadura contra esas provocaciones, y creo que no me fue mal”, asegura Xibelly, con más tranquilidad, y recuerda cuán determinante fue el apoyo de sus padres y profesores para superar esa situación. Pero contrario a lo que se pensaría, Xibelly no nació con una pasión desmesurada por la astronomía; eso se fue cultivando, pacientemente, en el seno de su hogar, con la compañía de su padre como primer maestro. “Con él empecé a ver programas en Discovery Channel —recuerda— sobre el universo y su constitución. Fue un descubrimiento que fue sembrando en mí una inquietud y unas ganas de conocer más eso que se siente tan inmenso e ilimitado”. país y la más reciente egresada del pregrado, la carga académica en algún momento fue apabullante y sin salida, “algunas veces pensaba: cómo voy a hacer con todo eso, es demasiado”, dice, también cree que sin esta exigencia y disciplina su desempeño para el futuro como investigadora y docente en astronomía sería mediocre. “Uno se da cuenta de que viene con muchos vacíos del colegio —cuenta Xibelly— y que tiene
que ponerse a la par con lo que demanda un pregrado en el que la autoexigencia y el rigor son claves, porque nadie va hacer nada por ti”. Algo de esto ha evidenciado Jorge Zuluaga en sus años como docente y director del pregrado: si no se tiene buena aptitud y actitud para las matemáticas y la física, es imposible mantenerse. “Y hablo de actitud porque vos podés ser muy bueno en estos campos, pero si no tenés la disciplina, los ánimos
y la seriedad para desarrollar tu trabajo poco o nada sirven tus conocimientos en bruto”, puntualiza Zuluaga, para quien también es indispensable, en el perfil de un estudiante de astronomía, una vocación para el análisis y la investigación científica. Muñoz, como profesor de los últimos cursos del pregrado y asesor de tesis, asegura que la calidad de los pocos egresados es impecable y que esto lo corroboran las buenas impresiones que todos ellos han dejado en sus procesos en el exterior con pares de países más avanzados en la materia. “Y para mantener ese nivel necesitamos más recursos —explica Muñoz—, más docentes, más espacios adecuados para la práctica de la astronomía. No solo es el talento humano, se trata también de generar un ambiente propicio para la investigación y la enseñanza, y estamos trabajando para eso”. “Un programa como el pregrado de Astronomía requiere instalaciones especializadas para hacer observación y entrenar a sus estudiantes”, dice Zuluaga, quien ha mantenido diálogos constantes con el área de Planeación de la Universidad para ver si es posible construir un observatorio dentro del campus. “Esa ha sido, técnicamente, una de las dificultades más persistentes para el desarrollo de nuestro trabajo. Lo hemos podido suplir gracias a un convenio con el ITM, pero urge, para más facilidad de nuestros estudiantes, contar con un observatorio propio”, agrega Zuluaga. Más allá de las dificultades, Xibelly, ahora como docente de cátedra y a punto de iniciar la Maestría en Física en la Universidad de Antioquia, es optimista con el presente y el futuro del pregrado. “La universidad ha sido un gran apoyo y eso lo puedo resaltar en mi caso particular con la maestría que estoy cursando —asegura Xibelly—. Hay que seguir proyectando el pregrado como una ventana no solo para el desarrollo de la Universidad, sino también del país”. Muñoz es aún más enfático en sus expectativas: él espera que el país, en algún momento, empiece a reconocer la importancia que tiene para su desarrollo la formación y el apoyo científico en áreas como la física y la astronomía.