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Venezuela: Incompetencia y desarrollo desigual

16/05/2013 El chavismo, lejos de crear un modelo económico criollo de tinte socialismo, ha construido un Puzzle de recetas económicas, que se han convertido en un tóxico que envenena su economía

La lista de asesores económicos, provenientes de todos los puntos cardinales del planeta, avalados por el apellido de izquierdas, sirvió a Hugo Chávez, para establecer un recetario de medidas económicas que al final se vuelven en contra de la revolución bolivariana. Mientras Chávez hizo lo imposible por expropiar y expulsar de Venezuela al grupo Polar, ahora Nicolás Maduro no ha tenido más remedio que negociar y claudicar con el grupo Polar, poniéndole como única condición que su dueño no se presente a la elecciones. Pretender aplicar una política de control de precios, propia de Cuba o de Corea, donde la propiedad de los medios de

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producción y de las tierras es del Estado, en un país como Venezuela, donde se mantiene la propiedad privada de los unos y de las otras, es un contrasentido. Más si cabe, en un país donde no se contempla una economía planificada al corto y al medio plazo, y peor cuando las expropiaciones de las tierras y las concesiones a la importación de alimentos está en manos de buena parte del ejército y de la boliburguesía, desconocedoras del mercado y a la sola espera de vender a buen precio dichas concesiones en el momento oportuno. El desabastecimiento, se produce cuando el precio fijado es inferior a los costes de producción o de su puesta a la venta en los mercados. Esta regla de oro de la ley de la oferta y la demanda se la han pasado por el arco del triunfo los asesores y/o los gestores económicos de la revolución bolivariana.

¿Los chinos comen arroz, los americanos maíz, que pasa si limitas el precio de venta de los dos?

Lo que en un principio era un mecanismo para ahogar a las empresas privadas y favorecer a las empresas públicas, se ha convertido en el suicidio del sistema, al producir el efecto de un bumerán. La incapacidad de las empresas públicas creadas ha sido tal que han permitido que se pudrieran toneladas de carne en los almacenes, por no saber cómo gestionar la logística de distribución de alimentos, y esto se producía en vida de Chávez.

La política de subvenciones y de cheque petrolero, para mantener una masa de incondicionales del chavismo, va en dirección contraria a la creación y fomento de cooperativas agrícolas y mercados campesinos, a la creación de empresas de distribución y comercialización de productos agroganaderos, o a la construcción de una red de carreteras y vías de penetración hasta las zonas productivas del interior del país. No es posible la producción, si se carece de energía eléctrica, de carreteras, caminos, mercados y estímulo económico. La austeridad en un país con el más alto índice de vehículos de lujo, el mayor número de Smartphone por persona y de consumo de güisqui del paneta, no se casa con una economía de corte norcoreano o cubano. Mientras tanto, crecen las propiedades y las inversiones venezolanas en Estados Unidos, que sospechosamente no son denunciadas por el chavismo y que sospechosamente están vinculadas a la boliburguesía y a sus testaferros, para ejemplo la familia de origen gallego Rodríguez, titulares de numerosas empresas en Venezuela, Estados Unidos y España, nacidas al amparo y con la bendición de Hugo Chávez.