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El Soldado Encantado de La Alhambra

Al parecer, el musulmán le hizo un encantamiento para que no pudiera salir de la torre, para que no se escapara con su tesoro y éste nunca más volvió a por el soldado, dejándole allí por toda la eternidad.

Según el encantamiento, éste solo podría salir de la torre cada 100 años, durante la víspera de San Juan le dejarían salir durante 3 días para continuar su guardia en el puente del Darro, y durante esas 72h podría buscar la forma de romper su hechizo. Pero solo aquellos que lleven una pieza del tesoro de Salomón pueden verle, nunca nadie fue capaz de romper su hechizo. Vicente fue la primera persona con la que pudo hablar desde 1472. Al llegar a una sala, el soldado le señaló el cofre cerrado, y le dijo “Para romper el hechizo necesito a un hombre santo, que esté en ayunas durante 24h, y a una doncella virtuosa y que tocara el cofre con el amuleto de Salomón.” Otra de las condiciones era que el ritual, debería de hacerse en la noche del 26 de junio. Todo coincidía: Vicente tenía el amuleto, y conocía a un cura y a una doncella. La propuesta le parecía perfecta, además de dejar de ser pobre, le demostraría al cura que era un hombre valiente, justo y rico para su querida sobrina. Rápidamente aceptó el trato y al día siguiente le hizo su propuesta al cura, que lo escuchó con atención y aceptó. El único problema era que, la doncella era tan buena cocinera, como el sacerdote era de glotón, así que, al clérigo le resultaba imposible estar sin comer las 24h.

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Llegó el día y Vicente llevó al cura y a su sobrina a la torre del soldado, y después de bajar a la sala del cofre, y un breve interrogatorio del cura al pobre soldado, empezaron con el ritual. El cura realizó un exorcismo y le tocó el turno a la doncella. Vicente le entregó el sello, y esta lo acercó al cofre haciendo que éste se abra. Al abrirse dejó al descubierto joyas relucientes que Vicente introdujo en sus bolsillos. El soldado le paró y le dijo que le ayudaría a sacar el cofre, para que compartieran el botín fuera de la torre. Todos empezaron a empujar, menos el sacerdote, que al estar hambriento, se abalanzó sobre la cesta y devoró un grueso capón.

El cofre se cerró solo y volvió a su puesto original mientras que una fuerza sobrenatural empujaba al tuno, al sacerdote y a la doncella fuera de la torre y el agujero desapareció en delante de sus ojos. Buscaron el anillo para volver a entrar, pero la doncella dejó el sello de Salomón en la sala del cofre, haciendo que nunca más puedan volver a entrar. ¡el hechizo se había roto demasiado pronto! Según dicen, Vicente había guardado suficientes joyas en sus bolsillos como para poder terminar sus estudios y situarse en la vida. El sacerdote, para enmendar sus errores, entregó a la joven a Vicente para que se casara con ella y la pareja tuvo el primer de sus muchos hijos.

Esta historia se sigue contando por las calles de Granada, incluso hay quienes afirman haber visto al soldado esperando bajo el puente del Darro, siendo solo visible para aquellos que posean una sortija del tesoro de Salomón. ¿Quién sabe? Quizás alguno de vosotros es el afortunado que consigue apoderarse del tesoro de Salomón, y consigue liberar al soldado de su hechizo.

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