Boletín osar n°08

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10 CONDICIONES ACTUALES DE LA FORMACIÓN La formación para el ministerio presbiteral se encuentra en la actualidad con unas condiciones diferentes, que tienden a acentuarse cada vez más. Estas condiciones exigen una acción compleja e integral, que no puede centrarse solamente en la disciplina o en el cumplimiento del reglamento del Seminario. Estas condiciones cuestionan la solidez de la fe de los candidatos. En la formación habrá que acudir a ellas para que desde la base cristiana se posibilite la configuración con Cristo pastor. Algunas de esas condiciones son las siguientes: 

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Se parte de la constatación de un déficit inicial, más o menos generalizado, en los candidatos, que han hecho procesos de fe y de formación deficitarios. Dada la diversidad de su origen, es normal que este déficit sea diverso, por ello la formación deberá buscar sistemáticamente el equilibrio. Esto supone la exigencia de una formación personalizada, muy capaz de comprender los diversos movimientos y tendencias en la Iglesia y de integrarlos en una sola dinámica de fe. Los candidatos exigen al Seminario una oferta en el plano de la fe, que satisfaga el camino recorrido por ellos en sus procesos previos, de modo que su identidad esté clara en la centralidad del encuentro con Dios y en el cultivo de los medios ascéticos y espirituales necesarios. Así la fuente de unificación del proceso, y de la comunidad en su diversidad, será una verdadera experiencia espiritual. La fuerte influencia del secularismo ambiental, en el que se tiende a disgregar de la opción vocacional aspectos tan importantes como la moralidad del comportamiento personal o el uso de los bienes materiales. Se deberá buscar positivamente la integración de esos aspectos que se hayan disociados en el ambiente social. En las diócesis se propone una serie de etapas de formación, sabiendo que hay que considerarlas con flexibilidad, dependiendo de la aptitud y dinámica de cada uno de los candidatos. En ocasiones conviene prolongar o eliminar algunas de estas etapas. Todo proceso formativo cuenta con fuertes condicionamientos grupales. Los grupos son una referencia muy importante en el proceso vocacional, y así como pueden favorecer la interiorización de los valores, pueden obstaculizarla seriamente. Estos condicionamientos no se superan con rapidez. El equipo formador deberá contar con la importante influencia de los grupos. Se afirma el valor de la formación integral, en la que no extraña que existan más fallos en unos aspectos u otros de la formación, pero se tienda con seriedad a lograr el mayor equilibrio entre ellos.

DINÁMICA DEL PROCESO DE FE EN LA FORMACIÓN La estructura del seminario mayor se caracteriza por su finalidad específica: formar candidatos para el ministerio presbiteral. Sin embargo, la experiencia originaria y dinámica de la fe es fundamento del proceso formativo específico. Es imposible formar sacerdotes si no se procura a la vez y conscientemente formar cristianos y formar hombres. De modo que se comprenda y viva el ministerio sacerdotal como vocación humana-cristiana-sacerdotal. Los candidatos, a través del proceso formativo, deberán pasar desde una situación de apertura a la fe, que se percibe como novedosa y desconcertante, hasta la situación propia de las órdenes, en que la fe polariza toda la existencia. En esta integración de los diversos niveles de la vocación cobran especial importancia los fundamentos motivacionales que están a la base de la actividad formativa. Es necesario ayudar a los candidatos a


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