EL EVANGELIO EXPLÍCITO
del Señor, o quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?” Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén. En este pasaje, Pablo está básicamente citando una canción, y esta clase particular de canción conocida como “doxología”. (La palabra doxología proviene de dos palabras griegas que juntas esencialmente significan “palabras de gloria”.) Si usted conoce algo del trasfondo de la iglesia posiblemente haya cantado alguna vez la Doxología, “A Dios, el Padre celestial al Hijo, nuestro Redentor; al eterno Consolador, unidos, todos alabad. ”, en el culto. Permítanme que les diga por qué es tan interesante encontrar la doxología en este lugar de parte de este autor. El apóstol Pablo no era un hombre dado a la poesía. Este no es el Pablo del famoso trío Peter, Paul y Mary. Este Pablo es un increíble intelectual que puede confundirnos. Hasta incluso la Biblia dice que es difícil leer a Pablo. Si vamos a 2 Pedro 3.15-16, por ejemplo, Pedro dice: “Sé que han estado leyendo las cartas de Pablo. Les deseo buena suerte”. (Claro que esta no es más que mi paráfrasis.) Por toda la Biblia, encontramos toda clase de poemas y canciones, siendo los salmos el ejemplo más evidente, pero por lo general Pablo no escribe de esa manera. Con frecuencia, sus escritos son extáticos, con largas oraciones y el amontonamiento de frases, pero él no es de esos cantarines. Por lo tanto, qué interesante que de repente, al final del capítulo once de Romanos, se largue a cantar esta canción: “¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!” ¿Qué fue lo que encontró en el evangelio de Jesucristo, tan épica e intelectualmente explayado en esta carta a los romanos, que lo impulsó a ponerse a cantar?
La creatividad trascendente de Dios En el primer siglo, cuando Pablo les escribió a los romanos, los fieles habrían citado un poco de esta poesía en el templo para comunicar »» 20