TAREA INDIVIDUAL Napoleón sonrío y al instante no dudo en decirle que estaba contratada. Los días pasaron Napoleón se enamoró de esa bella joven. Napoleón le gustaba hablar con ella, él era muy amigable, les compraba ropa a los hermanos de María y le dejaba una rosa todas las mañanas en el cuarto de servicio a María Hortensia. Pasan los meses y Napoleón decía que era el momento para expresar el amor que él sentía por ella. La invitó a salir un domingo, pasaron una tarde muy amena y cuando llegó el atardecer Napoleón la tomó de sus manos a María y le dijo que él estaba enamorado de ella. María no sabía cómo responder en ese momento, así que solo agacho su rostro. Napoleón le dijo que estaba bien que no había problema si ella no sabía cómo corresponderle que le daría tiempo para pensar las cosas. María al regresar a su casa, pensó mucho lo que había pasado esa tarde, pero en verdad, ella no estaba enamorada de él, sino de Pedro Henríquez, uno de sus vecinos María sabía que con Napoleón Martínez tendría una vida mejor y podía sacar a su familia de la pobreza, pero su amor verdadero era Pedro Enrique, María al ver en esa oportunidad no la desaprovechó y le dijo a su patrón que ella estaba enamorada de él. Napoleón organizó rápidamente una boda ellos se casaron, María y sus hermanos y sus padres ya no tenían decadencias, María vivía con una reina Pero nunca se pudo enamorar de Napoleón Martínez. Él la amaba con todo su corazón. Lamentablemente ella seguía viendo de escondidas a Pedro Henríquez. María salió embarazada pero el hijo que esperaba era de Pedro no dé el. Napoleón estaba muy feliz que iba a ser papá y María estaba preocupada porque pensaba que al nacer su hijo no se iba a parecer a su padre Napoleón Martínez. María ya no soportaba más seguir viviendo al lado de Napoleón, porque ella amaba a Pedro Enrique, sentía aprecio por Napoleón y estaba muy agradecida con él por todo lo que él había hecho por ella. Pero un día ella decidió escaparse con Pedro Enrique. Al día siguiente María le escribe una carta y la dejó en la mesa de noche de su marido, María se escapó en la madrugada. Cuando Napoleón leyó la carta decía: que lo apreciaba mucho, que estaba muy agradecida y le pedía de favor que no la buscara más ya que ella estaba enamorada de otro hombre y que por favor que olvidara aquella tarde de otoño cuando el rompió el silencio y le dijo todo lo que sentía por ella, cuando la tomó de sus manos la miró a los ojos, se acercó y le dijo es todo lo que quiero en esta vida, y ella le contestó con una sonrisa cerró los ojos y se dejó llevar sus vidas empezaron a tomar color juntos a pesar que Napoleón sólo tenía ojos para ella. Pero María no tenía ojos para él, compartieron días y noches fríos y calores dolores y alegrías compartían sus vidas a un solo ser pero ella se sentía amarrada no sólo por el compromiso la difícil situación económica que pasaron.
Autor: CARLOS PACHECO
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