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Aniversario paraguayo

23/06/2013 En medio de las más de 250 manifestaciones que se producen en Brasil congregando en las calles a más de dos millones de personas, las 3.000 de Paraguay pueden perecer poca cosa y no lo son, son mucho más significativas

Si establecemos la proporción entre habitantes y manifestantes, lo de Paraguay es impresionante, sobre todo, si tenemos en cuenta la muy distinta trayectoria democrática de ambos países y la profundidad de la herida que han dejado las dictaduras militares durante el pasado siglo. El Partido Colorado, o ANR (Asociación Nacional Republicana) vinculado y confundido con el ejército desde su fundación, no permite diferenciar entre el Aparato del Estado y el aparato del Partido Colorado, anclado desde hace más de 60 años a las estructuras del Estado, lo cual le permite manejar a su antojo la administración pública con independencia de la persona que ostente la presidencia de la República, como quedó demostrado en el caso de Fernando Lugo. Erróneamente, algunos comentaristas políticos ha querido ver las manifestaciones de estos días en Paraguay, un contagio de la situación brasileña. Nada más lejos de la realidad, estas manifestaciones, convocadas por la plataforma "Por un Paraguay mejor" a través de Facebook, son la respuesta a la

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escandalosa ley de jubilaciones para los parlamentarios paraguayos, promovida como siempre por el Partido Colorado y acompañada por el no menos corrupto PLRA (Partido Liberal Radical Auténtico). Pero estas manifestaciones también tenían como objetivo recordar precisamente el aniversario de la destitución por el Congreso de Fernando Lugo, sin apenas mencionarlo. Paraguay va despertando lentamente del sueño nacionalista construido entre Colorados y Liberales, que ha tenido como eje fundamental la Guerra del Chaco y que ha fomentado un falso patrioterismo asentado en las miserias y la marginación de indígenas y ciudadanos sometidos al expolio y el coimeo, de una clase profundamente corrupta que se ha repartido el país, como si fuera su finca particular, agitando la bandera de un falso soberanismo.

Paraguay despierta lentamente

Durante la dictadura de Stroessner, los militares y un buen número de civiles recibieron de manos del dictador grandes extensiones de tierras cultivables, muchas de ellas ociosas y hoy reclamadas por sus legítimos dueños o por las organizaciones de indígenas y campesinos, no ya con escaso éxito, sino con la respuesta contundente del empleo de la represión por parte del Estado.

Y es en este contexto donde se producen los sucesos de Curuguaty hace un año, y que sirven de escusa a la oligarquía representada por el fallecido Lino Oviedo, otrora colorado, y la santa alianza de Colorados y liberales, para destituir de forma fulminante a Fernando Lugo, repartiéndose el botín durante un año, hasta el anunciado regreso a la presidencia del colorado Cartes, un empresario sobre el que pesan todas las sospechas posibles, habidas y por haber. Curuguaty, fue una masacre aún no aclarada en la que como siempre se ha usado una vez más, el fantasma del EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo) como escusa. No voy a entrar de nuevo en el asunto que traté hace un año y que coincidió con mi estancia en tierras paraguayas, pero si es bueno recordar que el por entonces ministro de Interior, Carlos Filidizzola, actuó con la mejor intención del mundo en cumplimiento de un mandato judicial. Claro que el gobierno de Fernando Lugo, subestimó el grado de penetración y control que ejerce la santa alianza de Colorado y Liberales en el Aparato del Estado y especialmente en el Poder Judicial, que días después se lavaría las manos como Pilatos ante la ilegalidad de su destitución. Paraguay tardará más o menos, pero algún día despertará de esta terrible pesadilla de la santa alianza entre Colorados y Liberales.