Las techumbres mudéjares neogranadinas
ciones andaluzas centralizadas, este tipo desde luego está emparentado con algunos ejemplares de aquella zona. Aparentemente es el único alfarje que nos ha llegado de la cubrición total de madera que tuvieron las tres naves. Actualmente el arquitecto Carlos Arbeláez Camacho está llevando a cabo una profunda restauración del templo y en una primera exploración de las techumbres, oculto por el moderno y absurdo cielo raso ha encontrado restos de las techumbres viejas. Esperemos que la restauración sea completa para que el templo recobre su viejo aspecto gótico-mudéjar en su totalidad. El año de 1567 se sacó a pregón las obras de carpintería del templo metropolitano, que remató Francisco Abril en 4.050 pesos, pero habiendo tenido como contrincante a Bartolomé Moya, éste alegó que era viejo en el oficio y que había hecho obras mucho más importantes y delicadas en Córdoba (España). Francisco Abril protestó en 1571 por el cambio, introducido al agrandar la construcción: Era “necesario que se hiciesen cuatro cimbras de madera con sus péndolas en todo el testero encima del arco toral, y no de mojinetes conforme a las condiciones anteriores”. Desgraciadamente en los primeros días del año siguiente murió Abril, haciéndose cargo de la obra su colega Bartolomé Moya, que también murió sin dar fin a su contrato como obrero mayor de la iglesia. El año de 1800 consta que no “estaba acabada de enmaderar porque faltaban muchos racimos y medias naranjas y otras cosas muy necesarias para el adorno y servicio della ansi de carpintería como de otras obras”.15 Presbiterio y nave de San Francisco de Tunja
A los primeros años del siglo xvii debe corresponder la terminación de la iglesia del convento tunjano de San Francisco, y en esas fechas habrá que situar la techumbre. Presenta en el centro del almizate correspondiente al cuerpo de la iglesia una composición centralizada, con nudillos en los ejes perpendiculares y en los diagonales, y racimos octogonales de mocárabes en el centro, siguiendo el ejemplo anterior que hemos considerado en el presbiterio de la catedral. En el presbiterio de la iglesia se siguió el mismo esquema centralizado, pero enriquecido, ya que los racimos adornan los ocho ejes que salen de los ángulos del cupulín central. Su derivación del modelo catedralicio parece muy clara.
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Ulises Rojas, Juan de Castellanos, Cap. v, Tunja, Imprenta Departamental, 1958. E. Marco Dorta, “La arquitectura del Renacimiento en Tunja”, en Historia de Tunja i, Ed. Correa, pág. 138. S. Sebastián, Álbum de arte colonial de Tunja, lám. iii, Tunja, Imprenta Departamental, 1963.
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