(26) aplicación. Erróneo anglicismo de nuevo cuño. Alude a los formularios de ingreso a una institución determinada. Voy a aplicar a London School of Echonomics a ver si me admiten y al regresar me dan un ministerio. Véase jai, jailoso, play. aplicar. 1. Copular. El tipo de la panadería terminó aplicando con la mesera. Véase arrecho. 2. Expresión de peluquería usualmente caricaturizada para aludir a la administración de un ungüento tópico, pigmento capilar, champú, bálsamo o demás, sobre la epidermis, por lo general con fines cosméticos. Véase guayigol. 3. Consumir algún licor por vía oral. Déjate que termine de hacer este trabajo y nos aplicamos unos whiskachos. Véase whiskacho. apretujado. Apiñado. Hacinado. Saturado de cuerpos humanos. Estrecho. Véase apeñuscado, cebollero, dietético, tetiado, transmilleno. apuntar. Abotonar. Oiga, Erik. ¡Apúntese la camisa, que si su papá lo ve así se pone bravo! apuntarse. Mostrar disposición para llevar a cabo una determinada actividad. Si piensan ir a la piscina de olas de Melgar yo me le apunto. apunte. 1. Salida cómica e ingeniosa. Calambur. Los apuntes de López son de lo peor. 2. Opinión. apuñalear. Barbarismo para apuñalar. ¡apúrele, que estoy botao! Clásico lema publicitario empleado por el comerciante y mago José Simhón durante las décadas de los 80 y 90 del siglo XX, con el objeto de promocionar por vía televisiva y periódicamente algunos de los tapices, alfombras o papeles de colgadura expendidos en el desaparecido almacén Konker, de su propiedad. ¡aquí estoy y aquí me quedo! Célebre y antañona frase de la que un antiguo primer mandatario de la nación echó mano, en el marco de una de las peores crisis gubernamentales en la historia
del país. Su trascendencia fue tal que sirvió como título para un conmovedor libro en el que se resumiría el viacrucis experimentado por él y los suyos durante tal periodo. aquí, ¡jodido pero contento! Fórmula de contestación de muy recurrente uso entre los bogotanos para señalar su sorprendente capacidad de sobreponerse con alegría a la desdicha, el desempleo y las veleidades económicas. aquí no se gana, pero se goza. Acostumbrado a orbitar en torno a promesas incumplidas, a oficios mal remunerados y a iniciativas empresariales fallidas, el colombiano promedio suele acudir a esta suerte de mantras consolatorios para ocultar el inmenso dolor que ocasiona la sarta de expectativas no satisfechas que representa el vivir en el país. “Aquí no se gana, pero se goza” es el sincretismo de ese pensamiento entre estoico y bienhumorado, con una cierta dosis de falsa alegría. Por lo mucho que contraríe a la realidad, muchos corresponsales sostienen todavía ante sus respectivas agencias de noticias que Colombia es el más feliz o el segundo más feliz país del mundo. arañón. Arañazo. Metí el niño al jardín y el primer día me le pegaron un arañón. ardido. 1. Enojado. En busca de retaliación. Ese man lo que está es ardido porque perdió el torneo de banquitas. Véase piedro. 2. Quemado. Me comí un pastel gloria, el bocadillo estaba caliente y me ardí. arepa. 1. Individuo torpe. ¡Mucha arepa! Compré una cosa en la tienda y se me olvidó pedir las vueltas. Véase atembado, huevón. 2. De arepa. Dícese de quien es bendecido por la suerte sin merecérserlo. Véase arepazo, chepa, chiripa. 3. Voz vulgar con la que se alude al genital femenino.