SI DE MASCOTAS SE TRATA
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Guerra a
los parásitos
►Por Mariana Oviedo Rangel Con información de Grupo Open Mind
Esta rutina preventiva es vital durante los primeros años de vida del animal, porque en muchos casos los parásitos pueden hasta ocasionar la muerte de la mascota
L
as mascotas son completamente vulnerables ante los parásitos. De manera interna o externa éstos afectan negativamente su salud, incluso pueden transmitírselos a los seres humanos y a otros animales. Los cachorros son especialmente susceptibles a ellos, por lo que habrá que prestar especial atención a este tema. Su joven e inmaduro sistema inmunológico podría no ser capaz de combatir el problema. Desde que nacen se deben desparasitar de lombrices intestinales y de protozoos parásitos. Transcurridos unos meses, se puede iniciar la desparasitación externa teniendo en cuenta la toxicidad de los productos. Tras muchos de años de evolución, los parásitos se encuentran tan adaptados a sus huéspedes que es difícil mantener a nuestras mascotas libres de ellos. Para el control de las parasitosis en las mascotas, los veterinarios utilizan tratamientos con antihelmínticos desarrollados hace décadas. “Ahora los médicos veterinarios pueden contar con una nueva molécula para el tratamiento y prevención de los principales helmintos que afectan a los gatos”, indica el médico veterinario Manuel Avilán, asesor de la marca Bayer, la cual introduce por primera vez Emodepside, como un antihelmíntico novel en el campo de la parasitología veterinaria. Alerta el especialista que con la proliferación de parásitos en mascotas de compañía es casi inevitable las zoonosis, es decir, la trasmisión de enfermedades de mascotas a seres humanos, lo cual conlleva a una exposición de graves riesgos y trastornos en la salud. “La desparasitación es uno de los cuidados preventivos más importantes para el bienestar de nuestras mascotas y el de toda la familia”, dijo.
Tipos de parásitos
Dentro de los tipos de parásitos se encuentran los internos, que son los que viven en el interior del cuerpo del animal, principalmente en los intestinos, dividiéndose en dos tipos: las lombrices planas (cestodos o tenias) y las lombrices redondas (nematodos) Los síntomas de la infestación pueden ser diversos. Algunos parásitos como el Echinococcus granulosus no producen ninguna alteración en el animal, pero los huevos eliminados a través de las heces son peligrosos al ser ingeridos por humanos o por otros animales ya que la larva se enquista produciendo quistes hidatídicos, habitualmente en el hígado, donde producen graves desórdenes.
Otras manifestaciones de las lombrices son las alteraciones gastrointestinales (vómitos, diarreas, hemorragias); en muchos casos podrían producir obstrucciones intestinales, anemias y alteraciones nerviosas.
Ahora bien, entre los parásitos externos se encuentran la garrapata, que es el más grande de los ácaros, se alimenta de la sangre de su huésped al que permanece enganchada mientras se llena. Una vez saciada, se desprende. Produce en el animal prurito y dermatitis y podría transmitirle graves enfermedades como la ehrlichiosis, entre su variada sintomatología se encuentra la epistaxis (hemorragia nasal) que en estadios graves podría resultar mortal para el animal. Asimismo, está la pulga, pequeño insecto que también se alimenta de sangre. La picadura produce en el animal (y en las personas) un molesto escozor. Su saliva puede desencadenar reacciones alérgicas produciendo erupciones cutáneas más o menos importantes en función de la intolerancia. Por último está el mosquito; el conocido y molesto insecto puede causar en la mascota enfermedades como la leishmaniosis y la filariosis, ya que actuaría de portador del propio parásito causante. (Fuente: Mundoanimalia.com)