los zapatos […] Después de estar sacando 500 pares [al] día, estamos sacando 200 pares a la semana. [134]
El aprendizaje inicial del arte lo realizó en familia y este vínculo es que lo une todavía a ese proyecto de vida que inició con el abuelo Rosendo: Mi hermano y yo llegamos de tres y cuatro años a Bogotá. Uno viviendo ahí entre los cueros aprende el arte de guarnecedor. Así que le guarnecía a mi papá. Mi hermano aprendió la parte administrativa, a despachar cortes, y ha sido toda la vida. Apenas terminamos el bachillerato, el sueño de mi papá era que estudiáramos […] Fui el primero de toda la descendencia de mi padre y de mi madre y logré sacar adelante el título. Luego mi hermano menor estudió y se especializó y mi hermano mayor no estudió, se dedicó a trabajar en el negocio. El mayor y yo somos los que aprendimos la zapatería. [135]
El Restrepo tiene una impronta de historias y memorias del cuero y el calzado que requiere ser valorada más allá de las políticas económicas. Estas políticas, a su vez, implican tener en cuenta factores sociales y culturales que potencien la experiencia y el trabajo, puesto que los fabricantes y trabajadores del barrio se han formado básicamente de manera empírica por más de tres generaciones. Al menos dos generaciones del siglo XX y dos del siglo XXI han vivido, estudiado y trabajado la producción de calzado desde el legado familiar.
134 Robert Páramo López, gerente Calzado Orpar, entrevista virtual, septiembre de 2020. 135 Robert Páramo López, entrevista.
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