DATAMEX Enero 2019 by ortegaygassetmx

Análisis de coyuntura mensual sobre México

Liébano Sáenz, Samuel Aguilar Solís Luis Enrique Mercado Ernesto Hernández Norzagaray Víctor Alejandro Espinoza Carlos Ramírez Francisco Abundis Marcos Marín Amezcua Juan Pablo Calderón Patiño

ISSN: ISSN: 1135-8130 1135-8130

Datamex No. 40. enero Enero 2019

D40 ÍNDICE D40 Presentación 001

Liébano Sáenz

002

Samuel Aguilar Solís

003

Luis Enrique Mercado

004

Ernesto Hernández Norzagaray

005

Víctor Alejandro Espinoza

006

Carlos Ramírez

El estilo personal de gobernar Elecciones 2019

Crean políticas con datos y tesis falsos Brooklyn sin fin

La difícil construcción del buen gobierno AMLO: El estilo personal de gobernar

007 Francisco Abundis

El mejor momento del Ejército y la Guardia Nacional

008 Marcos Marín Amezcua

¿Una oposición de quinta ante la Cuarta Transformación?

009 Juan-Pablo Calderón Patiño 2019, desafiante

Datamex No. 40. enero 2019

Directora General FOM Lucía Sala.

Director Académico IUIOG Javier Zamora.

Director CESMUE José Francisco Parra.

Coordinadora Institucional CESMUE Luisa Treviño Huerta.

Consejo Editorial

José Varela Ortega, Jorge Olvera García, César Astudillo Reyes, Jannet Valero Vilchis, Javier Zamora, Luis Castro Obregón, Dmitri Fujii, Carlos Camacho Gaos, Arnulfo Valdivia Machuca, Santiago Portilla, Víctor Alejandro Espinoza Valle, José Retana, Iván Álvarez Olivas, Ingrid Negrete.

Coordinación Editorial

Paola Olivares Ramos, Ivonne Grostieta, José Francisco Parra, María Magdalena Sánchez, Haydée Vázquez

CESMUE Centro de Estudios de México en la Unión Europea Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón

Fortuny 53, 28010 Madrid, España. Tel +34 917004138 / 68, Fax +34 917003530. cesmue@fogm.es datamex@fogm.es

IUIOG MX Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, Capítulo México Av. Chapultepec 480, Piso 1, Roma Norte, Ciudad de México, Tel +5255 72598611 y +5255 72598608. ortegaygassetmx@fogm.es

D40 PRESENTACIÓN

l número 40 de Datamex, el primero de 2019 conjunta una serie de artículos que coinciden en temas de gran relevancia para México, entre los que destacan: los procesos electorales de este año; programas sociales, seguridad nacional y el estilo de gobernar del presidente Andrés Manuel López Obrador. Liébano Sáenz y Carlos Ramírez, cada uno desde su perspectiva política, coinciden en el título de sus artículos: El estilo de gobernar. El primero, nos deja ver cómo el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha ganado e incrementado la confianza popular con las decisiones tomadas hasta el momento y con la forma en la que ha marcado agenda pública con sus conferencias matutinas. Sin embargo, señala que la popularidad puede crear falsas apariencias. Por su parte, Carlos Ramírez analiza las diferencias entre los tiempos políticos de del ex presidente Luis Echeverría (1970-1976) y los de AMLO (2018-2024). Por ejemplo, Echeverría contaba con el fortalecimiento del sistema presidencialista y López Obrador no tiene un verdadero control del sistema. Samuel Aguilar Solís, en su artículo titulado “Elecciones 2019”, aborda cómo vivirá México los procesos electorales, bajo un contexto de crisis en el sistema de los partidos políticos. Destacando que los estados que estarán dentro de dicho proceso son los que ganaron con coaliciones electorales, que en su momento funcionaron para quitar del poder al Partido Revolucionario Institucional. La importancia de las políticas públicas que se deben desarrollar y ejecutar durante este sexenio, son el eje principal del artículo del periodista Luis Enrique Mercado. En esa misma tesitura, Víctor Alejandro Espinoza, nos presenta en su artículo: “la difícil construcción del buen gobierno”, haciendo un recuento del primer mes bajo el gobierno de AMLO y los retos que se vislumbran para conseguir un buen gobierno. Ernesto Hernández analiza los avances del juicio que se lleva a cabo en contra de Joaquín Guzmán Loera, alías el “El Chapo”; y bajo su perspectiva menciona que pareciera que en el México de la Cuarta Transformación las noticias que llegan desde Brooklyn no inmutan a nadie. Francisco Abundis, aborda la discusión que gira en torno a la creación de la Guardia Nacional y cómo diversos grupos consideran que dicha estrategia podría implicar violaciones a los derechos humanos. La oposición juega un papel importante en todos los ejercicios de gobierno, por ello Marcos Martín Amezcua plantea que una democracia requiere una oposición firme y estructurada, misma que hasta el momento no se ha podrido consolidar. Finalmente, Juan-Pablo Calderón Patiño, en su artículo “2019, desafiante”, esboza dos vertientes que en este año podrían definir el sexenio de AMLO, por una parte el conflicto del sector privado-gobierno, a nadie conviene un conflicto en un contexto global de incertidumbre y por otra parte, la crisis de seguridad. En este número, nuestros lectores podrán encontrar análisis de coyuntura de los temas que han marcado los primeros días del nuevo gobierno de México y los que se esperan para este 2019.

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El estilo personal de gobernar Liébano Sáenz

la mitad de los 100 días, periodo tradicional para la consolidación del estilo personal de gobernar (Daniel Cosío Villegas dixit), el presidente López Obrador ha dejado en claro la nueva y muy distinta forma de ejercer el poder, al tiempo que gana con creces la batalla de la confianza popular. Algo notable, sobre todo ahora, en una época donde el signo es la polarización y el desprecio por la política, sus instituciones y personajes. En las siete semanas que lleva su sexenio, el Presidente ha evitado acomodarse al ambiente de opinión o de los factores de poder, en particular el empresarial. Lejos de darles concesiones, como lo venían ha-

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ciendo sus antecesores, los ha confrontado y ha ganado en el tribunal veleidoso de la opinión pública, sobre todo, a partir de sus comparecencias matutinas, que le han servido de espacio para definir la agenda nacional. De hecho, la comunicación del gobernante ha sido clave en este período, en el que se han tomado decisiones críticas que obligan a la explicación y a desarrollar una narrativa consecuente con el perfil político del nuevo gobierno. A pesar de las fallas propias de un gabinete eclipsado por la poderosa presencia política y mediática del jefe, el Presidente ha prevalecido y ha tenido éxito a la hora de comunicar.

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Ocurre así porque es un político que conecta en forma y fondo con el momento de la sociedad mexicana. Sus señalamientos encendidos al pasado se corresponden al sentimiento público mayoritario, que independientemente de veracidades, se alimenta y recrea percepciones y prejuicios. Esa indignación ciudadana alcanza niveles de rencor social ante el fenómeno de la impunidad, un proceso que es jurídico, social y político. Frente a ella, hay un sentimiento de indefensión y también de impotencia. Y aunque bien es cierto que hay una cuota muy grande de complicidad social ante la corrupción, el narcotráfico o el robo de combustible, el combate a la impunidad le ha ganado al Presidente un gran aval social cuando asocia su lucha a combatir la venalidad, así sea la cancelación del aeropuerto de Texcoco o la lucha contra el robo de combustible. El triunfo de López Obrador no es coyuntural, es estructural en la medida en que su referente es la sociedad con todo y sus prejuicios, fijaciones y aspiraciones, lo que le lleva a una situación privilegiada en términos de apoyo y popularidad. Ser aceptado no hace a una persona ni a un gobierno bueno. Es un activo, pero hay objeti-

001 Liébano Sáenz

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vos mayores. Si el de López Obrador es hacer un país más justo, para ello requiere, necesariamente, no solo un gobierno honesto, también eficaz, pero, sobre todo, una economía con crecimiento a tasas considerablemente mayores a lo que se perfila para los dos primeros años de su administración. El estilo de gobernar que hemos visto en estos días ha alienado al sector inversionista y sin éste el crecimiento, en el mejor de los casos, es magro. El gobierno ha hecho lo suyo con un compromiso de equilibrio en las finanzas públicas. Ello le ha ganado reconocimiento, más no ha ocurrido así respecto al contenido de la política de gasto, o las decisiones que inciden en la calidad del gobierno, como es la remuneración a la media y alta burocracia, el centralismo o el debilitamiento de los órganos autónomos. La colocación exitosa de bonos no es muestra duradera de confianza; tampoco lo son indicadores coyunturales, como el tipo de cambio o el índice bursátil. Lo fundamental para toda economía es la inversión, y ésta no pude ni debe inhibirse.

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Se trata de gestos en los linderos del autoritarismo. Y esa tentación siempre ha estado presente en nuestra historia, más cuando la oposición institucional navega hoy entre la debilidad y el descrédito. El país requiere contrapesos formales e informales porque la tarea de transformar nuestra realidad no es empresa de un hombre, grupo o partido, sino de todos. El Presidente, a pesar de lo admirable de su persistencia en causas con las que se ha identificado desde sus orígenes, como el combate a la corrupción y a la desigualdad social, en algunos temas suele dar giros contradictorios, como ha ocurrido respecto a la libertad de expresión o la participación del sector privado en los proyectos de

desarrollo. Su idea de ratificación de mandato en la elección intermedia es una manzana envenenada, a contrapelo de los principios de la democracia mexicana. El presidente llega a la mitad de los 100 días con una imagen muy fortalecida en su liderazgo. Pero el problema de la popularidad es que más que iluminar encandila, deslumbra, y puede crear falsas apariencias. Los logros con frecuencia son circunstanciales o secundarios y los costos suelen ser duraderos. Los mayores logros en política no se dan en el consenso obsequioso o pasivo, sino en el marco del debate y la crítica. Eso no está ocurriendo y es un problema para las pretensiones de trascendencia de quienes ahora gobiernan.

Liébano Saénz Ortíz Abogado, administrador y analista político. Ha ocupado diversos cargos públicos. Desde hace más de una década publica columnas especializadas de coyuntura política del país en Grupo Editorial MILENIO. Twitter: @liebano Facebook: Liébano_Sáenz *Texto publicado en Milenio.com, 19 de enero 2019

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Elecciones 2019 Samuel Aguilar Solis

ste año habrá elecciones para elegir gobernador, congreso local (17 diputaciones de mayoría relativa) y los cinco ayuntamientos en Baja California; los 39 ayuntamientos de Durango; los 11 ayuntamientos de Aguascalientes; en Quintana Roo se eligen 15 diputaciones de mayoría relativa y Tamaulipas elige 22 diputaciones de mayoría relativa al congreso local, aparte de que lo más seguro es que la elección para el nuevo Gobernador(a) de Puebla, también se empate con estas elecciones locales para el día 2 de junio. Estas elecciones sin duda son singulares, se dan 11 meses después de que Andrés Manuel López Obrador y su movimiento político MORENA ganará de una manera

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contundente la Presidencia de la República y la mayoría del Congreso Federal junto con sus aliados, el Partido Encuentro Social y del Trabajo, pero también las gubernaturas que estuvieron en juego y la mayoría de los congresos locales en esas elecciones concurrentes. Ahora cinco meses después de haber asumido el poder presidencial, los ciudadanos tienen ya elementos para hacer una valoración sobre el ejercicio del poder, además de que AMLO, NO va en la boleta; se verá también cómo los ciudadanos evalúan a los gobernadores de esas entidades, a mitad de su mandato (salvo Puebla claro), y a los actuales alcaldes y diputados locales.

Pero se dará este proceso electoral en un contexto de crisis del sistema de partidos políticos, el mismo que justo el 2 de julio del año pasado voló por los aires y que hasta hoy no se ha recompuesto ni en lo general ni cada uno de ellos y con una desprestigiada “clase política", que según Consulta Mitofsky en una encuesta de octubre del año pasado, los partidos políticos, los diputados y senadores tienen una calificación de confianza de apenas por encima del 5 ( en una escala de 10), mientras que AMLO según la última medición de El Financiero terminada el 11 de enero, el 76 por ciento de los consultados aprueba el trabajo del Presidente en medio del desabasto de gasolina en varias entidades del país y de su estrategia de combate al robo del combustible.

002 Luis Samuel Aguilar Solís Datamex No. 40. enero 2019

Las elecciones locales del 2 de junio se van a dar con un movimiento como MORENA que aún teniendo el poder que tiene ya en la estructura de poder nacional, no cuenta con una estructura orgánica sólida, aparte de un fuerte voluntarismo, persisten y ahora con más fuerza, el canibalismo político por las posiciones en sus diferentes corrientes y actores de ese variopinto movimiento político. En el plano local independientemente de los saldos que queden de las estructuras partidarias y de la falta de solidez orgánica de MORENA, cuenta el conocimiento que se tiene de los candidatos por sus cercanía y vecindad, en algunos casos de toda la vida, lo que lleva a mantener lazos de amistad o de intereses. Los estados que estarán en elecciones se ganaron con coaliciones electorales que en su momento funcionaron para arrebatarle el poder al PRI, pero que en el pasado proceso electoral fueron barridas, estos partidos políticos por la candidatura de AMLO, pero también en los últimos tres años en el ejercicio del gobierno local se han fracturado y no hay certeza de que se puedan mantener para este proceso electoral, por lo cual este es un ingrediente que habrá que tener en consideración. Bajo estas consideraciones y otras más que habrá que analizar, es como se habrán de desarrollar los procesos electorales que vienen, pero los problemas que llevaron a los actuales gobernantes locales y federales a ganar aun persisten y son los mismos: corrupción e impunidad, po-

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breza y desigualdad; violencia e inseguridad, bajo crecimiento económico y desempleo, entre los más sobresalientes, amén de nuevos que se han venido sumado como el tema de las “caravanas” de migrantes centroamericanos. Ahora los electores irán a las urnas (probada ya la alternancia local y federal) me parece juzgando los actos de gobierno y no las propuestas o las intenciones porque los que ahora gobiernan ya saben que es más difícil ejercer el poder que acceder a él.

Samuel Aguilar Solís Analista político. Licenciado en Derecho. Maestro en Estudios de México y Estados Unidos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Se ha desempeñado como diputado local y federal y como senador. Economista y profesor universitario. Columnista de El Imparcial de Madrid. Twitter: @aguilarsoliss Texto publicado en El Financiero, 21 de enero 2019

Crean políticas públicas con datos y tesis falsos Luis Enrique Mercado

no de los más grandes errores de este gobierno es que, en su afán por cambiar todo de fondo, parte de premisas falsas para crear políticas públicas. Desde que era candidato, el Presidente de la República insiste en que México debe producir todo lo que consume. Ignora el mandatario temas como aprovechar condiciones de mercado y hace a un lado las economías de escala que se producen aprovechando precios y condiciones de mercado para producir o comprar, según lo que convenga.

Esa visión de que “debo producir lo que necesito, aunque me cueste más caro” produce enormes distorsiones, perjudica a los consumidores y cierra la puerta a la innovación y el avance tecnológico. Dado que el punto de vista presidencial se toma por sus colaboradores como dogma absoluto, encontramos necedades como las de la nueva directora del Conacyt, María Elena Álvarez, quien dice que la institución perseguirá “la autosuficiencia tecnológica”, lo cual pareciera indicar que

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nosotros mismos vamos a es necesaria la creación desarrollar toda la tecnolo- del organismo porque “el campo mexicano está en gía que necesitamos. el abandono” y porque es El punto de vista naciona- “necesario producir lo que lista del primer mandatario consumimos”. Ambas ideas se observa, también, en el están equivocadas. tema alimentario. López Obrador publicó el viernes, Por principio de cuentas es 18 de enero, en el Diario falso que el campo mexiOficial de la Federación, cano esté abandonado. Un un decreto por el cual se campo, como el de México, crea Seguridad Alimenta- que en 2017 se convirtió ria Mexicana (Segulmex), en el décimo del mundo en organismo paraestatal que producción de alimentos, resulta de la fusión de Li- no es un campo abandonaconsa y Diconsa. do. El problema no está en la creación misma de Segulmex, sino de la visión con que nace y que, sencillamente, como lo demuestran los hechos y los números, es una visión equivocada y, por lo mismo, sus objetivos no son sino meros despropósitos. El decreto presidencial para crear Segulmex señala que

políticas públicas o por los ficientes, sino que, incluso, gobiernos. nos sobra dinero. México exporta al mundo más aliEn 2017, el campo mexi- mentos de los que compra. cano había aumentado su En 2017, le vendimos al producción 42.9%, en seis mundo alimentos por cinco años, era ya el décimo pro- mil 411 millones de pesos ductor de alimentos a nivel más de los que compramos. mundial con 286 millones de toneladas y exportaba Adoptar políticas públicas productos a 109 países, en- con base en tesis falsas sólo tre ellos, jitomate, aguaca- provoca que la economía se distorsione y que los más te, chile, brócoli, coliflor. afectados sean los ciudaEl tema central en las tesis danos a los que se trata de del Presidente de la Repú- proteger. blica es que debemos ser autosuficientes en materia Lo que sí es verdad es que alimentaria. La realidad es hay pobreza en el campo que no sólo somos autosumexicano, pero esa pobreza Luis Enrique Mercado Sánchez se encuentra en los ejidataPeriodista especializado en economía y finanzas. rios, a quienes el régimen Fue fundador de El Economista, diario que dirigió 20 años. de propiedad comunal los En la actualidad es presidente y director general ha llevado a tener parcede los diarios Imagen y El Centinela del Pueblo. Colaborador en el programa de los martes de las cada vez más pequeñas, Eduardo Ruiz-Healy en Grupo Radio Fórmula. con un tamaño que impide Twitter: @jerezano52 que sean rentables. Es deFacebook: Luisenriquemercado. cir, hay pobreza y abandono por parte de los mismos Texto publicado en DineroenImagen.com el 21 de enero 2019 ejidatarios, pero no por las

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003 Samuel Aguilar SolĂs

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BROOKLYN SIN FIN…

Ernesto Hernández Norzagaray

n el juicio que se celebra en Brooklyn en contra de Joaquín El Chapo Guzmán han salido a relucir lo que era y es vox populi en Sinaloa: Venta de plazas de los altos mandos del sistema de seguridad pública, prestación de servicios de protección de capos del narcotráfico e instrumento para perseguir a quienes per-

tenecían a enemigos, muertes, mu- sexenio sino en una zozobra colectiva chas muertes y más desaparecidos, que llegaba a todas las familias sinasólo sospechas de la presencia opaca loenses. de actores políticos. Ismael El Mayo Zambada en la enEsto significa simple y llanamente que trevista que concedió en 2010 a Julio teníamos un Estado cooptado por el Scherer, el desaparecido director de la mundo criminal lo que se traducía no revista Proceso, entre otras cosas dijo: solamente en miles de muertes cada “Un día decido entregarme al gobier-

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no para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió” y, remató afirmando, “El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”. En efecto, estamos ante un negocio

puración, sólo que en está ocasión, a diferencia de otros casos no alcanzan relieve más allá del ámbito inmediato. El caso de El Chapo Guzmán, y el resto, que está declarando ante el fiscal Adam Fels, adquiere quizá el alcance que en su momento tuvieron los juicios a los mafiosos italianos, tanto en Estados Unidos como en Italia, donde los medios de comunicación se volcaron a los tribunales para seguir paso a paso las declaraciones de estos personajes dándole un toque de espectáculo, cómo bien lo señalan, los teóricos de la sociedad del espectáculo del muy lucrativo, calibre del francés Guy Debord. además, en un país donde el Estado se ha quedado hasta El juicio de marras se ha transformaahora corto y no crea incentivos entre do en un verdadero thriller que segulos jóvenes que buscan salir del esta- ramente terminara con cientos, quizá do de penuria, lleva a lo que señala- miles, de artículos periodísticos en ba en otra entrevista, en otro tiempo, todo el mundo, como insumo de alSandra Ávila Beltrán, la llamada Rey- guna novela y no lo dudemos, hasta na del Pacífico, al mismo periodista nuevos capítulos de las series exitopalabras más, palabras menos: “Esta- sas del narco que vende Netflix a sus mos ayudando a resolver uno de sus clientes o la película que alguna vez problemas al gobierno al generar los soñó quién hoy está en el banquillo de los acusados y no se diga el impacempleos que no está produciendo”. to mayor en las redes sociales. Estas son las coordenadas del “negocio” y eso sigue intacto, aun con el Entonces, esta tragicomedia que se proceso “natural” de los ciclos de de- celebra en Brooklyn, que deberá ter-

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minar con condenas perpetuas y reducidas, ya se habla por ejemplo que Ismael Zambada, El Vicentillo recibiría una condena a lo sumo de 10 años, por haberse declarado culpable y haber contribuido a aclarar el rol en la organización de su “compadre”.

es que la máxima de El Mayo arriba señalada se cumple a cabalidad: El negocio sigue con todas sus complicidades.

Pero, mientras esto ocurre, al otro lado del puente de Brooklyn en el México de la cuarta transformación pareciera que lo que sucede en el juzgado gringo no quitan el sueño a nadie, y todo se mantiene en calma chicha, cómo si tratará verdaderamente de un thriller cuándo es evidente que además de los grandes negocios que se hacen con el huachicoleo, por aquello de que no ha terminado según López Obrador, esta lo que representa las complicidades del tráfico de drogas hacia el otro lado de la frontera norteamericana.

Ciertamente, cuándo a un capo mexicano se le juzga en otro país, le quita un problema al gobierno, pues en el mejor de los casos se preocupará por garantizarle que se respeten sus derechos humanos -cómo aquellos sinaloenses paupérrimos hoy presos en una cárcel de Malasia por delitos contra la salud y que estuvieron sentenciados a la horca y por la gracia del Sultán del estado de Johor se les conmutó la pena de muerte- y esa atención, termina por quitar presión y que el tema hasta ahora no escale hacia otros actores sociales y políticos. De hecho, en las audiencias de Brooklyn las denuncias contra políticos no han escalado y el tema de los acuerdos con la DEA simplemente ha sido vetado por el propio fiscal.

Un ejemplo de nuestra historia más o menos reciente, es el control que ejerció durante años Jesús El Rey Zambada sobre el aeropuerto de la Ciudad de México, a donde de acuerdo con su propio testimonio llegaban desde Colombia cientos de toneladas de cocaína que luego seguían con destino hacia el mercado norteamericano.

Una verdad de Perogrullo es que el narco no se explica sin la complicidad del poder político, y eso salvo algunas excepciones no se documenta, no se hace visible, pero ahí están las declaraciones que acusan y exhiben, pero sin duda existe de otra manera no se cerraría el círculo del sistema.

Evidentemente, esto significaba la connivencia de narcotraficantes con funcionarios públicos que tenían bajo su responsabilidad el mayor aeropuerto del país, y esa complicidad al igual que la compra de un cargo público en el sistema de seguridad, debería ser motivo de atención de las nuevas autoridades del Poder Judicial. Pero, las noticias que llegan de Brooklyn no parecen inmutar a nadie o se mantienen en reserva, y si eso sucede

Ernesto Hernández Norzagaray Doctor por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Miembro de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas. Colaborador en www.sinembargo.mx, Noreste, Ríodoce, Aldea 21 y 15 Diario. Facebook: ernesto.norzagaray Texto publicado el 11 de enero de 2019 en el diario digital Sinembargo.mx

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La difícil construcción del buen gobierno Víctor Alejandro Espinoza

rrancamos 2019 con muchas expectativas sobre los cambios anunciados para nuestro país en los terrenos económico, político y social. Vivimos el primer mes del nuevo gobierno con intensidad; amanecimos con anuncios de reformas, decretos, iniciativas legales, todas ellas que impactan la dinámica pública y privada.

Nunca habíamos tenido un inicio de gobierno con tal cúmulo de acciones, con la sensación de estar frente a un presidente hiperactivo que trae desmañanados a funcionarios y periodistas pero que fija la agenda a partir de la cual la oposición y los medios de comunicación reaccionan. Pero esa hiperactividad ya la habíamos vivido antes de la elección del 1 de julio. Es una característica básica de la personalidad de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Entre el 2 de julio y el 1 de diciembre, es decir desde que fue electo y la toma de posesión, fue desgra-

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nanado su programa de gobierno que fuimos recibiendo día a día y marcó la discusión nacional. Un amigo me hace notar que dicho programa de gobierno ya debería haber sido integrado, presentado y difundido. Dicho documento incluye las acciones concretas a desarrollar durante un periodo de gobierno. Y cuestiona que habiendo estado en “campaña durante 18 años” no deberíamos hablar de pendientes en esa materia. Más bien se refería al Plan de Desarrollo, ese documento que elaboran algunos “especialistas” por área, que se presenta en sociedad en una ceremonia imponente y luego…se archiva. Así ha sido desde hace décadas. Documentos formales muy bien escritos pero inservibles. Además, el ejercicio de planeación ha sido teatral: se montan “consultas” a través de mesas temáticas a las

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que solo asisten acarreados, porque todos saben que su objetivo es legitimar lo que aparecerá en el Plan de Desarrollo. El Programa de Gobierno es otra cosa, se va construyendo con lo observado y recogido durante la campaña electoral y los recorridos del presidente electo. Se trata de palpar los sentimientos de la población, lo que la ciudadanía identifica como los principales problemas que aquejan a su comunidad. Corresponderá a las nuevas autoridades darles forma y plantear las acciones que habrán de ayudar a resolver los problemas más sentidos de quienes habitan el país, el estado, el municipio o la comunidad más pequeña y apartada. Dependerá de la sensibilidad y capacidad de quien encabeza la responsabilidad de elaborar el programa gubernamental. Eso es así en un sistema presidencial como el nuestro. ¿Cómo definimos a un “buen gobierno”? De manera muy sencilla: como aquél que hace lo que la gente quiere que haga. Es decir, si le da resultados tangibles a una mayoría de la población. ¿A todos? Imposible. Ese es el reto de AMLO: mejorar el nivel de vida, combatir la corrupción y disminuir los niveles de inseguridad. Y en eso se va a abocar. Pero hay otro mundo que apenas es perceptible para esa mayoría. El entramado de la burocracia: leyes, normas, estructuras de personal, inercias, en fin una cultura burocrática que se ha ido construyendo a lo largo de décadas y que sirvió para lucrar desde los gobiernos, para enriquecer a la alta burocracia y para dispensar favores a la iniciativa privada o para crear clientelas. Ese nudo burocrático que con ser tan importante porque a veces determina lo que pasa en el mundo tangible de la

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sociedad, será muy difícil de deshacer. Anteriormente llegaba un nuevo gobierno y hacía pequeños ajustes para darle el sello personal del gobernante en turno, pero se trataba básicamente de una administración pública de continuidad. A partir del 1 de diciembre, se trata de construir un gobierno de ruptura y cambio. El reto es enorme. Revisar, ley por ley, norma por norma, para desmontar todo un entramado construido para permitir la corrupción. Recovecos normativos que hay que cancelar porque buscan dinamitar todo cambio. Una estructura de derroche y privilegios que construyó fortunas privadas y acabó con un sistema democrático de ejercicio del poder. Pero al mismo tiempo, el gobierno tiene que seguir operando, no se puede paralizar. De ese tamaño es el reto. AMLO no la tiene fácil, sobre todo porque se requieren funcionarios que entiendan el reto y que acompañen la transformación; de esos hay pocos. Y además, con una oposición encabezada por una comentocracia cuya misión es dinamitar la transición. Difícil, pero no imposible construir un buen gobierno.

Víctor Alejandro Espinoza Valle Doctor en Sociología Política. Investigador titular del Colegio de la Frontera Norte e Investigador Nacional por el Sistema Nacional de Investigadores. Articulista semanal del Diario Frontera y la Crónica de Baja California, Diario Monitor Económico de Baja California, Ágora de Baja California, Zona Franca de Guanajuato, 15 Diario de Monterrey; entre otros. Twitter: @victorespinoza_ Texto publicado en Frontera y La Crónica de BC, 02 de enero de 2019

AMLO: El estilo personal de gobernar Carlos Ramírez

n 1974, justo al comenzar la segunda parte del sexenio, el historiador Daniel Cosío Villegas hizo un seguimiento puntual y hasta milimétrico de los discursos del presidente Luis Echeverría y publicó su ensayo El estilo personal de gobernar, un título que ha sido asumido casi como una categoría politológica a contrapelo de los estilos sistémicos de los gobernantes. Ahora algunos analistas quieren repetir el experimento con Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que los fenómenos sociales y políticos no se reproducen puntualmente porque se dan en escenarios históricos evolucionados. En todo caso, sí cabe la posibilidad de enfocar a López Obrador a partir de su estilo personal de ejercer el poder. 006 Carlos Ramírez

Datamex No. 40. enero 2019

La diferencia entre Echeverría y López Obrador radica en la fortaleza del sistema presidencialista. En 1970-1976 había un control estricto sobre el sistema, la oposición operaba fuera de la legalidad (el Partido Comunista, por ejemplo) y la disidencia obrera era aplastada con el control obrero de Fidel Velázquez. En el 2018 la base electoral de López Obrador es de 30 millones de votos, el 53% de los que votaron, aunque el 33% del padrón electoral. López Obrador ejerce un liderazgo personal centralizado. Sus conferencias de prensa diarias exhiben su interés por marcar la agenda, convertirse en la única fuente de las respuestas y centraliza en la presidencia el funcionamiento del gobierno. Las crisis por la cancelación del aeropuerto en Texcoco, la ley de remuneraciones que bajó salarios y provocó decenas de miles de despidos, la crisis con los migrantes centroamericanos y las provocaciones de Donald Trump han

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desgastado las bases políticas y me- el dominio personal sobre el modo de diáticas de la funcionalidad del go- producción. “Defenderá el peso como perro”, declaró López Portillo sin rebierno de López Obrador. conocer que el tipo de cambio se moLos liderazgos personales suelden de- vía en su instancia fundamental por rivar, de manera inevitable, en caudi- el diferencial inflacionario México9. llismos ajenos a la dinámica de las re- Estsdos Unidos. laciones sociales y las contradicciones de clase. López Obrador, por ejemplo, López Obrador conduce todo el goha sometido a la clase empresarial y bierno desde sus conferencias matucon ello ha debilitado a la clase tra- tinas en Palacio Nacional. Al centrabajadora. El modelo funciona en el lizar en la institución presidencial el corto plazo cuando los proyectos de eje de la administración pública, tamgobierno son, a la vez, personales, de bién ejerce poder de atracción de los voluntarismos del líder, sin atender al problemas y fracasos. La crisis social, desarrollo de las contradicciones eco- política y hasta humanitaria por la exnómico-productivas. plosión de una toma clandestina de gasolina en el municipio de TlahuelilEcheverría y López Portillo ejercieron pan, Hidalgo, convirtió al presidente un presidencialismo personalista, vo- de la república en fiscal investigador, luntarioso y ajustado a la dinámica de sacerdote perdonando pecados de dominio político del PRI. La clave de robo, bombero, soldado y gasolinero. sus crisis radicó en la extensión del presidencialismo personalista en el Los estilos personales de gobernar presidencialismo económico: Echeve- respondieron a dinámicas propias: rría y López Portillo prohijaron sus res- Echeverri lidió desde su campaña con pectivas crisis económicas por ejercer un PRI desprestigiado, salpicado de

Echeverría y López Portillo tuvieron El caudillismo de López Obrador tiene un PRI moldeable a su servicio; López a la vista el límite: los intereses polítiObrador carece de un partido formal cos y de clase de sus seguidores y el porque Morena es una Torre de Babel realineamiento de la oposición para de lenguajes, intereses y objetivos y incidir sobre las contradicciones en en ese movimiento hay más persona- la coalición dominante que gobierna jes del viejo régimen que del nuevo con López Obrador. En este escenario, aún no nacido. Ahí se deben buscar el estilo personal y los resortes caudilas claves de las dificultades y enojos llistas podrían no alcanzar para fortaLópez Obrador ha dejado ver su pri- de López Obrador porque Morena en lecer la presidencia de López Obrador, mera contradicción: su estilo personal el Congreso no obedecer sus instruc- porque el México de 2018 es diferente al México 1970-1982. populista y caudillista mira por el bien ciones. de un sector marginado sin factor de clase, pero llegó al poder por el voto de los sectores anti sistema/régimen/ Estado. La crisis en la aprobación de la Guardia Nacional es más que una pugCarlos Ramírez na burocrática; los sectores anti autoPeriodista, escritor, analista y autor desde 1990 de la columna Indicador Político. ritarismo que son mayoría en las bases Maestro en Ciencias Políticas por la Benemérita Universidad Autónoma de de López Obrador no entienden --ni Puebla (BUAP). Director del Diario Indicador entenderán-- las necesidades del goPolítico y del sitio web noticiastransicion.mx. bierno lopezobradorista de tener una Twitter: @carlosramirezh fuerza pública fuerte para combatir la Texto publicado en la Columna Indicador Político en el Diario Indicador Político digital inseguridad. El López Obrador gobery Revista Indicador Político impresa nante ya no responde a los resortes del López Obrador caudillo popular. sangre y represor y una clase política priísta al garete. López Portillo tuvo que operar el salto cualitativo de la clase política tradicional a la administrativa y tecnocrática supuestamente más eficiente. Los dos, sin embargo, no supieron administrar las presiones de las élites.

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El mejor momento del Ejército y la Guardia Nacional

a discusión sobre la creación de una Guardia Nacional obliga a hacer un análisis de cómo evalúa la ciudadanía el desempeño de diferentes instituciones encargadas de garantizar la seguridad en el país. De acuerdo con la propuesta del gobierno en turno, la Guardia Nacional se encargará de prevenir delitos, preservar la seguridad pública y combatir la delincuencia a escala nacional. El

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mando de este cuerpo estará a cargo de oficiales de las fuerzas armadas y habrá un gabinete de seguridad que encabezará el Presidente de la República donde también participarán los secretarios de Seguridad Pública, Protección Ciudadana, Gobernación, Marina y Defensa. Esta estructura ha sido cuestionada por diversos grupos en México, quienes consideran que la estrategia podría implicar violaciones a los derechos humanos y abusos. En este contexto es necesario revisar algunos datos. Las encuestas realizadas cara a cara, en vivienda por Parametría desde hace más de 10 años, nos dan una aproximación de lo que la ciudadanía en México piensa de los diferentes cuerpos de seguridad y de su desempeño, a lo largo del tiempo. Un primer dato relevante es que a partir de 2008 es mayor el porcentaje de personas que prefieren que el Ejército cuide las calles sobre la policía. Es importante recordar que a partir de 2007 la estrategia de seguridad del entonces presidente Felipe Calderón fue hacer partícipe a las fuerzas armadas en actividades que antes solo eran desarrolladas por las instituciones policiales, lo que pudo modificar las percepciones de la ciudadanía. De 2007 a 2008 se incrementó 21 por ciento las personas que dijeron que preferían al Ejército cuidando las calles que a la policía. De 2008 a

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principios de 2017 se mantuvo este apoyo alrededor de 60 por ciento. Sin embargo, a finales de 2017 el porcentaje de quienes preferían al Ejército sobre la policía disminuyó a 47 por ciento. Un hecho relevante es que en la más reciente medición de diciembre de 2018 volvemos a registrar un incremento de aquellos que indican que es mejor que las fuerzas armadas cuiden las calles. El Ejército tiene el nivel de aceptación más alto registrado desde hace 10 años, los datos son claros, las personas los prefieren por mucho a la policía. También se incrementó de manera significativa quienes consideran necesaria la presencia del Ejército en las calles para mejorar la seguridad del país. En enero de 2017, 64 por ciento apoyaba este posicionamiento y para diciembre de 2017 disminuyó a 54 por ciento, pero en diciembre de 2018 se observa un repunte para llegar a 85 por ciento de apoyo, un dato histórico. Uno de los puntos del debate sobre si las fuerzas armadas deben o no participar en actividades de seguridad cotidiana tiene que ver con el tipo de formación que tienen éstos y si están o no preparados para convivir con la población, sobre todo a raíz de casos como Tlatlaya. En este tema, llama la atención que siete de cada 10 mexicanos, considere que el Ejército sí está preparado para convivir con la población contra 27 por ciento que considera lo contrario. De hecho, la Marina y el Ejército son las dos instituciones

que, de acuerdo con la percepción ciudadana, respetan en mayor medida los derechos humanos de las personas, más de la mitad de la población así lo menciona. En el otro extremo del espectro vemos como la ciudadanía tiene una peor opinión tanto de la Policía Federal como la estatal sobre el respeto a los derechos humanos. Solo tres de cada 10 dijeron que la Policía Federal respeta dichos derechos y dos de cada 10 opina lo mismo de la policía en las entidades.

las víctimas de estas violaciones son muy activos y han tenido cada vez mayor presencia, no dejan de ser una minoría cuando se compara con el agregado de la opinión pública.

Otro dato relevante es que 67 por ciento de las personas en México están enteradas de la propuesta realizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador de crear una Guardia Nacional. Los niveles de atención seguramente seguirán aumentando sobre todo por el debate, los foros y posiSi bien se observa que la ciudadanía tiene una bue- cionamiento de diferentes actores políticos que se na opinión del Ejército en tareas de seguridad, los están pronunciando en el tema. datos de las encuestas realizadas en 2017 y 2018 muestran que más de la mitad de la población (58 Finalmente, observamos un gran apoyo para la por ciento) considera que el fortalecimiento de creación de una Guardia Nacional que se encargue policías en los estados y municipio ayudaría más a de la seguridad del país, 87 por ciento de entremejorar la seguridad en el país. Es decir, en el cor- vistados está de acuerdo con su implementación. to plazo la intervención de las fuerzas armadas en La propuesta del Presidente tiene mucho apoyo temas de seguridad es vista como necesaria, pero ciudadano aun cuando los peligros son evidentes. en el largo plazo los ciudadanos prefieren fortalecer a las policías locales. La confianza en el Ejército puede ser explicable porque la ciudadanía no ve que las instituciones policiacas puedan mejorar en el corto plazo y ante ello prefiere una opción distinta. Si bien este apoyo es bastante claro, lo que llama la atención es que haya poca preocupación por la posible violación de derechos humanos. Da la impresión de que, para la población, los incidentes suscitados con militares se trata de casos aislados. Aunque

Francisco Abundis

Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Connecticut. Director asociado y fundador de Parametría, sus principales líneas de investigaciónn son Psicología social, opinión pública y comportamiento electoral. Twitter: @Paco_Abundis Texto publicado en Milenio.com el 11 de enero de 2019

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¿Una oposición de quinta ante la Cuarta Transformación? Marcos Marín Amezcua

na democracia requiere de una oposición firme, estructurada en ideología, sentido y propuesta, articuladora de apoyos que siguen a sus propuestas en pro de que se traduzcan en gobierno y beneficio razonablemente a favor de las mayorías. De lo contrario, su labor opositora es más trolera que útil. Como que se entiende que llegado el caso, deseará formar gobierno ya que los vaivenes del voto otorgan el triunfo a unos y a otros en alternancias adecuadas y aceptables. De lo contrario, si no ha trabajado en ello, su tarea diaria será estéril en su proceder. Y eso le está sucediendo en México: la oposición no aporta. Ser opositor en las circunstancias políticas actuales Se entendería que una oposición diversa, fragmentada si se quiere, en todo caso debería de ser una alternativa diferenciada y madura que sabe distinguir lo que debe continuar de aquello que urge enmendar o corregir. Una oposición responsable a su vez, que con tablas convence a electores que no le son afines en un inicio y da muestras de estatura política a la altura de las circunstancias, como lo son las mexicanas: porque sabe bien que no es gobierno, la situación es muy delicada y en

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tanto, construye alternativas viables y llamativas, mientras toca el turno de gobernar concedido por las urnas. Porque sabemos que el vaivén normal de la democracia los conducirá a gobernar. Lo descrito es una oposición a la altura, que está muy lejos de existir en México y eso es muy grave. Ella misma no trabaja para ser el contrapeso que afirma que se necesita. ¿Qué se tiene a cambio? Estamos en la llamada Cuarta Transformación a partir del advenimiento de López Obrador y su partido, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que advierten que la emprenderán. La 4T como ya se difunde y se abrevia. Sus defensores sostienen que lo es y tiene por precedentes la Independencia, la Reforma y la Revolución. La de López Obrador la quiere en 6 años sentando sus bases, porque promete que será de largo aliento. Ya veremos. No desestimemos la voluntad de los electores en cualquier dirección. El quid de esta entrega estriba en que sus oposi-

tores la llaman la “transformación de cuarta”, aunque no reparan en que ellos, todos, somos parte de ella. Detalles aparte de sobre escupir al cielo, la Cuarta de cuando en cuando y muy a menudo nos ofrece una descorazonadora y muy desalentadora oposición de quinta, como atinadamente la señalan quienes apoyan el triunfo lopezobradorista. Y no les falta razón, lamentablemente, pues es muy desastroso el panorama que ofrecen los opositores. Y es que la oposición a López Obrador, que se ha quedado ardida, postrada, deshilachada por su incapacidad para formar gobierno y ser alternativa real; con el antecedente político de haber gobernado no con los mejores resultados, no en pro de las mayorías y sí por carecer de capacidad y oficio político demostrados, no acaba de presentar una alternativa a la altura. Se queda en la denostación y el ataque sin mayores méritos. Mientras lame las heridas de la estrepitosa derrota del 1 de julio sin visos de superarla, ni se renueva ni se articula, no alcanza a comprender la derrota y no construye alternativas que la preparen para futuras elecciones y así se observa; ¿estará lista para cuando el electorado volteé a mirarla buscando respuestas con rumbo? De momento se antoja imposible. Y de todo ese panorama desolador opositor no puede ser culpable López Obrador y la oposición no está dispuesta a asumir su responsabilidad en nada. Tan no lo está que es reacia a abrazar causas sociales con inteligencia, con

estrategia. No acaba de entender el 1 de julio. Si la oposición en México hoy es débil atendiendo a los resultados electorales que la desfavorecieron, es por su culpa o si se prefiere, es algo de su entera responsabilidad. No hay manera de endosar esa responsabilidad ni de evadirla y se niega a ello. Es grave que la oposición esté polarizada, desarticulada e incapacitada en consecuencia, para proponer alternativas en el margen opositor y con miras a ser un futuro gobierno que derrote a esa 4T que detesta. Y es grave porque no augura la derrota que tanto anhela con la estrategia rijosa y confrontadora que ha escogido. Esa estrategia escogida no la convierte en opción. Que no sea contrapeso es grave no solo por su número de votos, sino por las propuestas sensatas que no propone y porque asegura un escenario político precario, la continuidad de Morena para quienes no les gusta Morena y en resumen, no se la mira como alternativa frente a lo que hay, por no serlo. Y no lo es por ella misma y no por culpa ni de Morena ni de López Obrador. Enfrente están los electores, deseosos de verla recomponerse, pero ella no lo consigue porque repiten los mismos y solo dedican sus desvelos a atacar al gobierno de turno, en vez de renovarse generacionalmente y desde luego,

en vez de regresar a encausar las banderas sociales, pues, soeces, se han negado a alzarlas. No se ve de otra ni la capacidad de articular opciones acompañadas de sustento y mientras la oposición no enmiende sus pasos solo cansará a los electores. ¿No le gusta López Obrador? ¿Qué propone como verdadera alternativa que mejore la oferta lopezobradorista de 2018? Es allí donde se produce un rotundo silencio o una gracejada que es alarmante. La separación entre anhelos y necesidades Si por citar un caso, la reforma laboral de 2012 empobreció a los mexicanos, era peripatético oír a un candidato como Ricardo Anaya decir titubeante, que revisaría tal. Su titubeo era ofensivo. ¿Cómo secundar a candidatos que ni siquiera pueden hacer promesas firmes atendiendo problemas reales, encaminadas a darle seguimiento a clamores sociales? Es allí donde la oposición al PRI le falló a los electores y perdió en consecuencia. El problema opositor en México no es que gobierne López

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Obrador, sino mostrar su miopía y su incapacidad de renovación de formas y de ideas, de propuestas y articulación de programas que eviten más deterioros y fortalezcan las instituciones. Dice la oposición que odia a López Obrador, pero no se muestra como alternativa real de sucesión al cargo.

razgos ni nada. Una clase política de gerontocracia, no sólo en el partido hoy gobernante, sino en sus actores opositores. Y aunque a veces asoman jóvenes como algunos líderes, citemos a Marko Cortés, el presidente del PAN, distan mucho de ser opción, dejan mucho que desear.

En consecuencia, su regreso a la presidencia depende más de los errores de López Obrador que de su capacidad opositora, creadora de verdaderas alternativas que no sean su deslucido desempeño del pasado; ello para ofrecer alternativas interesantes si fuere lo que se deseara en realidad.

El país enfrenta dicen, a un PRI setentero en el gobierno, sin que la oposición consiga ser la oposición del siglo XXI que requerimos. Lo sabemos: no demostró ser mejor. Antes bien, fue un desastre. Se necesita, se requiere de manera apremiante de mucha cordura y de altura de miras para construir alternativas viables, responsables, objetivas frente a los desafíos nacionales, si es que de verdad se desea sustituir a la izquierda en el gobierno nacional.

El proceder del partido Acción Nacional es paradigmático: tiene muy trabajado el hecho de buscar panistas con la mística del partido. Muy bien. Lo que no consiguen es que tales trasciendan a la sociedad que no es panista y tiene muchas más prioridades que el misticismo del PAN; es diversa y espera oír propuestas interesantes que rebasen los principios panistas. Dicho de otro modo: que el candidato panista se deberá a los mexicanos todos y no solo a sus correligionarios. Eso no alcanzan a comprenderlo. Hay panistas que reprochan a la sociedad por no secundar a sus candidatos, no admitiendo que no son adecuados y que la sociedad es suficientemente diversa como para encorsetarse o encasillarse solo en visiones panistas que suelen ser excluyentes o segregacionistas y les cuesta no incluir a los más. Desestiman la libertad del elector para pasar de ellos. De cara a las elecciones de 2024 que son tan tempranas como ineludibles, tenemos una oposición que, en vez de sentarse a construir futuro (opciones frente a Morena) muéstrase tan postrada que no llega a construir ni lide-

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¿Y hablamos de una oposición de avanzada, propositiva, dispuesta? No, porque en un descuido se nos vuelve a colar otra vez el PRI, que sería un retroceso nuevamente como lo fue su regreso en 2012 y cuyas consecuencias seguimos pagando. Es otra clase de oposición la necesaria, una que sume y realmente se plantee el bien del país. La oposición hoy hace muy poco para conseguirlo. Es una lástima para la democracia que necesita variedad de actores y contrapesos reales.

Marcos Marín Amezcua

Licenciado en Derecho. Maestro en Estudios de México y Estados Unidos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Conferencista y docente universitario. Columnista de El Imparcial de Madrid. Twitter: @marcosmarindice

2019, desafiante Juan Pablo Calderón Patiño

illones sufragaron por un nuevo partido que aún no se materializa como tal, sino como lo que es, un movimiento variopinto con intereses contrapuestos identificados en sus bancadas legislativas. Morena recibió el voto antisistema ante las ofertas desgastadas y tradicionales del PRI, PAN y PRD. La democracia exige una oposición política real, dura en su crítica, pero con capacidad de construcción en el tejido social e institucional y reconstrucción en su músculo militante. Hoy ni el PAN ni el PRI asoman ambos talantes. El discurso de toma de posesión fue atrevido para que en la propia soberanía del Legislativo se les dijera que seguirán las consultas directas al pueblo, con independencia en su organización, metodología y resultado. Ahondar esa asimetría no contribuye a la normalidad democrática.

009 Juan Pablo Calderón Patiño Datamex No. 40. enero 2019

En el 2019 se elegirá al gobernador de Baja California y Puebla, las alcaldías en Aguascalientes y Durango, además de congresos locales en Quintana Roo y Tamaulipas. El primer estado en la alternancia política en 1989 avizora tejer una nueva alternancia. El senador con licencia y hoy flamante delegado especial del gobierno federal en la entidad fronteriza, Jaime Bonilla, puede ser candidato oficialista. Para el PAN, que podría sumar un descalabro histórico al ya rudo espiral de su crisis, es un reto la votación. La elección podría ser prueba de que los "superdelegados" o delegados de programas integrales de desarrollo son también hacedores de una nueva estructura clientelar. No es extraño que inicie en la Frontera Norte, espacio donde históricamente la izquierda ha sido marginal y que hoy los cambios fiscales buscan apuntalar a su electorado. Pese al receso de elecciones federales en el 2019 y aun con recorte, el INE tendrá un presupuesto de casi el doble de los montos que el Presupuesto 2019 le otorga a la SRE (más de 8.5 mil millones de pesos). El desbalance entre una institución para arribar al poder y la Secretaría que se encarga del quehacer internacional del Estado mexicano, es otra asimetría inercial a una dependencia por años rezagada en recursos. No sorprende si en la toma de posesión la palabra "soberanía" sólo fue mencionada una vez. "Corrupción", "neoliberalismo" y "energía" avasallaron en el primer discurso y en la bitácora de la supuesta derrota del modelo que llegó en 1982 al poder y pese a la crítica presidencial, no asoma una alternativa real. Dos vertientes pueden redefinir el sexenio en el 2019, una escalada de conflicto entre el sector privado y el go-

Datamex No. 40. enero 2019 009 Juan Pablo Calderón Patiño

bierno y, dos, la crisis de seguridad que en la militarización de la seguridad pública es una derrota para el mando civil. El empresariado no lo tiene todo y el oficialismo no lo puede todo, ni siquiera en la etapa del desarrollo estabilizador lo pudo. A nadie conviene un conflicto y menos en un contexto global de incertidumbre y de capitales que compiten con otros países emergentes y desarrollados. El drama de la inseguridad será aún mayor si se continúa la batalla con el Poder Judicial. Bajo la forma del decreto presidencial, pretender incentivar "indulgencias" para los que vulneran la legalidad será un pésimo antecedente. Recuperar la vocación de servicio de la política transita por experiencia e ideas, no sólo en menores salarios. El propio López Obrador ha dicho que es imposible donar su salario porque es de lo que él vive. Sostener "premios de legitimidad" a los que donan sus recursos es pavimentar el camino a una plutocracia donde sólo los que tienen dinero pueden hacer política. Eso sería desvenar el principio de inclusión de la democracia. Los desafíos para el gobierno y la oposición avizoran retos que la propia historia se encargará de decir si fueron transformación o la maroma de girar para volver a caer en el mismo lugar.

Juan Pablo Calderón Patiño Internacionalista por la Universidad Iberoamericana. Enlace legislativo en la Asociaón Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA). Colaborador invitado del periódico Reforma. Twitter @balajucapitan Texto publicado en el Periódico Reforma el 28 de diciembre 2018

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