A. Jom: En la orilla desconocida, 1963.
vista figuración informal de Saura» 15. En efecto, Saura había vislumbrado desde 1959 la actitud abstracta y figurativa ante la obra. En el ámbito internacional, el crítico y artista Hans Platschek es sin duda quien suscita más deliberadamente la neofiguración desde 1959. La nueva figuración, en el contexto informal, no era una excusa sino un resultado del proceso creador: «Llegar del material a la figura quiere decir, en primer lugar, que traigo nuevamente de un modo consciente mi visión al cuadro, porque el cuadro como portador de material exige mi «inventario imaginativo» 16. Las líneas de Jorn, Appel·o De Kooning se agrupan en cabezas, ojos, narices, dan lugar a un signo icónico, etc., pues «las figu-
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pá\í.
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Iniciación al arte español de la posguerra, 111.
Bilder als Fragezeichen, pág. 124.
ras se desprenden como resultado de una acción pictórica, no como excusa para la acción pictórica ... El resultado es un cuadro que plantea preguntas y al que, a la inversa, se le pueden plantear preguntas, un signo interrogativo en el sentido literal del término» 17. Estas afirmaciones, desde un punto de vista perceptivo, nos remiten a la provocación de configuraciones de «buena forma» y a la instauración de procesos de identificación y reconocimiento a partir del material. Esta corriente subterránea emerge progresivamente en la «nueva figuración», aunque no siempre rompe de un modo definitivo con la premisa de necesidad de una expresión total. Sin duda alguna, Francis Bacon -nacido en Dublín en 1909- es el pionero y principal representante de esta tendencia. A pesar de la influencia ejercida sobre el «pop» inglés, ha permanecido una figura aislada en el panorama de la pintura europea figurativa. El estilo deforme de sus figuras discurre paralelo con los contenidos significativos de terror, violencia, aislamiento, angustia, etc. La presencia de sus obras produce una experiencia opresiva. La pincelada amplia, las contorsiones de los miembros no se disocian de los contenidos expresivos. Las figuras engendran el espacio como prolongación de sí mismas 18. Ya he indicado que la neofiguración es la salida del informa1ismo. A pesar de que en su prehistoria se movía en el
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Ibíd., pág. 189.
Otras figuras han sido Horst Antes (1936), M. Pouget (1923), J. Lebenstein (1930), nuestro A. Saura. Como insinué, la «neofiguración» tiene amplio desarrollo en España de 1960 a 1965. Destacaron, entre otros, Grupo Hondo: J. Genovés (1930), J. Jardiel (1923), F. Mignoni (1929), y G. Orellana (1933) planteó programáticamente la cuestión desde 1961. Miembros del «nuevo espacialisrno»: A. Fraile (1930), A. Medina (1924), J. Vento (1925), J. Martín-Caro (1933-1968), además de figuras más independientes, como J. Barjola y F. Somoza. 18
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