H. P. BLAVATSKY
Isis Sin Velo Tomo IV
En la amargura de su corazón había dicho Job a sus amigos: Lo que vosotros sabéis, yo también lo sé y no soy inferior a vosotros. Con todo eso, hablaré al Todopoderoso y con Dios deseo razonar. Haciendo antes ver que vosotros sois unos forjadores de mentiras y secuaces de. perversos dogmas. Y ojalá callareis para que fueseis tenidos por sabios478.
Pero Elihu le dice: No los de mucha edad son los sabios ni los ancianos los que juzgan lo justo. Mas, a lo que veo, espíritu hay en los hombres, y la inspiración del Omnipotente da la inteligencia. Una vez habla Dios y segunda vez no repite la misma cosa. Por sueño, en visión nocturna, cuando profundo sueño se echa sobre los hombres y están durmiendo en su lecho. Entonces abre las orejas de los hombres, y amaestrándolos, les instruye en lo que deben saber. Atiende, Job, y oye y calla mientras yo hablo. Y si tienes alguna cosa que decir, respóndeme, habla; porque deseo que comparezcas justo. Y si no tienes, óyeme, calla y te enseñaré sabiduría479.
Había dicho antes Job, vacilante en su fe, al oír que sus amigos no le ofrecían otra esperanza que la eterna condenación: El hombre nacido de mujer, vive breve tiempo y está relleno de muchas miserias. Que como flor sale y es ajado, y huye como sombra y jamás permanece en un mismo estado.
478 479
Job, XIII, 2 a 5. Id., XXXII, 8, 9; XXXIII, 14, 15, 16, 31, 32 y 33.
159