La Sierra de Arica Qhapaq Ñan; Putre · Socoroma · Zapahuira

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LA SIERRA DE ARICA Q h apa q Ñ a n Putre · Socoroma · Zapahuira

Patr icio Ba nd a Gonzá lez



LA SIERRA DE ARICA Q h apa q Ñ a n Putre · Socoroma · Zapahuira

Patr icio Ba nd a Gonzá lez


La Sierra de Arica La Sierra de Arica Qhapaq Ñan; Putre · Socoroma · Zapahuira ISBN: 978-956-398-751-5 Registro Propiedad Intelectual Nº302385 ©Todos los derechos reservados Director del Proyecto: Patricio Banda González Dirección de Arte: Eilin González Escárate Fotografías: ©Patricio Banda González Edición y Montaje: Patricio Banda González / Agencia AFIN Textos: Lony Vargas Aguilera; Tamara Duarte Moya; Patricio Banda González Guía en Terreno: Agencia Trekking Aymara


Agradecimientos Patricio Banda González, responsable del Proyecto y del equipo de colaboradores que hicieron posible esta publicación, agradece a las personas e instituciones que colaboraron con el presente Libro. A Iván Muñoz por sus sugerencias metodológicas en la confección del libro y asesoría especializada. A Fabián López por su aporte y disponibilidad para aclarar dudas y generar redes de apoyo para la implementación del proyecto. A José Barraza por sus sugerencias y correcciones en esta publicación y por la facilitación de redes para la ejecución del proyecto. A Karen Becker por su ayuda con los servicios turísticos de Socoroma. A Jorge García por su ayuda y apoyo técnico para la correcta ejecución del proyecto. A Raúl Méndez por su disponibilidad y ayuda en la ejecución del proyecto. Y eterna gratitud a Victoria Mollo S. y Carlos Honores A. Por su oportuna y desinteresada colaboración en la ejecución de este proyecto. Agradecer el aporte de AASA Astilleros Arica S.A. Empresa comprometida con el desarrollo del patrimonio cultural e inmaterial de la región de Arica y Parinacota.



Índice Prólogo

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Los Incas

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El Estado Inca

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Los Caminos durante el Tawantinsuyo

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El Qhapaq Ñan: Un camino que une territorios

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La expansión Inca en la Región de Arica y Parinacota

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Relatos de caminantes

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La Sierra de Arica: Subtramo Putre · Socoroma · Zapahuira

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Apachetas

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Complejo Zapahuira: Tambos y Qolcas

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Tambos

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Epílogo

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Bibliografía

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Prólogo El Estado Inca abarcó una vasta superficie en la vertiente occidental de América del Sur, un lugar difícil de caracterizar espacialmente como un sólo ecosistema con límites claramente definidos, pues abarcó distintos tipos de ambientes que van desde las húmedas selvas ecuatorianas hasta el árido Desierto de Atacama en la zona centro-sur andina, donde actualmente se ubica la Región de Arica y Parinacota. Patricio Banda, nos propone una descripción del área cultural precolombina, como es el Tawantinsuyo. Sus fundamentos yacen en rasgos específicos, que permiten aunar en un solo polígono sobre la superficie de la Tierra un espacio en común donde se desarrolló un idioma, una religión, una economía o mejor dicho una cosmovisión que permitía dar un orden al universo. El ejercicio de identificar una región, radica en reconocer rasgos únicos que permiten diferenciarlas con otras regiones culturales que no comparten los mismos rasgos y puedan colindar sus territorios en esta vertiente de América del Sur. La existencia de la inmemorial red de caminos del área centro-sur andina, facilita la identificación de puntos y líneas que unidas en una representación cartográfica, muestran la existencia de una zona con rasgos homogéneos similares, que nos permitirán aseverar que estamos en presencia de un área susceptible de determinar en un mismo polígono que reúne características semejantes: una región. La Región de Arica y Parinacota tiene su eje vertical en el Qhapaq Ñan o Camino del Inca, que con lustroso brío Patricio Banda representa a través de la fotografía. Recorrer los senderos incásicos por las altitudes de la Cordillera de los Andes es extremadamente dificultoso debido a circunstancias tales como la ausencia de caminos pavimentados, la falta de oxígeno, la exigua frecuencia de transportes, y la disminución sostenida de población en zonas rurales, lugareños que puedan indicarte como llegar a un determinado lugar. Dichas condiciones enaltecen todo esfuerzo de conocer zonas tan inhóspitas para el habitamiento humano.


Los vestigios que dan cuenta de los derroteros Inca y que captura con aptitud soberbia este destacado fotógrafo chileno, no solo están en el camino mismo de inmensa extensión representada principalmente por los relieves que va dejando el constante crecimiento de la Cordillera de los Andes, sino que también es posible identificarlo a través de tambos, chasquihuasis y apachetas que denotan los recorridos de la ruta que unía los cuatro puntos del Tawantinsuyo y que se presentan en esta obra; en los tambos se almacenaban alimentos y se hospedaban los transeúntes; los chasquihuasis fueron alojamientos de dimensiones reducidas que variaban según los diseños arquitectónicos que utilizaba cada grupos local (Martínez, 2009) y las apachetas son y seguirán siendo motivo de culto, ofrenda y libaciones ritualisticas. (Galdames et al., 2015) Patricio Banda, ariqueño por adopción, destacado fotoperiodista y gestor cultural, nos invita a recorrer los Caminos del Inca, en una serie de registros fotográficos que realizó durante el año 2018 por zonas de serranías desérticas, que un país montañoso como el nuestro nos permite observar con detención. Fui testigo de su dedicación por acercarse lo más posible a la veracidad científica que gusta tanto a los enciclopedistas, pero sin dudas el tesoro de esta obra se encuentra, no sólo en las perfectas capturas inmortales de los paisajes del Qhapaq Ñan, sino también en el contacto directo con los pobladores Aymaras, cuyos testimonios transcritos en esta obra nos muestran la importancia atemporal de la red principal del Estado Inca.

José Fabián López Cepeda Programa de Doctorado en Geografía Universidad Católica de Chile 9


Los Incas El Estado Inca fue el más grande del continente, expandiéndose desde Cusco hasta la región sur de las Montañas Andinas, a finales del sigo XIV. La invasión española, en 1532, puso un brutal término a su historia. Una población de 12 millones de habitantes fue testigo de la rendición del Imperio ubicado en el territorio que hoy comprende Perú, Ecuador y parte de Chile, Bolivia y Argentina.


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El Estado Inca El Estado Inca llamaba a su territorio Tawantinsuyo, “las cuatro partes” en quechua. En él convergían terrenos diversos y climas marcados, conformados por una larga banda desértica en la costa entrecortada por ricos valles irrigados, las altas cumbres y los profundos valles fértiles de los Andes y las cumbres montañosas de la selva tropical al este. Pese a que erróneamente se utiliza la palabra “Inca” para referirse a todos los pueblos del Tawantinsuyo, este vocablo está reservado para el dirigente del Imperio y los nacidos en el valle de Cusco, capital del dominio. Aun estando ligados política y económicamente a los Incas, los pueblos conquistados mantenían su identidad, subsistiendo al menos 20 dialectos locales por todo el Imperio. El quechua, sin embargo, fue el idioma oficial en la mayoría de las comunidades hasta la llegada de los españoles.


Ruta empedrada entre Socoroma y Zapahuira.

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Dos apachetas de Putre, de fondo Volcรกn Taapacรก.

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Los caminos durante el Tawantinsuyo Cuando los Incas iniciaron la conquista de los pueblos aledaños, el dominio del espacio para la construcción de caminos quedó a disposición de los cusqueños. A partir de ese momento las redes viales se incrementaron exponencialmente, hasta cubrir una extensión que alcanzó los 60.000 kilómetros. El inicio de las grandes obras viales fue por decisión expresa del Inca Pachacútec. El soberano detectó la necesidad de construir caminos para mantener el control sobre los territorios anexados, trasladando con rapidez funcionarios y tropas.


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Según detalla Juan de Betanzos, aún antes de comenzar su gobierno, Pachacútec era visto con frecuencia entregándole instrucciones sobre la construcción de caminos a los orejones, apoyándose en diseños creados por él mismo. Los sucesores de Pachacútec continuaron con la obra del Inca, basando la red vial incaica en tres elementos fundamentales: calzadas y bordes de caminos, puentes y los depósitos.

Camino empedrado de Socoroma.


Chullpa de Zapahuira.

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Esta red vial era indispensable para la organización incaica. Gracias a ella, además de ejércitos y funcionarios, se movilizaban los chasquis y los “mitimaes”, estos últimos encargados del transporte de productos cosechados en los territorios conquistados por los Incas.

Terrazas agrícolas, tecnología inca en Socoroma.


El Orégano socoromeño tiene denominación de origen.

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El Qhapaq Ñan: Un camino que une territorios El Qhapaq Ñan fue la expresión vial del Estado, cuyos extensos territorios eran regidos por una misma autoridad y una sola norma. Esta circunstancia facilitó el tránsito por caminos que antaño eran administrados por señores locales, muchos de los cuales no proyectaban la conectividad de sus vías más allá de los limites de sus respectivas jurisdicciones.

Muchos caminos troperos existían mucho antes de la llegada del Estado incaico y se fueron sumando a la extensa red, este camino en las cercanías de Putre es uno de ellos.


La ruta internacional 11 - CH fue diseĂąada en parte siguiendo la huella del Qhapaq Ă‘an, la cual borrĂł algunos tramos, provocando el desuso de los antiguos caminos troperos por los habitantes de la zona.

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Justamente por su condición de camino del Estado, el Qhapaq Ñan fue una vía controlada que solo podía ser transitada por pasajeros admitidos por la autoridad incaica. Estas otorgaban un salvo conducto que comprobaba que se dirigían hacia un lugar específico por encargo oficial. Quienes poseían el salvoconducto eran atendidos y proveídos de todo lo necesario para el viaje. Por el contrario, quienes no tenían el permiso y transitaban por el camino eran castigados “por vagabundos”.


Camino empedrado de Socoroma.

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La expansión Inca en la Región de Arica y Parinacota Según los vestigios arqueológicos y arquitectónicos, el Tawantinsuyo se desplegó en todo el territorio desde la costa hasta el altiplano. Aparentemente, el Estado Inca en la Región de Arica y Parinacota no requirió del uso de su ejercito conquistador: se estima que las poblaciones de la región interactuaron con las nuevas autoridades sin mediar enfrentamientos violentos de gran escala, como si ocurrió en zonas del Perú.


Qolca de Zapahuira, se encuentra a la orilla de la ruta internacional 11 - CH.

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Qolca de Zapahuira.

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RELATOS DE CAMINANTES


“Para nosotros era el camino tropero, a veces movíamos a nuestros animales a pastar y otras íbamos a cambiar especies…” Bernabé Carrasco (79)

“Yo no sabía que era inca, sabía que era aymara…” Margarita Flores (78)

“Socoroma aún no ve beneficios desde que el camino fue declarado Patrimonio de la Humanidad. Esperemos que sea pronto” Gregorio Mollo (69)

“Mi abuelo me contó que era inca, pero no le tomamos el peso hasta ya adultos. La autoridad debiera restaurar el camino, sobre todo ahora que es Patrimonio de la Humanidad…” José Flores (70)

“Esperamos una mejor coordinación con los operadores turísticos, por el beneficio de todos. Así ganan ellos, nosotros y por supuesto, los turistas…” Carmen Gutierrez

“Antes, la comunidad se organizaba e iba y arreglaba un poco el camino para poder transitar, la lluvia y el clima siempre desarman el camino…” Marcelina Kanaviri (79)

“Mi primer recuerdo del camino fue cuando tuve que llevar en brazos a mi hermanito. Tenía como 11 años y mi hermano algunos meses. Yo lo fui cargando porque mi mamá estaba enferma, nos demoramos como cuatro horas para llegar al Registro Civil de Putre. Allá estaba todo, y hoy sigue igual…” Amelia Manlla (86)

“Antes de la carretera moderna, Socoroma se organizaba, arreglaba y limpiaba el camino. Se hacía una vez al año, pero solo hasta la mitad; de la otra mitad se encargaba la comunidad de Putre… eran tiempos que la organización comunitaria era por un bien mayor…” Rafael Humire (86)


Rafael Humire Los agricultores de Socoroma trabajan principalmente el choclo y el orégano, este último cuenta con Denominación de Origen. Muchos de ellos cuentan con emprendimientos de elaboración y venta de mermeladas artesanales. 33


Amelia Manlla (86)


BernabĂŠ Carrasco (79) 35


Carmen Gutierrez


Patricia Carrasco 37


Gregorio Mollo (69)


JosĂŠ Flores (70) 39


Leonidas Araya


Marcelina Kanaviri (79) 41


Margarita Flores (78)


Rafael Humire (86) 43



Zunilda …. , Dueña de un restaurant en Zapahuira. Zapahuira era una zona de descanso habitual para las caravanas que traían oro desde Potosí. Mucho antes, fue un puente natural que conectaba las tierras altas de las montañas andinas y los valles costeros, convirtiéndose en un centro administrativo de primer orden para los incas. Actualmente, es una parada obligada de camioneros y turistas, quienes llegan al lugar para adaptarse a la altura. 45


La Sierra de Arica: Subtramo Putre · Socoroma · Zapahuira En la costa, los Incas se concentraron en la explotación del guano y el pescado seco. Entre los asentamientos que más destacados se encontraban la desembocadura de Camarones y el cementerio de la Playa Miller, ubicados al sur de Arica. En los valles destacan los geoglifos de Alto Ramírez y el sitio arqueológico de Pubrisa.

Dos apachetas, de fondo volcán Tarapacá.


Camino inca entre Putre y Socoroma.

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En contraste, en las tierras altas de la sierra y puna de Arica y Parinacota, hubo una mayor inversión en obras civiles ligadas a la gestión del Estado Inca en la región. Se trató de complejos arquitectónicos de escala menor y acordes a las condiciones locales tales como los tambos de Zapahuira, Chungará, Pisarata, Ancara y Collahuasi. Chasquiwasi en la ruta Socoroma Zapahuira.


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Desde el tambo de Zapahuira se articulaba la red de control de bienes y expansión del Imperio hacia el sur, controlando el movimiento de poblaciones y bienes provenientes de las tierras altas, continuando en dirección a Belén, uniendo las cabeceras de los valles del extremo Norte de Chile hacia la costa del Pacífico. Posteriormente se dirige a la vertiente occidental de la precordillera y la vertiente oriental del cordón de Huaylillas, a través de la sierra de Arica.


Vista general de Socoroma y sus terrazas.

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La Sierra de Arica se encuentra interceptado por vías menores o ramales transversales Este-Oeste. Estas conectaban la vía principal con poblados alejados de los centros administrativos y económicos principales que buscaban controlar el suministro de agua para los canales de regadío y supervigilar el trabajo de las poblaciones sometidas al Imperio. Estos senderos atravesaban distintos pisos ecológicos, los que se han mantenido en actividad gracias a viajeros y arrieros de las comunidades locales.


Camino empedrado Socoroma sur, ruta de Socoroma a Zapahuira.

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Apachetas Las apachetas son formaciones de rocas depositadas por los viajeros, entregando al lugar la calidad de sagrado, para acortar las distancias, aliviar el cansancio y evitar los contratiempos del viaje. Se encuentran en los bordes de los caminos, espacios de transición y relieves del terreno, sirviendo como guía. Debido a su carácter pagano, fueron destruidas por la iglesia católica durante el siglo XVI y reemplazadas por cruces. La prohibición no pudo eliminar totalmente la práctica: las rocas amontonadas continuaron cumpliendo su labor, con una cruz en la cima como única diferencia.


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Complejo Zapahuira: Tambos y Qolcas El complejo arqueológico está integrado por conjuntos de edificios, asentamientos y expresiones materiales no solo de la época incaica, sino también de periodos anteriores. En el lugar pueden observarse chullpas, pequeñas torres funerarias armadas con bloques de barro, piedras y estructuras de maderas, construidas en el periodo de los señoríos regionales altiplánicos. Monedas, flores, envases y diversas ofrendas se encuentran en los vestigios del Qhapaq Ñan.


Chullpa de Zapahuira.

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A su recorrido se ligan Tambos, Pascanas, Chasquihuasis y Apachetas enclavados en torno a los 3.000 metros de altura. ContinĂşa desde Socoroma hacia el Sur por laderas bajas y a travĂŠs de quebradas y planicies, hasta llegar al centro administrativo incaico de mayor envergadura, en el sector de Zapahuira.


Detalle de la chulpa; barro, piedra, paja y madera.

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Las Qolcas son también vestigios de la actividad del lugar. Estos edificios de almacenamiento de productos actualmente se encuentran parcialmente destruidos y divididos por el camino internacional. Finalmente, en Zapahuira se encuentra además el Tambo, ubicado en una antigua terraza del Río Seco, a 2.500 metros al noreste de las qolcas y a solo 500 metros al oeste del Qhapaq Ñan.

Imagen tridimensional del sitio arqueológico Tambo de Zapahuira, que funcionó como centro administrativo regional del Tawantisuyu. (Archivo CMN).


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Mortero de la ĂŠpoca incaica.


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Tambos Los tambos eran instalaciones que facilitaban el tránsito de los mensajeros y los ejércitos del Imperio, brindándoles cobijo y alimentación durante sus travesías. Estos refugios se encontraban separados a un día de camino, y pagando tributo al Inca, eran atendidos y mantenidos por miembros de las comunidades cercanas. De esta forma, por medio del trabajo se cumplía con las obligaciones frente al Estado.


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Tambo de Zapahuira.

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Camino empedrado con tecnologĂ­a inca en Socoroma.

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Epílogo Cuando nos dirigíamos al altiplano, todo el camino estuvo nublado y con una neblina muy espesa, en el inicio de esta aventura, temí que la luz no me acompañara, pensaba… no es primera vez que recorro estos lugares, se que después de la siguiente montaña el Tata Inti nos puede estar esperando… y así fue. Cuando comencé con los primeros registros el sol brillaba con fuerza, mientras avanzamos por los senderos, siempre apoyado por un experto guía, cada paso que daba me acercaba más al cielo, la altura se hacia sentir, mi respiración aumentaba, mi cámara y equipo ya pesaban el doble, sentía que llevaba el sol en la mochila, luego de unas horas caminando paramos a descansar, junto a con un reponedor té de Chachacoma para así continuar, Zapahuira, a esta altura es un oasis del altiplano. La caminata a Socoroma fue tranquila pero con el sol de protagonista, acompañado por el fuerte viento del altiplano, el cual era un bálsamo para el implacable calor. La jornada se llevó sin contratiempos, Socoroma se convertiría en nuestro campamento base para desplegarnos a los distintos puntos de vestigios arqueológicos del Qhapaq Ñan. Iba todo bien, hasta que ocurrió un desperfecto en mi cámara que hizo peligrar todo el trabajo, y la planificación de meses sería desechada, así como los recursos destinados para ésta aventura; pensé en retornar a Arica a solucionar el problema y planificar todo otra vez. La fortuna de rodearse de buenas personas, y que el destino te cruzara con otras también buenas personas, conllevó a que ese gran problema fuera sola una anécdota, permitiendo continuar con el recorrido hasta Putre, dónde no hubieron contratiempos y se logró completar el trabajo previsto.


Las siguientes subidas al Qhapaq Ñan, se basaron en la búsqueda de una Luz distinta que incidía en los lugares de los vestigios, mi intención era buscar matices y que fueran atractivos para al espectador. Las fotografías son desde mi punto de vista, mi experiencia profesional y de vida, y pasan a ser un documento único e histórico, de una de las zonas con mayor vestigios arqueológicos del Qhapaq Ñan en Chile. Pero el conocer, retratar y publicar en esta obra las distintas experiencias de vida y relatos de habitantes de La Sierra de Arica, sin duda, es el aporte más relevante de este libro de Fotografías.

Para Tamara, Antonia y Julián.

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Bibliografía · Consejo de Monumentos Nacionales. 2018. ”Qhapaq ñan El sistema vial andino y los incas en el norte de Chile”, Chile. · Instituto Nacional de Cultura, 2003 “Proyecto Qhapaq Ñan, informe de campaña”, Perú. · Muños, I. Y Choque, C. 2017. Revista chilena de antropología, Caminos reales y troperos, Chile. · Santoro, C. 1983. “Camino del Inca en la Sierra de Arica”, Revista Chungará Nº10. Chile. · Dpto. de Historia Universidad de Chile. 2013. Interacción y cambio social: relatos arqueológico e histórico sobre las poblaciones que habitaron los valles de Arica durante el siglo X al XVII DC. Chile. · Instituto Nacional de Cultura. 2005. Antropología general, Proyecto Qhapaq ñan, Parte-2. Perú. · Berenguer, J. 2000. Tiwanaku, señores del lago sagrado, Museo Chileno de arte precolombino. · Chacana, J. 2015. “Patrón de asentamiento y uso del espacio”. Precordillera de Arica, siglos X-XV. Bulletin I`nstitut Francais d `etudes Andines. Nº34. Perú. · Hidalgo, J. Y Focacci, G. 1986. “Multietnicidad en Arica, siglos XVI. Evidencias etnográficas y arqueológicas”. Chungará, Revista de Antropología Chilena.


· https://www.tierra-inca.com/peru/incas.php · https://es.wikipedia.org/wiki/Red_caminera_del_Tahuantinsuyo · http://www.qhapaqñanchile.cl/rutas-qhapaq-nan/ · http://www.monumentos.cl/patrimonio-mundial/lista-actual/qhapaq-nan-sistema-vial-andino · https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-6894201700020011

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