Diario de la Esperanza - P. Oriol Gil Termes

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DIARIO DE LA ESPERANZA

P. Oriol Gil Termes 70 reflexiones para sostener los รกnimos a la luz de la fe



DIARIO DE LA ESPERANZA

P. Oriol Gil Termes 70 reflexiones para sostener los รกnimos a la luz de la fe


Textos: Oriol Gil Termes Esther Calbo Sebastián Edición y Maquetación Paulina Calderón Suárez Corrección Mireia Gil Termes Imágenes: Freepik, Cathopic, Unsplash, Pexels, C. Gil, O. Gil, Homeless Entrepreneur Iconos: Flaticon

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Prólogo

Médicos del cuerpo, médicos del alma l confinamiento pasado y en menor medida el presente han sido para todos nosotros un reto vital. En el caso del personal sanitario, que es el mío como médico, al desconcierto debido al cambio de vida, se nos añadía el compromiso y el empeño vocacional de acompañar en la enfermedad a las muchas personas que han padecido la Covid-19 a lo largo de estos meses.

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A algunos nos ha tocado ejercer una profesión milenaria, mezcla de ciencia, arte y humanidad, donde nosotros mismos somos el instrumento de curación. La capacidad para provocar la confesión del cuerpo doliente, el conocimiento, la habilidad técnica, es la clave del proceso de curación. Curamos, acompañamos, paliamos con todo nuestro ser el cuerpo de los pacientes y rozamos su alma. Durante estos meses de oscuridad acompañada por la fuerza de la comunión de los santos, otros han ejercido de médicos del alma. El cuerpo anda si el alma espera. Esa unidad indivisible que somos los humanos, mezcla de barro y cielo, de materia y espíritu, es capaz de levantarse y andar si el alma está llena de esperanza. El Diario de la Esperanza nos ha cuidado el alma, y cuidando el alma ha contribuido a la sanación del cuerpo. Este diario nos ha recordado con el Papa Benedicto XVI que «se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino». Durante estos meses de incertidumbres, hemos caminado juntos, acompañados por el Diario, a través de algo que parecía un pozo oscuro y resultó ser un túnel luminoso. La lupa del P. Oriol puesta sobre la Escritura nos ha ayudado a releer en clave de pandemia los textos de siempre, para así poder levantarnos por la mañana, a pesar del insomnio, y reconocer que no estábamos solos. El Diario nos ha recordado que, en este tiempo de prueba y a lo largo de toda la vida, Jesús camina junto a nosotros. El P. Oriol ha traído a nuestros oídos, como en un eco milenario, la voz del Señor diciéndonos «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos.» Dra. Esther Calbo Sebastián Jefa de la Unidad de Enfermedades Infecciosas Directora del Ámbito Asistencial Médico Hospital Universitari Mútua de Terrassa


Introducción

70 razones para la esperanza uando llevaba más de la mitad del Diario de la Esperanza, una persona me dijo: «¿Has pensado en juntar estos escritos y hacer un libro?». Yo me quedé muy sorprendido y no le di mayor importancia. Pero al cabo de pocos días, un familiar muy sensato me dijo lo mismo. Entonces empecé a valorar en serio la idea.

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Si te digo la verdad, nunca pensé escribir un libro. El objetivo nunca fue ese, sino dar pequeños mensajes de esperanza, pero al final me di cuenta de que, juntar las setenta páginas podía tener su gracia y ser útil. Ciertamente, al mirar el índice, veo que es un acierto haberlo hecho; sobre todo, porque es práctico tenerlos juntos. Cada uno puede ser leído como una unidad. Todos están escritos desde la esperanza y para la esperanza. Pienso que lo hice tomándome en serio el dolor que nos ha traído la pandemia, pero recordándome y mostrando la esperanza a la que hemos sido llamados por Dios. Decir pandemia es decir sufrimiento, enfermedad, preocupación, muerte, tristeza… Pero también es entrega, sacrificio, agradecimiento, vida, gozo y, cómo no, esperanza. En definitiva, es una experiencia concentrada de lo que es nuestro paso por este mundo. Quise luchar contra la pandemia de la desesperanza, por eso escribí. Si me preguntaras por qué debemos tener esperanza, podría dar rodeos y no decirte el motivo más profundo, pero no sería honesto por mi parte. Lo cierto es que realmente hay razones para la esperanza. Así que, si quieres descubrir mis motivos y los de millones y millones de personas, lee cualquiera de estas setenta páginas y lo comprenderás. Espero que estas páginas te ayuden a levantar la mirada hacia el cielo y sean como estrellas en la noche, para guiarte, darte paz y ánimo en esta travesía que es la vida, y así llegar al descanso y la felicidad que nos ha preparado Dios. Deseo de todo corazón que Jesús, que es «el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6), te bendiga y tú te dejes bendecir por Él y que sientas la fuerza de las palabras que un día dijo por ti y por mí: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20). Oriol Gil Termes Párroco


Índice Día 1 (16.3.20) ¿Por qué hacer un Diario de la Esperanza?.............................................................10 Día 2 (17.3.20) Descubrir la meta.................................................................................................12 Día 3 (18.3.20) Caminar acompañado «por cañadas oscuras»........................................................14 Día 4 (19.3.20) Poner atención......................................................................................................16 Día 5 (20.3.20) Que no los veamos no significa que no estén..........................................................18 Día 6 (21.3.20) Servir y amar.........................................................................................................20 Día 7 (22.3.20) Eucaristía... como nunca antes...............................................................................22 Día 8 (23.3.20) El día de la marmota.............................................................................................24 Día 9 (24.3.20) Esperanza para todos............................................................................................26 Día 10 (25.3.20) Consuelo y bienestar emocional.............................................................................28 Día 11 (26.3.20) Alfabetización afectiva...........................................................................................30 Día 12 (27.3.20) Secar las lágrimas.................................................................................................32 Día 13 (28.3.20) ¿Positivo o negativo?.............................................................................................34 Día 14 (29.3.20) ¿Qué sentido tiene esto para mí?...........................................................................36 Día 15 (30.3.20) Tiempo en familia con alma...................................................................................38 Día 16 (31.3.20) Count your blessings.............................................................................................40 Día 17 (1.4.20) La felicidad plena.................................................................................................42 Día 18 (2.4.20) El hombre es redimido por el amor.........................................................................44 Día 19 (3.4.20) Buscar algo más elevado.......................................................................................46 Día 20 (4.4.20) Renovar las fuerzas en el Señor..............................................................................48 Día 21 (5.4.20) Él nunca falla.......................................................................................................50


Día 22 (6.4.20) Sobre el amor......................................................................................................52 Día 23 (7.4.20) Sobre el perdón...................................................................................................54 Día 24 (8.4.20) Sobre el servicio...................................................................................................56 Día 25 (9.4.20) El Cordero herido sigue amando...........................................................................58 Día 26 (10.4.20) Resucitar a una vida más fraterna..........................................................................60 Día 27 (11.4.20) ¡Ha resucitado!....................................................................................................62 Día 28 (12.4.20) Encuentro con Jesús resucitado.............................................................................64 Día 29 (13.4.20) La soledad del camino prepara para el encuentro..................................................66 Día 30 (14.4.20) Encontrar la fe y la esperanza...............................................................................68 Día 31 (15.4.20) «¿Y los otros?».....................................................................................................70 Día 32 (16.4.20) Hacer una buena acción sin decir nada.................................................................72 Día 33 (17.4.20) La generación del sacrificio...................................................................................74 Día 34 (18.4.20) Misericordia: amor, compasión, bondad, ternura....................................................76 Día 35 (19.4.20) Buscando el norte................................................................................................78 Día 36 (20.4.20) Caminar de día y descansar por la noche..............................................................80 Día 37 (21.4.20) Con el mazo dando y a Dios rogando...................................................................82 Día 38 (22.4.20) Discernimiento espiritual (Reza y escucha)..............................................................84 Día 39 (23.4.20) ¡Toma y lee!.........................................................................................................86 Día 40 (24.4.20) En las manos de Dios...........................................................................................88 Día 41 (25.4.20) Recalculando una nueva ruta................................................................................90 Día 42 (26.4.20) Dios, mi GPS en la vida........................................................................................92 Día 43 (27.4.20) Anclados.............................................................................................................94 Día 44 (28.4.20) El amor no pasa nunca........................................................................................96 Día 45 (29.4.20) A Jersusalén no se va: se sube:.............................................................................98 Día 46 (30.4.20) Dónde están tus muebles....................................................................................100


Día 47 (1.5.20) El dolor compartido duele menos........................................................................102 Día 48 (2.5.20) Gestionar el duelo..............................................................................................104 Día 49 (3.5.20) La voz que te interesa.........................................................................................106 Día 50 (4.5.20) El legado de los mayores....................................................................................108 Día 51 (5.5.20) Servidores de la esperanza..................................................................................110 Día 52 (6.5.20) Cambiar el mundo.............................................................................................112 Día 53 (7.5.20) La película de tu vida...........................................................................................114 Día 54 (8.5.20) La Superwoman, la Supermujer............................................................................116 Día 55 (9.5.20) Encuentros.........................................................................................................118 Día 56 (10.5.20) El mejor entrenador del mundo...........................................................................120 Día 57 (11.5.20) Contemplativos en la acción...............................................................................122 Día 58 (12.5.20) Pedir con fe por muchos.....................................................................................124 Día 59 (13.5.20) Arrimar el hombro..............................................................................................126 Día 60 (14.5.20) Permiso, gracias y perdón...................................................................................128 Día 61 (15.5.20) La mirada es clave.............................................................................................130 Día 62 (16.5.20) Imprevistos........................................................................................................132 Día 63 (17.5.20) Noches estrelladas.............................................................................................134 Día 64 (18.5.20) Nunca te jubiles de la vida..................................................................................136 Día 65 (19.5.20) Alegría compartida.............................................................................................138 Día 66 (20.5.20) El para qué marca la diferencia...........................................................................140 Día 67 (21.5.20) No tengáis miedo...............................................................................................142 Día 68 (22.5.20) La Mesa de la Palabra........................................................................................144 Día 69 (23.5.20) La Mesa de la Eucaristía.....................................................................................146 Día 70 (24.5.20) La vida con Cristo es más...................................................................................148



16.3.20

Día 1

«Coge en brazos a este pueblo» Números 11,12

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ste diario lo hago con una intención: sostener los ánimos de los que lo leerán, con la poderosa arma que es la esperanza.

¿Cómo elaboro este diario? La pregunta en sí parece absurda porque un diario suele ser personal e íntimo. Pero yo soy sacerdote y pastor de una comunidad, de dos parroquias de este pueblo que es Montornès del Vallès, con lo cual, me pareció bien preguntar a personas de mi entorno qué palabras clave piensan que la gente necesita en esta situación tan dura y desconcertante. He recibido treinta y tantos wasaps de feligreses, maestros de la Escola La Salut (Sabadell), en la que doy clases de Religión, y de familia y amigos. Esas palabras van a aparecer, de un modo u otro, en estos escritos, ya que efectivamente son palabras clave. Primer apunte: somos comunidad. ¿Por qué un diario? Porque empezamos hoy lunes una situación sin precedentes. Seguramente, ninguno de nosotros ha vivido un confinamiento por una pandemia. En un principio, van a ser dos semanas, y éstas se pueden hacer largas, monótonas, duras y hasta dramáticas, para algunos. Pero este tiempo puede dar mucho de sí. En gran parte, depende de la actitud con que lo vivamos. Así que este diario no va a ser una crónica personal sobre el pasado, sino una variada reflexión para vivir este tiempo, presente y futuro, con sentido, y siempre movidos por la esperanza. ¿Por qué un diario de la esperanza? Es verdad que el estado de alarma no se ha decretado porque sí. La situación, bien lo sabemos, es muy dura. De modo que se nos presentan dos caminos, el de la desesperanza y el de la esperanza. Los tenemos delante todos nosotros, como individuos y como sociedad; los veamos o no, están aquí. Nos toca escoger, te toca escoger. Yo escojo el de la esperanza. Puede ser que no veas claro este camino, que no tengas mucha fe, que no tengas fuerza, que estés cansado. Yo te digo como Jesús: «Levántate y anda» (Lc 5,24), porque mientras hay esperanza hay vida; esta afirmación, poderosísima a mi parecer, ocupará una de las páginas de este diario. Te habrás dado cuenta de que en el encabezado hay una frase de la Biblia. En cada escrito nos acompañará una frase bíblica que quiere ser luz en nuestro caminar, fuerza para no desfallecer, aire fresco para nuestras casas. Esta de hoy, del libro de los Números, viene a estimularnos con el ejemplo de Moisés, que guía al pueblo en su marcha por el desierto. Como yo con todos, tú con tu marido o mujer, vosotros con los hijos, hermanos, nuestros padres, vecinos, o con cualquiera con quien vayas a compartir este trecho de desierto que nos toca pasar juntos. Hagámoslo con esperanza. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

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17.3.20

Día 2

«Deseamos que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño hasta el final, para que se cumpla vuestra esperanza» Hebreos 6,11

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uando se pone la palabra esperanza en el buscador de una aplicación de la Biblia, uno se lleva una sorpresa: ¡sale 133 veces!, sin contar con sus sinónimos o con el verbo esperar. No es de extrañar, pues es una realidad sumamente importante en la vida humana. De hecho, decimos muchas veces: Espero ir aquí, espero ir allá. Espero que vaya bien la operación. Espero aprobar. Espero que ganemos. Espero conseguir trabajo. Espero, espero, espero. Todos nos pasamos la vida esperando cosas, cada cual las suyas. Algunas de esas «esperanzas» son únicamente personales y otras las compartimos con un grupo humano. En la tesitura histórica en la que nos encontramos nos va a ir bien reflexionar juntos sobre lo fundamental que es la esperanza para nuestra vida. A lo largo de estos días voy a citar mucho un documento del Papa emérito Benedicto XVI, la encíclica sobre la esperanza Spe salvi, escrito que os recomiendo enormemente y que se lee en un abrir y cerrar de ojos (probad en alguno de esos ratos, si se dan, en que vuestros hijos se hayan dormido rendidos por el confinamiento). Es por ello que ya hoy (por qué esperar a mañana, ya que tenemos tiempo), os comparto esta idea que aparece en su núm. 1: «se nos ha dado la esperanza, una esperanza fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino». Pues bien, yo estoy convencido de que descubrir la meta que merezca la pena va a ser un gran trofeo para todos nosotros. Ahora bien, va a ser tarea de cada uno correr hacia esa meta tan grande de la que habla Benedicto. Para fortalecer su esperanza, los cristianos tienen como distintivo el hecho de que tienen un futuro: «no es que conozcan los pormenores de lo que les espera, pero saben que su vida, en conjunto, no acaba en el vacío. Solo cuando el futuro es cierto como realidad positiva, se hace llevadero el presente» (Cf. íbid., 2). Para acabar, al releer la frase bíblica de hoy, uno se da cuenta de que evoca un recorrido largo. De hecho, esto que hemos empezado a vivir juntos es como una maratón, pero con pocos días para mentalizarnos. Con lo cual, toda ayuda es poca para situarnos. Todo atleta, cuando empieza una carrera debe saber dónde está la línea de salida y dónde la meta. Saber dónde está la meta es fundamental, pero muchos atletas no han pisado nunca las calles por las que corren. Recuerdo que el hermano de mi cuñado italiano (no es broma), vino a Granollers a correr la media maratón de la ciudad, con la excusa de venir a verle a él y a mi hermana. Había corrido grandes maratones como las de Roma, París, Londres o Nueva York. Sin embrago, nadie le había dicho que había una cierta pendiente muy prolongada, a lo largo de la carrera. Eso, mentalmente le afectó mucho. Seguro que si lo hubiera sabido, no lo habría pasado tan mal. Así que nosotros vamos a tener claro que esto va a ser largo y duro. Pero ánimo. Porque como dice la frase, vamos a demostrar empeño para que se cumpla nuestra esperanza. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

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18.3.20

Día 3

«Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan» Salmo 23 (22),5

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lgo que a muchos nos encanta es despertarnos temprano y tomar un café, mientras contemplamos el amanecer del nuevo día. La luz de la mañana nos enamora. Ese momento es especial y, al menos a mí, me ayuda a empezar bien el día (cómo lo acabemos ya es otra cosa…). Pero justo antes de que despuntara el primer rayo de sol, no ha habido luz, ha habido noche y ésta se puede hacer muy larga. En estos días, tenemos muy presentes a aquellos conciudadanos nuestros que están sufriendo insomnio por las preocupaciones, el estrés, la ansiedad, el temor, la responsabilidad. Hoy, todos los que estamos confinados tenemos bien presente a tantos que trabajan de noche como si fuera de día. Ellos dicen que lo hacen por vocación, pero eso no les quita el mérito. A todos los médicos y enfermeras que seguís este Diario: Gracias. Rezamos por vosotros sin parar. En la vida tenemos épocas de todo. A veces vivimos como en una primavera y verano permanentes y otras veces como en un otoño e invierno que no acaban. Otras, una mezcla de todo. Ahora nos toca caminar a través de «cañadas oscuras», como dice el Salmo 23 que nos acompaña hoy. La oscuridad, el frío, la soledad, el temor no son nada agradables, y menos cuando vienen juntas en comitiva. Pero los cristianos no olvidamos que a nuestro lado camina Cristo, y quien quiera voltearse, caerá en la cuenta de que con Él la oscuridad nunca es absoluta. Cuando existencialmente volvemos nuestro rostro a Dios, recuperamos la paz. La noche, con Él, se vuelve menos noche. Los miedos, con Él, se vuelven menos miedos. Y así con todo lo que me desasosiega, «porque Tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan». Para acabar os propongo un viaje, un viaje al final de la noche. Éste consiste en recordar que después de la noche viene el día, que después de la tormenta viene la calma. Os invito a dejar que las palabras del autor francés, Georges Bernanos, templen y levanten nuestra alma. «Para encontrar la esperanza, hay que ir más allá de la desesperación. Cuando uno va hasta el final de la noche, encuentra de nuevo la aurora». Ojalá encuentres la tensión que te encamina hacia el final de la noche, haciéndote desear todavía más la aurora que está a punto de despuntar y las horas de un nuevo día. ¿Lo probamos juntos? No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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19.3.20

Día 4

«Prestad atención y adquirid inteligencia» Proverbios 4,1

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n este tiempo, me parece que estaremos todos de acuerdo: tenemos una llamada. Me decía hace seis días un íntimo amigo médico: «Nos están hablando fuerte». No fuera caso que nos estuvieran gritando al oído y no nos enterásemos. Porque ya lo decía Jesús, «el que tenga oídos, que oiga» (Mt 13,9). Y ya que la vida es tan bella pero a su vez tan frágil, hablemos de ella. Si buscamos en esa aplicación de la Biblia, tan maravillosa como os dije en el Día 2 de este Diario, la palabra «vivir» nos encontramos con que aparecen 257 resultados. No está mal… Pero si ponemos la palabra «vida», nos dice que sale hasta ¡921 veces! Decía Irène Némirovsky (1903-1942), escritora ucraniana que vivió en Francia: «Amo la vida. Todo mi tormento consiste en el miedo de no poder disfrutar de ella con suficiente tiempo y plenitud. Los días me parecen demasiado breves. El sol se pone demasiado pronto. Los veranos terminan tan deprisa y la muerte llega tan rápido». Irène utiliza una expresión que pocos tienen el valor de repetir: «Amo la vida». Y la amo porque aprovecho toda su savia, recojo las flores, la lleno de búsqueda, de acción y de contemplación. Impresiona ese saborear la existencia a grandes tragos, sobre todo en nuestros días, cuando se ve a multitud de personas que no saben cómo matar el tiempo y quemar la vida. Si amamos la vida, a vivirla con esperanza. Porque solo así merece la pena ser vivida. En esta época mandamos y recibimos miles de wasaps como si no hubiera un mañana, con vídeos, memes, escritos de toda clase. Algunos son realmente buenos, ingeniosos, nos hacen reír, nos hacen pensar, hasta poner en orden las prioridades de nuestra vida; pero otros, no. Por este motivo, yo haría una llamada al orden, como cuando los entrenadores piden un tiempo muerto, y diría: Ojo, no perdamos el norte. Sepamos lo que nos estamos jugando. Para acabar, pues, os propongo que vayamos a la carpeta en la que se nos acumulan todos esos archivos, seleccionemos los que no nos sirven (cada uno verá), los eliminemos y nos quedemos solo con los buenos. Y hagamos como me decía un feligrés: «Ahora es momento de mirarnos a los ojos, conversar, escuchar, mirar nuestros hábitos, poner orden…». O como me compartía una maestra de la escuela en la que doy clases: «Es tiempo de familia, de los detalles, de relativizar y de priorizar». Yo añadiría, como dice el famoso cantante colombiano Juanes en una de sus canciones: «Es tiempo de cambiar». Si lo hacemos así, habremos prestado atención y adquirido inteligencia. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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20.3.20

Día 5

«Hermanos, orad también por nosotros» 1Tesalonicenses 5,25

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i os habéis fijado, ya hace días que no vemos aviones en el cielo. Según los datos del Banco Mundial, en 2018 hubo 37 millones de vuelos en todo el mundo; de estos, 6.250.000 fueron en Europa y 17 millones en toda América. En España fueron 641.000.

No vemos aviones porque, de hecho, no vuelan. Pero que no los veamos volar no significa que no estén. En estos días, no estamos viendo muchas cosas, y están pasando. Preguntémonos, ¿cuántas cosas maravillosas se están dando y no vemos? ¿Ahora, a quién se le ocurriría ir a hacer daño a alguien? ¿O aprovecharse de la debilidad de un anciano enfermo o solo? ¿Quién desearía hoy salir más de fiesta que ir a ayudar a un hospital? Definitivamente, algo muy grande se está moviendo; yo no sé si del tamaño de esta pandemia (eso solo lo sabe Dios y está escribiendo muchos nombres en su libro de la Vida), pero sí algo muy muy grande. Para acabar os propongo: ya que no pueden volar los aviones, ¡hagamos volar el amor! Os explico. Entre hoy y mañana estaba previsto realizar Las 24 horas para el Señor en toda la Iglesia universal. La idea surgió del Papa Francisco, y este iba a ser el 6º año, pero dadas las circunstancias, lógicamente el Vaticano las ha cancelado. Aunque no vayamos a hacer Las 24 horas, sí vamos a hacer 12 horas de oración por los hospitales. La Cadena de Oración es abierta y la vamos a vivir como una oportunidad para unir nuestras súplicas al Padre por todos los hospitales. Ante tanto dolor vamos a responder con el amor y la fuerza de la oración. Ya que no pueden volar los aviones, ¡hagamos volar el amor! Como bien recordáis, en la Misa decimos «Arriba los corazones». Pues ahora vamos a elevarlos. ¿Hacia dónde? Hacia el cielo, hacia Dios, nuestro Padre, para que derrame su misericordia sobre esta tierra, postrada de dolor y tan necesitada del Amor. ¿Lo probamos juntos? En la web podrás seguirlo todo a través de la sección PARROQUIA VIRTUAL.

No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Algunos me han preguntado cuál es la aplicación de la Biblia de la que he hablado; se encuentra en Play Store o App Store. En catalán: bci biblia. En castellano: Sagrada Biblia (España). Si quieres buscar la palabra «amor» en el ‘Cercador avançat per paraules’, ya te puedes avanzar a los datos de mañana. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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21.3.20

Día 6

«El amor no pasa nunca» 1 Corintios 13,8

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ué sería de nosotros sin wasap en estos días? Si ayer os daba estadísticas de los vuelos que hubo en todo el mundo en 2018, imaginaos si lo hiciéramos con los wasaps… ¿Cuántos se mandan en una hora o cuántos se están mandando en este preciso instante? Vemos claramente, y se está demostrando, que tenemos una necesidad imperiosa de comunicarnos. Pero si os dais cuenta, estamos filtrando, no mandamos cualquier cosa. Estamos en «modo positivo».

Aquí quería llegar, a que nos percatemos de que en nosotros se ha despertado una gran sensibilidad por el otro. Como decía el filósofo judío Martin Buber en su libro Yo y tú: «Cuando me encuentro con un ser humano como un Tú, y le digo la palabra básica ‘Yo-Tú’, entonces él no es una cosa entre las demás cosas, ni él se compone de cosas. Ya no es Él o Ella, limitado por otros ‘Ellos’ y ‘Ellas’, un punto en la red del espacio y del tiempo. Ya no es una condición que pueda ser experimentada o descrita, ni un conjunto de cualidades específicas. Sin proximidades ni fisuras, es Tú, y llena el cielo por entero». Amigos, ha llegado la hora; la hora de aprender para siempre que lo que le pasa al otro ya no solo le pasa a él, sino también a mí. Es la hora de la solidaridad, de la empatía. Es la hora de las grandes virtudes. Por ello debemos poner el foco en la gran estrella, en la responsable de que la vida sea más bella. Esta no es otra que el amor que, como los grandes clásicos, no pasa nunca, siempre es actual. De hecho, es la virtud imprescindible, la necesaria. Y hoy la estamos viendo en rostros agotados de cansancio de tanto servir y amar. La reconocemos en tantos: médicos, enfermeras, camioneros, policías, tenderos, políticos, barrenderos, funcionarios de consulados, gente de la limpieza… Todos, agotados de tanto amar y servir. De todos podemos decir que Dios nos los está mandando, como muestra de su amor, que mueve los corazones de los que creen y no creen en Él. A todos los llevamos en el corazón. Ayer os decía que quien quisiera buscara cuántas veces sale la palabra «amor» en la Biblia. Efectivamente, aparece en ¡413 ocasiones! Esta es una muestra de lo fundamental que es el amor para nuestra fe y, de hecho, para todo hombre. «El amor no pasa nunca», decía San Pablo. Pero un corazón inquieto se preguntará: ¿Podemos encontrar a un modelo de caridad y amor perfecto? Hay uno que pasó haciendo el bien: Jesús de Nazaret, que nos acompaña con su amor, hoy, cuando estamos de pie o cuando estamos postrados, el Amigo que nunca falla, el siempre fiel, el Dios con nosotros. Para acabar os propongo un reto: escribir una carta. Si quieres, solo o en familia, escribe una carta a un hospital. En el apartado de la web, Cartas al hospital, te explicamos cómo hacerlo. Es sencillísimo. Tú la escribes y desde el equipo de la web nos encargamos de que llegue a los enfermos. Es la hora de la verdad. Es el momento de la ternura y de la piedad. ¿Lo probamos juntos? No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: En la web hemos creado la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días: recursos virtuales, cartas para un hospital, etc. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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22.3.20

Día 7

«El pueblo entero se reunió como un solo hombre» Nehemías 8,1

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entro de un tiempo haremos una gran Eucaristía». Estas son las palabras que me escribió el domingo pasado un feligrés de la parroquia, un joven de 45 años, casado y padre de dos hijos. «Dentro de un tiempo haremos una gran Eucaristía...». Como un estribillo, lleva resonando en mí durante toda la semana, como esa canción que de golpe se nos pega y vamos tarareando todo el día. Y «es que este día está consagrado al Señor» (Ne 8,9). Hoy es Domingo y echamos de menos ir a la iglesia, celebrar la Misa, escuchar juntos la Palabra, recibir a Jesús, encontrarnos con nuestra gente. Eso es cierto, pero «no estéis tristes ni lloréis» (íbidem). Llevamos dos domingos sin poder celebrar juntos la Eucaristía y nos sentimos raros. Sentimos que nos falta algo. ¿Cómo no vais a notar que os falta algo si os falta la Comunión...? Yo, como sacerdote, puedo celebrar cada día, recibo el Cuerpo de Cristo y le adoro cada mañana y cada tarde. Pero, ¿y vosotros? Pienso que nos va hacer pensar mucho sobre cómo la valoramos. Porque no se trata de ir a Misa sino de vivirla y de vivir de la Misa. El Padre Pío decía: «hacen falta 24 horas para prepararse para la Eucaristía y 24 horas para vivir de ella». A vosotros os va a tocar algo más. Yo lo siento con toda el alma, pero, como no hay mal que por bien no venga, seguro que nos la va hacer valorar mucho más. Pero vayamos a los hospitales. Te has preguntado, ¿cuántas personas enfermas de coronavirus, hermanos y hermanas nuestros que están aislados en esas UCI, desean con todo el corazón recibir la Comunión? Estoy seguro de que muchas más de las que nosotros, personal sanitario y políticos nos pudiéramos imaginar. ¿Podremos, después de todo esto, ir a Misa pero no estar en Misa? ¿Podremos volver a quejarnos si la Misa dura más de 50 minutos? Espero que retengamos esta sensación de vacío mucho tiempo en nuestra memoria, personal y colectiva. Y si no la tienes, pregúntate por qué y qué vale la Misa para ti. Para acabar os propongo algo muy sencillo: en «modo oración», hacer memoria de cualquier Misa que hayas vivido. Vas a recordar grandes Misas de tu vida. Si te vienen a la memoria muchas imágenes, da gracias a Dios por ello. Si no te vienen muchas, pide tener nostalgia de Dios en tu vida. En cualquier caso, pidamos todos a Dios para que, cuando pase todo esto, compartamos y celebremos la Eucaristía como nunca antes la hayamos celebrado. Porque ese día nos miraremos y abrazaremos, lloraremos y sonreiremos, cantaremos y escucharemos. Y celebraremos y comulgaremos.... Como nunca antes. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: En la web hemos creado la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días: recursos virtuales, cartas para un hospital, etc. Hasta mañana… si Dios quiere. :)

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23.3.20

Día 8

«Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo» Eclesiastés 3,1

E

l Día de la marmota es una película en la que el protagonista, Connors, queda atrapado en el tiempo. Como reportero, va a un pueblo para retransmitir en directo una fiesta popular y muy famosa, conocida como Día de la marmota; el comportamiento de una marmota determina cuánto le queda al frío invierno. Cuando intentan marchar del pueblo, por una tormenta de nieve, tienen que dar marcha atrás y quedarse a dormir en el pueblo. Al despertarse se queda atónito al ver que vuelve a estar en el Día de la marmota, se encuentra con la misma gente y vuelve a revivir el día anterior. Pero solo le pasa a él. Connors se desespera y se suceden una retahíla de escenas cómicas en las que se ve la amargura con que lo vive todo. Pero, tras una conversación con una compañera de trabajo, se da cuenta de que en vez de deprimirse puede luchar por mejorar su vida ayudando a los demás. El protagonista hace ese clic que le lleva a hacer el bien a todo el que lo necesite y, de hecho, lo consigue con bastantes personas. Sin embargo se desanima al no ser capaz de salvar la vida de un anciano indigente, después de llevarlo a un hospital para que lo atiendan. Es bonito ver que desarrolla mucho sus habilidades, como hablar en francés, tocar el piano, y hasta empezar a estudiar medicina para ayudar a ese pobre anciano, pero «ya era su momento». Lo bonito de su cambio es que, mejorando su actitud, ayuda a los demás y él es más feliz. En parte, y después de llevar una semana de confinamiento, alguno de nosotros puede verse un poco (o muy) reflejado en este film. Tomemos la cita bíblica que os acerco hoy. En tus manos está tu tiempo (chronos, en griego: el tiempo en bruto, medido por el reloj): hay tiempo para todo. Pero, para cada actividad, cuentas con una oportunidad precisa (kairós, en griego: la ocasión oportuna): cada cosa tiene su momento. Sin juzgarlas, este poema (Eclesiastés 3,1-8) presenta todas las circunstancias que ocupan el tiempo de nuestra vida, algunas son fruto de una elección personal, más o menos afortunada; otras nos suceden de improviso, sin que podamos preverlas o controlarlas. El éxito de una persona pasa por ser consciente de que existe un momento idóneo -ni antes ni después- para cada tarea: ¿sabes organizar tu vida a corto, medio y largo plazo? La vida se compone de realidades buenas y malas, de vida y muerte, de momentos felices y desgraciados: ¿te ves preparado para asumir los éxitos y fracasos que la vida te pueda deparar? Hay quien dice, y yo estoy de acuerdo, que este texto del Eclesiastés es de los que da más luz para describir la relación del hombre con el tiempo. Para acabar os propongo un reto, algo urgente ya: escribir una carta para un hospital. Si «cada cosa tiene su tiempo», vamos a hacer llegar nuestro afecto y esperanza a quienes tanto lo necesitan. ¡Queremos que saturéis el correo electrónico! Sé que tenemos lectores de muchos sitios: como Barcelona, Sabadell, Igualada, Madrid, Sevilla, Vitoria, Valencia, y hasta México, Argentina, Italia, Francia o Estados Unidos. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días: recursos virtuales, cartas para un hospital, etc. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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24.3.20

Día 9

«Salvados en esperanza» Romanos 8,24

L

a fe es esperanza. Al afirmar esto, debemos plantearnos ¿de qué género ha de ser esta esperanza que justifique tal creencia? Y, ¿de qué tipo de certeza se trata? Hoy os voy a hacer un regalo. Este se trata de acercaros la vida de una santa. No te dejes llevar por prejuicios ni te cierres a la belleza sorprendente que puede haber detrás de un drama. Te presento una historia muy dura, pero con un desenlace feliz. Benedicto XVI, en su encíclica sobre la esperanza, Spe salvi núm. 3, nos acerca la historia de una santa de nuestro tiempo, poco conocida por muchos, pero con una vida extraordinaria y apasionante, de película. Se trata de Josefina Bakhita, canonizada por San Juan Pablo II en el año 2000. «Nació aproximadamente en 1869 en Darfur, Sudán. Cuando tenía nueve años fue secuestrada por traficantes de esclavos, golpeada y vendida cinco veces en los mercados de Sudán. Terminó como esclava al servicio de la madre de la mujer de un general, donde cada día era azotada hasta sangrar; como consecuencia de ello le quedaron 144 cicatrices para el resto de su vida. Por fin, en 1882 fue comprada por un mercader italiano para el cónsul italiano Callisto Legnani que, al poco volvió a Italia. Aquí, después de los terribles «dueños» de los que había sido propiedad hasta aquel momento, Bakhita llegó a conocer un «dueño» totalmente diferente, al Dios vivo, el Dios de Jesucristo. Hasta aquel momento solo había conocido dueños que la despreciaban y maltrataban. Ahora, por el contrario, oía decir que había un «Dueño» por encima de todos los dueños, el Señor de todos los señores, y que este Señor es bueno, la bondad en persona. Se enteró de que este Señor también la conocía, que la había creado también a ella; más aún, que la quería. Este Dios había afrontado personalmente el destino de ser maltratado y ahora le esperaba «a la derecha de Dios Padre». En este momento tuvo «esperanza»; no solo la pequeña esperanza de encontrar dueños menos crueles, sino la gran esperanza: yo soy definitivamente amada, suceda lo que suceda; este gran Amor me espera. Por eso mi vida es hermosa. A través del conocimiento de esta esperanza ella fue «redimida», ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios». Así, Josefina se quedó con su nueva familia, recibió el Bautismo, la Confirmación y la primera Comunión de manos del Patriarca de Venecia, y entró en la Congregación de las hermanas Canosianas, en Verona. Ella intentó, por Italia, animar a la misión: sentía el deber de extender la liberación que había recibido mediante el encuentro con el Dios de Jesucristo. La esperanza que en ella había nacido y la había «redimido» no podía guardársela para sí sola; esta esperanza debía llegar a muchos, llegar a todos.

Para acabar os propongo algo: ver la película de Bakhita, realmente muy bien hecha, por la televisión italiana Rai Uno. Primera parte: Bakhita -Parte 1 de 2 / Segunda parte: Bakhita -Parte 2 de 2 No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

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25.3.20

Día 10

«Consolad, consolad a mi pueblo» Isaías 40,1

T

odos recordamos días llenos de gozo. En los últimos meses puede que hayamos disfrutado de alguna jornada serena, marcada incluso por la alegría. De repente, un imprevisto, un pequeño incidente nos hunde en la amargura. Es bueno recordar que la nube no se detiene sistemáticamente en el horizonte y un tiempo después vuelve la sonrisa a los labios. La inestabilidad es típica de la persona y nos lo recuerda el gran Blaise Pascal en sus Pensamientos: «Basta poco para consolarnos, porque basta poco para afligirnos». Tengamos por seguro que volverá el día en que juguéis a pelota con vuestros hijos, os deis un fuerte abrazo con amigos o compañeros de trabajo, o demos la mano a la gente sin temor... y tantas otros detalles que han recobrado su importancia. Ahora me gustaría que nos fijásemos en la palabra «consolar». La etimología de ésta es el término «solo», de ahí que «consolar» sea básicamente «estar con uno que está solo». La idea es sugerente porque mucha tristeza o dolor nace precisamente de estar solos y abandonados, sin una presencia que te dé calor, sin una mano que te acaricie, sin una palabra que rompa el silencio y las lágrimas. Pero si a la frase de Pascal le damos la vuelta, la podemos poner en positivo y queda así: «Si basta poco para afligirnos, basta poco para consolarnos». Tenemos trabajo. Mantener la esperanza. De hecho, hoy con tu presencia consoladora, puedes ser como los ángeles, mensajeros del consuelo de Dios. Me pregunto, ¿qué personas conozco que puedan estar necesitadas de consuelo? ¿Qué voy a hacer para consolarlas? ¡Ah! Y no olvidéis el humor, tan necesario en la vida. Para acabar, como todos podemos estar necesitando consuelo, os propongo: trabajar personalmente el documento de Bienestar emocional que hemos colgado aquí. ¿Bienestar emocional? Todos tenemos emociones y todos deseamos estar (y ayudar a) estar bien. Os ayudará a identificar, poner nombre y ordenar las emociones y sentimientos que todos, más o menos, vamos teniendo. Debemos combinar psicología y fe, porque mutuamente se pueden ayudar. La idea clave es saber que «Toda emoción nos trae un mensaje» (Psicología). Ahora bien, está en mi mano ver qué es lo que voy a hacer con todas ellas, qué sentido les voy a dar (Fe). No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

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26.3.20

Día 11

«¿Quién conoce lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él?» 1 Corintios 2,11

C

iertamente a mí, seguramente como a ti, me gustaría trabajar 48 horas seguidas para dar descanso a alguno de nuestros queridos médicos y enfermeras. Pero no podemos. En esta ocasión, nos toca estar en otro lugar. Así que, como nos tenemos que quedar en casa, aprovechemos para desacelerarnos. Estos días, que tenemos mucho tiempo, podemos enriquecer nuestro conocimiento interior. En un mundo tan acelerado os propongo, pues, la desaceleración. Ánimo y a por ello. El lenguaje del amor se va aprendiendo con las personas que más nos aman y, poco a poco, dejamos lo que podemos llamar «analfabetismo afectivo». Hoy en día, se habla de «analfabetismo afectivo», definido ya sea como una incapacidad de leer, de interpretar el propio mundo interior y de darle un sentido, ya sea como una incapacidad de escribir en la trama de la propia existencia una verdadera historia de amor. El término «analfabetismo afectivo» indica, por tanto, la incapacidad de aprender a leer y a escribir el lenguaje afectivo del amor. Por lo tanto, resulta imprescindible que vayamos interpretando, integrando y enriqueciendo nuestro vocabulario afectivo. Resulta sorprendente la incapacidad de leer y de escribir sobre el propio mundo interior. Aunque, ciertamente, «alfabetizarse» en lo afectivo no es tarea fácil, porque la sociedad ayuda poco. Ese mundo interior podríamos resumirlo como las propias emociones y los propios sentimientos. El mundo exterior podríamos resumirlo como las personas e instituciones de referencia para la persona. En cuanto a «personas de referencia» hablaremos de: padres, hermanos, abuelos, maestros, amigos, entrenadores o catequistas. En cuanto a «instituciones referencia»: familia, escuela, parroquia, club deportivo o conservatorio. Por si resulta de inspiración, a los que en estos días hacéis lo que podéis con los hijos pequeños o adolescentes en casa... Como dice el Directorio de la pastoral familiar de la Iglesia en España: «La familia es el cauce donde se manifiesta y vive el amor que configura la identidad personal. Es el lugar privilegiado para aprender el léxico, la gramática y la sintaxis del amor; todo ello dispone al niño para vivir el don de sí». Para acabar os propongo: desacelerarse. Pero necesitamos una herramienta, pensaréis. Os recomiendo otra vez, ya que naturalmente a veces cuesta sacar tiempo, trabajar personalmente el documento de ayer, el de Bienestar emocional que hemos colgado aquí. Todos tenemos emociones y todos deseamos estar (y ayudar a) estar bien. Os ayudará a identificar, poner nombre y ordenar las emociones y sentimientos que todos, más o menos, vamos teniendo. Debemos combinar psicología y fe, porque mutuamente se pueden ayudar. La idea clave es saber que «Toda emoción nos trae un mensaje» (Psicología). Ahora bien, está en mi mano ver qué es lo que voy a hacer con todas ellas, qué sentido le voy a dar (Fe). No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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27.3.20

Día 12

«Enjugará toda lágrima de sus ojos» Apocalipsis 21,4

E

s primavera, pero parece otoño. Es primavera, pero apenas nos hemos podido dar cuenta. La vida tiene un subir y un bajar, un antes y un después, un alegrarse y un llorar, un comienzo y un final. Nuestra mirada se fija y se impresiona mucho por la irrupción de la oscuridad; nuestro corazón late más fuerte frente a la muerte; los escenarios trágicos, cuidadosamente esquivados, de repente se presentan ante nosotros, cortándonos el camino. Hace un rato hemos acudido a la llamada del Papa a rezar juntos durante una hora por las víctimas de esta pandemia. Qué emotivo ha sido… Miles de millones de cristianos y gente de buena voluntad de todo el mundo, todos desde nuestras casas pero con un solo corazón. Todos en Roma, todos en Dios; rezando por los que nos han dejado y por los que quedan aquí, llorando desconsolados. Y es que muchos, cuando se besaron o abrazaron o se dieron fuertemente la mano, no sabían que iba a ser la última vez. Pero llegó su hora. Quien más quien menos, después de quince días de catástrofe humana y sanitaria, ya le ha tocado más de cerca la muerte de algún familiar o conocido. Como decía Eugenio Montale: «A menudo me he encontrado con el dolor de vivir». ¿Y qué decir? Terreno sagrado. Silencio, escucha, mirada... Con todo, recuerda que después de la noche viene el día, que detrás de las nubes está el sol y que «Dios enjugará las lágrimas de nuestros ojos, que ya no habrá más muerte ni duelo, ni llanto ni dolor» (Ap 21,4). Por eso, que se serene nuestro corazón (cf. Jn 14,1). Para acabar os propongo simplemente rezar por los difuntos, con paz y esperanza. Rezar por el eterno descanso de las víctimas del coronavirus y, de forma especial, por una intención sobre los difuntos que llevo siempre en el corazón cuando rezo el Rosario: por aquellos de los que nadie se acuerda. Descansen en paz. Amén. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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28.3.20

Día 13

«Es más dulce la vida de quien encuentra un tesoro» Eclesiástico 40,18

H

ace doce días empezó a correr un vídeo maravilloso: La búsqueda del tesoro. A mi parecer es el más original y propositivo de todos los que he recibido hasta ahora. Juan Manuel Cotelo compara la realidad que estamos viviendo, un drama, con las películas trágicas. Entonces compara la realidad y la ficción, para hacer una propuesta. En ese tipo de películas hay dos protagonistas, que responden a dos perfiles bien distintos. Uno, el héroe, y el otro, al antihéroe. El antihéroe, primero, se pasa el día quejándose. No hace nada, sino que habla mucho. Segundo, busca culpables. No aporta ninguna solución, solamente ambiente de negatividad. Tercero, piensa en sí mismo, no piensa en los demás. Y cuarto, tira la toalla. Conclusión: si todas las películas tuvieran como hilo conductor al antihéroe, todas, acabarían mal. Veamos el otro perfil. El héroe, primero, se para a pensar. Hoy, la avalancha de información que recibimos puede colapsar nuestra capacidad de pensar. Segundo, el héroe actúa. No solo habla, sino que hace algo. Tercero, hace algo por los demás. Se siente parte de un equipo, de una sociedad. Y cuarto, el héroe va y gana. Se enfrenta a cualquier peligro y hasta el último instante no deja de luchar. Conclusión: si todas las películas tuvieran como hilo conductor al héroe, todas acabarían bien. Entonces, se nos propone como un casting abierto: ¿tú qué personaje quieres interpretar? Porque cada uno puede decidir… ¿Yo voy a ser héroe o antihéroe? La propuesta que hace Cotelo es fácil de intuir: ser héroes. Y lo plantea como un juego: la búsqueda del tesoro. Porque detrás de cualquier sufrimiento humano hay tesoros escondidos. De hecho, los sufrimientos nos hacen más fuertes, más felices, más sanos, más generosos; con más fe, más esperanza y más caridad. Cada día nos podemos decir: ¡A ver qué tesoro escondido encuentro hoy! Aunque en un acto como de aterrizaje forzoso, mira a la cámara y recuerda que el envoltorio de todo esto es feo. Pero esconde un gran tesoro. Tesoros de solidaridad o de valoración de las personas, como el personal médico, los que nos alimentan o los políticos y gobernantes. Conclusión, si queremos que nuestra vida sea mejor, vamos todos a ser héroes porque, como dice la frase de hoy, «es más dulce la vida de quien encuentra un tesoro» (Eclo 40,18). Para acabar, la propuesta no podía ser otra que ver el vídeo y pensar qué personaje he sido hasta ahora: antihéroe o héroe y quién voy ser a partir de hoy. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Mira el vídeo de 6 min. de La Búsqueda del Tesoro (te atrapa desde el minuto 1). En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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29.3.20

Día 14

«Oigo en mi corazón: buscad mi rostro» Eclesiástico 40,18

A

buen seguro, como todos, has recibido multitud de mensajes fantásticos para vivir este tiempo en casa. Cómo protegerse, cómo hacer las compras, cómo sacarse los guantes, cómo lavarse las manos, cómo organizarse en casa… Hay consejos para todo; y muchos son muy buenos. Pero hoy a mí me gustaría que no nos fijáramos tanto en qué hacer para sobrevivir sino qué sentido darle a nuestro vivir. Vivir con propósito es necesario para estar bien. Dice uno de los apotegmas de los Padres del desierto que un día, un joven monje fue a ver a su abad para expresarle que se sentía triste, alicaído y desorientado. Y el abad le respondió: «Busca una meta». Puede que alguno se haya preguntado: ¿cómo afrontar los días en esta época de crisis? ¿Cómo puedo darle sentido a todo esto? Yo quiero simplemente hacer una aportación positiva para que nos lancemos a encontrar el sentido de nuestro vivir. De esta forma nuestros días y nuestras horas tendrán más sentido. Pero el trabajo es personal. Lo que no haga yo, en este caso, nadie lo va a hacer por mí. Qué bueno será que vivas con propósito. El domingo, para muchos, es el día de descansar, levantarse tarde, salir, ver una película o el fútbol, preparar la semana… ¡Cómo han cambiado nuestros domingos y nuestros días, verdad! Es bueno recordar que los dos pilares sobre los que, para un cristiano, se sustenta este día son: Dios y la familia. El Domingo es el Día del Señor, así que somos llamados a cuidar nuestra relación con Dios y nuestra relación con la familia. No tenemos que optar por uno u otro, Dios o la familia. No. Se trata de quedarse con los dos. Hoy nos recreamos en el primero y, mañana, lo haremos con el segundo. «Dentro de mi hay un manantial muy profundo. Y en ese manantial está Dios. A veces consigo dar con él, pero con mucha frecuencia está cubierto de piedras y arena. En ese momento Dios está oculto. Hace falta entonces descubrirlo de nuevo». Etty Hillesum, joven judía holandesa deportada a Auschwitz, escribió esto en su Diario espiritual. Estas son palabras cristalinas que nos ayudan a descifrar la realidad y podernos encontrar con Dios. ¡Son tantas las encrucijadas en las que Él nos espera! Esta joven nos recuerda la importancia de cuidar nuestra relación con Dios, aunque a veces haya días (hasta semanas) en que en el manantial se depositen restos y Dios queda tapado. Para acabar os propongo que le preguntes a Dios ¿qué sentido tiene que tener todo esto, para mí? Es importante este «para mí». Entonces: reza y escucha. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Buenas noches, que tengas buena semana. En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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30.3.20

Día 15

«Dime, hermano: ¿a qué tribu y familia perteneces?» Tobías 5,11

E

l escrito de hoy es como la segunda parte del de ayer. Éste completa algunas pinceladas importantes sobre aspectos a redescubrir del Domingo y, en parte, de nuestro vivir en relación a Dios y a la familia. Se puede saber en qué piensa y quién es cada uno viendo en qué cosas invierte su tiempo. Podemos decir que, si conserva el sentido del domingo cristiano el tener tiempo para Dios, también así el tener tiempo para la familia. Por este motivo, por poner un ejemplo, las excursiones dominicales debieran estar siempre programadas de modo que la familia pudiera participar de la Eucaristía. Eso no disminuye el valor recreativo de la excursión, es más, lo incrementa, haciendo que tenga alma. Tener tiempo para Dios significa además tener tiempo los unos para los otros. El domingo debiera ser un día de encuentro y de conversación, un día en el que se tiene presente a los demás y se aprende a entenderse. El domingo, en tanto que es un día de Dios, es también un día del hombre. Por ese motivo se nos está presentando, ya no solo para los domingos, sino para todo este confinamiento, una gran oportunidad de convivencia personal: jugar juntos, cultivar intereses comunes, practicar la música en familia, conservar o renovar algunos usos y costumbres, ofrecer ayuda a algún familiar, amigo o vecino; muchas cosas se pueden mencionar, verdad… De la configuración del domingo, de cómo lo organicemos, depende la fisonomía de nuestro tiempo. El redescubrimiento del domingo es de una importancia decisiva para el futuro de cada persona, de las familias y de la sociedad. El cristiano, en función de cómo viva el domingo, vivirá la semana. A menudo, los padres de niños y adolescentes con los que trato, se quejan del poco tiempo que pueden dedicar a sus hijos. Del mismo modo, cuando hablo con los hijos, me dicen que les gustaría pasar más rato con sus padres; bien, excepto los adolescentes (que no lo dicen, pero lo sienten…). Aunque aquellos con los que convives no te lo digan (o sí -cosa rara…-), ellos tienen la esperanza de que estos días sean unos días de encuentro. Así que, no desaprovechemos esta oportunidad. Trabajo prioritario en estos días: hacer que el tiempo en familia tenga alma. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: procurar tener conversaciones significativas, relevantes con alguien de tu familia o amigos a lo largo de la semana. Sé creativo: mientras fregáis juntos los platos, cuando los niños estén durmiendo, pintando con los hijos, llamando a algún ser querido... No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P.D.: Primero, agradecer las 3.900 lecturas de este Diario en las dos semanas que llevamos. ¡Felicidades por sostener la esperanza entre todos! En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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31.3.20

Día 16

«Sed también agradecidos» Colosenses 3,15

C

ount your blessings es una expresión muy conocida en inglés, que significa, «cuenta tus bendiciones». Lo que en el fondo quiere transmitir es la importancia de no quejarse tanto y agradecer más... Tengo un amigo… por empezar de alguna forma, que se queja de todo. Casi nada es de su agrado, de todo y de todo el mundo tiene un pero, nada le satisface. Dicho de otro modo, si tiene delante una jirafa, enorme, majestuosa y hermosa, va a saber encontrar ese lunar feo (solo para él) de 1 cm. Al analizar a este tipo de personas uno se da cuenta de que son personas de carácter difícil, con las que cuesta convivir. La queja, la amargura, la negatividad, todo un problema. Tengo otro amigo… por continuar con la broma, que no hace problema de nada. Siempre pone buen ambiente, es amable, comprensivo, generoso, servicial… Este tipo de persona es lo que llamamos de carácter fácil. El agradecimiento, la humildad, la alegría, siempre suman. Pues en estos días a uno le puede pasar que tenga ratos, o días, del primer amigo que describía y ratos del segundo. Pueden estar dándose en ti una tensión que describe tan bien San Pablo: «Pues no hago lo bueno que deseo, sino que obro lo malo que no deseo». A todo el mundo le puede pasar. Yo os animo a poner amor, paciencia y humor. No olvidemos que nos ha tocado estar en el sitio menos malo; que, como bien sabemos, otros están jugándose la vida en la trinchera. La virtud está en ser agradecido. Así que, count your blessings. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: ser agradecidos con los otros y dar gracias a Dios. Se trata de intentar ver lo bueno, lo positivo, el esfuerzo de los otros en la convivencia. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA! P.D.: Primero, agradecer la fidelidad a estos mensajes. ¡Felicidades por sostener la esperanza entre todos!

En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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1.4.20

Día 17

«Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón» Juan 16,22

L

a vida es bella. Este no es solamente el título de una de las películas más hermosas, a mi parecer, del siglo XX, sino una gran verdad. En sí, la vida es un gran regalo, una gran oportunidad, y es bueno amar la vida. Aunque a veces podemos caer en la tentación de creer que, para que la vida sea «bella», nos tiene que ir casi todo bien. Bien sabemos que la vida también es dura. Hoy en día, estamos teniendo experiencia muy fuerte de esta otra gran verdad: la vida es dura.

Hoy me gustaría que le diéramos alguna vuelta a la vida eterna. El Papa emérito se hace eco de una experiencia personal contradictoria. Nos dice en la Spe salvi núm. 11 que «por un lado, no queremos morir; los que nos aman, sobre todo, no quieren que muramos. Por otro lado, sin embargo, no deseamos seguir existiendo ilimitadamente, ni tampoco la tierra ha sido creada con esa perspectiva. Entonces, ¿qué es realmente lo que queremos? ¿Qué es realmente la ‘vida’?» Estas preguntas nos pueden parecer extrañas, pero son de mucho calado. No podemos dar por supuesto que tengamos claro qué queremos o en qué creemos. Pero ánimo, que hay esperanza, también para salir de este enredo. Continúa diciendo: «Hay momentos en que de repente percibimos algo: sí, esto sería precisamente la verdadera ‘vida’, así debería ser. En contraste con ello, lo que cotidianamente llamamos ‘vida’, en verdad no lo es». Y entonces cita la carta que escribió a San Agustín una viuda romana acomodada y madre de tres cónsules. En ella decía: «En el fondo queremos solo una cosa, una vida ‘bienaventurada’, la vida que simplemente es vida, simplemente ‘felicidad’». Ciertamente los cristianos estamos seguros, y así lo creemos, que no nos encaminamos hacia nada más, se trata solo de eso: la felicidad plena. Y aunque para nosotros esta «realidad» sea desconocida, es la verdadera «esperanza» que nos empuja. La frase bíblica que hoy nos acompaña nos la dice Jesús en el Evangelio de San Juan, pero ésta acaba diciendo «y nadie os quitará vuestra alegría». Tenemos que pensar en esta frase si queremos entender el objetivo de la esperanza cristiana. Ciertamente, ver a Jesús, estar con Dios, será nuestro mayor gozo y nuestra mayor felicidad. Y es que, si la vida puede llegar a ser tan bella, ¡cómo será la vida eterna! Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: recordar unos cuantos momentos felices de nuestra vida y multiplicarlos por mil. El resultado quedará muy, pero que muy lejos de la felicidad que significa la vida eterna, la vida con Dios. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Primero, agradecer la fidelidad a estos mensajes. ¡Felicidades por sostener la esperanza entre todos! En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Buena semana y hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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2.4.20

Día 18

«Despertaré a la aurora» Salmo 57,9

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altan menos de 10 días para la Pascua. En una semana habremos empezado la Semana Santa de este año, seguramente la más rara que hayamos vivido nunca. Pero sea como sea, va a haber Semana Santa y va a haber Pascua. Eso es motivo de alegría. Tenemos en el horizonte la gran fiesta cristiana y, si no estamos expectantes, va llegando la hora de sacudirnos la pereza, o la modorra, o la tristeza. Cada uno va a vivir esos días en su casa, pero estaremos profundamente unidos. Cada uno va a participar de ella desde su televisor, u ordenador o móvil, pero todos estaremos conectados a la misma red. Porque, como dice una frase muy aguda: «La fe es como la wifi, es invisible, pero te conecta con lo que necesitas».

Sé que hay personas que se están enroscando, debilitando, desesperando un poco. Puede pasar, es hasta normal. Podríamos pensar que la salvación nos la va a traer una vacuna. Claro que una vacuna solucionaría mucho de este enorme problema. Por supuesto. Pero, ¿y después? Podemos tener la tentación de pensar que quien nos vendrá a salvar de esa debilidad humana, la enfermedad o la vejez, es la ciencia. La ciencia, ciertamente, puede contribuir mucho a la humanización del mundo y de la humanidad. Pero también puede destruir al hombre y al mundo; solo hace falta mirar la historia reciente. Benedicto XVI, en Spe Salvi núm. 26, nos aporta una perspectiva interesante. «No es la ciencia la que redime al hombre. El hombre es redimido por el amor». En verdad, cuando uno experimenta un gran amor, se trata de un momento de «redención», pero también experimentamos que con eso no es suficiente. Esos amores son preciosos pero no solucionan el problema de su vida. Es un amor frágil. Puede ser destruido por la muerte. Sin embargo, al creer en quien venció a la muerte, la Vida en mayúsculas, todo cambia. Esa relación con quien es la fuente de la vida hace que «vivamos». Aunque todavía falten días para la Pascua, ya os invito a levantar la cabeza. Miramos al horizonte, al que no llegamos, pero al que un día llegaremos. Ese horizonte es nuestra mayor esperanza. En esa esperanza hemos sido salvados, levantados, amados. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: contemplar un horizonte y pensar en la fuerza que el Resucitado va a darnos en esta Pascua. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Primero, agradecer la fidelidad a estos mensajes. ¡Felicidades por sostener la esperanza entre todos! En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Buena semana y hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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3.4.20

Día 19

«A vino nuevo, odres nuevos» Mateo 9,17

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ada día un pajarillo encontraba donde posarse en las ramas secas de un árbol solitario que estaba en medio de un gran desierto. Un día se declaró una tormenta que incendió el árbol con sus rayos. El pajarillo se vio obligado a volar lejos, Por fin, agotado, dio con un bosque de árboles frutales.

La moraleja de este apólogo popular, sin ser sublime, es la del refrán «no hay mal que por bien no venga». Pienso que aquel pajarillo nunca hubiera renunciado a sus costumbres, a la mansa seguridad de una existencia monótona, si no hubiese sido por aquella ventolera y por una pérdida a primera vista devastadora. La tempestad, como la que estamos viviendo a nivel planetario, puede generar una alteración de la inercia; lleva a asumir riesgos dejando atrás la rutina, la dependencia y el hábito. Y se abre un horizonte imprevisto e inesperado, pero que puede llegar a ser muy renovador y sanador. Decía el gran humanista, Erasmo de Rotterdam, en sus Coloquios: «Por absurdo que parezca, la costumbre todo lo hace aceptable». ¿Cuántas costumbres absurdas o poco humanas hemos convertido en «normales»? El elemento más peligroso que comporta es la aceptación, la desaparición del deseo de buscar algo más elevado, el no sospechar la existencia de metas más altas que escalar. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: contemplar algún pájaro y pensar qué árbol seco y solitario estás llamado a dejar y hacia qué «bosque de árboles frutales» estás llamado a ir. Es decir, qué hábitos te sientes llamado a abandonar y qué otros a asumir o a recuperar. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA! P. D.: En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días.

Buena semana y hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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4.4.20

Día 20

«Los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas» Isaías 40,31

A

pesar de lo complicado de todo lo que vivimos, y puede que precisamente por esto mismo, es bueno no perder el humor. Hace algunos días recibía una imagen en la que decía algo con mucha sorna: «¡Fin de semana de crucero! Cruzo pa’la cocina, cruzo pa’la sala, cruzo pal’cuarto, y así».

Comenzar los días es siempre una especie de aventura, no tan apasionante como lo que reza el chiste de arriba, un capítulo siempre nuevo y todavía por escribir en el libro de nuestra vida. Yo no puedo más que agradecer al Creador cada mañana, porque inaugura una jornada casi siempre bien distinta de la anterior. Estoy seguro que muchos de los que leen estas líneas comienzan de nuevo sus jornadas con una fuerza que les impulsa. Seguro que en estos días, para muchos esa fuerza es el amor a su familia, a la que están dedicando su tiempo y sus energías. Hacéis bien. ¡Hacéis muy bien! Pero no podemos pensar que para todos la vida es así. Para muchos la vida es como un fuego apagado. Quizá quede alguna brasa cubierta de ceniza, pero ya sin ganas ni fuerzas para soplar. Cuando uno llega a esa apatía, es como una «sombra errante», utilizando una fuerte expresión del Macbeth de Shakespeare. A éstos les ofrecería las palabras de Isaías: «Dios fortalece a quien está cansado, acrecienta el vigor del exhausto. Se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuerzas, echan alas como las águilas, corren y no se fatigan, caminan y no se cansan» (Is 40,29-31). Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: ir a dormir o levantarse recordando que estamos en Domingo de Ramos. Empezamos la Semana Santa los 1.300 millones de católicos de todo el mundo. Alégrate, porque el Señor «viene a fortalecer al cansado, a dar energías al que desfallece». No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA! P. D.: Primero, mirar el VÍDEO 1 ( 4 min.) de una serie de cinco que hemos creado, para vivir estos días santos.

En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Buena semana y hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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5.4.20

Día 21

«Verdaderamente este era hijo de Dios» Mateo 27,54

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endría 17 años. A los 15 tuve mi conversión. Después de dos Pascuas tremendamente vividas y gozosas, vino una penosa. Recuerdo que en la Vigilia Pascual, en el momento de ir a comulgar no me pude levantar. No me atreví a ir, porque me di cuenta de que no había vivido la Semana Santa. No había ido a casi ningún Oficio. Me sentía miserable, como después de haber fallado al mejor amigo. No pude tener el gozo de la Pascua por mi culpa. Nadie más la tenía. La pena que tuve fue muy grande. Porque tuve a Jesús esperándome toda una semana, y yo había pasado de Él.

Nunca más he desaprovechado una Semana Santa. Eso me sirvió para ser agradecido, delicado y responsable con Jesús, el Amigo que nunca falla. Hoy, Domingo de Ramos, al empezar estos días santos, tenemos todos una invitación personal. Dios no hace una carta genérica, no. Él te manda una carta personalizada, con tu nombre, para ti, que te conoce a la perfección y te ama sin medida. Nunca desaproveches una oportunidad. A lo largo del año recordamos grandes días de nuestra propia historia o de la de nuestros familiares y amigos. Tenemos el calendario y las agendas marcadas con fechas señaladas. No celebramos cada día algo especial, pero sí en algunos. Y para los cristianos estos días especiales y centrales han llegado. Vamos a encontrarnos con Jesucristo y eso nos hace exultar. Como dice Benedicto XVI: «Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Deus caritas est, 1). Estas palabras son de una densidad y profundidad tan extraordinarias, que merecerían un marco en el texto para que pudieran brillar todavía más. Os animo a leerlas y a releerlas, a dejar que nos interpelen, incomoden y desinstalen; porque son eco de la promesa de Dios para nuestra vida concreta. Y Él nunca falla. Ante Dios y en estos días, ¿cuál es mi opción fundamental? Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: coger la agenda y programar los Oficios de Semana Santa. Anotarse las celebraciones en la agenda del móvil o la de papel. Así aprovecharemos estos días santos y, en medio del drama que estamos viviendo, cogeremos aire para seguir adelante. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Primero, si no lo has visto, mirar el VÍDEO 1 ( 4 min.) de una serie de cinco que hemos creado, para vivir estos días santos. En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Buena semana y hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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6.4.20

Día 22

«Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo» Mateo 10,27

E

n estos tres días de preparación inmediata a la Semana Santa, me gustaría dar tres pinceladas sobre lo que es el núcleo de nuestra fe, aterrizándolo a nuestra vida ordinaria. Haciéndonos eco de esa famosa frase de Shakespeare en Hamlet: «Ser o no ser, esa es la cuestión», podemos decir: «Amar o no amar, esa es la cuestión». Pero aquí una gran cuestión no es solamente amar, porque todo el mundo ama. El tema está en ver qué amo. ¿Qué es lo que más amo en este mundo? ¿Son cosas, son personas? ¿Qué personas son las que más amo? ¿Dónde pongo a Dios y al prójimo? Si a un niño de catequesis de Primera Comunión le preguntáramos una palabra importantísima en nuestra fe, y que empieza por la letra «a», tendríamos muchos números de que nos dijera «amor». Habría acertado. Porque ese es el corazón del cristianismo, como expresan las palabras de la Primera Carta de san Juan: «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1Jn 4,16). De modo que ésta no es solamente una frase bonita que, ciertamente, nos encanta leer, sino que es una llamada a todo niño de 8, de 18, de 38, de 58 o de 78 años. Si estos días ponemos a Dios en el centro estaremos poniendo al Amor en el centro. Ojalá Dios (el amor) escale posiciones en nuestra escala de prioridades. La propuesta de Jesús sobre el amor es muy concreta. A la pregunta de «¿quién es mi prójimo», Jesús responde con la parábola del buen Samaritano (cf. Lc 1,25-37). Entonces les/nos habla muy claro a todos sobre quién es nuestro «prójimo». Podríamos decir que, con esa y otras parábolas, Jesús revoluciona el concepto de «prójimo». Benedicto XVI, en Deus caritas est, 15, nos recuerda que, si bien para los judíos ese concepto se refería podríamos decir a los suyos, «ahora este límite desaparece. Mi prójimo es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda ayudar. Se universaliza el concepto de prójimo, pero permaneciendo concreto. Aunque se extiende a todos los hombres, el amor al prójimo no se reduce a una actitud genérica y abstracta, poco exigente en sí misma, sino que requiere mi compromiso práctico aquí y ahora». Podemos ver claramente que nos jugamos nuestro ser ya no solo como cristianos, ¡sino como personas!, en el amor.

Seas cristiano o no. Esto no es un aut aut, es decir, «o esto o aquello». Te animo a no quedarte con Dios o con el prójimo. Sería demasiado poco quedarse con uno o con el otro para el corazón tan grande que el Señor nos ha dado. Dios nos ha dado un corazón grande para amar. Y en él caben muchas personas, hasta Dios... Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: hacer una lista de las 10 cosas/personas que más amo y ponerlas por orden, con total sinceridad. Ej.: Mi marido/esposa, los hijos, fin de semana, escuchar música… De esa lista el número 1 será lo que más amo y el 10, lo que menos. Importante: no lo que me gustaría que fuera sino lo que es. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Si no lo has visto, mira el VÍDEO 1 (4 min.) de una serie de cinco que hemos creado, para vivir estos días santos. En la web encontrarás la sección PARROQUIA VIRTUAL con propuestas de sentido para estos días. Buena semana y hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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7.4.20

Día 23

«Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa» Salmo 51,3 [En estos tres días de preparación inmediata a la Semana Santa, seguimos con esta serie especial de escritos. Me gustaría dar solo tres pinceladas sobre lo que es el núcleo de nuestra fe, aterrizándolo a nuestra vida ordinaria. Hoy trataré un tema precioso y del que se puede hablar durante días, como con el tema de ayer del amor, pero lo tendré que hacer en 3-4 min].

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oy, como segundo subrayado previo al inicio del Triduo Pascual, ponemos delante nuestro otro elemento central de nuestra fe: el perdón. «Yo no tengo pecados. Ni mato ni robo...». Esto es un clásico. Pero decir esto es o conocerse poco, o ser un inconsciente o estar de broma. La realidad es que todos cometemos pecados. Y si alguien tiene dudas, que abra el periódico o vea un telediario. Y si uno no queda del todo convencido, solo hace falta saber que muchos santos se confesaron, no una sino muchas veces a lo largo de su vida. ¡Y han sido personas santas! Imagínate tú y yo… Veamos una comparación.

Estar en pecado es estar enfermo. Tener un virus es estar enfermos. El virus espiritual es el pecado. Nos contagiamos, unas veces más por culpa nuestra, unas veces más por culpa de otros. Sea como fuere, el caso es que nos contagiamos. Y el contagio de un virus trae problemas. Éste afecta a los órganos vitales y, al afectarlos, afecta a toda la persona. Sabemos que uno puede haberse contagiado del coronavirus y los síntomas no salen hasta el cabo de unos días. El virus está. Con el pecado pasa lo mismo, el pecado está. Y si un virus no se trata, puede traer una enfermedad grave. Pues con nuestra alma pasa exactamente igual. Estar en gracia es estar sano. Estar sin pecado es estar sano. La salud espiritual es vivir limpios espiritualmente hablando. Lo normal no es estar enfermo, lo normal es estar sano. Dice San Ignacio de Loyola que lo normal en un cristiano es «ir de bien en mejor subiendo». Me encanta este «subiendo». Notemos pues que lo ‘normal’, dice, de un cristiano es vivir en estado de gracia, es decir, sin pecado. De hecho, cuando uno hace deporte (no cuento el ajedrez -ya perdonaréis-) segrega endorfinas, unas hormonas muy famosas que dan sensación de bienestar, de euforia, de relax. Pues vivir en estado de gracia tiene como premio que constantemente el Espíritu Santo va haciendo fluir en nosotros una cascada de «endorfinas espirituales». No solamente nos sentimos bien, es que estamos bien. Dios quiere vernos sanos, limpios de pecado, felices por vivir en gracia. Quiere que experimentemos la paz y la esperanza que da el perdón. Pero para poder recibir el perdón de Dios, le tenemos que pedir perdón. ¿Soy consciente de la realidad del pecado en mi vida? ¿Voy a aprovechar esta oportunidad para humildemente pedir perdón a Dios y después a aquellos a quienes haya podido lastimar? Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: hacer en casa la CELEBRACIÓN PENITENCIAL que, desde el Equipo de la web, os proponemos. Se trata de un vídeo realizado por el Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, que te va a guiar para recibir el perdón de los pecados de parte de Dios, a expensas de confesarte con un sacerdote, cuando ya se pueda, para recibir el perdón sacramental. Al vivir la gran fiesta de la Semana Santa es justo y necesario que todos la celebremos, aunque sea en casa, con la mayor dignidad posible. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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8.4.20

Día 24

«También vosotros debéis lavaros los pies unos a otros» Juan 13,14 [En estos tres días de preparación inmediata a la Semana Santa, seguimos con esta serie especial de escritos. Me gustaría dar solo tres pinceladas sobre lo que es el núcleo de nuestra fe, aterrizándolo a nuestra vida ordinaria. Hoy trataré un tema precioso y del que se puede hablar durante días, como con el tema de ayer del amor, pero lo tendré que hacer en 3-4 min].

H

oy, como tercer subrayado previo al inicio del Triduo Pascual, ponemos delante nuestro otro elemento central de nuestra fe: el servicio.

«Mi forma de contribuir fue ponerme más guardias. Era mi turno de dormir, así que me parecía perfecto. Yo ya no tenía que ver pacientes. Decidí invertir mi tiempo de dormir rezando a su lado». Estas palabras son rescatadas del audio que una médico cristiana compartía ayer con un grupo de amigas. Decidió que, antes de dejar morir a un hombre enfermo de conoravirus solo, entregaría sus horas de descanso. [Aplausos para esta chica, por favor] El señor estaba con un cuadro gravísimo y ya sedado. Pero lo sorprendente fue que, cuando ya lo daban totalmente por deshauciado, el hombre empezó a respirar por sí solo, la frecuencia respiratoria se le estabilizó, abrió los ojos y hasta se pudo incorporar y hablar. Al poco se volvió a recostar y murió muy pacificado. Un médico adjunto suyo le comentó si Dios iba a tener algo que ver con eso. Ella le respondió: «Si pasa algo no es mérito mío...» [Aplausos para Dios, por favor]. Esto es el servicio. Santa Teresa de Calcuta tiene esa famosa frase que reza: «El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz». Jesús, en la Santa Cena, unió íntimamente la Eucaristía, sacramento de amor y entrega, con el servicio, el fruto de todo ello. Nuestro discipulado, nuestro seguimiento y amistad con Cristo solo serán auténticos si vivimos para servir. Ojalá nos ayude esa máxima de San Ignacio de Loyola: «En todo amar y servir». Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: Ver el VÍDEO del Jueves Santo. Dios quiera que os sirva de algo. La idea es que nos anime para poner más a tono nuestro corazón y vivir mejor este Triduo Pascual. Que quede claro en nuestras casas que… ¡Aquí se vive la Semana Santa! ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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9.4.20

Día 25

«Como cordero llevado al matadero» Isaías 53,7

L

os tres subrayados previos al inicio del Triduo Pascual han sido: el amor, el perdón y el servicio. Le pedimos a Dios que nos ayude a hacerlos vida en nosotros.

Una de mis hermanas me regaló una cruz pocos días antes de mi ordenación presbiteral, en 2013. Le tengo mucho cariño a esa cruz por su simbolismo. Es de resina, de color marfil, y en el centro tiene un cordero. Ese cordero simboliza a Jesús, maltratado «como cordero degollado llevado al matadero». Ella y yo hablamos de si era de alguna orden religiosa y le dije que me sonaba que sí. Hay una congregación que tiene tanto rama masculina como femenina, los Hermanitos y Hermanitas del Cordero. Dudé de si era su cruz distintiva o era la de otros. Al poco tiempo me encontré con el General de los Hermanitos, Françoise-Dominique, al que ya conocía, y le pregunté si era su cruz. Me dijo que no. Entonces, como «especialista» de esa imagen le pedí: «Oye, dime una palabra sobre el Cordero...». Paró dos segunos y me dijo: «El Cordero, herido, sigue amando». No hizo falta más. Me quedará grabado para siempre. Herido… sigue amando. Herido por nuestra: indiferencia, olvido, rechazo. Herido en tanta gente: los que pasan hambre, los que pasan sed, los forasteros, los desnudos, los enfermos, los presos (cf. Mt 25,31-46). Y a pesar de todo, nos sigue amando. En su dolor, nos sigue esperando. Os animo a sentir la cruz, a sentir al que ama; para, como Cristo, el cordero, seguir amando. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: Ver el VÍDEO del Viernes Santo. Dios quiera que os sirva de algo. La idea es que nos mueva a coger un crucifijo y rezar con él en nuestras manos. Verás que tocar un crucifijo con tus propias manos, despierta en ti sensaciones olvidadas o nunca antes experimentadas hacia Jesús. Quédate ahí y déjate emocionar por un Dios que se dejó clavar en la cruz. Si alguien quiere probar, que antes lea todo el capítulo 53 de Isaías. Que quede claro en nuestras casas que… ¡Aquí se vive la Semana Santa! No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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10.4.20

Día 26

«María la Magdalena y la otra María se quedaron allí sentadas enfrente del sepulcro» Mateo 27,61

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n las películas están los actores principales, los secundarios y los de reparto, los que llamamos «de relleno». Pues el Sábado Santo no es un día de «relleno». La realidad es que a menudo pasa desapercibido; se suele utilizar para preparar la Vigilia Pascual en la gran noche de Pascua. Pero es un día por descubrir. Quien se sienta, en silencio y, de algún modo, entra en el sepulcro, o se sienta afuera, contemplando la roca inmensa con que lo sellaron, descubre tesoros. Yo diría que esos grandes tesoros nos vienen de la fe y la esperanza. Aunque en el respirar de la oración, el Espíritu Santo susurra melodías inauditas que nos sorprenden y nos inspiran a una vida nueva. Este Diario si se puede escribir es porque se fundamenta en la esperanza cristiana. Estamos a las puertas de celebrar la Pascua y poder gritar exultantes: «¡Resucitó Cristo, nuestra esperanza!». Pero, aunque lo gritaremos, por el coronavirus, estamos sufriendo un largo Viernes Santo. Todo lo que estamos viviendo, creo y espero, va ayudar a muchos a replantearnos la vida. En el vídeo de hoy, Sábado Santo, os comparto unas palabras del P. Raniero Cantalamessa, famoso fraile capuchino y gran predicador. La Pasión del Señor del Viernes Santo la ha celebrado en el Vaticano, junto al Papa. Francisco quiso que la homilía en este día la hiciera Cantalamessa. Él acabó su prédica con la siguiente reflexión: «Nosotros también, después de estos días, que esperamos sean cortos… nos levantaremos y saldremos de las tumbas de nuestros hogares. No para volver a la vida anterior, como Lázaro, sino a una vida nueva, como Jesús. Resucitaremos a una vida más fraterna, más humana, más cristiana» [se le entrecortó la voz aquí]. Si, como continuación de estas sabias palabras del P. Raniero, os sirve la letra de esta canción de Fernando Leiva, para poder rezar durante este día, fenomenal. La canción se titula Cuánto amor y dice así: «Cuántos dolores guardados/que no he podido sanar/Cuánto amor que no he podido entregar/Y cuánto amor que me ha faltado dar/Quise decirte lo siento/Quise pedirte perdón/Te quise hablar, abrir mi corazón/Quise escuchar y me faltó valor/Cuántos dolores marchitando/las ganas de ser feliz/Cuánto perdón/que no ha brotado en mi/Y cuánto amor que me negué a vivir/Y cuánto amor que te he negado a ti». [Está en Youtube] Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: Ver dos VÍDEOS. Uno, el del Sábado Santo. Y dos, el de «La Piedad», de Miguel Ángel, con unas fotografías y una música maravillosas, que te ayudarán a vivir este sábado. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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11.4.20

Día 27

«Vosotros no temáis ¡Ha resucitado!» Mateo 28,5-6

Q

ué noche tan dichosa! Solo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos». Esta es una estrofa que siempre me ha llamado poderosamente la atención. Es del Pregón Pascual, que es como un precioso poema que recorre la historia de la salvación; la historia de amor que Dios ha querido realizar con la humanidad. Éste se eleva hacia el cielo en todas las Vigilias Pascuales que se celebran de Oriente a Occidente. Y es que «Esta es la noche». En esta noche millones de cristianos encendemos una vela o cirio y lo colocamos en la ventana o en el balcón. Emula el cirio pascual. Quiere ser testimonio de nuestra fe y de Cristo en medio de nuestro mundo. Pero fíjate que este gesto te significa como cristiano entre tus vecinos... ¿Somos y vivimos como auténticos cristianos? Atravesando una noche de tanta oscuridad y dolor por el coronavirus en todo el mundo, Jesucristo viene en esta Pascua para darnos más esperanza que nunca a todos. Si has optado por poner una vela en tu casa, es porque eres cristiano y has optado por la esperanza. Si en vuestro hogar brilla simbólicamente quien es «la luz del mundo», Cristo, es para que vayamos y demos al mundo, que está llorando, la fe, el amor y la esperanza que tanto necesita. Hermanos, hermanas, os invito a hacer vida el final de este maravilloso pregón. «Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego, ardiendo en llama viva para gloria de Dios. Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla, porque se alimenta de esta cera fundida, que elaboró la abeja fecunda para hacer esta lámpara preciosa. ¡Qué noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino! Te rogamos, Señor, que este cirio, consagrado a tu nombre, arda sin apagarse para destruir la oscuridad de esta noche, y, como ofrenda agradable, se asocie a las lumbreras del cielo. Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo, ese lucero que no conoce ocaso y es Cristo, tu Hijo resucitado, que, al salir del sepulcro, brilla sereno para el linaje humano, y vive y reina glorioso por los siglos de los siglos. Amén». Para acabar, la propuesta de hoy va a ser ver el VÍDEO del Domingo de Pascua. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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12.4.20

Día 28

«Entonces entró el otro discípulo; vio y creyó» Juan 28,5-6

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oy, Domingo de Pascua, se ha emitido un breve concierto titulado Music for Hope (Música para la Esperanza). Ha sido grabado en Il Duomo, la catedral de Milán, la capital de Lombardía. Ésta ha sido la región de Italia más castigada por el coronavirus. Por este motivo, el concierto, que muestra la catedral, las calles y las plazas desiertas, habrá sido muy emotivo por sus habitantes y los de todo el país que, sé por familiares directos, estaban deseando ver, casi como una cita nacional con la esperanza. Son 28 minutos de música maravillosa que, a la par, ensanchan el corazón y rompen el alma. Andrea Bocelli, católico confeso, nos regala un canto a la vida y a la esperanza. Bocelli tiene unas palabras maravillosas, al inicio del vídeo. «Creo en la fuerza de rezar juntos. Creo en la Pascua cristiana, símbolo universal de un renacimiento que todos, creyentes o no, realmente necesitamos». En este sentido, es verdad que quien tiene a Dios, tiene la gran esperanza, la que sostiene toda la vida. Y como dice Benedicto XVI, esta esperanza «solo puede ser Dios, el Dios que nos ha amado y que nos sigue amando ‘hasta el extremo’» (Spe salvi, 27). Dicho de otro modo por la madre de dos adolescentes que conozco, es el momento de tener a Dios como pilar. Testimonios como el de Andrea Boccelli son esperanzadores para una ciudad, un país y un mundo tan necesitado de salvación. «Será un gozo testimoniarlo en el Duomo, en la festividad que evoca el misterio del nacimiento y del renacimiento». Deseo con toda mi alma que tengas un encuentro con Jesucristo resucitado. Porque Él es «el camino, la verdad y la vida» (cf. Jn 14,6) que todo el mundo desea, a menudo sin saberlo. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser doble: primero, ver el VÍDEO del Lunes de Pascua, que es como más urgente, ya que nos proyecta a mañana/hoy, según leas este escrito. Segundo, ver el concierto de Pascua de Andrea Boccelli. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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13.4.20

Día 29

«Vuélvete a recibirla, camina al resplandor de su luz» Baruc 4,2

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uchos alumnos de la escuela en la que doy clases tienen el estuche escrito con nombres o con alguna frase bonita (las chicas sobre todo :). Si haces memoria, seguramente tú has tenido frases que te han acompañado a lo largo del camino de tu vida. Algunas las viste en un calendario de bolsillo, o en una agenda, o en un libro, o en alguna dedicatoria que alguien te hizo, o en la Biblia. Por supuesto, los cristianos tenemos decenas y decenas de frases bíblicas memorizadas, y puede que algunos hasta sepamos la cita. Hoy querría compartiros una de esas frases que me han acompañado a lo largo de la vida. La encontré en uno de esos calendarios de bolsillo, que eran muy comunes hace algunos años. De hecho, se la dije una vez a un gran pivote de balonmano, compañero de club en Granollers, que estuvo en la selección española absoluta. El pobre Juan, con 24 años y en el despegue de su carrera, tuvo una grave lesión de rodilla. Aunque tiene un humor y un coraje extraordinarios, como es natural, tuvo momentos de «bajón». En este tipo de circunstancias la frustración, la desilusión, la tristeza o la soledad siempre trabajan. Recuerdo perfectamente que, ya operado y en proceso de recuperación, coincidimos un día y estuvimos hablando un rato tranquilos. Al verle algo desanimado, le quise compartir esa frase. Le gustó tanto que me pidió que se la repitiera para apuntársela y, entre la rodilla, las muletas y el móvil, casi se cae. Nos reímos entrañablemente los dos. Se apuntó esto: «La soledad del camino prepara para el encuentro». Nos abrazamos y nos despedimos. Él se recuperó y ha seguido jugando a alto nivel, en Alemania y actualmente en Francia. Un buen tipo. Mañana hará 30 días del confinamiento total y a alguien le puede ir especialmente bien el mensaje que nos trae esta frase. Más que ser una frase bonita, pienso que es como una medicina. Porque las palabras pueden ser una medicina. Hay palabras que alivian. Pueden aliviar la soledad, el mal humor, la tristeza, o cualquier dolor. En definitiva, hay palabras que curan, dan una perspectiva adecuada, o nos aportan luz u otros muchos beneficios. ¿Qué te dice a ti esta frase, en tu momento presente? Sea cual sea tu camino, deseo que te encuentres con Jesucristo, el Médico del alma. La soledad del camino, a veces, es para que nos encontremos con Él. ¿No lo habías pensado esto? Para acabar, la propuesta de hoy va a ser pensar y rezar, si quieres, para qué «encuentros» te está preparando la soledad de este camino. Y piensa cómo vas a afrontarlos. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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14.4.20

Día 30

«Lo recibido gratis, dadlo gratis» Mateo 10,8

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or si no te habías fijado este es el escrito número 30. Hoy hace un mes que estamos en esta situación de confinamiento. ¡Y aquí seguimos! De cómo sigamos, ya no digo nada ;) Lo que parece claro es que esta pandemia no puede con la esperanza, ya que los escritos de este Diario han tenido, hasta el día de hoy, ¡8.000 lecturas! A todos «felicidades y gracias» por amar la esperanza. Hay un vídeo titulado Yo creo, en el que aparecen 50 personas, explicando de forma testimonial qué creen y el porqué. Este proyecto evangelizador fue pensado y llevado a término por un matrimonio joven de Terrassa, para contribuir a la Nueva Evangelización durante el Año de la Fe en 2013. El documental está realmente muy bien. Prueba de ello es que estuvo seleccionado en dos festivales internacionales. Entre los testimonios llaman especialmente la atención una retahíla de personajes que llamamos «públicos» y conocidos en la sociedad catalana. Destacaría muchos, pero me llamó la atención el símil que hace Víctor Küppers, un coach muy conocido, y que es católico. Él hace una comparación muy simpática para comprender la importancia de compartir lo bueno. Cuenta que si él descubre una gran cerveza, comprará dos cajas e invitará a sus amigos y familiares a probarla. Pues eso mismo estamos llamados a hacer con la fe. Así que quien encuentra la fe encuentra un tesoro, y los tesoros están para compartirlos. Joan Pera, un famoso actor y humorista, en el mismo documental dice que: «Yo creo que cuando nacemos tenemos dos opciones: o la esperanza o el caos. ¡Yo escojo la esperanza…!». Al final, en gran parte, vivir con esperanza es una opción personal. ¿Te lo has planteado? ¿Qué escoges? Y no se trata de una pugna entre pesimistas y optimistas. Esa forma de situarnos ante la realidad se ve bastante influenciada por la genética y las circunstancias. Pero en el fondo, uno puede escoger en qué equipo estar. La mía es una invitación a la esperanza, que no es una invitación a la sinrazón o un creer que todo va a ir bien porque sí. La esperanza va más allá. Puede que no os acordéis pero, en uno de los escritos decía que la fe es esperanza. Pues eso. Cuando compartimos la fe estamos compartiendo la esperanza. Y ésta no es solo para uno, sino para compartirla. Como dice Jesús en la frase de hoy: «Lo recibido gratis, dadlo gratis». Así que os animo vivamente a llamar a la gente para decirles que, a pesar de todo, hay esperanza. Para acabar, permíteme decirte esto. Sea cual sea tu momento vital, deseo que encuentres la fe, porque entonces habrás encontrado la verdadera esperanza, la que no se marchita ni por la falta de luz, ni por la falta de agua, ni por una pandemia. Y pido para que, sobre todo, aceptes a Jesucristo en tu vida. Por eso, si quieres, di esta oración: «Si es verdad lo que dicen de ti, haz que te conozca». La propuesta de hoy va a ser mirar el motivo de gozo y el propósito de mañana, día 4 de Pascua. Porque vivimos 50 DÍAS CON PROPÓSITO. Espero que estos escritos te sirvan para fundamentar y sostener tu esperanza. Con esta intención los seguiré escribiendo. Mañana más y, si se puede, mejor. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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15.4.20

Día 31

«Poned al servicio de los demás el carisma que cada uno haya recibido» 1 Pedro 4,10

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n día de Adviento, cuando faltaban unas semanas para celebrar la Navidad, en la ciudad en la que empecé mi ministerio sacerdotal, Sabadell, vi una pancarta inmensa en la fachada de un edificio. Me llamó la atención, primero por lo enorme que era, pero sobre todo por lo que estaba escrito en ella. Decía esto: «¿Y los otros?». Me pareció un mensaje tan potente, tan directo, tan radical… Pienso que nos puede venir muy bien dejar que nos interpele. Pienso que mensajes así nos ayudan a no perder el norte. Lo digo por lo siguiente. Hemos llegado a un punto (puede que algunos desde el día 1…) en el que no sepamos muy bien qué hacer. Y diría que podemos caer en dos tentaciones: una, «matar el tiempo» y dos, el egoísmo. «Matar el tiempo» para que sea menos aburrido. ¿Cómo? Buscando mil pasatiempos para eso, para que pase el tiempo, cuando, en verdad, a menudo nos quejamos de que no tenemos tiempo para esto o para lo otro. Segundo, el egoísmo siempre hace la ronda en estos días, como los gatos cuando se lamen el pelo. El bienestar nos hace egoístas. Pero tengamos presente que encerrarse en la cárcel del egoísmo es como morir. Uno se puede dar cuenta que esta crisis nos trae muchas oportunidades. Está bien, sí… Para crecer, para hacer aquello que no podíamos por la falta de tiempo, por el estrés, etc. Pero fuera de nuestra piel y de nuestras cuatro paredes hay más, muchísimas personas más. Qué bueno es dar algunos pasos hacia atrás. Hacer este ejercicio nos permite no perder la panorámica. Hoy sería maravilloso que pensemos en esa pancarta. «¿Y los otros?». Y que pongamos cara a esos otros de nuestras vidas y «salgamos». Para acabar, la propuesta de hoy va a ser mirar el motivo de gozo y el propósito de mañana, día 5 de Pascua, que toca el área del servicio, para pensar en los otros y ver en qué les podemos servir. Porque vivimos 50 DÍAS CON PROPÓSITO. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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16.4.20

Día 32

«Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha» Mateo 6,3

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n octubre del 2018 se realizó en Roma el Sínodo de los Jóvenes. Un sínodo es un encuentro que dura más de una semana para compartir distintas impresiones y marcar las líneas sobre un tema de la vida de la Iglesia. Ese fue un gran acontecimiento para la Iglesia, a nivel mundial. Entonces se buscaron a patronos de ese sínodo; se trataba de católicos que hubieran muerto jóvenes y que hubieran tenido una vida admirable marcada por su fe. Hay un vídeo de 3 min. de Rome Reports en el que aparecen esos nueve jóvenes. Cuando se lo puse a mis alumnos de 4º de la ESO, les llamó bastante la atención el italiano Carlo Acutis. Fue un chico normal, apasionado de la informática que diseñó varias páginas web. Cuando falleció, a los 15 años, en el funeral la iglesia estaba llena de pobres, a los que llevaba en secreto sacos de dormir o comida. ¿Por qué les impresionó especialmente Carlo a estos chicos de 15-16 años? Por lo que hacía por las noches. Ir a repartir sacos o comida, por la noche, con esa edad… Este hecho escondido y tan hermoso les llamó poderosamente la atención. Realmente se trata de un hábito fuera de lo común, fruto de grandes ideales, algo heroico. ¡No me digas que no debemos tener esperanza habiendo jóvenes así! Pienso que nadie es demasiado joven (o demasiado mayor) para los grandes ideales.

Los que habéis visto el propósito de hoy de los 50 Días con Propósito, os sonará ese gesto. Hoy animamos a «hacer una buena acción sin decir nada». Y es que el ejemplo admirable de Carlo nos recuerda la grandeza de los pequeños gestos hechos con gran amor. Como decía Santa Teresa de Calcuta: «Haz pequeñas cosas con gran amor». Al final, es vivir la frase que nos acompaña hoy, cuando Jesús nos dice «que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha». Para acabar, la propuesta de hoy va a ser doble: primero, me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org. Me pondré en contacto contigo. Segundo, mirar el motivo de gozo y el propósito de mañana, día 6 de Pascua, que toca el área de la oración, para tratar de amistad con Dios, con los otros y conocernos más. Porque vivimos 50 DÍAS CON PROPÓSITO. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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17.4.20

Día 33

«Álzate ante las canas y honra al anciano» Levítico 19,32

E

ntre tanto, recordando a mi padre, de 96 años, confinado solo en su piso, lejos de t­odos los suyos, y con él a tantas personas que conforman la que llamo generación del sacrificio, que viven en condiciones pare­ cidas, afectadas por la pandemia de la ­soledad, desconcertadas y asustadas, apurando el último ciclo de una vida ofrecida a sus familias y a su país, evoco de nuevo las palabras del papa Francisco utilizadas en mi último artículo: ‘Fuerza y coraje. ¡Nos vemos pronto!’». Este es el último párrafo del escrito de hoy viernes, 17 de abril, de Josep Antoni Duran i Lleida, publicado en La Vanguardia. Me han parecido muy interesantes dos expresiones que utiliza: la generación del sacrificio y la pandemia de la soledad. Mientras lo leía pensaba en lo que le dijo un conductor de ambulancia a un amigo mío sobre su padre. «A estos no los cambias. Son de otra pasta». Se refería a la dureza y la capacidad de aguante y de sufrimiento que han tenido nuestros padres y abuelos. Generaciones, las que nos han precedido, que han sufrido hambre (lo que es hambre, no el tinc gana que decimos en Cataluña), frío, penurias de toda clase. Esa gente reconstruyó un país y se nos está yendo. A esa generación del sacrificio deberemos recordarla y honrarla. Dios sabe lo que perdieron y Dios sabe lo que ganaron. Nosotros ¿seremos capaces de imitar sus virtudes? Estoy convencido que muchos sí. Así que, si queremos recordarlos y honrarlos, hagámoslo ahora. No esperemos a mañana porque, tal vez, sea demasiado tarde. Todos podemos darles el amor que se merecen y que tanto necesitan. Claro que lo saben, claro que se lo hemos dicho... pero, una vez más, qué bien les sentará. Y si tú que estás leyendo esto, eres uno de ellos, de todo corazón y en nombre de millones de personas: GRACIAS y QUE DIOS TE BENDIGA. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser doble: primero, no podía ser otra que llamar a algún anciano y decirle algo amable. Segundo, mirar el motivo de gozo y el propósito de mañana, día 7 de Pascua. Porque vivimos 50 DÍAS CON PROPÓSITO. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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18.4.20

Día 34

«Dios, rico en misericordia (...) nos ha hecho revivir con Cristo» Efesios 2,4-5

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an necesitados de todo como estamos, nos viene de maravilla este Domingo de la Divina Misericordia. En verdad es el Domingo 2º de Pascua pero, a partir del Papa Juan Pablo II, se ubicó esta fiesta de la Divina Misericordia. La misericordia es una virtud que aglutina muchas otras virtudes. Es una mezcla de bondad, compasión, amor entrañable y ternura. Si te fijas, es como que describen lo que siente una madre hacia su hijo o hija. De hecho, estos son sentimientos que nos brotan a todos al ver a un bebé o a un niño pequeño. Una madre, ¿qué no haría por el bien de sus hijos? ¿Cómo sufre un madre al ver su sufrimiento? ¿Cuánta ternura, verdad, al ver a una madre y a su hijo en brazos ambos dormidos? El amor de una madre hacia su hijo describe muy bien el concepto de «divina misericordia». Dios nos ama como una madre ama a su hijo. Así es su ternura, como la de una madre por su niño, como en la foto que acompaña el texto de hoy. Pero estarás de acuerdo que cuando una madre o un padre son así de buenos, habitualmente es porque lo han aprendido de alguien; habitualmente de sus padres y abuelos. Así que, todos estamos llamados a aprender de quien sabe. Vayamos nosotros, pues, al Maestro, a Jesús, el ejemplo de amor sin límites. Vayamos, como dice una canción, «al taller del Maestro». ¿Que te sientes frustrado? Él te levantará. ¿Que te sientes desconsolado? Él te consolará. ¿Que te sientes solo? Él está contigo. En todo, Él te curará. Te tomará entre sus brazos y cada herida sanará. Tu alma remendará y revivirás. Esto no solamente suena bien, sino que es verdad. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser sencilla: pensar en el amor de una madre fuerte, dulce y entrañable y darnos cuenta de que así es Dios; recréate en esa imagen y que te acompañe a lo largo de este Domingo de la Misericordia. Segundo, mirar el motivo de gozo y el propósito de mañana, día 8 de Pascua, que toca el área de la fraternidad. Porque vivimos 50 DÍAS CON PROPÓSITO. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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19.4.20

Día 35

«Alza tus ojos y mira desde el lugar en donde estás hacia el norte» Génesis 13,14

C

uando en la montaña nos perdemos necesitamos serenarnos. Pero una buena manera de serenarnos es encontrando una solución. Parece una broma, pero es así… Hay que buscar una solución. Por un lado, de nada sirve dejarse apoderar por los nervios, los miedos o la desesperación. Y por otro tampoco sirve quedarse bloqueado y dejar que otros encuentren la solución. El camino está; nuestra tarea es encontrarlo. Esta situación en la montaña es un símil de lo que nos pasa con el coronavirus. Notamos que la situación que está generando nos supera y vamos perdidos. Ir perdidos no es lo mismo que estar perdidos, pero tiene algo de ello. La incertidumbre no se soluciona ni con desánimo, ni con desesperación, ni con tristeza. Así que puede irnos bien parar, levantar la cabeza y buscar. ¿Buscar el qué? En la montaña, cuando uno está desorientado necesita un mapa y una brújula para conseguir orientarse de nuevo. Pues nosotros, para conseguir la dirección adecuada, ¡vamos a buscar el norte! De este modo, conseguiremos la dirección adecuada que nos llevará por el buen camino. ¿Sabéis? En el Domingo XXI del tiempo ordinario, rezamos la siguiente Oración colecta: «Señor Dios, que unes a tus fieles en una sola voluntad; concédenos amar lo que mandas y esperar lo que prometes, para que, en la inestabilidad del mundo presente, nuestros corazones estén firmes donde se encuentra la alegría verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo (...)». ¿No te parece que la inestabilidad del mundo presente es mucha? ¿Y no te gustaría tener el corazón firme? Pues si repasas esta oración, verás que la causa de tener el corazón firme es «amar lo que Él manda y esperar lo que promete…» Y en eso encontramos la alegría verdadera. Si una buena manera de serenarnos es encontrando una solución, puede que desde la fe aquí tengamos una. Y de verdad, pienso que no una cualquiera. Porque nuestra palabra quiere ser firme, pero la de Dios lo es. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser doble: primero, ver el vídeo 1 de la serie BUSCANDO EL NORTE. Son 3 vídeos. El Equipo de la web y un servidor lo hemos rezado, pensado y preparado con mucho cariño. ¡Dios quiera que os sirvan! Segundo, mirar el motivo de gozo y el propósito de mañana, día 9 de Pascua, que toca el área de la Formación. Porque vivimos 50 DÍAS CON PROPÓSITO. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org

Hasta mañana… Si Dios quiere. :)



20.4.20

Día 36

«La autenticidad de vuestra fe produce paciencia» Santiago 1,3

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uando uno prepara la mochila para hacer una travesía en alta montaña, en ella no puede meter cualquier cosa. Es necesario equiparse con lo importante y no olvidarse de lo imprescindible. En esta línea, pues, vemos que es importante prepararse la ruta antes de salir de casa. Eso se hace con el mapa, sobre el papel: visualizando terreno con las curvas de nivel, repasando el camino, visualizando los pasos más complicados, etc. La preparación es una gran clave del éxito. En una ruta uno podrá desorientarse, hasta perderse, preocuparse, cansarse… Pero si sabe que eso puede pasar y sabe mantener la calma para encontrar la solución, obtendrá gran alegría de esa prueba. Pues eso que podemos decir de una ruta sobre el papel y de una ruta sobre el terreno, lo podemos aplicar perfectamente a lo que vamos a vivir durante los próximos años. Y no podemos ir con las manos en los bolsillos. No podemos afrontar todo esto de cualquier forma. ¿Estás de acuerdo? Prepararse, tener las ideas claras y procurar un buen ánimo durante la travesía son fundamentales para el éxito. Porque esto va a ser muy largo y lo sabemos. Hay elementos clave para caminar de día y descansar de noche. A continuación tienes un avance de lo que podrás ver en el vídeo número 2 de la serie BUSCANDO EL NORTE. Aquí van cuatro de las ocho claves de estos vídeos, sacadas de la Carta de Santiago. Primera, tener fe y paciencia. Segunda, pedir sabiduría a Dios. Tercera, recordar nuestra alta dignidad y pequeñez. Cuarta, no echar la culpa a Dios. Realmente, la fe y Jesucristo nos pueden ayudar a vivir todo lo que estamos sufriendo ahora. Encontrar el Norte es motivo de esperanza. Dios está de tu lado. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser doble: primero, ver el vídeo 2 de la serie BUSCANDO EL NORTE. Son 3 vídeos. El Equipo de la web y un servidor lo hemos rezado, pensado y preparado con mucho cariño. ¡Dios quiera que os sirvan! Segundo, mirar y compartir la nueva sección VÍDEOS de la web con familiares y amigos. Te necesitamos para que estos mensajes puedan llegar y ayudar a mucha gente. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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21.4.20

Día 37

«El triunfo es fruto del consejo» Proverbios 24,6

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odos queremos ser sabios. Cuando pensamos esta serie de vídeos BUSCANDO EL NORTE, no pensamos en dar recetas mágicas que hicieran desaparecer los contratiempos. Ni sabemos ni podemos hacerlo. Los problemas forman parte de la vida. De hecho, a menudo el gran problema que podemos tener es no sabernos situar ante el problema. Por ejemplo: pensar que lo importante son soluciones que llamamos «prácticas». ¿A qué llamamos soluciones «prácticas»? Pues que nos den un resultado casi inmediato, sin demora y que solucionen todo el problema. Que a uno le den un trabajo, que esa relación se solucione de la noche a la mañana con una llamada, que esa medicina arregle toda su enfermedad… La realidad se impone y a veces es muy complicada. La realidad, a veces no nos gusta, es fea y desagradable. La intentaremos mirar con una perspectiva adecuada. Y es que, o aprendemos a convivir con la incertidumbre, o sufriremos más de la cuenta. Por eso, diría que si queremos ser sabios también tendremos que ser realistas. Dios nos quiere sabios, realistas y esperanzados.

¡Vale! Estoy de acuerdo. «A Dios rogando y con el mazo dando». De acuerdo del todo. Pero esta frase tiene dos acciones, y ambas son importantes. Rezar, pero actuar. Ahora bien, ¿has visto u oído esta frase al revés?: «Con el mazo dando y a Dios rogando». Pues esa es la otra perspectiva de la frase y la que me gustaría comunicarte hoy, para que tu mirada sea una mirada completa, de 360 º. Con este panorama, claramente la fe va a salvar vidas. Y en esta línea tenemos un tesoro que no podemos obviar: la Biblia. En verdad da claves para tener una mirada adecuada sobre los problemas, ayuda a adoptar una actitud positiva. La palabra es viva y eficaz, es luz para el camino y es una solución «práctica» en el mejor de los sentidos. Antes de continuar el camino que estamos haciendo juntos en esta crisis, me gustaría ayudarte a asumir todo esto. A veces hay problemas difíciles con soluciones fáciles, pero también hay problemas difíciles con soluciones difíciles. Así que a fortalecer el corazón y a equiparse tanto materialmente como anímica y espiritualmente. Buscaremos siempre el Norte y, en Dios, no quedaremos defraudados. Como decía más arriba, en la vida hay dificultades, y hay días de todo. Para mí, hoy ha sido uno de esos días; me ha salido un embolado que no nos ha permitido tener listo el vídeo para hoy. Ya está grabado, solo falta editarlo. Mañana lo compartiremos. Os avanzaría las otras 4 claves del total de 8, pero prefiero unificarlas con el vídeo. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser pensar cómo «aterrizar» a tu vida las claves del vídeo 2. ¡Dios quiera que os sirva! Segundo, mirar y compartir la nueva sección VÍDEOS de la web con familiares y amigos. Te necesitamos para que estos mensajes puedan llegar y ayudar a mucha gente. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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22.4.20

Día 38

«Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir» Jeremías 20,7

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odo parece en su sitio, seguro y bien puesto, hasta que hay un impacto y, como se dice coloquialmente, vivimos un «terremoto». Es decir, algo o alguien te sacude de tal forma, que sientes como que tu vida se remueve. Esa expresión se utiliza en positivo para expresar el principio de algo nuevo. ¿Te sientes movido a cambiar aspectos importantes de tu vida? Prioridades, criterios, maneras de ser y de hacer... ¿Te sientes llamado a tomar decisiones que cambien un poco, o mucho, tus esquemas? Jesús te dice «no temas». Reza y escucha. Si es de Dios, lo verás. ¿Cómo? Sería hacer lo que se llama discernimiento espiritual. Y hay unas claves a seguir para hacerlo bien. Entrar en esa dinámica de decisiones, yo he de reconocer que me ha cambiado en el último año. Para que veas: ya hace un año que no hago nada sin antes rezarlo. Si te interesa el discernimiento espiritual, envíame un correo y lo hablamos. Yo ahí lo dejo. En la vida, dejarse interpelar es de valientes. Hace bien y nos ayuda a vivir una vida más auténtica. Verás que, en el tercer vídeo, hay dos preguntas que cuestionan nuestra fe y nuestras obras. No tengas miedo: pregúntate y respóndete, sinceramente. Verás el norte más claro cuando despejes esa niebla a la que sin querer, a veces, nos habituamos. A continuación tienes un avance de lo que podrás ver en el vídeo número 3 de la serie BUSCANDO EL NORTE. Aquí van las otras cuatro claves de las ocho de estos vídeos, sacadas de la Carta de Santiago. Quinta, rezar y escuchar. Sexta, es la hora de la fe y de las obras. Séptima, fortalecer los corazones. Octava, poner en práctica todas las claves. Realmente, la fe y Jesucristo nos pueden ayudar a vivir todo lo que estamos sufriendo ahora. Encontrar el Norte es motivo de esperanza. Dios está de tu lado y la gente de buena fe, también. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: refrescar el escrito del día 37 para darnos cuenta que estas claves son «prácticas» y pensar cómo «aterrizar» en tu vida las ocho claves de esta serie de vídeos BUSCANDO EL NORTE. ¡Dios quiera que os sirva! Segundo, mirar y compartir la nueva sección VÍDEOS de la web con familiares y amigos. De verdad, te necesitamos para que estos mensajes puedan llegar y ayudar a mucha gente. Jesús puede cambiar vidas y ser el Norte que muchos necesitan. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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23.4.20

Día 39

«Mil años en tu presencia son un ayer que pasó; una vela nocturna» Salmo 90,4

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enía 16-17 años cuando a duras penas, por los entrenamientos de cada día, podía leer los libros de literatura Española, que en verdad me gustaban mucho; grandes clásicos como La Celestina, La Regenta, El Quijote… De todo lo que leí en ese 3º de BUP (solo algunos sabemos el significado de estas siglas, eh :), únicamente recuerdo que me impactara un texto. Fue una de las poesías de Jorge Manrique, de las Coplas por la muerte de su padre. «Recuerde el alma dormida,/ avive el seso y despierte/ contemplando/ cómo se pasa la vida,/ cómo se viene/ la muerte tan callando; (...)». ¿No os pasa como a mí con estos versos? ¡Que me invitan a vivir con los cinco sentidos y el alma bien despierta! Cuánta razón en esa expresión latina de vita brevis (la vida es corta) o la de la frase bíblica del Salmo 90 que nos acompaña. Y que continúa diciendo: «El hombre es como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca» (Salmo 90,5-6). Yo la sabiduría milenaria la quiero aprovechar, no dejaré que se escurra ni en mi mente ni en mi corazón, como se escurre el agua entre los dedos de nuestras manos. No. No dejaré que esas líneas queden en el olvido o en una conversación intelectual teniendo un café en la mano. Serán para mí, quedarán en mí. Y espero que en nosotros trabajen y echen raíz para dar un fruto abundante. Pero nuestro paso por esta maravilla que es la vida tiene como dos caminos, dos metas posibles. Tienen que ver con la moral, porque toda vida tiene que ver con la moral… Como dice el Salmo 1, precioso y bello como pocos: «Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos». Al inicio describe un camino y después dibuja el otro camino, el del justo. Cada uno juzgue las escenas que le vienen a la mente y el color de unas y otras. Y continúa, hablando de ese hombre dichoso: «Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin». Si quieres gozar más de este Salmo 1, como le dijo Dios a San Agustín, tolle et lege, «¡toma y lee!». Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: pensar en cómo te sitúas ante esos dos caminos que dibuja el Salmo 1. Segundo, si todavía no lo has podido hacer, mirar y compartir la nueva sección VÍDEOS de la web con familiares y amigos. De verdad, te necesitamos para que estos mensajes puedan llegar y ayudar a mucha gente. Jesús puede cambiar vidas y ser el Norte que muchos necesitan. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. Que sepas que si miras el Instagram de @parroquiesmontornes verás el anuncio de una Misa para los que han muerto en esta época. Será el sábado 25 de abril / 12h (hora de España) por el canal de YouTube que hemos abierto: Parròquies Montornès. ¡Aún estás a tiempo de escribirnos para que recemos por tus seres queridos que han muerto -por coronavirus, o no- durante estos días! Además, a partir del Domingo 26 / 12h celebraré y retransmitiré la Misa dominical en directo, por Instagram. ¡El Señor te espera, a ti y a tu familia! ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P.D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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24.4.20

Día 40

«No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí» Juan 14,1

S

eguimos con el texto de ayer, en el que nos acompañaba el gran poeta Jorge Manrique, con las Coplas por la muerte de su padre. Aprovechamos esas palabras tan cristalinas sobre la vida y la muerte, acogemos lo que quiso compartir. «Nuestra vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/ qu’es el morir; (...) allí los ríos caudales,/ allí los otros medianos/ e más chicos,/ allegados son iguales/ los que viven por sus manos/ e los ricos» (estr. III). Al llegar al mar (la muerte) son igual los ricos y los pobres. Todos morimos. ¿Pero ese es el final, The End, como vemos al acabar las películas? ¿Ya está, se acabó todo?

Mira cómo lo veía claro Jorge Manrique. Mira a quién encomendarse ahora y siempre. «Dejo las invocaciones/ de los famosos poetas/ y oradores;/ non curo de sus ficciones,/ que traen yerbas secretas/ sus sabores./ Aquél sólo m’encomiendo,/ Aquel sólo invoco yo/ de verdad,/ que en este mundo viviendo/, el mundo non conoció/ su deidad» (estr. IV). Dice que no se va a acordar aquí de los poetas y oradores paganos, que no creen en Dios, no se preocupa de sus ficciones. Solo se encomienda a Jesucristo, que mientras vivió en el mundo, el mundo no se dio cuenta de que era Dios. Te invito a que te preguntes. Sabiendo que un día vas a morir, ¿miras a ese mar o haces como que no está? ¿Has descubierto ya a Cristo Vida? «Este mundo es el camino/ para el otro, qu’es morada sin pesar;/ mas cumple tener buen tino/ para andar esta jornada/ sin errar./ Partimos cuando nascemos,/ andamos mientra vivimos,/ e llegamos al tiempo que feneçemos;/assí que, cuando morimos,/ descansamos» (estr. V). Qué grande saber que un día te podrás abrazar al Príncipe de la Paz, al Padre rico en misericordia, en su reino de felicidad eterna. Aquellos que habéis perdido algún familiar o amigo, recordad, como me gusta siempre decir en las exequias, que están en las mejores manos que pudieran estar, las de Dios. Su misericordia es eterna y su ternura, como la de una madre por su hijo. Que resuene fuertemente en nuestro interior la frase que encabeza hoy este texto, como un grito de consuelo y de esperanza: «No se turbe vuestro corazón, creed en Dios y creed también en mí». Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: primero, pensar en tanta gente que ha fallecido durante esta pandemia, y en sus familiares, y unirse a su dolor. Por un lado pedir por el eterno descanso de los que ya han partido y rezar a Dios para que consuele a sus seres queridos. Segundo, celebrar la Misa de mañana sábado 25 / 12:00h, que retransmitiremos por nuestro canal de Youtube. Celebraremos la fiesta de San Marcos, pero pediremos de forma especial por los Difuntos de esta época de pandemia. Será bilingüe, ya que hay hermanos latinoamericanos que nos siguen desde distintos países. Este es el link: https://youtu.be/8vQKCS3dfvs. ¡Comparte! No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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25.4.20

Día 41

«Todavía queda una esperanza para Israel» Esdras 10,2

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emos cumplido ya 40 días. Nunca mejor que ahora podemos decir que hemos vivido en cuarentena. Ha sido un confinamiento colectivo. Cuando repaso este largo camino, así a bote pronto, detecto dos hechos. Uno, que hemos vivido mucho juntos (aunque suena como una paradoja, pero ha sido así); y dos, que hemos vivido mucho de todo. En negativo hemos vivido: mucha enfermedad, soledad, muerte, dolor, frustración, temor, agotamiento, desorientación, preocupación… En positivo: mucho sacrificio, entrega, generosidad, agradecimiento, paciencia, comprensión, acompañamiento, unión, colaboración, respeto, solidaridad, profundidad, silencio, escucha, oración, reencuentro, perdón, fe, esperanza, caridad… Sin querer, y al acabar de escribir esta lista, me he dado cuenta de que de forma natural ha salido más extensa la segunda que la primera. Aunque, naturalmente, si a uno le ha tocado trabajar en los hospitales o le ha tocado la muerte de cerca, se verá más reflejado en la primera. Pero querría destacar que a nivel humano, en las situaciones que llamamos ‘críticas’, ‘extremas’ o ‘límite’, sale lo peor o lo mejor de cada uno. Y, sinceramente, pienso que después de observar durante mes y medio el comportamiento de la humanidad, ha quedado claro que en el origen, Dios creó todo bueno. También al hombre. Pero, ya mirando más allá, me gustaría que nos hiciéramos una pregunta: ¿Realmente solo esperamos a que pase todo esto para volver a la vida de antes? Sinceramente pienso que, si como sociedad actuamos así, no habremos comprendido nada. Que si deseamos la desescalada y salir a la calle como una manada de ñus, y con la obsesión de recuperar el tiempo perdido, como si nos hubieran robado, no habremos comprendido nada. Como familia, como sociedad, como humanidad, tenemos una cita con la historia. Una doble cita. Una, con la historia presente, y, otra, con la del futuro. ¿Qué les vamos a dejar como herencia a las generaciones futuras? Esas van a ser herederas de lo que todos, de una forma u otra, les dejemos. Tenemos una llamada a reflexionar (ahora lo tenemos hasta más fácil :), a ordenar nuestros sentimientos y pensamientos para hacer un «recalcular». Como cuando vamos en coche y el GPS dice «recalculando». Hay que repensar nuestro mundo y recalcular nuestra vida. ¿Por dónde empezar? Pues yo diría que por lo que está al alcance de cada uno: por tu propia vida y círculo de relaciones. Mañana más sobre este tema de «recalcular» todo. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: primero, pensar un poco en qué tengo que recalcular en mi vida. Segundo, celebrar la Misa de mañana Domingo 26/12:00h por las redes; si quieres, conmigo, que retransmitiremos por Instagram (parroquiesmontornes). ¡Comparte! No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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26.4.20

Día 42

«Puedo acompañarlo. Conozco todos los caminos» Tobías 5,10

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n el escrito anterior te animaba a intentar buscar soluciones en lo que es tu vida personal y tus relaciones, en lo que llamaríamos «tu mundo». Habrá quien, por responsabilidad civil o religiosa, tendrá que tomar decisiones que afecten a miles o a millones de personas. Tú y yo tenemos la tarea sobre nuestra propia vida: vocación, prioridades, opciones de vida, relaciones personales, laborales, economía… Pero siempre nos vienen bien las ayudas, y más si son de expertos. Hoy nos puede servir la siguiente escena, con la que estamos tan familiarizados.

Llegas al coche, pones en el Maps la ubicación, y a funcionar. Esta operación la hacemos de forma habitual y automática, ¿verdad? Es curioso saber cómo funciona eso que nos guía para ir a los sitios y que estamos tan acostumbrados a utilizar, el tan famoso GPS. Su nombre largo es Sistema de Posicionamiento Global, y requiere de 24 satélites, que están a unos 20.000 km de altura, distribuidos en órbita sobre la Tierra. Esto nos da muestra que tener perspectiva es clave para saber dónde ir y cómo ir. Ciertamente nos ha facilitado muchísimo la movilidad. Pero ¿no te ha pasado que a veces no has hecho lo que te decía el gps o porque has querido ir a la tuya o porque te has equivocado? A mí sí. Entonces el GPS (que es muy listo), rápidamente se pone a recalcular la ruta y busca un camino alternativo para hacernos llegar al destino correcto. Ciertamente, a lo largo de un trayecto por carretera, surgen imprevistos en forma de accidentes o atascos. Y yo no sé si te pasa a ti, pero un atasco personalmente es de las cosas que me altera. Pero, a veces, me da por pensar y reflexionar sobre temas interesantes. Pienso que ahora estamos en ese punto. Para encontrar la ruta más adecuada te voy a compartir un secreto. Pero ese secreto es relativo, porque lo descubrieron hace 2.000 años. Para recalcular la ruta, Dios puede ser nuestro mejor GPS. Él nos puede dar las mejores indicaciones para llegar bien, y sanos, a nuestro meta, que es el cielo y la vida eterna junto a Él. Dios nos quiere ayudar, primero, a llegar al destino correcto; y, segundo, a llegar san(t)os a ese destino. Pienso que es tarea de cada uno vivir esta situación tan accidentada para encontrar ayuda en quien sabemos nunca nos va a fallar. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: rezar y pensar hasta qué punto está siendo Dios mi GPS en la vida. Mañana por la noche tendremos el vídeo 1 de la serie ANCLADOS. Recordad: 5 vídeos, de 5 minutos para 5 perfiles. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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27.4.20

Día 43

«Tenemos como ancla del alma una esperanza segura y firme» Hebreos 6,19

L

as verdades que cuentan, los grandes principios, al final, quedan en dos o tres. Son los que te enseñó tu madre de pequeño». Esto escribía Enzo Biagi, mítico periodista y escritor italiano. Es verdad, cuántas cosas hemos aprendido en la vida: por haber leído muchos libros, escuchado a gente sabia, de nuestros viajes, de múltiples experiencias. Sin embargo, existe una especie de estrella polar que brilla siempre en las noches del alma, sobre todo cuando has perdido el rumbo y no sabes qué hacer ni qué decisión tomar. Es lo que tu madre te enseñó de pequeño, de palabra o con el ejemplo. Personalmente pienso que mis padres me han enseñado muchísimo, hasta de palabra. Pero, ciertamente, si destilas esas enseñanzas quedan en dos o tres principios de los que emanan el resto. ¿Esto mismo pueden reconocerlo los jóvenes de hoy? ¿Los padres saben y quieren enseñarles los «dos o tres grandes principios» que quedan grabados en la conciencia? Es una pregunta que dejo flotando para mis queridos lectores, con su carga de suspensión y duda. Pero en la vida podemos seguir aprendiendo hasta el final. No me refiero a un aprender esos grandes principios, sino a un aprender a adaptarnos. Recuerdo que algo que me enseñó mi padre fue que la persona inteligente se intenta adaptar a los cambios.

Empezamos una serie de 5 vídeos de 5 minutos sobre 5 perfiles, titulada ANCLADOS. Quiere ser un ayuda para vivir mejor distintas situaciones de sufrimiento. Porque el sufrimiento llega y no podemos cambiarlo, pero sí podemos escoger cómo vivirlo. Hay situaciones personales que son como un temporal en alta mar. Allí necesitamos esa estrella polar, para no perder el norte, y un ancla que nos ayude a sufrir y a resistir el temporal. Estos vídeos los hemos pensado, rezado, madurado y hablado con los miembros del Equipo de la web. Si quieres saber más, ya hoy te ofrezco el primero de ellos. Por favor, comparte este escrito y/o la sección de ‘VÍDEOS’ porque hay muchas personas que se han quedado en el paro. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: ver el VÍDEO 1 y compartir este escrito con tu gente, crean o no, estén en paro o no. Todos nos necesitamos. Además, colgaremos un apartado de apoyo específico para cada perfil, síntesis de Fe y Psicología. Además, lo he dialogado con psicólogos, médicos y otros sacerdotes, expertos en cómo afrontar estos temporales y acompañar a las personas. Espéralo y verás. Pienso que te va a ayudar. Durante el día de mañana ya lo tendremos en la sección VÍDEOS. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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28.4.20

Día 44

«El amor no pasa nunca» 1 Corintios 13,8

E

staba leyendo sus Obras completas, un libro realmente muy interesante, como no sé hacer de otra forma, con un lápiz en la mano para subrayar. Me faltó tiempo para marcar, como si hubiera encontrado el tesoro, esa sublime frase que dice así: «No basta amar a los niños, es preciso que ellos se den cuenta que son amados». Esta, como otras mil grandes sentencias más, es de un grande de la pedagogía: San Juan Bosco. Él es el fundador de los salesianos, cuyo carisma fue el de educar a los niños y jóvenes más desfavorecidos. Este nombre es en honor del que fuera obispo de Ginebra, san Francisco de Sales, conocido por su gran amor y bondad. No estará de más darle alguna vuelta a esta frase, a mi modo de ver, genial. Él habla en concreto de los niños, pero es aplicable a cualquiera. Ciertamente, no basta con amar. Aquí lo fantástico de esta frase es que «es preciso que ellos se den cuenta». Dicho de otro modo, que no basta con amar, el otro tiene que poder notar que se le ama. En estos días, muchos estáis descubriendo un nuevo modo de miraros, escucharos, hablaros, relacionaros y, también, de amaros. Estoy convencido de que muchos habrán avanzado en el amor y eso es un motivo de esperanza. Porque donde hay amor crece la esperanza. Y como es bueno dejar que crezca el amor y la esperanza en nosotros, te invito a que nos hagamos juntos esta pregunta: ¿los otros realmente pueden notar que les amo? El amor es creativo, así que ¡a crear! Para acabar, la propuesta de hoy va a ser doble. Primero, leer unos versículo del famoso texto de san Pablo sobre el amor 1 Co 13,4-7. Segundo, mirar el motivo de gozo y el propósito de mañana, que toca el área de la fraternidad. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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29.4.20

Día 45

«A ti levanto los ojos, a ti que habitas en el cielo» Salmo 123,1

A

yer tuvimos una grandísima noticia. ¡A partir del lunes 11 de mayo podremos volver a celebrar la Misa! Y la primera Misa dominical va a ser el Domingo 17. Por todo ello, muchos ya estamos contando con los dedos los días que faltan. Es cierto que van a surgir muchos interrogantes sobre cómo celebrar y comulgar en estas circunstancias; pero tranquilos, daremos las indicaciones a medida que se acerquen esas fechas. Lo que está claro es que nadie nos puede quitar ese gozo que ya tenemos viéndonos en esos días. De hecho, ya estoy pensando en cómo prepararnos durante la semana previa. Porque después de un ayuno eucarístico tan extraordinario, la vuelta también tiene que ser extraordinaria. ¿No os parece? Esta es una expresión muy significativa. A Jerusalén no se va: se sube. Geográficamente es así: su altitud ronda los 800 metros. Pero la expresión «subir a Jerusalén» está cargada de un profundo sentido espiritual. Jerusalén es la Ciudad Santa por excelencia, el centro del mundo, la esposa de Dios, madre de todas las naciones. Los israelitas peregrinaban tres veces al año al encuentro del Señor en su templo, cantando los quince salmos «de las subidas» (Salmos 120-135). También Jesús enseña a los apóstoles la importancia de este «subir a Jerusalén»: allí tendrá lugar su entrega suprema a la voluntad del Padre. Los que venís a Misa a la parroquia de Sant Sadurní no os costará nada visualizar esto «de las subidas». Otra cosa es que las hagáis cantando… En verdad nosotros también podemos decir que a nuestra parroquia no se va: se sube. ¿Estamos de acuerdo? :) Para los cristianos, la resurrección de Jesús ha abierto las puertas de otra Jerusalén: no ya la actual de piedra, sino «la de arriba». A esa «Jerusalén del cielo», nueva Jerusalén, encaminamos nuestros pasos. Nuestra esperanza está en el Señor. Por eso podemos decir con el Salmo 123: «A ti levanto los ojos, a ti que habitas en el cielo». Para acabar, la propuesta de hoy va a ser «echar un ojo» a todos o a alguno de esos quince salmos llamados «de las subidas», es decir del Salmo 120 al 135. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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30.4.20

Día 46

«Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato» Salmo 90,12

H

abía un famoso rabino polaco del siglo XIX llamado Hofez Chaim. Un hombre vino de lejos a hacerle una consulta y se quedó sorprendido porque en la casa del rabino solo había libros, una mesa y una silla. ¿Dónde están tus muebles?, le preguntó. Y el rabino contestó: «Y los tuyos, ¿dónde están? «Yo solo estoy aquí de paso». «También yo», repuso el rabino. Este apólogo judío nos trae una enseñanza: estamos de paso. Pero en este texto llama especialmente la atención, por su simbolismo, el significado de los muebles. ¿Cuáles son tus «muebles»? Estamos de paso y lo sabemos, pero a veces miramos para otro lado. Es sabio quien aprende a decir convencido: «Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato». Poder mirar serenamente a ese horizonte da paz, pero para poder hacerlo se necesita tener una relación con lo material muy desasida (muy desapegada) y creer que la muerte no es el final de todo, sino el paso hacia la otra vida, la segunda parte de nuestra vida.

La muerte es como una puerta. Al pasar por ella entraremos en el Reino de Dios, que será estar en el cielo, estar en casa. Como dice Jesús: «En la casa de mi Padre hay muchas moradas (...) Cuando vaya y os prepare un lugar, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros». Los cristianos creemos eso. ¿Lo crees tú? Para acabar, la propuesta de hoy va a ser leer el capítulo 14 del Evangelio según san Juan (Juan 14). Son 31 versículos que se leen en 2 min. Después ya es cosa tuya si quieres meditarlos un poco. Quédate allí donde sientas que hay algo para ti y descansa en aquella palabra o frase. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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1.5.20

Día 47

«Quien ama a Dios, ame también a su hermano» 1 Juan 4,21

E

n estos días la cifra de muertos se ha reducido considerablemente ya, pero han muerto demasiadas personas. A todos nos ha tocado de cerca, seguro, por familiares, amigos o conocidos. Y se ha derramado mucho desconsuelo y frustración. Todos vamos a tener que apoyar a esos familiares o amigos. O vas a tener que dejarte apoyar, si te ha tocado a ti. Pero todo a su tiempo. En estos casos es bueno no tener prisa y respetar el ritmo de cada uno. Porque el duelo cada uno lo vive, y más en estas circunstancias, como puede.

Cuando la vida duele, puede costar tener y mantener la esperanza. Bien sabemos que el dolor forma parte de nuestra vida, pero cuesta vivirlo bien. Como a veces también cuesta tener esperanza. Pero todos necesitamos tener esperanza -más grande o más pequeña-, que día a día nos mantenga en camino. Qué iluminadoras son las palabras del Papa emérito Benedicto XVI, de su encíclica Spe salvi: «Solo el amor de Dios nos da la posibilidad de perseverar día a día con toda sobriedad, sin perder el impulso de la esperanza, en un mundo que por su naturaleza es imperfecto» (núm. 31). Saber que el Señor de la vida nos ama y nos quiere vivos es un estímulo para seguir levantándonos cada mañana con la ilusión, aunque sea pequeña, de un nuevo día para mucho. Porque mucho todavía se puede vivir: amar, cantar, llorar, escuchar, hablar, pasear, crear, construir, contemplar… Sé que, cuando la vida duele, uno lo ve casi todo en blanco y negro, no de color. Uno pierde el brillo en los ojos y ya no ve poesía en nada, pero cuando pase eso, además de acudir a Dios, es bueno levantar la mano y pedir ayuda a alguien que te pueda ayudar. Y siempre hay personas buenas con ganas de ayudar. Siempre hay almas dispuestas a compartir el amor que uno necesita. Búscalas, que están, y verás cómo, la vida cuando duele, compartida, duele menos. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser ver mañana sábado por la mañana el material del apoyo -que llamamos ‘ancla’, que habremos colgado en la sección de VÍDEOS de la web. Como hemos tenido un problema -en la vida salen contratiempos-, también el Vídeo 2 sobre «Los que han perdido algún ser querido en estos días», saldrá mañana sábado 2. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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2.5.20

Día 48

«Y las abrazó» Rut 1,9

A

veces pasa que en los mercados se encuentran ofertas increíbles, que a uno le hacen abrir los ojos como platos y parpadear dos veces. Pues hay un libro entre los 73 que tiene la Biblia, con el que pasa algo parecido. Se trata del libro de Rut. Sin reyes, ni héroes, ni guerras. Sin templo, ni milagros, ni sacerdotes. Sin profetas, ni maestros, ni sabios. ¿Qué es lo que hace de este libro una joya literaria y bíblica? Su acción habla de los hechos de la vida ordinaria entre las gentes de un pequeño pueblo, Belén. El encanto de la historia de Rut nos descubre que lo esencial de la vida está en las cosas pequeñas, en las decisiones de cada día, en la fidelidad a los que amamos y nos aman. Esta mujer, con una vida muy dura pero apasionante, nos acerca una historia que, de forma espontánea, despierta el cariño y la ternura en el lector. La narración, de solo cuatro capítulos, que presenta a dos mujeres luchando por subsistir, se convierte en una historia ejemplar muy rica en contenidos. De él hablaré en otro escrito, pero ahora querría destacar un aspecto que aparece justo al principio del relato y que llama mucho la atención. Noemí, una de las dos protagonistas, primero se queda viuda y, después, mueren sus dos hijos. Pero la desgracia y la amargura no tuvieron la última palabra. La figura de Rut aparece como una gran estrella, porque brilla con luz propia. Sus decisiones para con su suegra son absolutamente admirables. Los que han perdido algún ser querido en estos días se podrán sentir muy identificados, seguro, con esta narración y alguno de sus personajes. En el duelo es bueno buscar el norte y estar bien anclados para sufrir y resistir ese temporal, como hicieron Noemí y Rut. En el Vídeo 2 de la serie «ANCLADOS» te comparto alguna clave para vivir mejor el duelo, por si te pueden servir, ahora o algún día. Primero, expresarse. Segundo, encontrar apoyos. Tercero, escribir. Y cuarto, elevar una oración. En el vídeo lo verás todo desarrollado. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser doble: primero, mirar el VÍDEO 2 sobre «Los que han perdido algún ser querido en estos días». Además, ya tienes disponible el material de apoyo, en la sección de Bienestar emocional de la web. Y segundo… Celebrar mañana el Día del Señor, domingo, participando desde casa de la Misa de 12 h que retransmitiremos en DIRECTO por Instagram (@parroquiesmontornes). No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Me encantaría, si quieres, que me escribieras y me compartieras cómo te sientes y qué te preocupa de esta situación. Si puedo, te ayudo. Evidentemente, no se publicará en ningún sitio; puedes hacerlo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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3.5.20

Día 49

«Ojalá escuchéis hoy su voz» Salmo 94,7

E

l móvil, la radio, la tele, YouTube, canciones, vídeos, series, pelis, noticias, avisos, mensajes… Buuuuuuffff. ¿Te suena? Como un bombardeo te llegan centenares de mensajes que reclaman tu atención. O por inercia lo abrimos todo o, ya saturados, no abrimos nada. Muchas «voces» que pueden hacernos sentir ya un poco o muy saturados de información. Pero ni debemos dejarnos llevar por la inercia ni por el agobio. Es muy bueno, y en eso estamos todos, aprender a discernir qué voces merecen nuestra atención. Porque oímos muchas voces, pero no tenemos que escucharlas todas. Y entonces, pues, te podrías preguntar: ¿y cuáles debo escuchar?

Te propongo tres pasos. Primero, desconectar un poco. Se trata de alejarse un poco de tantas voces, buscar el silencio. ¿Cómo? Dejando el móvil cargando durante 1 hora y olvidarte de él, dar un paseo, contemplar una flor, mirar el horizonte o las nubes del cielo, o sus estrellas… Segundo, conectar. ¿Conectar con quién? Con la voz de Dios. Recuerda que si estás bautizado, Dios habita en ti: están en ti el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Pero ahora, quien nos susurra al corazón, en nuestro interior, a nuestro espíritu, es el Espíritu. Jesús se sigue comunicando por medio de Él. Pero te puedes preguntar, ¿y cómo conecto con esa voz de Dios? Tercero, rezando con la Palabra. Desconectar y buscar el silencio no es rezar, pero hacerlo te conectará con la voz que te interesa, la de Jesús. Él nos dice: «Escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo Pastor» (Jn 10,16). Dios nos habla en la Palabra, en la Biblia, pero sobre todo nos interesa leer los Evangelios. Así que te propongo leer dos textos. Releer el evangelio de este domingo IV de Pascua alguno de los primeros días de la semana, y leer el del próximo domingo V cuando se acerque el final de la semana. Jesús es el Buen Pastor. Jesús es el camino, la verdad y la vida. ¡Tan buenas noticias tienes que oírlas! «Ojalá escuchéis hoy su voz: ‘No endurezcáis el corazón’» (Salmo 94,7). Para acabar, la propuesta de hoy va a ser una NOVEDAD: hacer un vídeo juntos de María y para María. Puede ser una maravilla. ¡Venga! Puedes ser de la parroquia o no, de Montornès o no, da igual. Quien quiera, participa. Si quieres participar… Plazo 1: hasta el martes 5 a las 12 h para mandar un correo a santsadurni534@bisbatdeterrassa.org diciendo «Yo me apunto al vídeo de María». Plazo 2: te mandaremos un correo diciéndote la palabra o frase que te toca y te grabas 5 o 10 segundos y reenvías ese vídeo, máximo hasta el viernes 8 a las 12 h. Nosotros nos encargaremos del resto. Te adjuntaremos un documento para que des conformidad a los derechos de imagen. El sábado lo colgaremos en nuestra web y en el canal de YouTube de Parròquies Montornès. Seguro que quedará muy bien. Y sin vergüenza, va… ¡Participa! No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Te recordamos que están los Vídeos de ANCLADOS y un material de apoyo. ¡Échale un ojo a los dos! Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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4.5.20

Día 50

«La sabiduría es un tesoro inagotable para los hombres» Sabiduría 7,14

A

rthur Schopenhauer, filósofo alemán del siglo XIX, en su libro Parábolas, aforismos y comparaciones dice lo siguiente: «Vista por los jóvenes, la vida es un futuro infinitamente grande; vista por los viejos, es un pasado muy breve». Quizá por su pesimismo existencial, él estaba convencido de que ambos se equivocaban, porque la vida, por larga o breve que parezca, es siempre una carga que hay que llevar. Sin embargo, como contrapunto a la actitud de ese filósofo, encontramos una mirada bien distinta respecto de viejos y jóvenes. «El ejemplo de los mayores es como una alforja para el joven caminante». Este es un aforismo egipcio, que transmite sabiduría ancestral, y habla de una herencia que no es la herencia material por la que frecuentemente se pelean los hijos. Sin embargo, está en juego un gran tesoro: el legado de enseñanzas, ejemplos y valores de nuestros padres, abuelos, bisabuelos... Es ésta la alforja colmada que el joven tendría que llevar consigo por el camino de la vida. Habrá escépticos que piensen que hay pocos padres o abuelos hoy en día capaces de poder o de querer dar una alforja así. Y también que no habrá hijos o nietos dispuestos a abrir sus mochilas de última moda para coger cosas que consideran pasadas de moda y retrógradas. Pese a ello, espero -y así lo creo- que haya ancianos que puedan y quieran dar algo verdadero, justo y hermoso; y que haya hijos y nietos que no estén «atontados» por el orgullo o prejuicios, sino que sean sensibles a voces distintas de las suyas. En una época en la que los padres y sus hijos van a necesitar tanto de los abuelos, se antoja muy necesaria esa sensibilidad por acoger con afecto, calor y amor todo lo que éstos van a dar. Como en el vídeo de hoy hablo del perfil de los «Abuelos cuyos hijos han perdido el trabajo», os acerco las claves que comparto allí. Primera, la importancia del cuidado mutuo. Segunda, ante el dolor, acompañamiento. Tercera, los abuelos necesitan el afecto, el calor y el amor de sus hijos y nietos. Y cuarta, la necesidad de aumentar la FE para estar más fuertes, la ESPERANZA para tener más vida y la CARIDAD para amarnos y acompañarnos más y mejor. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser ver el VÍDEO 3. El material de apoyo 2 y 3 llega esta semana (en Vídeos y/o Bienestar emocional). Ayer os explicaba que vamos a hacer un vídeo juntos de María y para María. Si bien el plazo para apuntarse era hasta mañana, martes 5 a las 12h , ¡ya no tenemos más capacidad! Tenemos 38 maravillosas familias que nos han enviado su confirmación e interés en participar. ¡A todos ellos, muchísimas gracias! ¡Contamos con vosotros! Si te has quedado fuera, pronto haremos más propuestas para que puedas participar :) Y si ya te has apuntado, te mandaremos un correo diciéndote la palabra o frase que te toca para que te grabes de 5 o 10 segundos y reenvíes ese vídeo, máximo hasta el viernes 8 a las 12h. Nosotros nos encargaremos del resto. Te adjuntaremos un documento para que des conformidad a los derechos de imagen. El sábado lo colgaremos en nuestra web y en el canal de YouTube de Parròquies Montornès. Seguro que quedará muy bien. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Te recordamos que están los Vídeos de ANCLADOS y un material de apoyo. ¡Échale un ojo a los dos! Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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5.5.20

Día 51

«Quien permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él» 1 Juan, 4,16

L

levamos juntos ya más de 50 días de confinamiento. ¡Quién me iba a decir, cuando empezamos este diario, que iban a ser tantas las páginas escritas! Echando la vista atrás, uno ve cómo juntos hemos compartido un largo recorrido, cada uno desde su casa. Siento, como pasa en algunas películas, que ha habido centenares de historias que se iban dando de forma paralela y que en determinados momentos esos actores se conocían y protagonizaban escenas de encuentro. Estoy absolutamente seguro de que Dios, como tú o yo cuando vemos esos films y sonreímos al ver que se conocen ese o aquel otro personaje, Él sonreía y, de hecho, nos bendecía como solo Él sabe hacer.

Este diario es el DIARIO DE LA ESPERANZA, y tiene, como característica fundamental, que no se focaliza en el pasado, sino en el presente y el futuro, para ayudar a vivir todo esto mejor. Así que, en este y los dos escritos siguientes, voy a ir al origen de este diario: la esperanza. Esta pequeña excursión la vamos a hacer de la mano del Papa Benedicto XVI y de su exhortación Spe salvi -Salvados en esperanza-, escrito de cabecera para este proyecto del Diario. Veremos juntos lo que él llama «lugares» de aprendizaje y ejercicio de la esperanza. Una auténtica delicia. Hoy empezamos por «La oración como escuela de la esperanza». Lo único que voy a hacer es ponerte platos exquisitos y presentártelos, para que después tú, los saborees con calma. De verdad, hace tiempo, que no leo nada tan bueno como esto: Spe salvi, 32-34. Te explica que cuando ya nadie te escucha, Dios todavía te escucha; que cuando ya nadie puede ayudarte, Él puede. Te explica cómo vivió la situación de desesperación, aparentemente total, el inolvidable cardenal vietnamita Nguyen Van Thuan, en la cárcel durante trece años. Aparece san Agustín en escena -y por ello nos ponemos en pie, aunque a él no le gustaría nada- y, como el mejor maestro, nos enseña que el corazón humano, para recibir a Alguien tan grande, necesita ser ensanchado y purificado. Purificado porque, si quiere recibir miel, necesita liberarse del vinagre, para así abrirse a Dios y a los demás, como se merecen. Pero vemos cómo el hombre, para ello, ha de purificar sus deseos y esperanzas. Al final, debo confrontar mi yo con Dios, siendo así una experiencia muy personal y renovadora. Y esa purificación nos va haciendo capaces para acoger a Dios y servir a los hombres, con lo que nos hacemos capaces de la gran esperanza y nos convertimos en servidores de la esperanza para los demás. Para acabar, la propuesta de hoy, como no podía ser otra, va a ser: leer y saborear esos tres puntos de la Spe salvi 32-34 . Para qué te voy a poner la miel en los labios, si la puedes tomar tú, ¿verdad? No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Te recordamos que ya hay 3 Vídeos de la serie ANCLADOS en nuestra sección dedicada a estos. ¡Échale un ojo a todos! Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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6.5.20

Día 52

«Hermanos, no os canséis de hacer el bien» 2 Tesalonicenses 3,13

C

ontinuamos la reflexión del escrito de ayer, de la mano del Papa Benedicto XVI y de su exhortación Spe salvi -Salvados en esperanza-. Vemos juntos lo que él llama «lugares» de aprendizaje y ejercicio de la esperanza. Todos estos números son oro puro. Como os decía, hoy he acabado con la misma sensación, hacía tiempo, que no leía nada tan bueno como esto. Hoy vemos «El actuar y el sufrir como lugares de aprendizaje de la esperanza» (Spe salvi, 35-40). Empieza fuerte cuando afirma que toda actuación seria y recta del hombre es esperanza en acto, ya que tratamos de sumar para nuestro porvenir y el del mundo entero. Nos advierte que si no podemos esperar más de lo que las autoridades políticas o económicas nos ofrezcan, nuestra vida se ve abocada a la desesperanza. Pero saber que podemos esperar en el futuro que nos abre Dios, hace que podamos tener ánimo para actuar y continuar. Nuestro obrar no es indiferente para Dios ni para el desarrollo de la historia. Él espera lo que solo tú puedes dar, ya que de nuestro obrar puede brotar esperanza para nosotros y para los demás. Y como ejemplo, el de los santos, con su gran contribución a la salvación del mundo. Ellos nos enseñan que podemos liberar nuestra vida y el mundo de las intoxicaciones y contaminaciones que podrían destruir el presente y el futuro. Cómo no, la realidad del dolor y del sufrimiento es un tema siempre actual, porque está siempre presente (núms. 36 y 37). Dice que conviene ciertamente hacer todo lo posible para disminuir el sufrimiento, pero sin olvidar que cuando llega puede ser ocasión de madurar y encontrar un sentido, sobre todo si lo hacemos abrazados a Cristo. Es espectacular la breve referencia que hace a una carta del mártir vietnamita Pablo Le-Bao-Thin, en la que resalta la transformación del sufrimiento mediante la fuerza de la esperanza que proviene de la fe. En una carta «desde el infierno» dice: «En medio de esta tempestad echo el ancla hasta el trono de Dios, esperanza viva de mi corazón…» En los puntos 38 y 39 explica la palabra latina con-solatio (con-solación) y cómo la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Así, si vivimos en cristiano, el sufrimiento del otro no me puede dejar indiferente, porque éste llega a ser también mío. Por ello, hoy más que nunca, esta encíclica papal tiene una actualidad y una fuerza tan desbordantes, que me atrevo a decir que es «dinamita pura» para nuestra vida, la de nuestra Iglesia y la de la sociedad. ¿Quién, al leer esto, se puede quedar sentado sin actuar? Si todos viviéramos esto, el mundo cambiaría mañana mismo. Necesitamos escritos así para preferir el bien a la comodidad, sabiendo que, precisamente, así viviremos realmente la vida. Al final, ¿qué quiero, sufrir por amor al bienestar, a la carrera, a la posesión, o sufrir por amor al bien, a la verdad y a la justicia? Acaba preguntándonos si no sería sensato también para nosotros encontrar en las contrariedades de la vida un sentido y contribuir a fomentar el bien y el amor entre los hombres. Para acabar, la propuesta de hoy, como no podía ser otra, va a ser: leer y saborear poco a poco esos seis puntos de la Spe salvi, 35-40. Pienso que nos va a venir bien repasar el texto de ayer para tener la foto más completa. Como te decía ayer, para qué te voy a poner la miel en los labios, si la puedes tomar tú, ¿verdad? No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Te recordamos que ya hay 3 Vídeos de la serie ANCLADOS en YouTube. ¡Échale un ojo a los tres! Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)



7.5.20

Día 53

«Yo seré Dios para él, y él será para mí hijo» Apocalipsis 21,7

T

omen asiento, pónganse cómodos, pasen y vean. Hoy acabamos la excursión que empezamos en los dos escritos anteriores, de la mano del Papa Benedicto XVI y de su exhortación Spe salvi -Salvados en esperanza-. En los «lugares» de aprendizaje y ejercicio de la esperanza, hemos visto la oración y el actuar y el sufrir. Hoy vemos «El juicio como lugar de aprendizaje y ejercicio de la esperanza». Esta tercera etapa la hacemos con Spe salvi, 41-48.

Fiodor Dostoievski es unos de los escritores más grandes de la literatura rusa de todos los tiempos. En su novela Los hermanos Karamázov, protesta contra la creencia de que todos, indistintamente, irán al cielo. Al final, los malvados, en el banquete eterno, no se sentarán indistintamente a la mesa junto a las víctimas, como si no hubiera pasado nada. Está claro que Dios es misericordia, pero ¿podría premiar igual al que ha dedicado su vida a hacer el bien y pelear por la justicia, que al que la ha dedicado a hacer el mal y extender el terror? La imagen del Juicio, aunque pueda inquietar, no debe dar miedo, sino que debe exigir responsabilidad, que es distinto. Y esa responsabilidad, bien vivida, produce esperanza por las promesas de vida eterna y de felicidad sin igual. «Tome asiento, póngase cómodo, pase y vea». Así me lo explicaba un amigo. Al final, el Juicio va a ser como ver la película de tu vida, en toda su verdad y nitidez. Y aunque uno se pueda poner las manos a la cabeza, tranquilo, siempre estamos a tiempo de rectificar y pedir perdón. Pero mejor hacerlo antes de que llegues a ver esa película… De ahí la gran noticia que es el sacramento del Perdón y la Reconciliación. Hasta el último suspiro Dios nos estará esperando para derramar su misericordia ante quien humildemente y conmovido, se le acerca para levantar su mano pidiéndole perdón. Ahí sí, Él, con ternura de madre, nos abraza. Siempre. Por eso el Juicio (y la Confesión) es un lugar de esperanza. En verdad, seríamos ilusos si dividiéramos la humanidad en santos o malvados; o la vida, después de la muerte, en cielo o infierno. En realidad, hasta un agnóstico o ateo ve claramente una «clase media». Y para esa gran mayoría de mortales, que hacemos lo que podemos, con más fallos que aciertos, anima mucho saber que nuestra inmundicia no nos ensucia del todo y para siempre, si permanecemos orientados a Cristo, a la verdad y al amor. Acabamos con una evidencia: la humanidad es más humana cuando vive unida. Desde esa postura, vemos claramente que nuestra esperanza es siempre y esencialmente, también, esperanza para los otros; solo así será realmente esperanza también para mí. Serás solidario si te haces esta pregunta: ¿Cómo puedo yo salvarme? Pero seguida de ésta: ¿Qué puedo hacer para que otros se salven y para que surja también para ellos la estrella de la esperanza? Si lo hacemos así, habremos hecho que la tierra brille un poco más. Para acabar, la propuesta de hoy, como no podía ser otra, va a ser: leer y saborear esos tres puntos de la Spe salvi, 41-48. Pienso que nos va a venir bien repasar el texto de ayer para tener la foto más completa. Como te decía ayer, para qué te voy a poner la miel en los labios, si la puedes tomar tú, ¿verdad? No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

P. D.: Te recordamos que ya hay 3 Vídeos de la serie ANCLADOS en YouTube. ¡Échale un ojo a los tres! Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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8.5.20

Día 54

«Ahí tienes a tu madre» Juan 19,27

L

a foto de hoy pienso que es digna de ser ampliada y contemplada. Se trata de un grafiti de la Virgen hecho sobre la pared de una calle cualquiera. Es una imagen preciosa. Tiene dos detalles especiales y simpáticos. Primero, que está guiñándote el ojo. Señal de complicidad. ¿Qué madre no le ha hecho ese gesto a sus hijos para reírse o transmitir confianza y fuerza? Tanto si es que sí como que no, la Madre de todos mantiene siempre esa actitud de complicidad con todo el que acude a ella. Segundo detalle, lleva pintado el símbolo de Supermán. Y es que, en verdad, es La Superwoman, la Súper Mujer. Nadie como ella jamás. Si Supermán acude para ayudar a quien lo necesita, lo mismo hace María, acude a nosotros cuando lo necesitamos. Aunque ojo… No pensemos que tiene poderes mágicos, porque ella ni es Dios ni es un personaje de cómic. Simplemente Ella, que ya está en el cielo al lado de Jesús, pide a su Hijo por nosotros. Si las buenas madres intentan ayudar a sus hijos, ¿qué no hará María por nosotros? Así es ella: bondadosa, fuerte, humilde, dulce, sabia, lo tiene todo. De hecho, en la Biblia, encontramos que «un amigo fiel no tiene precio» (Eclo 6,15). Pero podríamos decir esto también de las madres: «una buena madre no tiene precio». ¿No te parece? Quien ha tenido una buena madre es afortunado, porque ha tenido dos madres en verdad, esa y nuestra Madre del cielo. Quien no la ha tenido, pues tiene «solo» una, la del cielo, que no es poco.

Todos los católicos, o los que vivimos en países de tradición mariana, tenemos una historia con la Virgen. ¿Recuerdas quién te enseñó a hablarle a María? Seguro que si piensas, recordarás cuántas veces le lloraste, le pediste, le cantaste, le rezaste… Y ahí estaba ella, como las buenas madres, acompañándote en las alegrías y en las penas. Pues también hoy María está esperándote para que la puedas sentir como lo que es, tu Madre. ¿Deseas sentirla como madre? Cuéntale cómo estás en esta época, pasea con ella, habla con ella. Porque como dice la canción: «Mientras recorres la vida tú nunca solo estás, contigo por el camino santa María va.» Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: ver la Misa de la Virgen que vamos a retransmitir mañana sábado 9 de mayo a las 12:00h por YouTube (busca Parròquies Montornès). Nos vemos allí. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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9.5.20

Día 55

«El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y un solo espíritu» Hechos 4,37

E

l otro día, en una clase que tenía con chicos de la escuela, hubo uno que soltó una frase prohibida entre los adolescentes: «Tengo hasta ganas de ir al cole.» Y, de golpe, varios se unieron a este comentario. Estaban de acuerdo con él... Todo un poco asombroso. Pero de hecho, no me sorprendió nada, porque en el fondo tenemos esa necesidad de ver a los que queremos (y hasta a los que no queremos). Pienso que si ya nos parecía importante, después de dos meses estoy seguro de que nos hemos convencido: somos seres sociales. Claramente estamos haciendo experiencia de la enorme necesidad que tenemos los unos de los otros. Añoramos a nuestros familiares, amigos o compañeros de trabajo. Añoramos los encuentros familiares, ir a tomar algo con los amigos o colaborar con los del trabajo. En definitiva, la importancia de relacionarse ha quedado clara. Pero hay niveles de relación. No es lo mismo coincidir con alguien en el bus, intercambiar cuatro palabras con la panadera o confiar tus anhelos más profundos a alguien. El nivel más profundo de comunicación produce un verdadero encuentro. Abrir el corazón a alguien es compartir terreno sagrado; es ahí, puede que hasta sin decir nada, cuando las almas hacen como un pacto de amistad. Cultivar estos encuentros es a lo que estamos llamados por Dios. No tenemos que tener miedos a la profundidad en nuestras relaciones. Está en nuestra mano cultivar más la cultura del encuentro. ¿Qué actitud podría tomar para crecer en este aspecto?

Lo auténtico es el encuentro cara a cara, estamos de acuerdo. Aunque, ciertamente, nos han sorprendido las posibilidades que da la tecnología. En este tiempo nos mantenemos en contacto con mucha gente a través de mensajes, llamadas y videollamadas. No es lo mismo, pero ayuda. Por eso, después de la Misa de las 12 h podremos hacer experiencia de comunión, de comunidad, de relación… Llámalo como quieras. Vas a poder unirte a un CAFÉ VIRTUAL conmigo y con otra gente, a las 13 h. ¿Cómo? Fácil. Entrando en la web, en la sección de Cafè amb el mossèn, podrás pinchar al botón y entrarás a un encuentro virtual. ¡Que se note que la Iglesia es comunidad! Te espero mañana domingo a las 13 h en el Café Virtual. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser: ver el VÍDEO DE MARÍA que hemos hecho con tanto cariño. Ha habido mucha gente que se pudo apuntar y otros muchos que se quedaron fuera. Pero tenemos una buena noticia: si Dios quiere, podremos realizar otro vídeo para Pentecostés, sobre el Espíritu. Ya diremos cuándo empezará el plazo para inscribirse. Seguro que vas a poder apuntarte y que va a ser una buena oportunidad para hacer algo bonito por Dios. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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10.5.20

Día 56

«El fruto del Espíritu Santo es amor, alegría, paz, paciencia (...), dominio de sí» Gálatas 5,22

A

hora, cuando estáis cansados, es cuando vais a mejorar de verdad.» Esto nos dijo Chus, un entrenador que tuve cuando tenía 14 años. Aquello me quedó grabado para siempre. Me di cuenta de que esas palabras eran pura verdad y que me iban a servir en muchos momentos de la vida. Sentí cómo se me grababan en la memoria. Pues pienso que hoy también te pueden servir a ti. Ojalá tiren de ti como a veces lo han hecho de mí, cuando ya estés tan harto que pienses en tirar la toalla. Me parece que, a nivel colectivo, hay un cansancio generalizado. La verdad es que no es para menos, porque no están nada mal ya 56 días así… Ayer oía de uno: «Me he visto muy ‘dejado’»; frase simpática que expresa la sensación de abandono. El cansancio genera en nosotros flojera, desgana, falta de tensión, de exigencia o de vigor. Pero cuando la detectamos, qué bueno será reaccionar y pelear contra todo eso. El carácter, así, se fortalecerá y, como decía ese entrenador, habremos mejorado de verdad. Y es que, todo el mundo sabe jugar bien cuando está fresco como una rosa, en el minuto 10 de partido, pero no todo el mundo sabe jugar bien en el minuto 50. Así que pensar y actuar bien cuando se está cansado, aunque sea más difícil, es un gran entrenamiento para la vida. Os invito y animo a que lo probemos juntos. Veréis que la alegría va a ser grande, para todos. Sobre esa edad también tuve (y conservo) un libro importante para mí, titulado Pensamientos, del P. Tomás Morales, jesuita. En una de sus frases decía: «Domínate, y estarás alegre.» Es cierto que esta frase es muy ambivalente, pero a su vez me parece muy interesante, ya que es muy versátil y, por lo tanto, útil en muchas circunstancias. Te la comparto, sabiendo que a menudo esos mensajes son como pequeños impulsos para continuar. Para ir concluyendo, te preguntaría: ¿cuál dirías que es el hilo conductor de las dos máximas, la del entrenador y la del P. Morales? La voluntad, el dominio de sí. Armas poderosas para pelear, aunque sabemos que no lo pueden todo. Nuestra fuerza de voluntad llega hasta donde llega, pero el final de la historia no es triste sino alegre, porque tenemos un gran aliado a nuestro lado: el Espíritu Santo. Yo a menudo digo que es como el mejor entrenador del mundo. Porque los mejores entrenadores son capaces de sacar lo mejor de cada deportista y llevarles a unos niveles impensables. Claro que hace falta esfuerzo, claro que hace falta voluntad, pero la sabiduría y el autocontrol nos los enseñan y comunican esa clase entrenadores. Así que, en este momento, te invito a que le digas: Espíritu Santo, ven, toma el control. Para acabar, la propuesta de hoy: pedir al Espíritu Santo que sea tu entrenador y que te ayude, especialmente en los momentos de cansancio, a tomar el control de tu vida. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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11.5.20

Día 57

«El Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena» Juan 16,23

C

uando íbamos de campamentos o colonias, muchos jugamos a un clásico, que es el juego de pistas. Con tu grupo ibas, emocionado, buscando las que te permitían o avanzar a la siguiente prueba o conseguir puntos para, al final, lograr el objetivo que se había explicado al principio a todos los grupos. La clave para poder avanzar bien era una: encontrar las pistas. Porque eran como la seguridad de que íbamos por el buen camino en el juego. Pero en los grupos siempre había gente de tres tipos: unos, que no encontraban ninguna pista, otros que encontraban alguna y otros que encontraban muchas. Esos especialistas eran fantásticos porque nos ayudaban a avanzar bien y seguros a todo el grupo. Pienso que en la vida pasa algo parecido. Hay quien tiene especiales aptitudes para ser el que encuentra todas las pistas, pero, para encontrarlas hay que ser observador e intuitivo. Y algo de eso se puede aprender, es cuestión de proponérselo y de hábito. Observar con atención, incluso tomar una actitud contemplativa, facilita mucho poder captar lo importante. Es aquello que decía san Ignacio de Loyola: «Ser contemplativos en la acción». Y esto, repito, lo podemos aprender todos. Veamos, aunque sea poco, esta idea. En toda vida hay una tensión entre la contemplación y la acción, entre parar y actuar. Pero, ¿cómo combinarlas bien? ¿Cómo encontrar a Dios en nuestro día a día, en lo cotidiano, en la vida y en la muerte, en nuestro sufrimiento y en el ajeno, en la parada del bus y en la consulta del médico, en la cola de la pescadería y en nuestra iglesia, en nuestro trabajo estresante y en las horas de ocio? Un estorbo es vivir con superficialidad la vida. Dejarse imbuir por la acción, «el hacer, hacer, hacer». Por ello, vivir con hondura la vida es básico para saber encontrar esas pistas que te ayudarán a tomar buenas decisiones y avanzar bien en tu vida, que esta no es un juego. Y te preguntarás, como eso del chiste ¿hay alguien más ahí? Pues eso: Dios, el Espíritu Santo, que te quiere ayudar a vivir en esa clave. Pero se lo tienes que pedir y él se pondrá en marcha. Como esperará que tú te pongas en marcha y te dispongas a ser contemplativo en la acción, viviendo con hondura la vida y en clave de discernimiento. Si le pides que te entrene, el Espíritu Santo nunca dice que no. Tiene muchos deportistas que entrenar, pero se las apaña para multiplicarse. Para acabar, la propuesta de hoy: repasar el escrito de ayer, porque en él hablaba del Espíritu Santo (llamado de forma simpática «el gran olvidado de la Santísima Trinidad»). Pienso que nos puede ayudar para tomarnos en serio su enorme importancia. De hecho, te puedo asegurar que cuidar la relación con el Espíritu Santo marca la diferencia. Yo te lo propongo. Cuando nos acerquemos a Pentecostés, ya hablaré más de él y en la web pondremos una sección especial para Él, que se la merece de sobras. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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12.5.20

Día 58

«Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran» Romanos 12,15

A

todos nos sale, de forma espontánea, alegrarnos con los que están alegres y llorar con los que lloran, pero más aún si eso le pasa a un amigo o amiga. Cuando nos queremos tanto con los que hemos compartido tanto, todo lo que nos pasa lo vivimos mucho más. Estoy seguro de que muchas veces algún amigo te ha pedido que reces por él. O tú has pedido que recen por ti. Yo os he de confesar que, desde hace diez años, cuando alguien me pide oración, al instante rezo un Ave María por esa persona. A eso me ayudó un joven, casado, padre de familia, divertidísimo y muy piadoso. Me decía a veces gritando: «¡Mossèn, un Ave María por mí y la mujer!». Entonces, de forma natural, tomé el compromiso personal de hacerlo al momento, porque, si no, se me olvidaba. Eso se convirtió en un hábito y ya está integrado. El papa Francisco dijo una vez que la oración que hacemos por otros puede tener resultados insospechados. Es decir, que Dios puede acoger esa oración para esa persona o situación por la que se pide, pero que puede la destine a otra persona o situación que Él considere más necesaria. Nuestras súplicas son siempre escuchadas, pero a veces para ayudar a personas que están en un país vecino o en la otra punta del planeta. Pienso, al hilo de esto, que será muy bonito y sorprendente, cuando sepamos la verdad de la historia y dónde llevó Dios nuestras oraciones. En conclusión, pienso que no podemos menospreciar la oración de petición. Si bien es verdad que algunos se piensan que rezar solo es pedir, también nos puede pasar que nunca pidamos nada. En estos días me atrevería a poner la mano en el fuego y decir que muchos que apenas pensaban en Dios se han acordado, y mucho, de Él. Y está bien… Ese puede ser un momento de gracia y un regalo para amar o volver a amar a Aquél que siempre nos ha amado. Desde aquí querría animaros a rezar y pedir con fe por muchos. Nos puede ayudar una frase del Salmo 130: «Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica». Pero recordemos: cuando oramos, Dios escucha el volumen de nuestra fe. Para acabar, la propuesta de hoy: mirar el Motivo de gozo y el Propósito que había para este martes 12 de mayo, día 31 de Pascua. Puede ser muy bonito hacer tanto para todos los de la casa… Entra, es 1 minuto, y lo descubrirás. Puede dar mucho de juego para todos. ¡Ya lo verás! No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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13.5.20

Día 59

«Abre tu mano a tu hermano» Deuteronomio 15,11

L

a valentía es una virtud que relacionamos con la idea de un hecho o hazaña heroica, algo hecho con valor. De hecho es así, pero es «de nota» aquello que se hace de forma bondadosa y perseverante. Santa Teresa de Calcuta nos daba una clave: «Hacer pequeñas cosas con gran amor.» Por eso, el valor de una persona se mide por la discreción, no por el griterío externo. Como diría François de La Rouchefoucauld: «La auténtica valentía es hacer, sin testigo alguno, lo que haríamos ante los demás para que nos admirasen.» Ser héroe de verdad no es obra de un momento. Es más bien un optar, constantemente, en acciones no extremas, en favor de otra persona para ayudarla, y no tanto recibir su aplauso. Piensa en estas máximas, que como se dice popularmente, «tienen miga». En estos días, es muy bonito ver los ofrecimientos a servir en Cáritas o las donaciones que están haciendo personas de la parroquia y de fuera de ella, la solidaridad concreta que algunos muestran. Esto, además de ser gestos de amor, da esperanza. Porque a uno le hacen ver que hay gente dispuesta a «arrimar el hombro». Me admira la sensibilidad que pueden tener determinadas personas por las necesidades del otro. La capacidad para hacer suyos los problemas de esa persona con nombre y apellidos. La frase completa de la cita que nos acompaña hoy, dice así: «Nunca dejará de haber pobres en la tierra; por eso, yo te mando: ‘Abre tu mano a tu hermano, al indigente, al pobre de tu tierra’» (Dt 15,11). Pienso que Dios nos está gritando para que amemos con la fuerza del Evangelio. Porque si Jesús pasó haciendo el bien, ¿qué debemos hacer nosotros? Yo te invito a que nos preguntemos juntos: ¿cómo puedo yo «arrimar el hombro»? Pídele al Espíritu Santo que te dé valentía para ser generoso. Para acabar, la propuesta de hoy: mirar el Motivo de gozo y el Propósito que había para este martes 12 de mayo, día 31 de Pascua. Puede ser muy bonito de hacer tanto para todos los de la casa… Entra, es 1 minuto, y lo descubrirás. Puede dar mucho de juego para todos. ¡Ya lo verás! No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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14.5.20

Día 60

«Dios está con nosotros» Salmo 46,8

P

rimero de todo me gustaría que te fijaras en el numerito que pone arriba. ¡Estamos ya en el día 60 de confinamiento! Si os acordáis, en uno de los primeros escritos, os anunciaba que esto iba a ser una maratón. Pues ahí van, 60 días con sus 60 escritos. Como diría un cuñado italiano que tengo: Mamma mia!

Aunque ya estamos en las famosa desescalada y «nueva normalidad», me gustaría que compartiéramos algo muy potente, precisamente por su sencillez. Algunos de vosotros, muy probablemente, habréis oído o leído de lo que voy a hablar hoy, aunque pienso que nunca está de más hablar de algo tan básico y fundamental en la vida. Se trata de las «famosas» palabras que varias veces ha traído a colación el papa Francisco: permiso, gracias y perdón. Esto lo dijo en la JMJ de Cracovia, en 2016. Cuando los matrimonios le piden un consejo para que la familia vaya adelante, les suele hablar de estas tres palabras clave. Reflexionar sobre cómo has vivido cada una de ellas puede ser un gran termómetro para ver la calidad de tus 60 días. Además, teniendo en cuenta este éxodo que hemos realizado, no te quepa la menor duda que Dios te bendecirá si lo has hecho bien y te tendrá misericordia si lo has hecho mal. Sea como sea, Dios, que es amor, te quiere felicitar y dar coraje. Para acabar, la propuesta de hoy: reflexionar sobre cómo has vivido las palabras permiso, gracias y perdón. Al acabar hacer el propósito de enmienda de mantenernos ahí o de mejorar todavía más. Aquí tienes el escrito del papa por si te sirve de ayuda. ¡Ánimo! No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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15.5.20

Día 61

«Tus palabras me consuelan y alivian mi corazón» Rut 2,13

L

a mirada es clave. Ante las situaciones que se hacen muy cuesta arriba, la perspectiva que adoptamos puede salvarnos la vida. A muchos no les podremos dar dinero, ni un trabajo, ni un techo, pero sí una perspectiva adecuada. Ésta ve lo que otros no pueden o no quieren ver. ¿Qué puede inspirarte para tener esa mirada? El Libro de Rut es una historia real, altamente inspiradora y que hoy se hace muy actual para todos. Poner cara a los personajes de esta historia nos ayuda a entrar en la vida de las familias que deben emigrar. Elimélec («mi Dios es rey») y Noemí («dulzura»), junto con sus dos hijos, se ven obligados a emigrar desde Belén a la región de Moab. Allí los hijos se casarán con sendas mujeres del país: Orfá («que vuelve la espalda») y Rut («amiga»). No es un detalle menor ver qué significan sus nombres; si lees este libro de tan solo cuatro capítulos, lo entenderás todo mejor. Al final, de los seis personajes mencionados, quedan solamente las tres mujeres, pero viudas y sin hijos. Orfá se quedará en su tierra natal, mientras que Noemí y Rut se vuelven a Belén. El dolor y la amargura se vuelven más profundos que al comienzo: a la situación de hambre y emigración se añaden la pérdida de vida y la falta de un futuro claro. ¿Conoces en tu entorno algún caso parecido? Noemí vuelve a Belén fracasada, viuda y pobre. En estas circunstancias, Rut renuncia a su identidad, a su propia religión, a un futuro mejor en su patria, y decide acompañar a su suegra Noemí. Rut sabía que esta decisión podría llevarla a la indigencia y que Noemí podría compartir su desgracia con ella. Es uno de los ejemplos más emotivos de fidelidad en la Biblia. Lealtad, honor, fidelidad: tal vez pueden sonar como palabras antiguas, pero la grandeza de una persona se muestra cuando cumple su palabra, cuando mantiene sus promesas, cuando se compromete hasta el final, cueste lo que cueste. Con la ayuda de Dios, atrévete a vivir según el ejemplo de Rut, especialmente con los que más te necesitan. Te invito a que te preguntes: ¿he hecho alguna promesa a alguien? ¿hay alguna persona o tarea con la que mantenga algún compromiso? ¿conozco alguien con quien pudiera compartir este escrito 61 y el vídeo núm. 4? Aquí van las 6 claves que propongo en el vídeo 4, que trata el perfil de los «Extranjeros con trabajos precarios.» Primera, relacionarse con gente buena y honrada. Segunda, tener fe y confianza en Dios. Tercera, trabajarse espiritualmente uno mismo. Cuarta, aprender a vivir con poco. Quinta, lo material se queda aquí. Y sexta, Dios escucha a los buenos y honrados. Para acabar, esta es la propuesta de hoy: mirar el VÍDEO 4 de la serie ANCLADOS. Comparte, comparte, comparte. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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16.5.20

Día 62

«Llega a casa y de nuevo se junta tanta gente que no los dejaban ni comer» Marcos 3,20

L

os imprevistos forman parte de la vida. ¿A quién no se le ha pinchado una rueda o ha tenido un reventón? Puede que tuvieras una cita importante, una entrevista de trabajo o un vuelo que coger. Habitualmente, ahí se pasa del enfado, la queja o la frustración, a tratar de buscar una solución. Y es que no hay otra... Ante los imprevistos, lo inteligente es adaptarse e intentar salir del apuro como se pueda.

Llegó el coronavirus y «ha puesto patas arriba nuestras agendas», como le oí decir a un querido amigo sacerdote. Teníamos mucho planeado, pero… los planes han cambiado. Como me compartían algunos de mis alumnos de la escuela, les dolía el no poder acabar el 4º de ESO juntos en el centro o ir al viaje de fin de curso, o competir en los campeonatos de su deporte. Puede que tú no hayas podido celebrar tu fiesta de cumpleaños con nadie o realizar un viaje súper deseado por ti y tu cónyuge. En fin, todos teníamos planes en mente y nuestras agendas se han puesto patas arriba. Y con más o menos humor, todos hemos asumido que habrá proyectos que no vamos a poder realizar, al menos en los tiempos que teníamos previstos. Pero este tiempo es un tiempo de Dios. Estamos llamados a ver que el gran imprevisto de esta pandemia nos trae, a su vez, grandes acontecimientos. Estoy convencido de que si procuras vivir cada día con sabiduría, descubrirás tesoros escondidos e insospechados. Para ello se requiere una actitud y una mirada diferentes: una actitud de apertura a Dios y una mirada creyente de la realidad. Si crees, verás cómo Dios obra maravillas, también en medio de nuestras agendas desbaratadas. ¿Lo crees? Para acabar, la propuesta de hoy es ¡triple! Primero, leer o repasar el escrito de ayer (en el que está el enlace del Vídeo 4 de la serie ANCLADOS). Segundo, participar mañana Domingo de la Misa online de las 12h, por Instagram (@parroquiesmontornes). Y tercero, unirte al CAFÉ VIRTUAL de las 13 h, al acabar la Misa. Ve a la web, a Cafè amb el mossèn, y allí encontrarás el botón, pinchas y entrarás a una videollamada en grupo. Tendrás que instalar la aplicación zoom, pero después te la puedes desinstalar si no te interesa. ¡Te espero! El domingo pasado estuvo muy bien. Es totalmente abierto. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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17.5.20

Día 63

«Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado» Salmo 8,4

L

as noches estrelladas son impagables. He de reconocer que tengo debilidad por contemplar el cielo, manchado con esas lucecitas siempre maravillosas. Tanta inmensidad me sobrepasa, es sublime y no la abarco. Pero me encanta, es más, me fascina sentirme pequeño ante algo tan grande. No me canso de verlo desde Montornès o desde la playa o la montaña, a 0 metros o a 2.500. Me parece un espectáculo tan asombroso, que ensancha mi corazón, me hace ver con claridad meridiana lo que de verdad importa. No sé... Y pienso, además, que todos tenemos esos u otros momentos parecidos en los que nos encontramos con nosotros mismos, en esa habitación secreta en la que albergamos nuestros mayores anhelos, sueños y esperanzas. ¿Con qué cosas tienes esa experiencia? Lo que hago hoy es una invitación a descubrir la contemplación, el silencio, la invocación de alabanza en la oscuridad nocturna tachonada de estrellas. Porque, ¿has probado a escribir lo que sale de tu corazón en esos momentos? ¿Y si lo pruebas…? Probablemente te pase algo parecido a lo que experimentaba el salmista al escribir: «¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para mirar por él?». (Salmo 8,5) Para acabar, la propuesta de hoy va a ser contemplar el cielo estrellado en uno de estos primeros días de la semana y dejarte sorprender. Invita a Dios a estar contigo, ábrele la puerta a Jesús, que el Espíritu Santo se pueda mover libremente en ti… Que sepamos acoger al «dulce huésped del alma», ya que, además, le encanta hablar en una noche estrellada. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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18.5.20

Día 64

«En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso» Salmo 92,15

H

an pasado sobre nosotros una serie de tormentas, pero nosotros somos como entonces, niños sin ataduras con el mundo, con los ojos en busca de árboles floridos y de alegrías gratuitas. Han pasado los enojos y ha quedado la alegría, aunque empañada por la melancolía de las ausencias, que han sido numerosas, y por los descorazonamientos de algunos amigos que se han vuelto serios y miedosos, lamentablemente ajados por lo que han tenido que pagar por su excesiva prudencia». Estas son las líneas del padre Balducci, sacerdote italiano, sacadas de un pequeño libro suyo titulado Lettere di un’amicizia (Cartas de una amistad), en las que recuerda a algunos amigos también presbíteros. Este párrafo de arriba muestra un talante especial. Hay personas que son como palmeras y cedros, que en su vejez conservan un verdor y una lozanía admirables. Siempre dan fruto. ¿Cuál es su secreto? Entre otros: tener ojos de niño, no cansarse de buscar, de descubrir, de sorprenderse, de sonreír. Estoy convencido de que, en parte, las personas que dan fruto es porque viven todo esto. Tener capacidad de asombro, de desinstalarse o de arriesgarse mantienen el alma joven. Con tu edad, ¿cómo vives estas cualidades? Que el paso de los años y las heridas del pasado no te hagan perder la ilusión: nunca te jubiles de la vida. En la pandemia que vivimos estamos haciendo experiencia de un distanciamiento físico incomodísimo, diría que inhumano. Lo digo después de haber celebrado la primera Misa con pueblo después de dos meses, en nuestra fase 0.5. He tenido las mismas sensaciones que cuando empezaba la pretemporada en mi deporte. Era lo de siempre, pero me parecía raro el nuevo inicio: cambiarse, ponerse las zapatillas, la pista, las pelotas, los compañeros... Ciertamente nos habituaremos, pero desde aquí querría hacer una doble llamada: a la prudencia pero también a la normalidad. Por favor, recordad esto: que los geles, las mascarillas, las distancias y las otras mil prudencias, por otro lado necesarias, no nos hagan olvidar lo importante de lo que estemos viviendo o celebrando. Que nos miremos a los ojos, que no tengamos miedo de tener a una persona cerca o de acercarse «demasiado». Paz, por favor, paz. El don de la calma en la mente y de la serenidad en la vida no es la sombría seriedad o grisura de quien tiene que defender un puesto en la carrera o el trabajo, no es el exceso de sentido común que es miedo e impide respirar libremente, es buscar a través de caminos inexplorados o viajar por los grandes horizontes de la vida. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser pedir al Espíritu Santo el don de la paz y la serenidad. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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19.5.20

Día 65

«Nadie os quitará vuestra alegría» Juan 16,22

D

espués de casi dos meses sin poder salir, las franjas para hacer deporte o pasear nos han venido -nunca mejor dicho- como agua de mayo. Veo que la gente está recorriendo y disfrutando como nunca había hecho antes de los caminos y de los bosques. Algo tan sencillo como poder estar al aire libre, contemplar el verde de la primavera, tocar la hierba y las hojas del campo. Esto ha ayudado a que se levante el ánimo en buena parte de la sociedad.

La primavera llegó y, con ella, también un poco más de alegría a nuestra alma. Qué agradecido es, para los que vivimos en este país, que la Pascua coincida con la estación de la primavera. Época en la que nuestra naturaleza se vuelve exuberante, llena de vida y de color. Nuestros ojos también reverdean. Estamos en tiempo de Pascua y esta llega cada año para recordarnos que tenemos motivos para la alegría. De hecho, en la liturgia oriental hay una aclamación que reza: «Pascua espléndida, Pascua del Señor. ¡Pascua! ¡Abracémonos unos a otros!». Por eso la Pascua sintoniza fácilmente con nuestro espíritu. Primero, porque Dios es alegría; y, segundo, porque las alegrías compartidas son más alegría. Por todo ello, es normal que sintonicemos tanto con las palabras de Jesús, cuando dice: «Volveré para veros, y se alegrará vuestro corazón y nadie os quitará vuestra alegría» (Jn 16,22). Y es que Jesús está pasando y con Él llega la Alegría. Te invito a que te preguntes, ¿qué puedes hacer para captar mejor el mensaje de esta frase de Cristo? Hay un autor famoso (e irónico), Mark Twain, que en su Viaje alrededor del mundo, siguiendo el Ecuador, hace la siguiente observación sobre el dolor y la felicidad: «El dolor puede bastarse a sí mismo, pero para valorar a fondo una alegría hay que tener con quien compartirla». ¿No es verdad que el sufrimiento tiende a encerrarnos en nosotros mismos? El dolor descorazona, apaga a la persona y la acurruca como un animal herido. La alegría, en cambio, es expansiva y comunicativa. No se puede gozar a solas, necesitamos compartir la alegría, hacer juntos fiesta. Es importante, pues, saber alegrarse con quien festeja y no solo llorar con quien sufre. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser hacer una lista de 5 motivos por los que tener alegría en tu vida. Digo 5, pero podría proponerte 25… Es más que nada porque te darás cuenta que te salen muchos más. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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20.5.20

Día 66

«Aquel hombre prudente edificó su casa sobre roca» Mateo 7,24

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n estas fechas, habitualmente los padres matriculan a sus hijos en la escuela o en el instituto, se empiezan a preparar campamentos de verano, se planifican las vacaciones… Está bien hacer planes, pero está mejor pensar para qué los hacemos. El para qué marca la diferencia. Se trata de ver cuál es la finalidad de nuestros actos. Descubrir el para qué, la razón, el motivo último de nuestro comportamiento. Es decir, tener claros nuestros valores para que lo que hagamos apunte hacia ellos.

Decía Jean Paul, un escritor alemán, que «hay que conocer la meta antes que el camino». Él apunta a pensar antes de moverse, pensar antes de actuar. ¿Parece algo muy sensato, no? Pues a menudo nos cuesta parar a pensar a dónde voy y a qué, como decía san Ignacio de Loyola (Ejercicios, 206). ¡Hay que preguntárselo! ¿En tu vida, a dónde vas y a qué? Quien vive esta actitud vital se hace una persona más consciente, afronta los retos de la vida con mayor preparación y sin duda está más preparado para en todo amar y servir a Dios y al prójimo. De hecho, la frase que nos acompaña hoy está sacada de una parábola breve pero muy famosa y muy gráfica. Pienso que en medio de tantas previsiones, planes de futuro y papeleos de toda clase, te puede hacer mucho bien, tener muy presente la parábola de La casa sobre la roca (Mt 7,24-25). Por lo que en ella nos cuenta Jesús, ¿sobre qué edificas tu vida?, ¿cuáles son los cimientos de tu vida?, ¿intentas ser prudente y poner en práctica lo que dice Jesús en el Sermón de la Montaña? Es muy esperanzador descubrir que estamos cimentando nuestra vida sobre suelo firme. Y si ves que no estás contruyéndola sobre suelo firme, también es muy esperanzador darse cuenta de ello. En todo, si uno quiere, puede haber esperanza. Quedan 4 escritos de este Diario de la Esperanza. Acabaré este Domingo 24, día de la Ascensión del Señor por dos motivos. Primero, porque será la primera Eucaristía dominical con pueblo que podremos celebrar. Y, segundo, porque estaremos cumpliendo 70 días exactos desde ese lunes 16 de marzo. Pienso que es una fecha ideal para terminar esta época que habremos compartido juntos. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser leer lo que nos dice Jesús en el Sermón de la montaña, en Mateo 5-7. Solo se tiene el mensaje real y completo de esa parábola de La casa sobre roca si se lee en el conjunto de estos tres capítulos centrales para comprender el mensaje de Cristo. Cuando lo hagas, habrás leído como un «complejo vitamínico del Evangelio.» No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros . ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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21.5.20

Día 67

«No tengáis miedo» Isaías 41,10

E

s un drama cuando se agotan los días de libertad al acabar el verano y tener que volver a la rutina propia del curso; cuando uno ve cómo se consumen los días de vacaciones antes de regresar al trabajo. La vuelta al cole o al trabajo, o a cualquier rutina después de unos días de parón, se hace como muy cuesta arriba, y para algunos poco menos que un drama. Aunque el párrafo de arriba está escrito con un tono irónico, es cierto que en los dos últimos meses hemos estado casi como los osos, hibernando. Es curioso saber que, cuando hibernan, el metabolismo de los osos se reduce en un 75 % y que su ritmo cardíaco puede bajar a las 4 pulsaciones por minuto. Nosotros nos hemos visto obligados a reducir mucho nuestros movimientos. Hemos entrado como en un cierto estado de letargo. Y ahora estamos teniendo que salir y algunos volver al trabajo, a conducir, a relacionarnos en persona con más gente de lo que últimamente hemos hecho. Todo puede dar como mucha pereza y temor. Quien ha estado convaleciente de alguna operación o enfermo un largo tiempo, entiende de lo que hablo. Salir de nuevo a la calle da respeto y hasta un cierto miedo. ¿Sientes algo así? Pues pienso que nos será muy bueno escuchar esa palabra del profeta Isaías: «No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortalezco, te auxilio, te sostengo con mi diestra victoriosa» (Is 41,10). Estas palabras nos deben dar seguridad, vigor y confianza. Dios viene para romper con tus temores, inseguridades, dudas, perezas o comodidades y te levanta para una misión. ¿Cuál? Tú sabrás. Reza y escucha, porque aunque vuelvas a «lo de antes», seguro que ya no eres «el de antes». Tengamos ganas de vivir la vida que Dios nos ponga por delante. Quedan 3 escritos de este Diario de la Esperanza. Acabaré este Domingo 24, día de la Ascensión del Señor por dos motivos. Primero, porque será la primera Eucaristía dominical con pueblo que podremos celebrar. Y segundo, porque estaremos cumpliendo 70 días exactos desde ese lunes 16 de marzo. Pienso que es una fecha ideal para terminar esta época que habremos compartido juntos. Para acabar, la propuesta de hoy va a ser hacer una pequeña lista de 5 motivos por los que merecerá la pena salir y volver a nuestra actividad habitual. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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22.5.20

Día 68

«Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» Salmo 118,105

A

cabaremos este Diario yendo a mi punto de referencia: la Eucaristía. Personalmente, no hay nada con lo que disfrute y descanse más que con ella. Hoy lo haremos poniendo el foco en la mesa de la Palabra y mañana en la mesa de la Eucaristía.

Mira el niño de la foto. He de reconocer que no me canso de mirarla. Es tan bonita… ¡Qué gracioso, qué ternura, qué alegría irradia este niño! En verdad estaba deseando escribir algo para compartiros esta foto. Querría que te fijaras en cuatro detalles. Primero, los rayos de luz que iluminan al niño. Segundo, el verde que hay al fondo. Tercero, el libro que tiene en las manos. Y cuarto, la expresión de la cara. Es todo muy simbólico. El niño tiene una Biblia en sus manos. En el Salmo 118 leemos «lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero». Y es que ella puede guiarnos porque en ella habla el que es la Palabra, Jesús, la Luz del mundo. A su vez, vemos cómo el sol, que llega a todo el orbe, es imagen de Dios; y en la foto ilumina al niño, en quien podemos ver una cierta aura de santidad, por la inocencia y bondad que desprende. Su sonrisa es épica. De hecho, ríe a carcajada limpia. El Señor ya nos lo decía: «de los que son como ellos es el reino de los cielos» (Mt 19,14). La Escritura es fuente de alegría y de vida en abundancia. No quisiera pasar por alto el verde, color esperanza, como dice la canción de Diego Torres. Tanta claridad, tanto verde, tanta pureza en la foto no es casualidad. Pienso que la gracia de la foto, además de la que tiene el niño -que es mucha-, es descubrir el elemento central. La clave está en la Biblia. La Palabra no es un adorno en la foto, de hecho, es lo más importante. Y cuando celebramos la primera parte de la Misa, nada hay más importante en el mundo en ese momento para los que participamos en ella, que escucharla con todo nuestro ser, con los cinco sentidos. Nos viene como anillo al dedo el famoso recordatorio de san Jerónimo: «Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo.» Yo te animo a que te preguntes: ¿Qué puedo hacer para tener más presente la Palabra en mi vida? Por esto yo hoy te propondría leer las lecturas de la Misa de este Domingo de la Ascensión y prepararte bien la Misa con ellas; al menos leer el evangelio. Si lo haces bien, verás cómo la Palabra es actual, viva y eficaz. Quedan 2 escritos de este Diario de la Esperanza. Acabaré este Domingo 24, día de la Ascensión del Señor, por dos motivos. Primero, porque será la primera Eucaristía dominical con pueblo que podremos celebrar. Y, segundo, porque estaremos cumpliendo 70 días exactos desde ese lunes 16 de marzo. Pienso que es una fecha ideal para terminar esta época que habremos compartido juntos. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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23.5.20

Día 69

«Me acercará al altar de Dios, al Dios de mi alegría» Salmo 43,4

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uando era un niño, me aburría o me despistaba en Misa. ¿A quién no le ha pasado esto? Alguna vez me enteraba de algo, aunque pasaba pocas veces. A los 15 años, empecé a tener una relación muy especial con el Señor en la Eucaristía. Fui descubriendo que Jesús es real en la Misa y en la oración. Al escuchar las lecturas, encontraba palabras que parecían escritas para mí y mi vida concreta. Con el tiempo, comprendí aquello de san Pablo en 1 Corintios 13,11: «Cuando era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño». Si ayer veíamos la mesa de la Palabra, hoy vemos la mesa de la Eucaristía. Espero y deseo que la Eucaristía sea o un día llegue a ser tu punto de referencia. Porque si un día lo es, te habrá cambiado la vida para siempre.

Como este es el Diario de la Esperanza, vamos a hacernos esta pregunta: ¿Ir a Misa me puede dar esperanza? Y, si es que sí, ¿por qué? Por el espacio que tengo daré dos argumentos. Para empezar, la Misa, para que pudiera dar esperanza, tendría que estar conectada con la vida; de otro modo, no podría dar esperanza ninguna. Pues he de decirte que, de hecho, conecta con la vida, porque, en las lecturas de la Escritura, hay sabiduría milenaria inspirada por Dios y vivida por los hombres. Y, siendo que el hombre, un palmo arriba un palmo abajo, siempre es el mismo, sirve para todos los hombres de todas las épocas -también para los del siglo XXV-, con lo cual, en la Misa hay palabras que realmente pueden hablar de tu vida y ayudarte a priorizar lo que de verdad importa, cosa que te facilita vivir con sentido pleno, te da satisfacción y pasas a tener una vida más plena. Segundo argumento: en la Misa viene Dios y, siendo que «Dios es amor» (1Jn 4,8.16), no hay sitio en el que se pueda estar mejor. Claro que hay que tener fe para creerse esta afirmación, pero no porque me cueste creerla o, directamente, no la crea, no deja de venir... Una comparación. Un matrimonio tiene un hijo, con un embarazo y un parto muy pero que muy complicados. Ellos te dirán que ha sido un milagro. Tú empatizarás con ellos o no, te quedarás igual o pensarás: «qué exagerados». Pues el caso es que la experiencia personal de esa pareja es tan real y tan fuerte, que les da cuerda en la vida para años. En la Misa, tres cuartos de lo mismo: pasan cosas y cambia vidas. En verdad podría estar horas hablando de la Eucaristía y escribir mil libros sobre ella, nunca me canso de este tema porque diría que es el tema de mi vida, pero estoy seguro de que tú o algunos de los que han acabado de leer estas líneas ha experimentado cómo la Misa da color a la vida y, ese color, es el color esperanza. Por todo ello, yo hoy te propondría un (gran) reto: ir a Misa 4 domingos seguidos con mente abierta y corazón abierto. Y si quieres consultarme algo o compartir algún pensamiento o experiencia, mándame un correo y te responderé. Mañana va a ser el último escrito de este Diario de la Esperanza. Acabaré en este Domingo 24, día de la Ascensión del Señor por dos motivos. Primero, porque será la primera Eucaristía dominical con pueblo que podremos celebrar. Y, segundo, porque estaremos cumpliendo 70 días exactos desde ese lunes 16 de marzo. Pienso que es una fecha ideal para terminar esta época que habremos compartido juntos. No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!

Gracias y un abrazo. Hasta mañana… Si Dios quiere. :)

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24.5.20

Día 70

«Yo estoy con vosotros todos los días hasta el final de los tiempos.» Mateo 28,20

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odo empezó el Domingo III de Cuaresma, un 15 de marzo. Ya tenía informaciones muy preocupantes de amigos médicos. El jueves y el viernes me había despedido de los feligreses de mis dos parroquias. Celebré la primera Misa sin pueblo. Por la tarde, estuve rezando un rato largo. Necesitaba luz. Hacía frío. Esa noche vi claro lo que se nos venía encima. Fue duro. En la intimidad de la oración le pedí a Jesús qué debía hacer: Vas a escribir un diario. ¿Y qué nombre le pondré? También vino al momento: Diario de la Esperanza. Cuando salí de la iglesia, levanté los ojos al cielo. Era una noche estrellada, como esas que me fascinan. Le pedí a Dios que me diera la esperanza y la sabiduría para vivir todo esto.

Ha sido un camino bonito. Siento que hemos caminado juntos una larga travesía. Ha habido días de todo, pero en gran medida ha sido como un largo Viernes Santo, con demasiada muerte y dolor. El inicio fue muy duro porque los hospitales estaban viviendo -aunque la mayoría de la población no lo sabía- lo que se llama medicina de guerra e intentar sostener la esperanza de la gente, teniendo información de primera mano de amigos sanitarios, no fue fácil. Pero siempre he notado al Señor muy cerca. De hecho, a lo largo de este tiempo he tenido -y estoy seguro de que muchos también- una oración muy especial. La definiría como muy existencial, muy encarnada y muy verdadera. No olvidaré nunca el audio que me pasó una amiga directora de un hospital cuando me decía que tenía insomnio y que tenía claro que estábamos ante una catástrofe sanitaria, pero que a pesar de todo tenía mucha paz. Cada día iba a la capilla de su hospital a rezar un rato antes de empezar su jornada de 12 o 14 horas. ¡Cómo me has edificado con todo lo que hemos hablado! Pero llegó la Pascua y se notó. Cuando se empezó a dar una mejoría, empezamos a darnos cuenta de que todo esto no era un pozo sino un túnel. Y al final de los túneles, hay luz. A veces, cuando en los momentos duros de la vida parece que no haya esperanza, recordar la frase que nos acompaña hoy (Mt 28,20) es lo que nos puede salvar. Esta frase es como esa mano que te agarra cuando caes o la que te levanta cuando desfalleces, o la que te abraza cuando te sientes solo. Y cuando parece que la vida se desmorona, ahí estará Dios -como siempre- para ayudarte. Saber que Jesucristo está con nosotros, todos los días hasta el final de los tiempos, puede ser -si Lo aceptas- tu gran motivo de consuelo y esperanza. Ha sido muy significativo cómo la web, en un mes y medio, pasó de tener 1.000 visitas a 10.000. En gran parte ha sido por estos mensajes que hemos compartido. Si has reenviado alguno de los escritos, has hecho que se extendiera este movimiento de la esperanza. Te lo agradezco. Algunos empezaron desde el principio y algunos otros se unieron más adelante. Todos, de una forma muy natural y espontánea, hemos hecho unidos -aunque cada uno desde su casa- esta travesía. Con los feligreses de mis dos actuales parroquias, nos hemos mantenido en contacto y, probablemente, me habéis conocido más y con los de mis ex parroquias, hemos vuelto a compartir y a gozar de nuestro cariño y amistad. Con mis familiares y amigos, ha resonado lo que muchas otras veces hemos compartido a corazón abierto en la intimidad o en petit comité. Con mis compañeros maestros de la escuela, hemos compartido esta eterna 2ª evaluación. También ha habido gente no solo de España sino de otros países, amigos o familiares vuestros. Algunos sois más creyentes, otros menos. En el viaje de tu vida, ha sido un placer acompañarte. Ya sabes, por lo que he intentado transmitirte, que la vida, con Cristo, es más bella, más apasionante, es más vida. La vida, con Cristo, es más.

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Me gustaría decirte que, aunque este es el último de los escritos del Diario de la Esperanza, voy a hacer un pequeño escrito cada semana y lo colgaremos el Domingo por la tarde. Algunos me lo habéis pedido y me parece una buena manera de seguir en contacto. Querría pedirte que si te apetece compartir algo de lo que ha sido este tiempo o tienes sugerencias para el futuro, estaré encantado de contar contigo. ¡Lo espero de todos! Aquí está el correo electrónico: santsadurni534@bisbatdeterrassa.org

No lo olvidemos: esto va a pasar y Dios está con nosotros. ¡¡Ánimo, que HAY ESPERANZA! ¡ARRIBA LOS CORAZONES!


La vida, con Cristo, es mรกs bella, mรกs apasionante, es mรกs vida. La vida, con Cristo, es mรกs.




«Este diario lo hago con una intención: sostener los ánimos de los que lo leerán, con la poderosa arma que es la esperanza. Este tiempo puede dar mucho de sí. En gran parte, depende de la actitud con que lo vivamos, así que este diario no va a ser una crónica personal sobre el pasado, sino una variada reflexión para vivir este tiempo, presente y futuro, con sentido. ¡Ánimo, que HAY ESPERANZA!» P. Oriol Gil


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