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La reutilizando de la estructura del viejo edificio de acero no solo los ayudó en terminar a
tiempo el proyecto (seis meses), sino que también les dió un nuevo lenguaje que estaban
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buscando exaltando dejándola a la vista pintada y reforzando su participación estética hacien-
do, dentro de la “caja de vidrio”, “sub-estructuras” para el entrepiso y escaleras de tramo breve
en el mismo material y en perfiles similares.
Dejando detras la idea del banco este estudio se destacó en el nuevo programa presentado
para esta nueva sede, donde la flexibilidad del anterior edificio les permitia.
“En aquella época se hablaba del Banco de Clorindo, era El banco. Solsona recuerda que cuando tomaron el tema del banco, empezaron a pensar en la calle Florida, el banco, tenía que ser una pieza abierta a ella, a la gente, tiene que tener luz y ahí comenzaron a generar una serie de dibujos en los que notaron que no tenía luz, tenía revestimientos blancos pero no tenían luz, entonces se les ocurre usar el ladrillo de vidrio, les empieza a cerrar la imagen, dicen “es una cosa fantástica en la arquitectura, que en los dibujos, ideas, te empieza a hablar a vos, de golpe empezas a ver que se va cerrando todo lo que aspirabas generar.”
No sólo fué un proyecto innovador y un ejemplo de la historia Argentina sino tambien la explo-
tación de seis talentos juntos que esta nueva propuesta les prometia, una propuesta reconoci-
da no solo nacional sino tambien internacionalmente.

MSGSSS La historia de MSGSSS comenzó cuando Justo Solsona y Josefina Santos se graduaron como
arquitectos en la Universidad de Buenos Aires, en el año 1956. Comenzaron a trabajar como
Jefes de Trabajos Prácticos en Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Al mismo tiempo, junto a otros arquitectos como Ernesto Katzenstein, crearon el Grupo de
Arquitectura y Planeamiento ("GAP"), que llegó a ganar en 1957 un concurso para torres de
vivienda pública del Banco Hipotecario Nacional en el barrio de La Boca, que nunca se concre-
tó. De esta forma, se consolidó la modalidad que el equipo adoptaría en adelante, la de partici-
pación en grandes concursos para el Estado.
En 1960, presentaron propuestas para las iglesias de Venado Tuerto y Laprida, y luego Katzens-
tein realizó un viaje a la India, que terminaría ayudando a la formación de un nuevo equipo,
cuando en 1962 se sumaron los recién graduados Flora Manteola y Javier Sánchez Gómez.
En ese año, participaron del concurso para la nueva Biblioteca Nacional, ganando el segundo
puesto.
El perfil profesional del estudio se fue definiendo sobre los trabajos, en las adhesiones y en las
contradicciones, en proyectos que se oponen a, más que en otra cosa. En algunos años existía
una fuerte corriente estructuralista, a la que ellos no se adherían, pero que los marcó. Fue en
el momento de sus primeros concursos cuando comenzaron a aparecer las grandes estructuras, ya fueran colgadas o expuestas. “La estructura de alguna forma amenazaba con comerse a la arquitectura” dice Solsona. Se intentaba superar los elementos tradiciona-
les de la arquitectura buscando una nueva lógica, en oposición a la tectonicidad de los años
cincuenta y el estructuralismo.
Es indudable que mucha de la producción de los años sesenta (y no solo se refiere al estudio),
no se entiende sin un sesgo humorístico, era otra arma para criticar la corriente más tectónica
de la arquitectura moderna, en busca de otra formalidad dentro de sus parámetros básicos.
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