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Fusilados

25/09/2013 Un año más España revive la pesadilla de los últimos fusilados por Franco, en un ataque desesperado por mantener un régimen agonizante y execrable: El Fascismo

Pronto se cumplirán 40 años, poco queda por decir sobre aquellos hechos y las circunstancias que los rodearon, pero me reservo para entonces poder dar a conocer el qué hacer diario de la célula en la que compartí militancia con José Humberto Baena, después de salir de "la mili". Nunca se olvida al camarada que murió frente a un pelotón de fusilamiento, el enemigo de clase, quiso dejar claro que seguía en pie de guerra. Ese 27 de Septiembre, los fusilados fueron tres comunistas del PCE (ml) y dos nacionalistas vascos. El odio al FRAP y a ETA que sentían Franco y sus acólitos, venía de viejo, eran enemigos contundentes dispuestos a llegar hasta el fin, lejos del peloteo a que estaba acostumbrado el PCE de Santiago Carrillo o del coqueteo nacionalista de los catalanes. Un sector importante del PCE (ml), estaba dispuesto a empuñar las armas hasta eliminar físicamente al franquismo y cada día contaba con nuevos frentes que junto al creciente poder de fuego de ETA (militar) ponía en peligro la escasa estabilidad del

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tambaleante régimen franquista, acosado por varios frentes internos y externos. Los fusilamientos del 27 de Septiembre de 1975 fueron el desencadenante de miles de movilizaciones en todo el planeta, y de acciones unitarias en todas nacionalidades y regiones del Estado Español, contra el franquismo.

El Paredón del franquismo, no puede tener perdón

Lejos del chiste fácil de que Franco murió en la cama, hay que recordar a los miles de mujeres y hombres que salieron a las calles, se movilizaron en cientos de Huelgas y manifestaciones de repudio al régimen fascista, hasta hacerlo caer. Antes de la caída del régimen, también hay que recordarlo, acudieron raudos y veloces los conciliadores de clase, los banqueros y los empresarios, hombro con hombro, junto a los funcionarios del régimen, para ofrecer una ruptura pactada que se concretó en los Pactos de La Moncloa y que darían paso a la legalización del Partido Comunista de Santiago Carrillo y con ello a una cierta apariencia de democratización. La reinstauración de la monarquía borbónica y el entierro de toda posibilidad de recuperación de la República, marcan estos años de olvido y perdón para los crímenes del fascismo. Que nadie se llame a engaño, los Pactos de La Moncloa, fueron la firma de un "tratado de paz" nunca respetado por el

fascismo, que trajo como consecuencia numerosos asesinatos que quedaron impunes, y que culminaron con el Golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981. Hoy, al recordar estos sucesos, se habla de nuevo de los esbirros del franquismo, uno de cuyos elementos ha vuelto a saltar a las páginas de los periódicos, el odiado Billy el Niño, (Un animal salvaje, que disfrutaba pegando.) Antonio González Pacheco. De los asesinos de entonces, algunos disfrutaron de su libertad hasta su muerte natural, otros siguen vivos y coleando, gracias a la impunidad que les dieron los Pactos de La Moncloa. La memoria histórica, no se borra, se puede reescribir, tergiversar, manipular e incluso intentar ocultarla, pero permanece en el tiempo de forma imborrable, gracias a todos aquellos que la mantienen viva. Nuestros muertos gozan de buena salud. Son hijos del pueblo y el pueblo nunca muere.