Boletín osar n°29

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6ª) ¿Cómo se prepara el seminarista para recibir el ministerio del Lectorado?

7ª) ¿Qué lugar ocupa la “lectio divina” en la vida cotidiana del Seminario? ¿En los días de ejercicio del ministerio fuera de él?

8ª) ¿Cómo asume el Seminario el mandato conciliar que la formación pastoral específica de los seminaristas los ha de capacitar “especialmente en la catequesis y en la predicación” (OT 19)?

44. Otra serie de preguntas habría que hacer con respecto al papel que la Sagrada Escritura juega en la vida de los Presbíteros: en la oración con ella, en su estudio y en la predicación. Baste hacer unas pocas:

1ª) ¿Después de cuarenta y cinco años de la clausura del Concilio, se puede decir que el Clero tiene cultura y espiritualidad bíblica? ¿O continúa vigente el viejo prejuicio que la Escritura es cosa para “entendidos”?

2º) ¿La predicación del Evangelio es tenida por los Presbíteros como el “primum officium” (PO 4)?

3º) ¿La calidad de las homilías podría ser alegada como signo de la credibilidad de la Iglesia católica?

4ª) ¿Cómo los Clérigos aprovechamos las iniciativas de la Iglesia “para que la mesa de la Palabra de Dios se prepare con mayor abundancia para los fieles” (SC 51)?

….5ª) ¿Cómo aprovechamos el leccionario dominical con su ciclo trienal? ¿Y el semanal?

….6ª) ¿Cómo aprovechamos el Oficio de Lecturas?

¿Retroceso en la preparación al ministerio de la Palabra y en su ejercicio? 45. Con respecto a la preparación para la predicación, séame lícito expresar una impresión personal. Mientras los seminaristas actuales tienen una preparación bíblica mejor que los de antaño para comprender la Palabra de Dios, me parece que no está a ese mismo nivel la preparación que tienen para trasmitir esa Palabra. Incluso me parece que en este campo hay un retroceso muy peligroso.


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