MOTOCICLISMO CLÁSICO
lia por su buen hacer en la firma de Esplugas, su fidelidad a Don Paco hizo que apostara y fuerte - por la nueva marca. La apuesta le salió bien, entre otras cosas porque el agradecido industrial le concedió la representación para Levante, y con ello un lucrativo negocio en muy poco tiempo. Aunque estaba claro que no había sido el dinero lo que había movido al pionero valenciano. Paco González, junto con John Grace, Ricardo Quintanilla, Mauricio Aschl, Marcelo Cama y José M Llobet "Turuta" formaron un equipo devastador para la competencia, que de inmediato salieron a promocionar la nueva marca en los circuitos... "El mercado sigue la bandera a cuadros", pontificaba Bulto. Como no podía ser de otro modo, la Tralla se vio en competición antes que en los concesionarios. Su bautismo de fuego llegó en el Gran Premio de España, celebrado en el circuito de Montju'ic apenas dos meses después de la prea
^ A t ó los extremos del tubarro con una cuerda, se lo puso en bandolera, y salió de su casa en Valencia con la fiel Bultaco. Una vez en Madrid, en E l Retiro, montó el tubarro y salió a correr yy sentación de nuestra protagonista. En la clase comerciales el nuevo equipo Bultaco se llevó los puestos 2 , 3 , 4 , 5 , 7 y 8 , y John Grace entró a menos de una rueda del ganador de la prueba, Tey Elizalde, sobre una Montesa. Poco más tarde, en el XV Premio Internacional de Madrid, celebrado en El Retiro, Grace y Bultaco obtuvieron su revancha y, de paso, la primera victoria para la Tralla. En julio sería en momento de demostrar que además de rápidas las Tralla eran resistentes. Como ya habrán intuido, durante las 24 Horas de Montju'ic las Tralla lograron los puestos 2° y 3 de la general, así como las cuatro primeras plazas de su categoría. El culmen de este año inicial fue el II Gran Premio de Otoño, disputado en Madrid en o
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el mes de octubre, cuando Bultaco hizo doblar la cerviz a las MV Agusta, Mondial y Ducati pilotadas por Ubbiali, Spaggiari y Milani. Para concluir la temporada, el VIII Premio Motociclista del Pilar, en Zaragoza, vio a las Tralla evolucionadas lograr las cuatro primeras plazas de la clase 125 Internacional. Pero mientras este sólido equipo iniciaba una carrera inconmensurable de hazañas, en Valencia estaba Francisco González Romero, "Paquito González", hijo del gran campeón. A estas alturas contaba con 19 años, y ni siquiera se le había pasado por la cabeza dedicarse a correr en moto. No obstante, era un consumado motorista, cuyos primeros pinitos se remontaba a la edad de cinco o seis años, con lo que a estas alturas atesoraba ... más de doce
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