Integración inclusión

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MAGISTER EN EDUCACIÓN CON MENCIÓN EN GESTIÓN INCLUSIVA Universidad Santo Tomás

Módulo “FUNDAMENTOS DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA”

PEI 2015


¿Es el Proyecto de Integración Escolar Chileno1 integrador, inclusivo o excluyente?

“Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre” Paulo Freire

Primero quiero referirme a algunas políticas, protocolos y acuerdos internacionales que subyacen al derecho a la Educación, para ello resulta indispensable situarme en acuerdos internacionales suscritos por nuestro país, como lo es la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) la que estableció que la educación es un derecho humano básico – derecho reafirmado de la siguiente manera por el artículo 28 de la Convención Internacional de los Derechos del Niño2, que Chile ratifica hace unas décadas atrás, la que hace alusión en materia de educación y discapacidad infantil señalando: “Los niños impedidos tienen derecho a los servicios de rehabilitación, y a la educación y capacitación que los ayuden a disfrutar de una vida plena y decorosa. La Escuela ha sido la Institución Social que presta los servicios referidos a la enseñanza y el aprendizaje formal de los niños”. Por otra parte, Chile en materia de educación ha firmado acuerdos donde se tiende a la resignificación de la “discapacidad”, transitando de la segregación a la integración con miras a la inclusión, considerando que es la sociedad en su conjunto quien debe modificar aquellas barreras que discapacitan a los individuos y no dejar la responsabilidad en ellos para adaptarse, es así como hace suyos los acuerdos de la Convención Internacional para los Derechos de las Personas Discapacitadas, cuyo artículo 24 habla sobre materias de educación, señalando: “El derecho a la educación incluirá el derecho de todo niño con discapacidad a la educación inclusiva en su propia comunidad (incluyendo el acceso a estimulación y apoyo en la infancia temprana y preescolar para lograr una inclusión dentro del sistema escolar general), y el derecho a cualquier apoyo requerido incluyendo adaptaciones al currículum, medios educativos y tecnología, estrategias de aprendizaje, entorno físico accesible y otros, que aseguren la plena participación del estudiante con discapacidad en el sistema” En función de la firma de acuerdos internacionales se han ido tomando medidas en materia de Educación y se han implementado programas que buscan dar respuesta a las 1 Proyectos de Integración Escolar (PIE) • Esta modalidad es la que se le ha dado más énfasis en el Ministerio Educación en nuestro país. Tiene como base teórica la teoría de Normalización, atiende a alumnos con discapacidad, dentro de una escuela tradicional, otorgándole atención en el aula de recursos, espacio físico dotado de materiales necesarios para la atención de alumnos con N.E.E. 2 La Convención sobre los Derechos del Niño fue aprobada el 20 de noviembre de 1989 por Naciones Unidas y busca promover en el mundo los derechos de los niños y niñas, cambiando definitivamente la concepción de la infancia. Chile ratificó este convenio internacional el 14 de agosto de 1990, el que se rige por cuatro principios fundamentales: la no discriminación, el interés superior del niño, su supervivencia, desarrollo y protección, así como su participación en decisiones que les afecten.


necesidades educativas de los niños, es así como hemos ido avanzando desde las Escuelas Especiales (segregadoras), a la modalidad de incorporar la educación especial a la escuela General y que desarrolle su acción de manera transversal en los distintos niveles educativos, proveyendo un conjunto de servicios, recursos humanos, recursos técnicos, conocimientos especializados y ayudas, con el propósito de asegurar, de acuerdo a la normativa vigente, aprendizajes de calidad a niños, niñas, jóvenes y adultos con necesidades educativas especiales (NEE3). Las políticas públicas en materia de Educación tienen un objetivo común y tradicional de normalización, no debemos desconocer que se han ido haciendo esfuerzos para favorecer la integración a nivel escolar y por ello se han ido implementando los Proyectos de Integración Escolar (PIE), dirigidos a aquellos niños y/o adolescentes con algún tipo de dificultad a nivel sensorial, física, intelectual y de conducta que bajo una evaluación netamente instrumental han quedado bajo la norma, es decir bajo el puntaje de “normalidad”. Skliar alude al concepto de normalidad y patología y señala certeramente la visión que se tiene de la relación de este binomio: “La conciencia moderna tiende a otorgar a la distinción entre lo normal y lo patológico el poder de delimitar lo irregular, lo desviado, lo poco razonable, lo ilícito y también lo criminal. Todo lo que se considera extraño recibe en virtud de esta conciencia, el estatuto de la exclusión cuando se trata de juzgar y de la inclusión cuando se trata de explicar. El conjunto de las dicotomías fundamentales que, en nuestra cultura distribuyen a ambos lados del límite de las conformidades y las desviaciones, se encuentran así una justificación y la apariencia de su fundamento. Lo normal se constituye como un criterio complejo para discernir sobre el loco, el enfermo, el pervertido, el animal o el niño escolarizado”4. El decreto 170 de 2009 y el decreto 01 de 1998 implementan los Proyectos de Integración Escolar para estudiantes que presenten Necesidades Educativas Especiales. Con una mirada incluyente y no segregadora el PIE chileno integra a su programa alumnos que habiendo sido evaluados por un profesional idóneo presentan los diagnósticos estipulados por los protocolos del sistema de integración escolar, el que siendo en su génesis “incluyente”, es a su vez “excluyente”, porque no integra al resto de los alumnos que no presentan estos diagnósticos o que al presentarlos no alcanzan el nivel de complejidad que el Programa solicita. Por lo tanto su esencia integradora, pasa a excluir a los niños “diferentes” porque no presentan los diagnósticos del Programa. Entonces la Escuela si ya es discriminadora, viene 3 Necesidades Educativas Especiales son aquellas ayudas y recursos adicionales, ya sean humanos, materiales o pedagógicos, para conducir un proceso de desarrollo y aprendizaje y contribuyendo al logro de los fines de la educación. Esto quiere decir que cualquier persona en diferentes edades y momentos de su educación, puede necesitar que lo apoyen para tener éxito escolar. Estas NEE pueden ser por un tiempo determinado (transitorias) o durante todo el tiempo de permanencia en el sistema escolar (permanentes). 4 Normalidad-patología: el origen y la persistencia del despotismo por otros medios. Carlos Skliar (FLACSO / CONICET, Argentina)


a reforzar aún más aquel valor, estigmatizando las diferencias de los alumnos en los múltiples grupos que se van organizando en función de las características académicas. Son estas instrumentales desde una mirada ETIC, porque necesita los resultados en su rendimiento y no la individualidad en sus procesos, por tanto la escuela aun cuando esté transformándose en integradora, incluye y excluye a la vez reforzando aún más la idea de “normalización”. El cuestionamiento del concepto de discapacidad en nuestros tiempos, lo ha ido modificando desde la mirada y denominación de minusválido, subvalorando al otro por una condición médica, al estigma de la discapacidad hacia la mirada ecológica o biopsicosocial. Pasamos a ver el mundo y la sociedad como discapacitante, como aquella que tiene barreras que no permiten el desarrollo de las personas. Como señala Foucault (1991), refiriéndose a la enfermedad mental, ésta “no tiene realidad y valor de enfermedad más que en una cultura que la reconoce como tal” (p.83). Frente a la revisión de la didáctica de la escuela tradicional, surgen nuevos paradigmas de la mano de la pedagogía crítica en miras de emancipar al hombre, entregándole herramientas que lo fortalezcan, que le den sentido a la búsqueda del conocimiento y resignifiquen el acto de aprender, favoreciendo el término de las desigualdades sociales e intelectuales. Estas barreras sociopolíticas no se mejoran con la implementación de los Proyectos de Integración escolar, porque lo que se ha hecho es poner la escuela especial al interior de la escuela general, la educación debe propiciar la verdadera inclusión en el sistema, no el continuar segregando a los individuos, sino que la escuela debe ser capaz de atender a la diversidad en su conjunto, acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, sociales, emocionales, lingüísticas u otras, incluyendo a los niños talentosos, en situación de calle, minorías étnicas, vulnerados socialmente, a todos. Las limitaciones de las oportunidades educativas disponibles para estos niños y niñas son una de las consideraciones resaltadas en las Normas Uniformes para la Equiparación de Oportunidades de las Naciones Unidas (Naciones Unidas, 1993). La norma 6 no sólo afirma la igualdad de derechos a la educación de los niños, niñas, jóvenes y adultos con discapacidad, sino que también declara que la educación debiera darse en “contextos escolares integrados” y “en el contexto de la escuela regular”. Por otra parte cada vez se escuchan más voces señalando la necesidad de la Escuela para Todos, una escuela integradora e inclusiva, La educación inclusiva responde al desafío de ofrecer una mejor educación para todos, en la que cualquier niño o niña pueda participar en la vida del colegio que los padres elijan, con otros niños y niñas de su edad y con los apoyos necesarios para su plena participación (Cortés, 2010; Inclusión Internacional, 2009)5.

5 Cortés, 2010; Inclusión Internacional, 2009


Ahora si las banderas de la inclusión van adquiriendo más adeptos o si tan sólo una persona la tuviera en su discurso, creo significa que hay exclusión, que aún quedan vestigios de la escuela excluyente que tiende a la segregación. Es cierto que nuestro Sistema Educacional Chileno está transitando hacia la integración/inclusión, hay algunos componentes en su estructura que han abierto mentes, puertas y procesos para conseguirlo y que pretende avanzar en la mirada de la diversidad en el aula, pero ésta no será efectiva hasta que no haya un cambio de actitud frente a la diversidad. Se ha ido reforzando cada vez más en virtud de los derechos humanos, la necesidad urgente de resignificar conceptos, procesos y plasmarlos en programas que den respuesta efectiva a la integración de las personas y al cese de la segregación, el aislamiento y la discriminación. La integración no sólo mejora las condiciones de aprendizaje de la población con discapacidad, es así como toda la comunidad educativa y la sociedad en su conjunto debe internalizar la idea que las debilidades y potencialidades también benefician a la diversidad de estudiantes que forman parte del sistema escolar, bajo este prisma de alteridad se potencia la cultura escolar y se enriquece el proceso de aprendizaje.

Ahora la mirada debe estar puesta en resignificar la diferencia y no detenernos en evaluar y patologizarla, sino que a partir de esto reconocer y fortalecer las potencialidades de todos los alumnos, es ahí donde estamos entregando herramientas reales hacia la inclusión social, todos aportamos en una comunidad y para construir una sociedad más justa necesitamos del otro y la diversidad la enriquece y la fortalece. Esto implica, que lo fundamental no es apuntar al cambio en los individuos, sino a la transformación de las condiciones sociales y culturales. Esto llevado a la educación, se traduce en dotar de herramientas y mejorar los sistemas y los procesos para el acceso de todos los individuos. Revisando los distintos paradigmas de la educación y considerando que nada es absoluto, sino que el mundo es paradigmático y que va a depender del contexto, efectivamente Chile está transitando hacia la inclusión, es un camino lento donde se avanza y retrocede a la vez, si pensamos en la escuela como una estructura institucional centenaria, cuya finalidad ha sido entregar conocimiento, es difícil pensarla abierta y amable en la incorporación de todos y todas. Por ahora la escuela integra, no incluye, aún cuenta con un enfoque biomédico, donde necesita patologizar para “integrar”, incluso en su organización interna es monocultural, trabaja en función de la especialidad, es multidisciplinaria pero no interdisciplinaria, cada profesional cubre el área por el cual se formó, difícilmente vemos un ponerse de acuerdo como equipo, con una mirada integral del sujeto, mucho más difícil es que se mire al entorno bajo la premisa que la interacción con el medio pudiera incapacitarlo, aún estamos frente a un sistema educativo tendiente a “normalizar”.


Incluso para los mal llamados “niños integrados”, el objetivo de su integración al sistema educativo tradicional es muchas veces para dar cumplimiento a la normativa existente en materia de discapacidad con un fin instrumental, que es prepararlo para el trabajo, no está el fin último de desarrollar potencialidades para la convivencia, para la plena autonomía. Cuando hablamos de educación inclusiva, debemos pensar en un espacio que no solamente atienda la discapacidad, debe ser capaz de acoger a los niños con su individualidad, reduciendo lo más posible aquellas barreras educativas que marginan, que excluyen, estigmatizan y que además no permiten el aprendizaje ni el desarrollo de los individuos, en tanto seres humanos sociales y libres. El sistema educativo chileno -en palabras del Informe elaborado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en el año 2004 dice que está “conscientemente estructurado por clases sociales, fomentando las desigualdades de origen de los estudiantes”, está claro que el nivel social es una de las primeras causas de exclusión y diferencialismo de los establecimientos educacionales, continuando con la raza, la religión, el género, etc. En conclusión, la integración se presenta en Chile con un fuerte soporte biomédico que se refuerza con una subvención especial, pero que es optativa, es decir, si bien los PIE, son un avance hacia el respeto a la diversidad, es un avance bajo la tutela y la voluntad política del estado. La Escuela con PIE, realiza adaptaciones curriculares a sus alumnos, donde se le minimiza, se simplifica y muchas veces se reduce, dejando a los niños y niñas en desigualdad en los procesos y el conocimiento, dado que el niño se adapta a la Escuela General y no la Escuela a él, con todas las limitaciones que esto trae consigo. Hablar de inclusión es hablar de derechos de las personas para construir una sociedad más justa, donde se entreguen oportunidades para el desarrollo. Cuando hablamos de la importancia y urgencia de tener una educación inclusiva esto nos lleva a evaluar inmediatamente que nuestras escuelas no son inclusivas, por ende la comunidad no es inclusiva, menos nuestra sociedad. Como hace referencia Skliar en una entrevista: “No puedo dejar de pensar que se trata de una política con minúsculas -pero políticamente correcta-, inconsulta, determinada económicamente desde fuera del sistema educativo, ambigüa, ilusoriamente humanista, sólo formulada a partir de muletillas sobre los derechos humanos y que vuelve a insertar la discusión pedagógica en un camino sin salida: el de trazar, implícita o explícitamente, una frontera de inclusión/exclusión”. Es políticamente correcta pues parte del principio que todos tenemos el mismo derecho a la educación y que toda exclusión y/o desigualdad escolar debe acabar. Solo que al eslogan "todos tenemos los mismos derechos" debería añadirse que "todos tenemos el derecho a ser reconocidos en la diferencia". Y esto último ya no es tan políticamente correcto”6. 6LA EPISTEMOLOGIA DE LA EDUCACION ESPECIAL· SEMINARIO DISCAPACIDAD


No se trata de trabajar en la intervención del déficit, si queremos entregar una educación que respete los derechos de los individuos y sea accesible debemos asegurarnos de entregar todas aquellas herramientas para la inclusión sobretodo el adaptar y favorecer nuestros espacios para que permitan el desarrollo de todos y ser capaces de reconocer las potencialidades de los niños para poder favorecer su autonomía, normal desarrollo y sus derechos. Estamos frente a una gran tarea para la formación de los docentes, tarea importante para las políticas públicas, pero fundamentalmente frente a nosotros como sociedad, vernos y sentirnos corresponsables con la construucción de una verdadera inclusión.

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Carlos Skliar Skliar, Carlos. Repensando la educación especial. Entrevista con Violeta Guyot. En M. I. Divito (Comp). Debates Actuales en Educación Especial, San Luis, año III, n. 13, 19-38, 1998.


BIBLIOGRAFÍA

LA DIVERSIDAD BAJO SOSPECHA Reflexiones sobre los discursos de la diversidad y sus implicancias educativas Silvia Duschatzky* Carlos Skliar** Revista de Educación de la Universidad Nacional de San Luis Entrevista Carlos Skliar noviembre de 1998 BARRERAS QUE IMPIDEN LA ESCUELA INCLUSIVA Y ALGUNAS ESTRATEGIAS PARA CONSTRUIR UNA ESCUELA SIN EXCLUSIONES Miguel López Melero Catedrático de Didáctica y organización escolar Universidad de Málaga (España) ANTECEDENTES HISTÓRICOS, PRESENTE Y FUTURO DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL EN CHILE Mª Paulina Godoy L. Mª Luisa Meza L. Alida Salazar U. Colaboración de Oscar Nieto D. Ministerio de Educación Programa de Educación Especial. 2004. PEDAGOGÍA DE LA ESPERANZA Paulo Freire Un reencuentro con la Pedagogía del Oprimido Siglo Veintiuno Editores 2010 Normalidad-patología: el origen y la persistencia del despotismo por otros medios. Carlos Skliar (FLACSO / CONICET, Argentina) LA EPISTEMOLOGIA DE LA EDUCACION ESPECIAL SEMINARIO DISCAPACIDAD Carlos Skliar Skliar, Carlos. Repensando la educación especial. Entrevista con Violeta Guyot. En M. I. Divito (Comp). Debates Actuales en Educación Especial, San Luis, año III, n. 13, 19-38, 1998. Las Necesidades Educativas Especiales desde la Pedagogía Critica Una mirada a partir de Carlos Skliar Curso Fundamentos de la Educación Inclusiva Magister en Educación/Gestión Inclusiva U.Santo Tomás Domingo Bazán2015



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