La influencia italiana en la arquitectura de Bogotá
Archivo español de arte nº 152. 1965 Pág. 321-326
De los viajeros del siglo pasado ninguno tuvo la intuición del francés Mollien para descubrir valores arquitectónicos; lástima que sus comentarios sean tan breves y escasos. Voy a recordar una de sus observaciones: “El arte de la arquitectura es el que más progresos ha hecho en Colombia; sus adelantos son tanto más sorprendentes cuanto en ese aspecto no ha tenido más maestros, para dirigir sus pasos, que los libros y las estampas”.1 Precisamente, el estudio de algunos monumentos bogotanos nos ha llevado a la conclusión de que los maestros tuvieron en cuenta los tratados italianos, de lo que resultó la reincidencia en una serie de tipos y de libertades de clara ascendencia manierista. Raro hubiera sido que el modelo de Serlio, del que se hicieron versiones en otros países americanos, no hubiera sido interpretado en tierras neogranadinas. En el diseño de techumbre hecho por Serlio, al que me refiero, alternan casetones octogonales y cruciformes, con otros hexagonales a los costados;2 ningún grabado serliesco ejerció tanta influencia en América como éste. Posiblemente, la primera muestra sea la techumbre de la capilla de Indios de Actopan (Méjico), obra inspirada seguramente por fray Andrés de Mata (1546-1574), que vivió algún tiempo en Italia; su derivación de Serlio fue notada por don Diego Angulo.3 El mismo mo1 Gaspar Mollien, Viaje por la República de Colombia en 1823. 175. Trad. del francés, Bogotá, Imprenta Nacional, 1944, Biblioteca Popular de Cultura Colombiana. 2 Sebastián Serlio, Tercero y qvarto libro de Architectura, Fol. 74 v. Traducción de Villalpando. Toledo, 1563. Agradezco al Dr. E. Marco Dorta el envío de una fotocopia. 3 Diego Angulo Iñíguez, Historia del
delo italiano fue tenido en cuenta al decorar la bóveda falsa de madera de la antigua iglesia de la Compañía, hoy catedral de Bahía (1657-1672).4 Si la techumbre de madera del sotocoro de San Francisco de Bogotá es de la época, como parece, en que se hizo la sillería, hacia 1618, sería el primer hito del modelo italiano en Colombia. Quién sabe si sea obra del ensamblador Luis Márquez, entonces activo en el convento. Sin duda este modelo debió de inspirar otra variante tardía: la techumbre de la capilla de la Inmaculada, en la misma iglesia, y que quizá sea obra del siglo xviii; presenta la novedad de que el hexágono ha venido a ser sustituido por un rombo. El mismo esquema de Serlio sería imitado casi al mismo tiempo, c. 1680, y por los mismos artistas en la capilla del Rosario de Tunja y en San Agustín, de Bogotá. Ya Marco Dorta señaló la dependencia de Serlio del modelo tunjano.5 Queda difícil precisar cuál de los dos monumentos fue levantado antes. En ambos casos el modelo italiano adquirió color netamente local al exornar el interior de los casetones con hojas y flores de una planta de la tierra, quizá de una plantaginácea: el llantén (Plantago lanceolata). En San Agustín, de Bogotá, fueron aplicadas estas ornamentaciones de madera al intradós de una bóveda falsa y rebajada. [lam. 63]. Unos años más tarde, hacia 1689, debió de ser cubierta la iglesia del Sagrario, de Bogotá, cuya techumbre, derivada de este esquema serliesco, tiene la novedad de que el casetón cruciforme ha perdido los ángulos todos del crucero. No terminó aquí la vitalidad de este modelo manierista; con grandes transformaciones pasó al barroco y de él se hicieron otras versiones muy libres en Bogotá, siendo la más arte hispanoamericano, i, 272 y fig. 356. 4 Angulo, op. cit., ii, fig. 181. 5 Enrique Marco Dorta, “La arquitectura del Renacimiento en Tunja”, en Historia de Tunja, i, 154. Ed. Correa. Artículos
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