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DE LA LEY Y DEL ARTE
G A C E T A P A R N A S U S D I C I E M B R E 2 0 2 1 | V O L . 1 1
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D E L A L E Y Y D E L A R T E
La Ley de las Dictaduras, y el Teatro como Medio de Análisis de las Violaciones de Derechos Humanos
P O R L A D R A . Z A I D A R O C Í O V A L E N Z U E L A E D I T O R : M A R C O A U G U S T O F E R R E I R A
¿ ¿ ¿ Q U É H E C H O Q U É O C U R R P U E D E U N A S E O H U M A N O S P E R M I T E N A U N D C O N E L I M P E R I O D E L A L E Y E B R A D E T E A T R O I M P E D I R Q U E I C T A D O R A S C E N D E R A L N T I E M P O S D E D I C T A D U E S T O S P E R I O D O S V U E L P O D R A ? V A N E R A ? R E P E T I R S E E N L A H I S T O R I A N A C I O N A L ?
Recientemente ha llegado a mis manos la obra teatral Camarada Voronin, del autor paraguayo Marco Augusto Ferreira. A través de la ficción, en ella dramatiza la vida de un arquitecto ruso que, en tiempos de la ascensión al poder del Partido Comunista, empezó a escalar los rangos del Partido a través de su participación militar en la Revolución Bolchevique de 1919.
En los años posteriores, este mismo soldado, protagonista de la historia, pasa a formar parte de la policía secreta del gobierno soviético, fundada en aras de alcanzar el ideal comunista de prosperidad para la clase obrera y la caída de los grandes terratenientes capitalistas. Pese a este ideal en principio justo y con una meta en la equidad de derechos y oportunidades para todo el pueblo, este soldado empieza a descubrir que los trabajos que le asignan revisten un cariz inmoral e inhumano, desde la necesidad de exigir cuotas de alimento a personas que ya no pueden entregar más de sí a riesgo de llevar a sus familias a la hambruna, hasta interrogatorios, torturas, apresamiento y fusilamiento de aquellos que son juzgados antirrevolucionarios o contrarios al Partido. Se ve obligado a vivir en carne propia el Holodomor, la Gran Hambruna que mató a más de 16 millones de ucranianos y rusos, y pese a que, luego del evento pretende alejarse de la vida que llevó anteriormente, en ningún momento, aún con el paso de lustros, puede despegarse de la sombra del régimen, ahora en las manos del dictador Joseph Stalin, un régimen que empezó a promover los exilios y muerte en los campos de concentración en Siberia, así como las Grandes Purgas, eventos en los que se acusó de anticomunistas a millones de ciudadanos soviéticos, ya sea por hechos tan insólitos como haber profesado alguna vez el cristianismo, o porque un compañero celoso de su cargo acusó a otro de haber airado declaraciones subversivas en la confidencialidad de un grupo de amigos.
Se estima que, solamente durante el régimen de Stalin, quien gobernó entre los años 1924 y 1953, se han perdido entre 20 y 60 millones de vidas soviéticas.
Me ha parecido digno de comparación el caso con la realidad de la dictadura paraguaya. En esencia, los regímenes dictatoriales comparten bases y comportamientos únicos; entre ellos, las violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos, necesarias para prolongar su vigencia y mantener la estabilidad de un Estado Policial.
En el caso paraguayo hemos tenido registro de persecuciones políticas, exilios, tortura física y psicológica, así como innumerables hechos de daño patrimonial y personal por cuestión de la ideología practicada, aún a puertas cerradas. Ha sido, para el Paraguay, un tiempo de desconfianza entre conciudadanos y de poder absoluto en el aparato Estatal. Sin embargo, el autor de Camarada Voronin da a entender que la culpa no nace ni recae únicamente en la oligarquía o en el dictador de turno, sino también en todos aquellos ciudadanos que, teniendo el poder físico o intelectual para manifestarse en contra de quien atenta contra sus derechos, acaban rendidos ante el temor de ser ellos mismos víctimas sin propósito del terrorismo de Estado.
Desaparecía toda confianza en la división de poderes estatales, y ocurría de esta manera porque los actos cometidos por los dictadores se amparaban en la legislación. El sistema legislativo soviético cobró efecto inmediato luego de la Revolución Bolchevique de 1917. El mismo otorgó al Partido Comunista poderes similares a aquellos revestidos por los mismos zares que acababan de derrocar.
Según el autor y profesor de derecho Peter B. Maggs, de la Universidad de Illinois, en su artículo The Soviet Law para la Enciclopaedia Brittanica:
“El nuevo gobierno reemplazó a los funcionarios electos con sus propios líderes; decretó que los presuntos enemigos de la revolución deberían ser eliminados sin juicio; expropió tierras, bancos, compañías de seguros y grandes fábricas; promulgó su ideología y suprimió el discurso opuesto. Sin embargo, en aspectos importantes, el sistema legal del período posrevolucionario inmediato difirió del derecho soviético que se desarrolló más tarde. La ideología impuesta por el partido era hostil a la ley, proclamando, bajo la autoridad de Karl Marx, que el Estado y todas sus instituciones (incluidas las legales) “desaparecerían ” después de la Revolución Comunista. En consecuencia, el nuevo régimen destruyó la estructura legal prerrevolucionaria de la economía de mercado, incluida la propiedad, los contratos y el derecho comercial.
"En 1921, el líder comunista soviético Vladimir Lenin introdujo la Nueva Política Económica, que restauró la base legal necesaria para el funcionamiento de la economía. Ordenó que se redactara y promulgara un código civil basado en el derecho civil de Europa Occidental. El código permitió la formación de entidades comerciales y protegió los contratos básicos y los derechos de propiedad. Otra legislación estableció un sistema judicial para hacer cumplir estos derechos y juzgar casos penales
Tal interés por rectificar el cause de una sociedad con características dictatoriales no duró mucho, pues las bases estaban plantadas. En el año 1924, Joseph Stalin se convirtió en líder de la Unión Soviética, la cual gobernó hasta su muerte, en 1953.
“La Nueva Política Económica terminó después de que Joseph Stalin se convirtió en líder de la Unión Soviética y afirmó el control central total sobre la economía. El gobierno soviético nacionalizó las empresas privadas restantes y obligó a los campesinos a trabajar en granjas colectivas controladas por el partido (kolkhozy). La ley soviética desarrolló un nuevo papel como instrumento para la implementación de la política del partido y la planificación económica nacional" .
"Aunque la represión política había comenzado inmediatamente después de la revolución y había continuado después, regresó en gran escala en la década de 1930, cuando un gran número de presuntos opositores políticos y campesinos que resistieron la requisa forzada de granos y la colectivización agrícola fueron ejecutados o enviados a campos de trabajos forzados. Parte de esta represión se logró a través de los tribunales ordinarios, pero gran parte se produjo a través del aparato de seguridad del Estado, que tenía la autoridad para encarcelar a cualquier persona sin juicio. En juicios de purga de alto perfil y cuidadosamente redactados, los supuestos opositores políticos del gobierno fueron condenados por delitos atroces que no habían cometido
Estos hechos son representados en la obra Camarada Voronin, que muestra los efectos que tal manipulación de la ley ejerce sobre el ciudadano común. En el Paraguay, similares hechos se han visto cuando, por citar un ejemplo, el Dictador Alfredo Stroessner realizó modificaciones constitucionales y legislativas para extender su mandato indefinidamente, así como para beneficiar directamente a todas las personas allegadas a su entorno. Preparar el camino para el ascenso de un dictador, sin embargo, es trabajo de los ciudadanos que lo preceden; al menos, de aquellos que poseen poder político.
El columnista Daniel Espinoza escribe lo siguiente para Última Hora, “[Con la Guerra Civil de] 1947, quedan dos bandos y la división de los militares. Los colorados juegan un papel fundamental para salir vencedores, hasta utilizando a la población en situación de pobreza, y los derrotados toman el camino del exilio.
Esto puede recordarnos a los hechos acaecidos luego de la Revolución Bolchevique, donde salen victoriosos los comunistas por sobre el oficialismo zarista.
“Morínigo, finalmente, termina derrocado y a partir de ese momento comienza la hegemonía del Partido Colorado en Paraguay, con una interna que posiciona a varios presidentes en un periodo corto de tiempo, entre ellos a Natalicio González y Federico Chávez
“Con Morínigo y, sobre todo, con Natalicio González, se le echa a todos los funcionarios y se declara vacío todos los cargos públicos donde todavía no había colorados. Con una simple disposición, el aparato estatal se llena de colorados ” , recuerda Milda Rivarola para el mismo artículo.
"Durante ese periodo, que es previo al gobierno de Alfredo Stroessner, se establece que todo funcionario público y militares tienen como obligación afiliarse a la Asociación Nacional Republicana (ANR)” .
De esta manera, así como en Rusia, en el Estado paraguayo se sentaban las columnas de lo que sería el régimen stronista, que gobernó el país por casi 35 años.
Esto hace a uno preguntarse cuán probable es la repetición de una historia similar en nuestra sociedad, dadas las debidas condiciones políticas y económicas. ¿Basta la lectura de Camarada Voronin para generar una consciencia colectiva capaz de impedir la repetición de una situación similar, llamando a sus lectores a la acción, llegado el momento?
El propósito del arte en muchas ocasiones tiene que ver con el despertar de una consciencia. Como vimos a grandes rasgos, son varios los engranajes los responsables de situar en el poder a personas capaces de violar indiscriminadamente derechos humanos fundamentales. Por ende, cada obra artística dedicada a educar sobre la justicia social, debería ser capaz de alumbrar cada una de las piezas que, intervenidas a tiempo, pueden detener la máquina dictatorial.
El momento ideal para crear este tipo de trabajos es siempre el presente, pues concluyo con este fragmento escrito por Peter B. Maggs:
“Las publicaciones estaban monopolizadas por el estado y estaban sujetas a la planificación estatal; la mayoría de las obras fueron producidas por empleados de medios controlados por el estado o por autores que trabajaban bajo contrato con los medios estatales. Un sistema de censura eficaz aseguraba que las obras que no cumplieran con criterios ideológicos quedaran inéditas
Cuando el poder dictatorial ya se encuentra instaurado, el ciudadano común ya ni siquiera puede confiar en el imperio de la ley.
Bibliografía:
·Camarada Voronin, de Marco Augusto Ferreira ·Soviet law | History & Facts | Britannica ·La corrupción en Paraguay y su institucionalización con Stroessner (ultimahora.com)
Dra. Zaida Valenzuela
Doctora en Ciencias Jurídicas Prof. Abogada y Escribana Pública de Asunción
Marco Augusto Ferreira
Autor. Editor.Cineasta Profesor y Abogado. marcoaugustoferre
A U T O R A - E D I T O R

