hegel introduccion a la historia de la filosofia

Page 24

Introducción a la historia de la filosofía

31

contiene pensamientos sobre Dios y el mundo y nos hace frente de diversas formas. Pero la más amplia significación de esta idea es también, por eso, que no solamente opiniones lo que la historia de la filosofía nos enseña a conocer. Lo que, por lo pronto, se pone frente a la opinión, es la verdad. Ante ésta palidece la opinión. Pero también es la verdad ante la que aquéllos vuelven la cabeza, sobre todo los que solamente buscan opiniones en la historia de la filosofía y afirman que en ella únicamente han de encontrarse tales opiniones. Aquí hay dos antagonistas que combaten la filosofía. Antiguamente, era la religiosidad la que declaraba a la razón o al pensar incapaz de conocer la verdad. A menudo ha declarado que, para alcanzar la verdad, es necesario renunciar a la razón, que la razón debe humillarse ante la autoridad de la fe; la razón abandonada a sí misma, el pensar por sí mismo, conduce al extravío, al abismo de la duda. De la relación de la filosofía con la religión y su historia se tratará más tarde. El otro aspecto es que la razón se ha vuelto contra la fe, contra las representaciones religiosas, contra las doctrinas reveladas, que intenta hacer racional al cristianismo y se ha colocado tan por encima, que solamente la propia evidencia, la propia convicción debían ser los medios por los que el hombre se viera obligado a reconocer algo como verdadero. De una manera tan prodigiosa es trastocada la afirmación del derecho de la razón, para tener esto por resultado, que la razón no puede conocer nada verdadero. Esta razón comenzó entonces por eso a dirigir, en nombre y en virtud de la razón pensante, la lucha contra la religión; pero entonces se volvió contra sí misma y se convirtió en enemiga de la razón al afirmar que sólo el presagio, el sentimiento, la convicción propia era la regla subjetiva que debía valer para el hombre. Pero tal subjetividad no presenta nada nuevo sino las opiniones. Después, esta mencionada razón ha convertido la opinión en aquello que debe ser lo último para el hombre, y, por su parte, la afirmación de la religiosidad, que la razón no puede llegar a lo verdadero, se confirma; sólo que ella afirmaba al mismo tiempo, además, que la verdad es algo inalcanzable. Al momento tropezamos con estas opiniones. La formación general de esta época lo ha convertido en axioma: no se puede conocer lo verdadero. Este axioma es considerado como un gran signo de la época. Por eso, sucede también en teología que no se busca lo verdadero en la doctrina, en la Iglesia, en la comunidad, y que no se pone por base ya más un símbolo, una confesión interior de fe, sino que cada uno se arregla según su propia convicción una doctrina, una Iglesia, una fe, y que, por otra parte, las ciencias teológicas son estudiadas sólo históricamente; se limita en ellas a investigaciones históricas, como si no se tuviera que hacer en ellas más que conocer


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.