Relatos abril

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El viaje al templo de los egipcios -¿Cómo lo podrías haber olvidado? - le dijo Jorge a Roberto. Los dos eran exploradores que caminaban por los desiertos de la India. -¿¡Cómo podrías haber olvidado el camino al templo de los egipcios!? - chilló Jorge indignado. Los dos estaban perdidos en el desierto y no sólo eso, ¡también a lo lejos vieron una tormenta de arena! Roberto y Jorge se escondieron en su tienda de campaña. Después de un par de minutos ya se había acabado la tormenta. Siguieron caminando y a lo lejos vieron una pequeña aldea y allí preguntaron a un anciano: -¿Dónde está el templo? El anciano respondió: -Id todo recto. -Gracias por indicarnos el camino. - dijeron Jorge y Roberto. Después de andar y andar y cruzar muchos países vieron camellos y siguieron la marcha en camello. De repente ¡divisaron el templo de los egipcios! Los dos entraron a explorarlo y vieron muchas riquezas. Roberto y Jorge decidieron no decírselo a nadie para que el templo no se rompiera.

FIN Miguel Fuertes Zamarra 2ºA


Abandonada ¿Cómo lo podían haber olvidado? -se dijo-. Un viernes 7 de mayo era el cumple de Rita Ratonil. Había preparado sopa de fideos. Cuando se fue a buscarles, nadie estaba en casa, entonces se fue muy triste. Cuando se encontró a Javier Gasmin, el gato del rey, y le preguntó qué le sucedía, contestó: - Mis amigos no están en casa, seguro que están en el castillo del rey y la reina. - ¡¡¡Ah, Pues me voy contigo!!! - le dijo. Cuando llegaron vio que el rey y la reina eran lobos amistosos y Rita les preguntó: -Mis amigos no están, ¿sabe usted dónde han ido? Y el rey contestó: - Yo sí lo sé. Están... ¡¡¡ Detrás de mí!!! Y todos salieron de detrás del rey Jorge Cerdi, el cerdo, Jofi Ovela, la oveja y Max Dalin, el perro y todos dijeron a la vez: ¡¡¡¡¡ SORPRESA, FELICIDADES!!!!! FIN Daniel de Segovia García, 2º A


LA BÚSQUEDA DEL TESORO ¿Cómo lo podían haber olvidado? -

¡Mi tesoro! - dijo Batman. Y luego llamó a Spiderman y le dijo: Spideman, te necesito para buscar mi tesoro. Vale. - Contestó Spiderman. Quedamos en el Teide, allí está mi tesoro.

Cuando se encontraron, dieron la vuelta al piso, pero allí no estaba. Después a la mitad del Teide, había una cueva. En ella había un troll. Entonces llamaron a Los Vengadores. Cuando llegaron, lucharon contra el Trol y le mataron. Todos juntos entraron a la cueva y allí estaba el tesoro de Batman. Después se fueron a la casa de Batman y lo compartieron. FIN Raúl Casanova, 2º A


LA GRAN FINAL ¿Cómo lo podían haber olvidado? Dijeron a la vez Jaime y Héctor cuando miraron su reloj. ¡Eran las 12 de la mañana! Y el partido empezaba a las 12:30. Tenían treinta minutos para llegar al Santiago Bernabéu, pero todavía podían conseguirlo… una final como la de ese domingo no podían perdérsela. Corrieron y corrieron a toda velocidad hacia la parada del autobús, y cuando llegaron justo acababa de pasar. Se pusieron muy tristes y se sentaron en el suelo pensando que ya no llegarían. De pronto, apareció la madre de Héctor para llevarles en su coche. Gracias a ella entraron en el Estadio justo cuando el árbitro pitaba el inició del partido. Y, por supuesto, el Real Madrid ganó la final. FIN Julián González Cabra, 1ª B


La nota ¿Cómo lo habían podido olvidar? Cuando fueron a por el tesoro del pirata Francisco Vega se dejaron olvidada una nota. Una nota que, probablemente, contenía las pistas de la que sería la próxima aventura del grupo. El grupo estaba compuesto por cinco niños: Víctor, Antonio, Diego, George y Lucas. Claro estaba que tenían que volver a buscar la nota, lo que suponía tener que volver a sortear todas las trampas del castillo. Por suerte, Lucas, que era muy inteligente, consiguió desactivar, desde su miniordenador, todas las trampas que ya conocían, aunque podría ser que hubiera alguna que no se hubiera activado cuando entraron a por el tesoro por primera vez. Antonio, el líder del grupo, decidió investigar de qué era la nota. No sería fácil, pero había que intentar recuperarla. Víctor, el más fuerte, consiguió un barco para llegar al castillo, que estaba en una pequeña isla, pero, desgraciadamente, se cayó al mar. Antonio le intentó socorrer, pero el mar estaba muy agitado ese día y no pudo. Lucas cogió una caña de pescar y la utilizó como si fuera un salvavidas, sacando a Víctor con relativa facilidad. Diego era un poco imprudente y en cuanto Víctor agarró la caña quiso que todos tiraran de él. La templanza de Lucas salvó una vez más la situación. - Si tiramos, caeremos todos. El mar está demasiado revuelto. Tendrá que nadar hasta la escalerilla del barco - dijo. Al llegar al castillo, con Víctor a salvo, vieron a un rey templario sentado en una piedra. Estaba de espaldas y no los vio llegar. Muy despacio se fueron acercando, hasta que pudieron ver que el rey sostenía en sus manos la nota del tesoro. La leía como si no comprendiera nada, pero la cuestión era que tenían que recuperarla y salir de nuevo del castillo. Conseguir la nota no sería difícil, pero salir del castillo sin caer en las trampas sí. La otra vez no salieron por ese lado y Lucas no tendría tiempo de intentar desactivarlas. El rey no mostró mucha resistencia para entregar la nota. Eran más que él y, además, no parecía que le atrajeran demasiado los tesoros. Sin embargo, nada podía asegurarles que no llamara a sus hombres para que fueran tras ellos, así que salieron de allí a toda prisa y, efectivamente, una de las trampas rozó a Antonio y le rasgó la camiseta. No pasaba nada, al fin y al cabo, fue sólo la ropa. Una vez lejos del castillo, leyeron la nota: "Aquel que haya encontrado esta nota fue porque antes encontró mi tesoro y salvó todas mis trampas, por lo que le nombro propietario de mi mayor tesoro, aquel que se encuentra debajo del monumento con forma de cruz, en lo alto de la colina."


El grupo entero partió hacia allí a toda prisa y se puso a excavar, encontrando el tesoro sin tardar demasiado. Muy contentos, decidieron compartirlo con los más necesitados, además de con la familia y con los amigos. Todos quedaron muy agradecidos con el grupo y, por eso, se cuenta esta historia de abuelos a nietos. FIN Sergio Gamella Moreno, 3º A


LA PIEDRA DEL DRAGÓN ¿Cómo podían haberlo olvidado? Se habían dejado las pistolas y la cuerda en la cueva del dragón y no podían defenderse de los guardias que les estaban persiguiendo. Marcus y Sun, que eran a los que estaban persiguiendo, eran unos cuatreros que querían robar la piedra preciosa que había en la cueva del dragón. Mientras ellos corrían, el sheriff y sus hombres disparaban. Al final los dos cuatreros pararon en la casa del mago del Oeste. Cuando entraron fatigados, vieron al gran mago del Oeste con su largo pelo planco, su bata marrón y su medallón también marrón. Tenía los ojos negros y era muy anciano. El mago les preguntó: Qué hacéis aquí? Íbamos a robar la piedra del dragón y nos pilló el sheriff. ¿Y qué puedo hacer por vosotros? Decidnos cómo entrar en la cueva. Vale, pero tenéis que darme la mitad de la piedra. Y el mago empezó a explicar: Coged un pico cada uno, una cuerda y una cantimplora llena de agua. Tenéis que descubrir cómo entrar. Marcus y Sun cogieron todo lo que les había dicho el mago y se pusieron en camino. Cuando llegaron a la cueva pensaron que a lo mejor les había dado los picos para escalar por encima de la cueva y usarlos después para hacer un agujero en la roca y entrar deslizándose con la cuerda. Después taparían el agujero y ya estarían dentro, así que se pusieron manos a la obra. Cuando bajaron por la cuerda, tenían enfrente la piedra preciosa, pero detrás estaba el dragón con la boca abierta. Rápidamente, Sun cogió la cantimplora y la echó en la boca del dragón. Cuando éste fue a escupir fuego le salieron gárgaras. Mientras, los otros dos se partían de risa. Cuando se les pasó, cogeron la piedra y se marcharon, pero el sheriff les vió salir. Corrieron a la casa del mago, pero justo cuando iban a entrar una bala le dio a la piedra y la partió por la mitad. Ambos pensaron que les habían hecho un favor. Abrieron la puerta y se metieron en la casa del mago. Le dieron la mitad de la piedra y éste les teletransportó a la casa de los cuatreros.


Y ahora, en este momento, los cuatreros están borrachos porque se compraron miles de botellas de ron con la mitad de la piedra, y el mago también. FIN Laura Martínez Rodríguez, 2º A


LA PIRAÑA MOSNTRUOSA ¿Cómo podían haberlo olvidado? Si le echaban agua dulce al pez, ¡se convertiría en una piraña gigante! Andrés y Javi se mordieron el labio. De pronto, a Burbuja le salieron colmillos; luego, las pupilas se le pusieron verticales como las de un gato; y después, creció, creció y creció, hasta que tocó con la aleta superior el techo y lanzó un terrible rugido: -

¡ROOOOAAAAAAAAAAAR! ¡Corramos! – exclamaron los dos niños a la vez.

Cuando sus padres y ellos estuvieron fuera del chalet, observaron como una gran pelota roja rompía la pared donde estaba la puerta. -

¿Y ahora qué hacemos? – preguntó Javi. Llamar a la policía. Ellos sabrán que hacer, - contestó María, su madre. Eso ya lo han hecho otros, - dijo Roberto, su marido, señalando hacia los coches de los agentes.

Sin embargo, aquella cosa escamosa los estaba usando de pelota y de divertía haciéndolos girar. ¿De dónde habían sacado aquella criatura? Se la habían comprado el año pasado y les venía con una etiqueta atada a a la cola, por eso sabían lo de la transformación. El caso es que estaban allí, sin saber qué hacer y viendo como un pez suyo destruía toda la ciudad. Y entonces se les ocurrió algo. Si lo capturaban y le echaban tanta agua salada como dulce le habían echado, a lo mejor volvía a como era antes. Entonces vino la piraña hacia ellos con la boca abierta, pero sin mirar a ningún lado. Se apartaron y vieron que tras de sí dejaba el puerto que dio a Javi y a Andrés otra idea. Fueron corriendo a contárselo a sus padres. Sin un minuto que perder, la pusieron en marcha. Al cabo de media hora, los cinco camiones-grúa que habían conseguido del ayuntamiento se pusieron en marcha y, desde el centro de la isla, hicieron retroceder a la piraña hasta el puerto. Una vez allí le echaron encima una gigantesca red con la que sorprendentemente la inmovilizaron. Cuando se disponían a meterla en el mar, de éste saltó un ovni que abdujo a la piraña y después dijo: - Menos mal que te hemos encontrado, Pilla. Perdonen las molestias. – Ordenaron todo como estaba antes y así todo el mundo pudo irse a su casa, ya arreglada. FIN Inés Martínez Rodríguez, 5º B


LA MUDANZA ¿Cómo lo podían haber olvidado? No entiendo como un día las cosas pueden cambiar en cinco minutos, y todo lo que tenías desaparece. Bueno, mejor empiezo por el principio: Un día, después de venir del colegio, me dijeron que por problemas de trabajo de mi padre, nos mudábamos. Cuando llegamos a mi nueva casa, me preparé para ir al cole nuevo, y a hacer nuevos amigos. Pero cuando llegué, para mi sorpresa, todos me aceptaron, cosa que es muy raro, porque casi siempre que en los colegios hay un nuevo, le rechazan. Hice un montón de amigos, pero no los que yo pensaba… ¿O sí?... Un año después, quedaban tres días para un supuesto aniversario. El aniversario de un año siendo amigos. Dos días después, quedamos que el aniversario sería en casa de Nacho, mi mejor amigo. Pero cuando estábamos en el cole, nadie me habló ni me dirigió la palabra. Pero bueno… yo seguí feliz. Cuando fui a casa de Nacho, su madre me dijo que se había ido con sus abuelos porque se aburría y no tenía nada que hacer, (refiriéndose a Nacho, claro) así que me fui corriendo a mi casa y cuando llegué… ¡SORPRESA! Todos mis amigos estaban allí, me habían hecho una fiesta sorpresa. Y yo les había juzgado… me lo pasé genial. A veces, lo que crees que va a ser horrible, se convierte en lo mejor que te podía pasar. FIN Natalia Salgado, 5º A


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