Escuela de la Obra Cristiana

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compañera, así el Señor Jesús en Su sueño profundo de la mente, como Adán también fue herido en el costado para que saliera sangre y agua, y poderse redimir así un pueblo que es la Iglesia, que es Eva del Señor Jesús. Junto con el Hijo de Dios está la Iglesia de Dios; por eso es que en Colosenses 1:15 leíamos: Él es la cabeza del cuerpo que se la Iglesia, es decir, que a Cristo, al cual Dios quiere reunir todas las cosas alrededor de Él, es un Cristo corporativo. Miremos este concepto en 1 Corintios 12:12: “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo”. Cristo es un cuerpo que tiene muchos miembros, que es la Iglesia, pero son uno solo. El negocio de Dios no se hace con opiniones de hombres, sino con la revelación verdadera de Dios. A Pedro Dios le reveló quién era Jesucristo, y Jesucristo le reveló el misterio que es la Iglesia; le dijo tú eres una piedra de mi edificio. Si no tenemos a Jesús no podemos ser miembros de Su Iglesia. La Iglesia es la vida de Dios en Cristo, que se está extendiendo y formando en nosotros. Predestinados conforme Sus propósitos “11En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad". Así como Dios quiere reunir todas las cosas, asimos en Cristo tuvimos herencia habiendo sido predeterminados, porque así lo decidió Dios. Todo fue creado para Él, y si no se realiza así, todo está perdido; como dice en Eclesiastés 6:10: “Respecto de lo que es, ya ha mucho que tiene nombre, y se sabe que es hombre y que no puede contender con aquel que es más poderoso que él”. “12A fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”. Dios espera que nosotros nos expresemos, a través de la Iglesia, Su gloria, y que produzca alabanzas a Dios por la revelación de la gloria de Dios. Fuimos sellados, lo que indica a quién le pertenecemos; es algo que ya está aprobado; fuimos sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que son las arras, o sea, que no es todo, es un anticipo de la primera parte. Las arras de nuestra herencia, que es el Espíritu, siendo un anticipo hasta la redención, claro que la redención ya fue pagada en la cruz, pero es cobrada en la economía del cumplimiento de los tiempos. Esto se refiere a los versículos 13 y 14 de Efesios 1. Hasta la redención de la posesión adquirida. Somos una posesión adquirida, estamos destinados al juicio justo de Dios por no alcanzar la medida de Dios, pero entonces Dios nos compró, pagó un precio, nos rescató, nos redimió, nos adquirió, somos una posesión adquirida para alabanza de Su Hijo.

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