Gray, john n falso amanecer los engaños del capitalismo global

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Falso amanecer

a bajo coste. Las nuevas tecnologías ejercen una presión hacia la baja en los ingresos de muchas ocupaciones incluso en ausencia de un libre mercado global. La sustitución de tecnología por trabajo humano crea unos dilemas que ninguna sociedad (excepto, quizá, Japón) ha conse­ guido resolver.13 Ricardo reconoció que las innovaciones tecnológicas podrían des­ truir empleos. N o compartía la moderna creencia según la cual de los efectos colaterales de las nuevas tecnologías, surgirían automáticamente nuevos empleos. Como él mismo señaló, «del descubrimiento y el uso de maquinaria puede esperarse la disminución del producto bruto, y siem­ pre que ello ocurra resultará perjudicial para la clase trabajadora, dado que algunos perderán el empleo y llevará a parte de la población al paro [...] la opinión que mantienen las clases trabajadoras de que el empleo de maquinaria es a menudo negativo para sus intereses no está fundada en prejuicio ni error, sino que es conforme a los principios correctos de la economía política».14 Como se ha señalado, el capital emigrará ados países en K>s ^ue los bienes para los consumidores de los países ricos puedan producirse con los costes de trabajo más bajos,15 y éstos rara vez serán los países en los que los bienes se consumen. Como ha comentado William Pfaff, «evi­ dentemente no es ninguna coincidencia que el poder de negociación del sindicalismo occidental haya sufrido un declive importante y progresivo desde que empezó la globalización. Hasta los años setenta, la inversión en general estaba confinada al trabajo local de producción para un mer­ cado nacional. Cuando resultó no sólo posible desde el punto de vista tecnológico sino también económicamente ventajoso manufacturar bie­ nes para consumidores de países ricos en los mercados de trabajo pobres y desregulados de Asia, América latina o África, los trabajadores de los 13. Al respecto, véase Rifkin, Jeremy, The E nd o f Work: The Decline o f the G lobal Labor Force and the Dawn o f the Post-M arket E ra, Nueva York, G. P. Putnam, 1995. 14. Ricardo, David, Principles o f P olitical Economy and Taxation, Londres, J. M. Dent, 1991, págs. 266-267. Véase una argumentación más reciente que apoya la de Ri­ cardo en Samuelson, Paul, «Mathematical vindication o£ Ricardo on machinery», Journ al o f P olitical Economy, vol. 96, 1988, págs. 274-282 y Samuelson, P., «Ricajdo was right!», en Scandinavian Jou rn al o f Econom ics, vol. 91,1989, págs. 47-62. 15. Véase Minford, Patrick, «Free trade and long wages - still in the general inte­ rest», Jou rn al des Econom istes et des Etudes H um aines, vol. 7, n° 1, marzo de 1996, págs. 123-129.


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